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❁ཻུ۪۪Capítulo 60-Final~永遠の愛

—¡Está muy mal herido!

Seokjin exclamó con desesperación, sacando de su trance a Jungkook, quien apenas asimilaba la gravedad de la situación de su pareja. Su lobo interno gemía desolado al ser testigo de la muerte tortuosa de su luna de rubí, aunque sabía que debía actuar pronto o sería muy tarde.

—¡¿Qué puedo hacer?! —cuestionó a los presentes, abrazando con mayor protección al vampiro.

Con el pasar de los minutos, Taehyung comenzaba a sentirse peor, sus párpados pesaban más y el dolor era tan insoportable que no tenía ni ganas de quejarse. Sin embargo, la calidez de los brazos del licántropo le daba mucha paz. Tan reconfortante era la sensación que se creía capaz de dormir por días o quizá para siempre.

—¡Consúltalo con tu lobo!

Hoseok respondió con determinación, no se le ocurría otro método con más eficacia que ese al tratarse de un sobrenatural que podría considerarse lo más cercano a una deidad. Tampoco era capaz de pensar correctamente sobre eso, cuando se encontraba tratando la herida de Jackson. El pobre vampiro perdió el conocimiento por el malestar, pero el brujo confiaba en que el tratamiento que le estaba dando sería suficiente para que su situación no empeorara.

Justo ahora agradecía llevar consigo un ungüento de varias hierbas mágicas que servían para la cicatrización de heridas hechas con plata.

Era una suerte que la lesión fuera superficial, aunque el escozor debió ser demasiado intenso como para que lo dejara en ese estado. De todas formas, apreciaba su implacable valentía al enfrentarse a Jongsuk en una pelea que le pudo costar la vida.

Sus sentimientos eran un verdadero lío al sufrir un fugaz recuerdo cuando vio como herían a Jackson, pero ni siquiera eso evitaría la conversación que debía tener con Wang para sacarse de dudas o dejarlo como una simple casualidad.

La respuesta de Jungkook fue un asentimiento de cabeza, porque estaba concentrándose en las palabras de su lado animal que yacía alterado, pero al mismo tiempo, seguro de que su plan funcionaría.

La historia de una cruel separación no se volvería realidad otra vez.

Pasaron unos minutos demasiado largos para los presentes, que no imaginaban nada de lo que sucedería a continuación. Porque ninguno comprendió la razón por la que Jungkook mordió con fuerza su muñeca hasta que la sangre brotó de la marca hecha por sus colmillos.

—¡¿Qué rayos vas a hacer, Jungkook?! —cuestionó Namjoon con preocupación, sin dejar de abrazar a su pareja a la que le faltaba poco para desfallecer por la angustia.

Su hermano no merecía una muerte de la que no pudiera volver nunca, mucho menos después de tantos años de sufrimiento en silencio por el amado que creyó que dejó morir a su suerte.

—No me digas qué...

Yoongi se llevó la mano a la boca por la sorpresa. Todo cobraba un nuevo sentido. ¿Por qué no lo pensó antes? Era la solución perfecta, por más que existiera un pequeño margen de error que podría condenar al par de enamorados a una triste realidad.

—Voy a convertir a Tae—aseveró, mientras acercaba el rostro de su chico a su herida para que el líquido de un tono oscuro cayera directo a sus labios.

Demostrando que había dejado de ser un hombre lobo como cualquier otro. Aceptó su oscuridad y este era el resultado que debía aprender a sobrellevar.

Nadie dijo más nada, procurando observar la escena con atención.

Seokjin desconocía lo que eso significaba al igual que Namjoon, pero si el par de brujos parecía confiado con lo que sea que Jungkook estuviera haciendo, no tenían motivo para detenerle.

Porque el azabache jamás actuaría en contra del menor de los Kim.

Taehyung saboreó el delicioso elixir que lograba saciar su hambre cuando la probaba, con la diferencia de que en esta ocasión no la consumía por el placer de hacerlo, si no para salvarse. Años antes, le pareció escuchar de la boca de Eunwoo lo poderosos y únicos que eran los demonios al no ser cien por ciento semejantes al resto de especies que habitaban este mundo.

Y, por ende, su sangre era demasiado especial. Tan especial como para conseguir cosas imposibles.

Sin pretenderlo, Taehyung lo comprobó al ser testigo del interés que Soohyuk y su gente tenían por ella.

No obstante, el ocuparla para un ritual era muy distinto al usarla para transformar a alguien con la intención de evitar que el sobrenatural o humano que la bebiera falleciera.

Ya que existía la posibilidad de que el cuerpo la rechazara. Pero tanto Hoseok como Yoongi dudaban que eso pasara, porque el lobo demonio no se arriesgaría a tanto, ¿cierto?

Efectivamente, el cuerpo del vampiro de cabellos grises sufrió de algunos temblores antes de que sus ojos se cerraran en su totalidad. El licántropo tragó duro al verlo muy quieto, preguntándole a su lobo si eso era normal, pero al no obtener respuesta, su angustia dio rienda suelta a una agobiante culpabilidad.

Porque a pesar de su apariencia externa, su parte demonio parecía haberse desvanecido, pues le fue fácil suponer que la culpa lo hizo callar por lo que acababa de suceder.

Las lágrimas se agruparon sus ojos, su rostro se clavó en el cuello ajeno para respirar su aroma natural, mientras trataba de procesar la situación. El resto de sobrenaturales se miraron entre sí, sin poder creer que la escena que se desarrollaba frente a ellos era verdad.

Se negaba a soltar el cuerpo ajeno, no quería alejarse en lo mínimo, tan solo deseaba desaparecer.

Su luna de rubí lo dejó, al igual que él lo hizo en el pasado.

Tal vez se lo merecía, tal vez no.

¿Acaso el karma quería hacerle pagar por los siglos de soledad de su vampiro?

Era probable, pero él no era tan fuerte como Taehyung. Jungkook no imaginaba una manera para salir adelante sin él. Y si lo conseguía, sería como un ente que viviría por vivir. No porque quisiera, sino porque le toca.

