Desde que Taehyung le confesó a Yeongho la nueva realidad que su hermano y él tendrían que afrontar de ahora en adelante, el chico no dejaba de pensar que, de no tomar cartas en el asunto, el tiempo con su amado sería efímero. Porque al ser un frágil mortal, envejecería con el pasar de los años y, por ende, moriría mientras su pareja seguiría manteniendo su apariencia radiante y jovial.

La eterna juventud no le importaba en lo absoluto a diferencia de algunas personas que la codiciaban en demasía. En esos momentos lo único que la parecía esencial a Yeongho era continuar a lado del peligris, motivo por el cual, no demoró en pedirle que lo mordiera para transformarse en un vampiro de la misma forma en la que Eunwoo hizo con él.

Una pena que su deseo se viera hecho añicos al enterarse que eso sería imposible por varias razones que el peligris explicó a detalle. No obstante, Taehyung le prometió que pronto encontrarían una solución a ese problema, por lo que Yeongho confió ciegamente en esas palabras.

Los meses transcurrieron, pero la medida que resolvería ese embrollo no llegaba. Lo que provocó que el pánico empezara a apoderarse del humano que todavía no se veía capaz de contarle a su pareja sobrenatural que su tiempo era limitado, pues después de tener algunos síntomas extraños como los que estuvo el día de la desaparición de los Kim, decidió ir al doctor donde le dijeron que su corazón se estaba debilitando poco a poco.

Sinceramente tampoco quería estresar a su novio con esa situación, al ser consciente de que continuaba adaptándose a los cambios en su cotidianidad. Su padecimiento sería lo de menos si conseguía una forma de remediar las cosas. Por lo que el azabache ni corto ni perezoso, se dedicó a indagar un procedimiento por cuenta propia, evitando que Taehyung se preocupara más por ese motivo.

Pensando que hacer, la idea más loca que pudo ocurrírsele se instaló en su cabeza. Buscó a más no poder a una persona que pudiera cumplir con el papel que necesitaba, logrando dar con el paradero de una bruja que usaba la fachada de ser una simple curandera gracias a los chismes del pueblo.

Las personas que manejaban el arte de la magia, ya fuera blanca o negra, sorprendentemente eran más aceptadas que el resto de sobrenaturales en algunos lugares. Ya que eran seres extraordinarios que según los humanos podían ser más de provecho que cualquiera de las otras especies que coexistían con ellos en el vasto mundo terrenal.

Porque si no había quedado claro, la mayoría de mortales eran motivados por sus deseos más egoístas. Demostrando lo interesados que eran con las oportunidades que se les presentaban para manejarlas como mejor les conviniera, ignorando si afectaban o no a terceros.

Aquella bruja de hermosa apariencia no era mala ni era buena, nunca se apropiaba de ningún bando porque su día a día le enseñó a no confiar en el resto. Ella solo hacía ofertas y dependía del cliente si aceptaba o declinaba. Su precio dependía del trabajo que ofrecía, por eso cuando Yeongho llegó a pedirle ayuda tan esperanzado, la fémina le comentó la única opción que veía viable para su desafortunado caso.

—Si tu amor es tan fuerte por este sobrenatural como para querer renunciar a tu humanidad, mi recomendación es que formes un pacto con el demonio que habita en esta joya.

—¿Hacerlo me volverá inmortal?

El joven de piel nívea inquirió con curiosidad y nerviosismo latente en su voz, analizando la piedra de color morado que la hechicera dejó entre sus manos.

—Exactamente, quizá no lo sabías porque a día de hoy tanto ángeles como demonios son como una vieja leyenda para los humanos, pero siguen existiendo. Algunos están escondidos, y otros se encuentran atrapados en reliquias como esta.

—Ya veo, pero, ¿qué precio debo pagar para llevármela?

Su más grande temor era no contar con los medios para alcanzar su objetivo.

—Tu historia logró conmoverme, muchacho. Unas cuantas piezas de oro serán suficientes para que nuestro trato quede cerrado, ¿te parece?

La bruja se permitió mostrarse lo más amigablemente posible, dándole confianza a su cliente para que cediera a su tentadora oferta.

Sin querer pensárselo tanto, el novio de Taehyung aceptó con la determinación brillando en su mirada de color chocolate.

La comisura de los labios de la bruja se elevó cuando su víctima y ella realizaron el intercambio, sin imaginar que con ese acto estaba firmando su condena al volverse "dueño" de esa joya que los brujos consideraban maldita.

Hace mucho tiempo que la hechicera no veía el día en el que pudiera deshacerse de esa pieza que tantos males trajo consigo al obtenerla mediante un trueque que hizo con otro brujo de dudosa procedencia.

Al principio imaginó que podría usarla para su beneficio, sin embargo, al averiguar el terrible secreto que poseía, la mujer comenzó a preocuparse. Siendo cuestión de días para que las desgracias la persiguieran como un ciclo que parecía no tener fin.

Accidentes de varios tipos, el robo de sus pertenencias y sentirse "perseguida" por otros sobrenaturales se convirtieron en su pan de cada día. Aunque para su suerte, nada era lo suficientemente grave como para creer que pasaría a mejor vida, pero ya se estaba convirtiendo en una molestia. Por lo que se propuso que cuando llegará a su próximo destino, se encargaría de quitarse ese tormento de encima a como dé lugar, dándosela a la primera persona que pudiera recurrir a ella con un pedido que congeniará con lo que el demonio buscaba, es decir, un portador.

Y el afortunado fue el joven que dejaría todo atrás por el vampiro que le robó el corazón desde que eran niños.

La fémina instruyó a Yeongho con lo que debía hacer para conseguir la atención del ente de la oscuridad, teniendo como único objetivo de que el pacto entre ambas partes diera resultado. El azabache le agradeció de corazón, yendo a su casa lo más rápido que sus pies le permitieron, muy dispuesto a dar el primer paso.

Entablar conversación con el lobo demoniaco.

El chico recitó unas palabras especiales luego de colocar la piedra morada en un círculo hecho con sal y velas. Consiguiendo que casi de forma inmediata el místico sobrenatural se mostrara ante sus ojos incrédulos.

La bruja le había comentado que su forma era la de un intimidante y majestuoso lobo de pelaje azabache, que poseía unos orbes tan purpuras como la joya que se volvió su hogar por los últimos años.

—¿Quién se atreve a despertarme?

La voz grave del demonio rompió el silencio sepulcral en la habitación.

—Soy Yeongho. Gracias por mostrarme ante mí.

El tímido humano agachó su cabeza a modo de respeto, un gesto que agradó al lobo.

—No agradezcas, supongo que eres la persona que me tiene en su poder después de esa bruja incompetente.

—Si soy yo. ¿Por qué piensas que es incompetente?

—Porque no me permitió que me adueñara de su cuerpo. Eso bastaría para que las maldiciones cesen, pero actuó de manera ambiciosa.

—¿Maldiciones?  —cuestionó confundido, la mujer no le dijo nada de eso—. ¿De qué estás hablando?

—Ya entiendo, la sinvergüenza no te comentó al respecto...

—Lamento no estar al tanto, pero si te soy honesto, quiero ofrecerme como voluntario.

—¿Por qué? ¿Sabes lo que eso conlleva?

¿Realmente ese humano estaba al tanto de las consecuencias? ¿O también tenía intenciones ocultas? Aunque no se notaba, ya que a primeras instancias parecía ser un mortal de corazón noble y puro.

—Ser inmortal, ¿no?

—¿Por qué quieres serlo? Una parte de ti morirá si me dejas poseerte. ¿Todavía estás dispuesto?

—Muy dispuesto.

—Quiero saber tu motivación, humano.

Y eso bastó para que Yeongho se sintiera en confianza como para desahogarse con el sobrenatural que solo quería un pequeño resumen del asunto, en lugar de enterarse de toda la vida del chico que pasaría a ser su portador.

La razón que tenía para hacer lo que hacía era de admirar, pues conociendo como eran los humanos no le fue difícil imaginar que además de vivir eternamente, exigiría riquezas, poder o belleza. Esos tres puntos eran infalibles para los humanos que eran codiciosos.

No obstante, le tranquilizaba tener la oportunidad de ayudar a alguien así. Pues, aunque fuera un ser de la oscuridad, sus intenciones no tenían ni la mayor pizca de maldad. Simplemente nació siendo muy poderoso, lo cual siempre sería el mayor impedimento para vivir en paz.