La mitad de su alma ya no estaba presente, su corazón dolía mucho y quería devolver el tiempo para rememorar los momentos tan inolvidables con su amado.

A lo lejos escuchaba el llanto de Seokjin, las palabras de aliento de Namjoon y los cuestionamientos de Hoseok y Yoongi, quienes eran los más estupefactos en este caso, pero no importaba lo que ellos dijeran, cuando lo que más deseaba era escuchar la voz aterciopelada de Taehyung por última vez.

Sus malos pensamientos se detuvieron por un instante al percibir una caricia en sus cabellos, imaginando que se trataba una ilusión producto de su devastación.

—Koo, suéltame un poco... Me aprietas.

Acto seguido, el mencionado se alejó de su pareja para comprobar que escucharle hablar no era un sueño.

—T-Tae... ¡Estás vivo!

La fuerte exclamación del azabache alertó a sus amigos, obligándolos a salir de su burbuja de tristeza de inmediato. Decididos a respetar las palabras que los enamorados intercambiarían después de ese horrible susto. Ellos eran capaces de esperarlos.

—Lamento haberte preocupado, pero fue muy necesario para que lobito hiciera su espléndido trabajo—argumentó con una sincera sonrisa en sus labios.

Jungkook frunció el ceño sin comprender esas palabras, aunque se sintió más tranquilo al sentir nuevamente la conexión con su parte animal. Aquel lobo sacaba pecho con mucho orgullo al comprobar que su intervención logró salvar a su bella luna.

—No entiendo...

—Lamentamos interrumpir su momento mágico, pero nosotros tampoco entendemos nada de lo sucedido.

Namjoon intervino, secándose las lágrimas con el dorso de su mano, mientras con la otra señalaba a su vampiro que estaba en su mismo estado para dar a entender su punto.

—Nosotros tenemos una idea, pero lo mejor es que Tae lo explique antes de que Jiminnie venga con la ayuda—sugirió Yoongi, tratando de disimular lo conmocionado que seguía por la experiencia tan loca de la que formó parte.

Esperando por el consejo del mundo de abajo sabría cómo proceder con los traidores que seguían vivos, los cuales fueron inmovilizados por si acaso gracias a los brujos que unieron sus poderes a último minuto para garantizar su objetivo.

—De acuerdo, lo que sucedió fue...

El peligris relató que, al saborear la sangre de Jungkook, entró en un trance en el que vio al lobo demonio, quien se encargó de sanar cada una de sus heridas causadas por la daga de plata.

Deteniendo el rápido sangrado, y eliminando el ardor que quemaba las zonas afectadas.

Ese fue el motivo por el que Jungkook dejó de percibir la presencia de su lobo, quien formó un pacto con Taehyung al salvarle de su inminente final, mientras lo transformaba en demonio en un porcentaje ínfimo, por lo que no existirían cambios que se consideraran demasiado drásticos en su organismo.

Los brujos suponían que la relación entre Taehyung y Jungkook se estrecharía más de lo normal según el testimonio del vampiro, pues este aseguró percibir al lobo como si fuera una parte extra de su consciencia.

Siendo un resultado muy parecido al que Yeongho hubiera conseguido en el pasado de concretar el pacto.

—Wow, esto sin duda es impresionante—musitó Seokjin, más calmado tras escuchar esa importante información de la boca de su hermano.

—Sí, así que lamento que se preocuparan tanto por mí.

Taehyung se incorporó con la ayuda de Jungkook, reverenciando en modo de disculpa a sus amigos y familia. El azabache no quería separarse de su pareja, por lo que su brazo rodeaba su cintura con firmeza hasta conseguir asimilar que seguía ahí con él.

A su lado, por siempre y para siempre.

Quería encerrarlo en su habitación y marcarlo con su aroma, mientras recibía sus dulces mimos. Y sabía que su luna no se lo negaría, pero antes de eso debían resolver varias cuestiones para tranquilidad de todos.

—Ya, lo importante es que estás aquí, Taehyungie.

Namjoon le mostró sus hoyuelos mediante una afable sonrisa, dicho gesto fue imitado por los demás sobrenaturales que irradiaban felicidad al verlo recuperado. Incluyendo a Jackson, quien despertó y se mantenía en pie con ayuda de Hoseok.

Yoongi quiso seguir charlando al respecto, pero la entrada de Jimin junto al consejo y sus escoltas impidió su cometido. Se había tardado más de lo esperado, pero nadie podría reclamárselo, porque la peor parte se la llevó el hada.

¿El motivo? Tuvo que ser muy cauteloso al acercarse al grupo de mayor influencia en el mundo sobrenatural, procurando que el evento de la luna púrpura no se arruinara en el proceso. El nerviosismo de obtener una reacción llamativa por parte de los susodichos lo tuvo sudando frío, pero para su buena suerte, cada uno se lo tomó de una manera pacífica.

Y lo mejor era que nadie reparó en la desaparición de los mismos al encontrarse embelesados con la sensación de vitalidad que el astro les ofrecía cuando se exponían ante él.

—¡Chicos!

—¡Jiminnie!

Al unísono, el grupo le dio la bienvenida al joven de cabellera dorada, el cual seguía manteniendo una estatura diminuta y portando sus alas rebosantes de brillo. El susodicho se acercó primero a Taehyung con la intención de abrazarle por el cuello como más pudo, causando una suave risita en el susodicho.

—Tae, ¿cómo estás? Estabas muy herido.

—Larga historia, ya tendremos tiempo para conversar. Ahora tenemos otros asuntos de los que debemos encargarnos.

—Sí, tenemos tanto que explicarles...

El consejo sobrenatural que constaba de miembros representantes de cada una de las especies existentes, manteniéndose boquiabiertos al ver los cuerpos regados en esa cueva de la que desconocían su existencia. El hada les explicó la situación de una forma muy escueta, pero ninguno imaginó que la magnitud del caso fuera tan grave.

Era horrible descubrir la traición de algunos vampiros que se consideraban privilegiados en su mundo. No obstante, al escuchar con lujo de detalles el relato de los involucrados y descubrir que humanos también formaban parte del macabro plan, tomaron consciencia de que estuvieron a nada de ser víctimas de una conspiración elaborada por seres sedientos de poder.

Agradecieron repetidas veces al grupo por enfrentarlos y les prometieron que, a partir de ese momento, ellos se encargarían de los desertores. Alegando que más pronto que tarde les darían noticias de su última decisión.

Después de que el consejo se retirara del lugar, los demás hicieron lo mismo, yendo en direcciones distintas. Porque dos de las parejas optaron por hacerles una visita a sus amigos más cercanos, quienes de seguro estuvieron buscándolos durante la celebración de la luna púrpura a la que se suponía debían asistir; antes de siquiera estar al tanto de la elaborada trampa de Soohyuk, a excepción de Taehyung y Jungkook que se adelantaron a la mansión.

Mientras tanto, Hoseok y Jackson se quedaron dando un paseo para aclarar las dudas que carcomían la mente de un confundido brujo. El vampiro no sabía que esperar al ver la seriedad en el rostro del castaño. Tampoco quería hacerse ideas de que algo pudiera cambiar entre los dos, porque jamás olvidaría la decepción en los orbes de Jung por la puñalada en la espalda que le dio a su familia de corazón.

Ellos pudieron serlo todo en el pasado, pero no existía garantía de que lo siguieran siendo en el futuro, ¿no?

No eran el lobo y el vampiro que se separaron por los crueles hilos del destino, que terminó siendo benevolente con ellos como para darles una segunda oportunidad de reencontrarse y vivir su ferviente amor otra vez.

—Gracias por salvarme.

Esas fueron las primeras palabras que Jackson dijo para romper el silencio cuando Hoseok y él detuvieron su andar en medio del bosque.

—No fue nada—le restó importancia, rascándose el cuello como un gesto de aliviar la tensión—. Me tranquiliza ver que tu herida se ve mejor.

—Ohh sí, está perfecta. Ya no hay dolor, solo una leve picazón.

—Es normal, el ungüento que te puse tiene ese efecto que ayuda a disimular la sensación de ardor similar a una grave quemadura.

Al brujo le picaba la lengua por soltar los pensamientos que llevaba dentro, y dejar de lado esa conversación tan trivial en la que se vieron envueltos sin quererlo.

—Comprendo... ¿De qué querías hablar?

Jackson tuvo más coraje de poner las cartas sobre la mesa antes que Hoseok. No le gustaba andar con rodeos. Wang temía, pero era peor vivir la incertidumbre de una charla tan forzada según su percepción.

—¿Me conoces de antes, cierto? —interrogó, sin dejar de observarle directo a los ojos.

—¿Qué? No entiendo a qué te refieres.

Quiso desviarle la mirada para de ser necesario, hacerse el desentendido y evitar explicar su verdad. La pena y el miedo al rechazo eran más fuertes. Hoseok notó el cambio en su semblante y el titubeo en su voz, por lo que se acercó para tomarle con firmeza por el rostro.

—Por favor, no quieras cambiar el tema. Yo vi algo, pero deseo escucharlo de tu boca.

Jung se veía entre ilusionado y ansioso por su contestación, ignorando por completo la peligrosa cercanía entre los dos. Jackson abrió mucho los ojos, quedándose inmóvil ante el tacto inesperado del contrario.

—¿Qué esperas que te diga?

—La verdad.

—¿Eso cambiaría algo? —esa respuesta fue suficiente para que Hoseok comprobara que su suposición era correcta.

Años atrás, cuando Yuqi se guardaba las cosas para sí misma y él se daba cuenta de eso, cómo para querer interrogarla hasta hacerle confesar sus preocupaciones, la fémina usaba dicha técnica para desviar la atención, mientras una mueca en su boca y el ceño fruncido se hacían presentes en el rostro del joven.

—Entonces si lo sabes, ¿por qué no me lo dijiste?

—Por vergüenza—explicó Wang, entrecerrando los ojos para evitar no llorar—. Los traicioné...

—Pero terminaste actuando de forma correcta y nos ayudaste—debatió, acariciando con sus pulgares las mejillas ajenas que poco a poco se empapaban con lágrimas.

—Porque recordé todo, nada más por eso...

—¿Pero te sentías culpable, o no?

—Mucho—aceptó rendido—. Iba en contra de mis principios, pero no podía negarme después de que Soohyuk me salvara la vida.

—Tranquilo—unió sus frentes con cariño, sin dejar de darle mimos al vampiro.

—Perdóname por favor—suplicó en un susurro—No pretendo que volvamos al pasado, pero no me odies, Hobi. Me conformo con tu amistad.

La sonrisa del brujo al oír su apodo escapar con naturalidad de la boca de Jackson era tan brillante. El rojo pintó sus mejillas y su corazón latió con rapidez. Ahora comprendía la razón por la que el susodicho removía tantas cosas en su ser. Días antes se partiría de la risa si alguien le confesara la verdad acerca de Jackson, pero cada cosa encajaba a la perfección que podría darse un golpe en la frente por despistado.

Aunque la mayor culpa caía sobre sus hombros por no ser más arriesgado y buscar más interacciones con el susodicho. Porque quizá, solo quizá, se hubiera enterado de todo desde el inicio.

Pero lo hecho, hecho estaba y si la vida le estaba dando la oportunidad de recuperar el amor por el que tanto tiempo sufrió, lo haría paso a paso.

—Tienes razón, nuestra historia en tu anterior vida ya terminó.

Esas palabras dolieron más de lo que Jackson imaginó. Debió suponerlo. No tuvo que ser tan iluso al creer que el castaño replicaría y le diría que sí eran capaces de estar juntos como en el pasado.

Ellos no eran Taehyung y Jungkook como para experimentar un romance que duraría hasta la eternidad.

El vampiro quiso alejarse del brujo, marcar el límite para luego no sufrir las consecuencias de su corazón que seguía enamorado. Pero antes de dar un paso hacia atrás, lo único que sintió fueron los labios de Hoseok adueñándose de los suyos con una calidez que lo reconfortó como nunca antes.

Jackson se impresionó por el repentino gesto, aunque por más que deseo ponerle un alto, se dejó llevar por la dulzura de aquel beso. Los segundos parecieron eternos, por lo que se separaron cuando necesitaron aire.

—¿Q-Qué fue eso? —tartamudeó—. Tú dijiste que nuestra historia...

—Nuestra historia en el pasado finalizó, pero nuestro presente está por escribirse si me lo permites.

—Pero mi apariencia no es la misma que antes...

Esa inseguridad le pesaba en el alma. Ya no era una mujer. Un beso era nada en comparación a la propuesta de una relación estable con un hombre.

—Acabo de besarte, ¿crees que eso me importa, Jack?

—Lo siento, esto es tan surreal. Y-Yo no imaginé que podríamos intentarlo, creí que tus sentimientos hacia mi cambiaron luego de tanto tiempo.

—Por si no lo recuerdas, un sobrenatural se enamora una sola vez y es para siempre.

—Tienes razón, me lo repetiste incontables veces en el pasado—concordó, acariciando el mentón ajeno con delicadeza.

—Y lo repetiría mil veces más en esta vida.

—Eso no lo dudo, pero, ¿quieres que te confiese algo?

—Te escucho—alzó una ceja por el interés que le causaba dicha interrogante.

—Lo único que extraño del pasado es tu cabello largo hasta los hombros.

Esa era una de las cosas que más le encantaban tiempo atrás, porque su amado lucía tan imponente y con un aura más misteriosa que de costumbre.

—Ya veo, por ti podría dejármelo crecer ahora que estás conmigo para disfrutarlo.

Hoseok sonrió de lado, no le fue difícil suponer que era eso al notar como la mano de Jackson se pasaba por su cabellera. Ah, sin suda lo consideraría, pues ya no había motivo para no dejárselo crecer.

En el pasado se lo cortó como una forma de demostrar su tristeza ante la pérdida del amor de su vida, pero ahora que le recuperó, su decisión también lo haría. A fin de cuentas, sería un nuevo inicio para los dos.

—Entonces... Empecemos desde cero, Hobi.

—Contigo hasta el fin del mundo, Jack.

La pareja se regaló una mirada cómplice antes de tomarse de las manos y continuar su paseo por el bosque por varias horas más. Tenían tantas cosas que contarse, por lo que no querían esperar más para ponerse al día con las diversas anécdotas que anhelaban compartir mutuamente.

Cuando arribaron a la mansión Kim, lo primero que hizo Jungkook fue abrazar con fuerza a Taehyung. Hundió su nariz en la piel canela del cuello ajeno adornado por esa telaraña perteneciente a la transformación del vampiro. Porque a pesar de que su cambio se desvaneció al instante en el que perdió las fuerzas, dicha marca jamás lo haría, porque era una prueba de que su cuerpo sobrenatural mutó por la mordida del lobo demonio.

Dicho detalle todos lo desconocían, pero con el tiempo lo intuirían por cuenta propia al igual que las consecuencias que la anatomía de Jeon sufriría al volverse uno solo con su parte oscura.

La mano del vampiro se enredó en la cabellera azabache, descubriendo que las orejitas que adoraba acariciar habían desaparecido; al mismo tiempo, revisó de reojo que la colita peluda también se desvaneció sin ser consciente de ello, pero una sonrisa se pintó en sus belfos al imaginar que estaría moviéndose de un lado al otro a causa de sus mimos.

En medio del cómodo silencio, Taehyung gozó de la cálida lengua que comenzó a lamer la zona con cariño, con especial atención a la cicatriz hecha por los colmillos de su amado, mientras este se perdía en el aroma a romero impregnado en la tierna dermis canela.

—Creí que te iba a perder, Tae. Tuve mucho miedo.

Luego de un rato, Jungkook rompió el hielo entre los dos. Mostrándole sus orbes brillosos por el torrente de emociones que sufrió, los cuales continuaban con unos destellos morados alrededor del iris azulado como prueba de su cambio; porque el tono chocolate natural no volvería jamás, sin dejar de lado a las marcas oscuras que se enredaban en sus brazos hasta alcanzar la zona del pecho que yacía descubierto.

Siendo el resultado permanente de lo que vivió aquella noche en la que fue bañado por la luz de la luna púrpura.

—Créeme que yo temía más por ti que por mí, cachorro.

—No debí irme de tu lado, debí cuidarte.

—Y lo hiciste, nos salvaste a todos—argumentó, dejando un beso en la nariz del menor.

—Tú también hiciste mucho, gracias por vengar a mi familia.

La voz de Jungkook se quebró en la última parte, pero Taehyung no hizo nada más que mirarle con devoción con la intención de transmitirle dicho sentir en su profundo contacto visual.

—No iba a dejar que te mancharas las manos por seres tan insignificantes como esos.

—Ni la eternidad me alcanzaría para pagarte lo que hiciste por mí.

—No es necesario que me pagues nada cuando para mí tu existencia es suficiente.

Con su pulgar delineó la herida seca en la mejilla del azabache. Lo más seguro es que le quedaría una cicatriz, pero se encargaría de besarla siempre que pudiera para que su amado no se sintiera acomplejado por ella.

Olvidando un detalle muy importante en sí mismo.

El lobo ronroneó cual gatito, embelesado por la confesión y las delicadas caricias que recibía. Cerrando sus párpados con lentitud, en lo que aprovechaba a delinear la cintura del mayor con sus dedos que aprovecharon a colarse debajo de su ropa desarreglada.

—La pelea te dejó una marca, pero para mí sigues siendo precioso, Koo.

—Gracias, Tae. Tu para mí eres el número uno del mundo, no, del universo.

Una risita se escapó de los labios del joven de orbes escarlatas por esa declaración. Aunque el exquisito sonido cesó cuando la mano del contrario apretó su muñeca, obligándolo a detener sus mimos.

—Qué...

—T-Tae, tus manos...

La mirada del peligris cayó sobre las palmas de sus manos, consiguiendo que su boca se abriera por la impresión. Las cicatrices por las quemaduras que sufrió por al contacto con las cadenas de plata ya se habían asentado gracias a la intervención del lobo demonio. Mentiría si dijera que no se veían horribles y antiestéticas.

En un pasado se avergonzaría de ellas, pero al igual que Jungkook que portaría una cicatriz en su pómulo, él también mostraría estas marcas con orgullo como una muestra de su perseverancia en aquella batalla.

—Lo sé, puedes estar tranquilo.

—¡¿Cómo me pides algo así?!

Jungkook ardió en cólera por lo que veía. Todos los desgraciados que estuvieron involucrados en ese desastre merecían sufrir tanto en la vida como después de la muerte por causarle este daño tan irreparable a su luna de rubí.

Lamentaba no haberlo notado más antes por estar concentrado en quedarse a solas con su pareja.

—Koo, calma. No te exaltes—pidió con un tono de voz suave—. ¿Acaso vas a dejar de quererme por esto?

—No, nunca—negó con su cabeza, dejando de lado su molestia—. Te amo demasiado, Tae.

El lobo tomó sus manos entre las suyas para dejar varios besos en cada porción de la piel lastimada.

—Yo también te amo mucho—respondió con honestidad, y sus ojos picaron por la tierna acción del menor—. Nuestras cicatrices son la prueba de lo que vivimos, así que portémoslas con orgullo, cariño.

La contestación que Taehyung obtuvo de Jungkook fue leve asentimiento. Después de eso, el menor tomó la iniciativa para besarle con ternura y guiarlo a su habitación, en la que liberarían cualquier tipo de tensión acumulada. Debían aprovechar que estaban solos y que sus heridas sanaron gracias al poder del demonio que ahora los conectaba de una forma más especial que ninguna otra.

Por lo que el lobo no vaciló para meterse entre las piernas ajenas, abrazar el torso ajeno con posesividad y marcarlo con su propio olor, mientras sus bocas se encontraban con pasión.

La intensidad entre los dos terminó con ellos enredados entre las sábanas, toqueteando cada parte de sus anatomías hasta el cansancio. Porque durante esa noche, se propusieron amarse correctamente sin restricciones.

Al día siguiente, sucedieron muchas conversaciones pendientes. Entre las más relevantes, estuvo la confesión de Hoseok y Jackson sobre el lazo que los unía desde la anterior vida del vampiro. Yoongi se quedó sin palabras cuando se enteró de ese relato, descubriendo que él desconocía que su amigo tuvo un antiguo amor. Los presentes lo aceptaron sin pensar mucho en ello, pues el vampiro se redimió al venirles a buscar y ayudarles para salvar a Taehyung.

Otra charla importante fue con el consejo sobrenatural, quienes se pusieron a trabajar arduamente para conseguir información extra desde el preciso instante en el que tomaron como prisioneros a los traidores. Su investigación dio frutos gracias a la colaboración de Choi, que no demoró en delatar a su propia gente para salvarse a sí mismo. El hombre fue un iluso al creer que tendrían compasión con él, cuando desde un inicio estaba establecido que su grupo se enfrentaría a una pena de muerte.

Hace mucho tiempo que no usaban dicho método, pero en esta ocasión lo ameritaba por la gravedad de sus actos. Y al haber hecho un tratado con autoridades humanas, contaban con el permiso de estos para imponerles su ley, porque si nadie los hubiera detenido, los mortales también hubieran sufrido por las malas decisiones de su propia especie.

Sin contar que los aliados de Choi terminaron poniéndose la soga al cuello al confesar que asesinaban a sobrenaturales indefensos desde hace algunos meses atrás, lo que los puso en un aprieto mayor para eximirlos si osaban pedir algún tipo de defensa.

A los dos bandos no les quedaba de otra que asumir la responsabilidad y pagar sus crímenes con sus propias vidas.

Por eso, en próximos días se efectuaría un evento en el que se comunicaría lo sucedido, incluyendo cuál sería el destino de los desertores y la respectiva condecoración de los sobrenaturales que evitaron un desastre de magnitudes inimaginables.

Efectivamente, eso fue lo que sucedió y el mundo de abajo se puso en deuda con los involucrados. Y los traidores recibieron su merecido.

Cada uno de los sobrenaturales que ya estaban enterados de antemano por las otras parejas que vivían en la mansión Kim desde esa noche, fueron los que más les felicitaron por su valentía. Motivo por el cual, las hermanas de Jimin organizaron una cena de agradecimiento en una zona aledaña a la mansión Kim.

En esa noche estrellada, todos disfrutaron a la luz de la luna con buena comida y excelente compañía, porque por fin podrían estar en paz por un largo tiempo.

Pero nadie se imaginaba que existía un motivo oculto detrás de esta pequeña celebración.

—Tae...

El lobo se acercó por detrás del vampiro, el cual se hallaba muy concentrado observando bailar a algunos de sus amigos en la pista improvisada, con un regalo entre sus manos que se mantenían ocultas en su espalda.

—¡Cachorrito! ¿Dónde estabas? —cuestionó con curiosidad—. Te me perdiste por unos minutos, pero supuse que estabas con alguno de los hyungs.

—Sí, estaba con Jimin hyung. Fui a buscar una cosa a la mansión.

—Supongo que es lo que estás ocultando detrás de ti...

—Así es, lamento no poder esconderlo mejor. Pero deseo que te lo pongas ya—le dedicó unos ojitos de cachorro, batiendo las pestañas para afianzar su petición mediante sus dotes de ternura.

Y sí que lo logró, porque Kim suspiró con fascinación, queriendo comerlo a besos. Sin embargo, esas palabras llamaron mucho su atención, ya que le fue fácil suponer que se trataba de alguna prenda o accesorio que su amado quería que luciera en lo que restaba de la velada.

—Claro, Koo.

—Alejémonos un poco para privacidad, ¿sí?

—Como gustes, cariño.

Se dejó guiar por Jungkook a un lugar un tanto alejado, con varios árboles del bosque rodeándoles. El vampiro percibió que su amado se encontraba un tanto nervioso a cada paso que daban, pero no quería ponerlo más ansioso de lo que ya estaba, por lo que se abstuvo de hacer comentarios al respecto.

—Y-Ya, aquí está bien—anunció, poniéndose frente a su novio—. Por favor cierra los ojos, mi dulce vampiro.

Dicho y hecho, Taehyung sintió algo extraño entre sus manos. Se trataba de un objeto de tamaño mediano, pero si era honesto, no sabría como describirlo a excepción de su forma circular.

—Ya puedes abrirlos.

A Taehyung se le cristalizaron los ojos cuando vio la preciosa corona de flores; en el centro de la misma colgaba un anillo de oro puro con un diamante de rubí, como una obvia referencia al apodo que su novio le dio. Kim no era tonto como para no conectar los puntos de lo que sucedía en ese preciso instante.

Para los sobrenaturales las propuestas de matrimonio se realizaban de diversas maneras, pero la más especial era con un elemento hecho a mano por la persona que realizaba la proposición, con un mensaje implícito de crear un futuro juntos desde cero.

Sin dejar de lado la sortija que hacía más formal la idea de la alianza entre dos vidas destinadas a compartir diversas experiencias por la eternidad.

—¿Le permitirías a este loco de amor por ti enlazarse contigo hasta el fin de los tiempos?

—¡Por todos los murciélagos, acepto con gusto!

¿Cómo no aceptar? Era imposible no hacerlo cuando este fue uno de los sueños que la pareja no pudo cumplir en el pasado. El licántropo recibió entre sus brazos al vampiro que se lanzó contra él, dándole unas cuantas vueltas en el aire sin querer soltar su regalo.

—No puedo creer que esto esté sucediendo, nos vamos a casar.

—No hay razón para que esperemos más, mi luna de rubí—expresó con el mismo tono alegre de su amado, al que devolvió al suelo.

Acto seguido, sacó el anillo bien asegurado de la corona para colocarlo en el dedo del joven de orbes escarlatas.

—Estoy de acuerdo contigo, alfa.

—Encaja perfecto.

—Porque quien me lo regala es la perfección para mí—dijo, provocando que un sonrojo se adueñara de las mejillas del azabache.

El peligris se colocó la corona de flores en su cabeza, como segunda confirmación a su aceptación a la propuesta de matrimonia hecha por el lobo. Compartieron sonrisas cómplices y se dieron un corto beso antes de devolverse a la fiesta que abandonaron momentáneamente.

Los aplausos de los presentes no se hicieron esperar, al verlos acercarse tomados de las manos. Todos estaban al tanto del plan de Jungkook menos Taehyung, por lo que no les sorprendió que el susodicho exclamara la buena noticia a los cuatro vientos.

La velada continuó por otras horas más, en la que los asistentes salieron con un hermoso recuerdo grabado en sus corazones.

Varias semanas de preparación dieron como resultado un bello evento en el que Taehyung y Jungkook serían los protagonistas. Jimin y Seokjin fueron los que decidieron actuar como organizadores con la ayuda de las hadas que eran expertas en ese ámbito, pues ya habían demostrado su talento en la pasada celebración.

Yoongi, Hoseok y Jackson se pusieron el reto de elaborar un banquete que dejara satisfechos a los invitados, los cuales no pasaban de cincuenta, porque los prometidos querían que fuera lo más privado posible.

Mientras que, el propio vampiro fue el encargado de su vestimenta y la de su novio. Su elección se basó en unos elegantes trajes blancos con algunas diferencias entre sí, pero con el propósito de que fueran combinados con el otro. Un hecho que presumiría frente a los invitados, porque la mayor satisfacción de Taehyung era alardear sobre lo afortunado que se sentí al tener a Jungkook a su lado.

Por esta ocasión, la boda se daría en una zona cercana a un lago dentro del espeso bosque. Varias luces yacían colgadas en las ramas de los árboles, en conjunto a telas transparentes que envolvían a los troncos con sutileza. Las sillas estaban ubicadas en filas a los costados del camino que abría paso al altar decorado con diversas flores en forma de arco.

El gran día había llegado y cada sobrenatural ingresaba a sus respectivos asientos después de que Namjoon les diera la bienvenida, pues él fue el que entregó las invitaciones de forma personal en su forma de águila.

Taehyung se encontraba ansioso, pero Jimin sabía cómo calmarle, mientras le daba los últimos retoques a su maquillaje en la carpa armada por sus hermanas, la cual sirvió para poder arreglarlo y no demorar tanto cuando fuera la hora acordada.

—Calma Tae, deja de moverte como gusano que me harás dañar mi trabajo—pidió, terminando de delinear los ojos impropios.

—¿Y-Y si la jodo cuando le doy su regalo?

—Eso es imposible, porque yo te lo voy a entregar—le recordó, acomodando uno de los mechones grises—. Bajo mi cuidado, ese presente no sufrirá daño. Por ahora Yoon es el que lo tiene en su poder, pero cuando estemos allá me lo dará.

—Me parece bien. Y es muy cierto lo que dices—razonó, relamiendo sus labios humectados con el bálsamo sabor a fresa que su amigo acababa de colocarle—. Olvidé ese detalle, perdón.

—Tranquilo, sé que esto es normal. Si estuviera en tu lugar me temblarían las piernas, pero tú pareces más relajado que eso.

—Créeme que me estoy esforzando, pero quien sabe y sucumbo a mis nervios a tal punto de volverme un murciélago.

De solo imaginar esa escena, se moría de vergüenza.

—Calla, no seas un dramático—lo reprendió, y le ofreció su mano para que se pusiera en pie—. Ya estás listo, así que pongámonos en marcha.

—De acuerdo, hagámoslo antes de que me desmaye.

El hada soltó una carcajada, más que dispuesto a guiar a su amigo a su destino. Fue cuestión de minutos para que arribaran al lugar de la ceremonia. Jungkook ya se encontraba ahí, pero ni siquiera reparaba en la presencia de Taehyung por estar conversando de temas triviales para tranquilizarse con Hoseok, quien sería el que ejecutaría su unión.

Seokjin divisó a su hermano a la distancia, por lo que avisó a los músicos para que iniciaran a tocar la pieza de entrada para el otro vampiro. Los presentes se pusieron de pie, captando la atención de Jeon, que por fin notó a su amado en todo su esplendor.

Era tan majestuoso como el día en el que lo reencontró en su nueva vida.

Se volteó por completo, sin quitarle los orbes de encima. Queriendo atesorar en sus retinas la imagen etérea que se desarrollaba ante él.

Jimin entregó a Taehyung a Jungkook, con una brillante sonrisa en su rostro para luego sentarse a lado de su pareja, Yoongi. La mano del lobo se afianzó a la del vampiro, atrayéndolo hacia su costado para dar inicio a la boda.

—Te ves muy guapo, Koo—susurró.

Y no mentía, porque su lobo era encantador en todo el sentido de la palabra.

—No más que tú, Tae.

Un carraspeo por parte del brujo rompió la burbuja de cursilería entre la pareja, que con un movimiento de cabeza se disculpó en silencio. Eso gesto bastó para que Hoseok empezara a recitar un discurso sobre la razón por la que se encontraban ahí reunidos, un poco del contexto de la historia de los enamorados (sin revelar que uno de ellos reencarnó para reunirse con el otro) y, por último, la petición para que los involucrados recitaran sus votos.

—Jamás me espere reencontrarme contigo después de tanto tiempo, pero aquí estamos, cariño—Taehyung acarició la mejilla de Jungkook, escuchando de fondo como todos suspiraban de amor—. De a poco me conquistaste con detalles, acciones y palabras, a pesar de temer a que te rechazara. Aunque lo cierto es que nunca te rendiste y te agradezco de corazón que no lo hicieras, pues eso me ayudó a abrir los ojos para darme cuenta que no debía perder al amor de mi vida por nada del mundo.

El color carmín pintaba las pálidas mejillas de Jungkook, mientras su corazón latía a mil por hora como si hubiera corrido por horas. Ansiaba decir tantas cosas para responderle, pero al mismo tiempo, evitaba interrumpir al mayor para deleitarse con su declaración.

—Gracias por ser la razón de mi sonrisa, por ser mi cómplice, por escucharme y por amarme. Eres mi mundo, la mitad de mi alma y mi inspiración para seguir adelante. Permíteme cuidarte como tú lo haces, respetarte y devolverte con creces cada muestra de cariño que me das hasta los confines del universo. Eres lo mejor que me sucedió sin importar las circunstancias en las que nos vimos envueltos y tú lo sabes, porque mis ojos siempre están en ti.

—Tae...

A estas instancias la lengua ya le picaba al lobo por contestarle con más palabras bonitas al vampiro, pero cuando el dedo índice del mencionado le silenció, no pudo hacer otra cosa que no fuera obedecer.

—Por eso, permíteme romper la tradición y darte un regalo.

¿Qué? Los ojos de Jungkook se abrieron por la sorpresa de ver a Jimin acercarse a Taehyung con una cajita diminuta de color rojizo. Kim dio un paso hacia atrás para tomarla entre sus manos y abrirla frente a sus ojos con una lentitud que le pareció demasiado mágica dada la ocasión.

—Por favor acepta este anillo igual al mío como muestra de mi inmenso compromiso contigo.

La preciosa joya era una copia exacta de la sortija que Jungkook le regaló, con la única diferencia que no poseía un rubí, si no una piedra amatista en referencia al color que más resaltaba en los orbes cielos del susodicho.

Taehyung prácticamente estaba dejando de lado la costumbre del mundo sobrenatural en la que la persona que hace la propuesta es la única que regala el anillo a su pareja, porque ellos no hacían lo mismo que los humanos, quienes intercambiaban sortijas en la ceremonia, sin contar que la idea del anillo de compromiso no existía. Dicha acción le dio otro significado a su inesperada acción, porque de esa manera, Kim le transmitía la reciprocidad de su unión mediante ese presente.

No cabía duda de que era un maravilloso detalle. Los invitados aplaudieron que se animara a hacer algo así, porque según su percepción, no existía una buena razón para seguir con esa anticuada tradición.

Quizá con esto muchas otros sobrenaturales se animarían a tomar la misma iniciativa del vampiro, para que no solo una de las partes se quedara con un anillo que demostrara el amor compartido.

—Es precioso. Lo acepto, Tae—dijo y observó como el aro dorado se deslizaba por su dígito al terminar su respuesta.

Las sonrisas en sus rostros eran tan deslumbrantes que hasta el sol del atardecer se quedaba opacado con su magnificencia.

—Gracias, Koo...

—Ahora permíteme responderte—regresó a ver a Hoseok, pidiéndole permiso para continuar.

—Adelante, Jungkook-ah.

—Bien, por dónde empezar... Lo primero que quiero que sepas es que te considero mi lugar seguro. En tus brazos siempre he encontrado mi refugio, en el que puedo acurrucarme hasta que las preocupaciones desaparezcan o cuando lo único que necesito es descansar de lo que sucede a mi alrededor. Desde que nuestros caminos se cruzaron me he sentido más feliz, yo sé que han existido dificultades que hemos tenido que enfrentar porque no somos perfectos, aunque al final del día conseguimos entendernos y eso es lo que importa.

La mirada del peligris era de corazones, porque cuando su alfa hablaba, no se lo pensaba dos veces para sacar su lado más romántico.

—Porque el mundo podría desmoronarse a nuestro alrededor, pero nosotros no lo haremos. Toda tu existencia significa inspiración para mí, tanto así que pensé que estarías más allá de mi imaginación, pero pienso de nuevo y compruebo que estás más allá de ella. Eres como un ángel sin alas y mientras este contigo, yo seré feliz sin importar donde vayamos. Gracias por aceptarme como tu compañero, te juro que día a día me esforzaré para corresponderte como tú lo haces desde que me diste el honor de ser tu pareja.

El lobo entrelazó sus dedos con los del vampiro sin romper el contacto visual, decidido a musitar las palabras que sellarían el par de votos que acababan de dedicarse.

—Te amo tanto, Tae.

—Yo te amo mucho más, Koo.

El semblante conmovido de Hoseok se disipo a uno más serio cuando recordó que era hora de intervenir para finalizar la unión de los enamorados.

—Por el poder que se me ha dado, yo les declaro esposos— anunció—. ¡Felicitaciones a la nueva pareja!

—¡Que vivan! —exclamó Seokjin, siendo secundado por su pareja y amigos.

Taehyung y Jungkook acortaron todo tipo de distancia para besarse. Sus bocas se encontraron, mientras mantenían los párpados cerrados. Por fin eran uno solo en todos los sentidos existentes para dos especies tan distintas como las suyas.

El vitoreo de los invitados no se hizo esperar hasta que la pareja se separó y la celebración se desató por varias horas, en las que bailaron y comieron con auténtico gusto.

Los recién casados se separaron del resto para conversar un rato antes de que su luna de miel iniciara. Viajarían a un pueblito lejano durante una semana entera en sus formas animales, con la intención de alejarse de todo y todos con el dinero y vestimentas necesarias para su travesía. Sus amigas cambiaformas fueron las que les ayudaron a conseguir una cabaña, por lo que no tenían de qué preocuparse aparte de recrearse de inicio a fin.

El vampiro se acurrucó en el hombro del lobo, con la mirada perdida en el oscuro firmamento sobre sus cabezas, mientras el susodicho rodeaba su cintura con su brazo.

—¿En qué piensas, mi luna de rubí?

—En todo lo que hemos vivido para llegar aquí.

—Han sido muchas cosas, pero todo terminó.

—Sí, y eso lo agradezco mucho, porque lo que más deseo es vivir en paz a tu lado por los años en los que estuvimos separados.

Jungkook tomó por el mentón a Taehyung para que le mirara cuando este giro su cabeza por su acción, sonriendo al ser testigo del tono carmín en las mejillas ajenas. Era obvio que él estaba en el mismo estado, pero par Jeon era un deleite visual conseguir ese efecto en Kim.

—El pasado no se borra, pero te juro que nuestro presente y futuro serán memorables.

—Confió en eso, alfa.

Se inclinó lo suficiente para dejar un pico en esos belfos que le volvían loco.

—Todavía sigo impresionado por el anillo que me diste, ¿cómo fue que se te ocurrió?

—Desde que me convertí en vampiro nunca entendí la razón por la que los sobrenaturales se privaban de compartir anillos, por lo que me pareció buena idea cambiar ese hecho, pues ambos fuimos humanos y eso era lo que se esperaba cuando te casabas con alguien.

—Ya veo, eso es buen punto. De lo que tengo entendido, esto se hace así porque la persona que realiza la petición con solo una sortija es suficiente para simbolizar la eternidad que quiere compartir con su pareja.

—Y tiene sentido, pero a mí en lo personal no me termina de convencer—aseguró con diversión—. Para los humanos existe el anillo de compromiso también, pero ninguna especie sobrenatural lo ve así. Por eso, la sortija que me diste desde el momento uno se interpreta como la alianza de nuestras existencias y es la prueba que debería llevar en mi dedo para reafirmar esto en lugar de tener nuestros anillos de casados.

—Y eso nos demuestra que son un mundo totalmente distinto al que conocíamos—razonó con un aire pensativo—. Pero me alegra que pudieras adaptar una tradición del pasado a nuestra realidad.

—No fue nada. Además, siempre fuiste el que más detalles me ha dado, en esta y en la anterior vida. Por eso debía consentirte con algo que estuviera a tu altura.

—Muchas gracias, pero verte contento con mis obsequios ya es el mejor regalo para mí.

—Entonces, hagámonos muy felices en este futuro que tenemos por delante.

Taehyung dio un paso hacia atrás, mostrándole su meñique a Jungkook, quien no demoró en entrelazarlo con el suyo para cerrar su promesa. Sus lindos anillos destacaban en sus manos unidas por el tierno gesto, resplandeciendo más de la cuenta por la intensa luz de la luna. Mientras tanto, el animal interno que habitaba en Jeon, no dejaba de mover la cola y aullar por la euforia de saber que su vida ya le pertenecía de una forma legal a Kim, a su luna de rubí.

Jungkook fue considerado un monstruo, pero solo Taehyung se detuvo a apreciar lo que realmente era. Alguien lleno de miedos e inseguridades, aunque muy dispuesto a luchar por los suyos, demostrando que era alguien de corazón puro.

En el pasado el lobo perdió todo lo que consideraba importante, quedando a la deriva, con la idea de dejarse morir. Sin embargo, los hilos del destino lo guiaron a su vampiro, quien lo protegería y cuidaría a tal punto de querer protegerle hasta de él mismo, pues su amor no conocía de ningún tipo de límites y a partir de ahora, esa promesa de cuidado mutuo duraría por la eternidad.

—Mío hasta el final, Koo.

—Tuyo hasta mi último aliento, Tae.

Fin🦇

Estoy muy emocionada por haber llegado hasta aquí, gracias a todos los que estuvieron desde el inicio, y los que se unieron en el camino. Espero esta historia quede grabada en sus corazones por un largo tiempo, porque yo no la superaré pronto. Amé a cada uno de los personajes y las historias que contaron, ojalá sea de la misma forma para ustedes y me comenten que les ha parecido su final. 

Muy pronto el epílogo y en los próximos extras. Gracias por leer, los adoro. Cualquier información adicional la daré en mi IG: kamieshiro, por si todavía no me siguen. Nos leemos pronto, mis corazones.

Aquí les dejó un edit sencillo que hice de mis queridos amores ❤️‍

-Shiro 🌙

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