Lástima que nada salió como los involucrados acordaron, ya que el día que Taehyung le iba a contar sobre la solución que encontró, cayó en la trampa de las personas que descubrieron su amorío con un ser distinto a ellos.

Para la gente del pueblo el hijo menor de los Kim murió, dando paso a algo totalmente diferente que debía ser considerado una amenaza. Y lo mismo aplicaba para el joven con el que mantenía una relación romántica, ya que existía la posibilidad de que el vampiro lo pusiera en su contra a tal punto de elaborar un plan para atacarlos.

Sí, demasiada paranoia por parte de los humanos. Pero así eran las cosas y no parecía que fueran a cambiar muy pronto.

La muerte alcanzó a Yeongho después de prometerle a su pareja que se reencontrarían una vez más. Aunque ese hecho no hubiera sido posible de no ser por la intervención del demonio que tuvo que cambiar su plan a último minuto.

No solo se adueñaría de ese cuerpo por medio de una posesión, si no que formaría parte de él desde ese preciso instante. Atándolos por la eternidad.

Solo que las cosas no eran tan sencillas como parecían, pues existían algunas condiciones que debían cumplirse al realizar un pacto de almas de ese estilo. Por ejemplo, cuando una rencarnación estaba involucrada, la persona que volvía a este mundo conservaba algunos rasgos de su antepasado, pero para este caso tan especial, el rostro que portaría sería completamente distinto. También el tiempo para reencarnar sería más largo a los cien años de regla, pero lo más relevante era que ninguno debía recordar su pasado, ya que el mismo destino se encargaría de atar los cabos faltantes para garantizar el deseo de la persona que lo entregó su alma por amor.

Teniendo eso presente, los siglos pasaron hasta que una nueva historia comenzó a escribirse.

Jeon Joongki y su esposa Yeobeen eran una pareja de lobos que hace muy poco contrajeron nupcias en la manada del oeste. La pareja estaba tan perdidamente enamorada y feliz por su nueva vida juntos, que el deseo de agrandar su familia no demoró en aparecer en sus corazones. Por lo que después de unos meses desde su unión oficial, la fémina le dio la buena noticia a su marido.

Finalmente se encontraban en la espera de un lindo cachorrito que vendría a cambiarles la vida.

La alegría que colmaba a los recién casados se podía notar a kilómetros, pero al ser parte de una manada que creía en supersticiones, les tocó someterse a una tradición en la que una de las lobas más antiguas del grupo leería el futuro del bebé que crecía día con día en el vientre de su madre. Este procedimiento se realizaba con mucha cautela y solo con la presencia de la adivina llamada Hyekyo y los próximos padres.

Cuando la mujer finalizó la lectura tras usar los poderes heredados por parte su madre, la cual fue una bruja muy reconocida tiempo atrás, no se vio capaz de felicitar a la dulce pareja ya que se puso igual de pálida que un pedazo de papel.

—¿Qué sucedió? ¿Qué vio?

Joongki interrogó con firmeza, no demorando en abrazar protectoramente a su esposa por detrás, como si sus manos fueran el escudo que la pancita abultada de seis meses necesitaba para protegerse de cualquier cosa.

—¿Hay algo malo con mi bebé Hyekyo-ssi? Responda con sinceridad por favor.

—S-Su cachorro está maldito.

La loba le respondió a Yeobeen con una expresión de terror en el rostro, temblando levemente por lo que vio.

—Tienen que escapar, no es seguro para nadie que ustedes estén aquí.

—¿Qué dices? No podemos separarnos de la manada.

—Claro que puede Joongki-ssi, deben hacerlo por el bien de ese bebé también. Si quieren que sobreviva vayan a vivir muy lejos de este territorio.

—¿Pero qué fue lo que viste?

La mujer cuestionó a la bruja con preocupación, no comprendía sus palabras.

—Les explicaré todo en el camino, vengan conmigo.

—Nuestras cosas...

—Yo les daré una buena cantidad de dinero para que puedan iniciar de cero y también unos supresores para que su olor natural no los delate frente a otros sobrenaturales. Por favor, confíen en mi palabra.

La pareja cedió ante el miedo de la idea de perder a su primogénito. Siendo honestos las cosas materiales se podrían recuperar con el tiempo, pero al poner un pie fuera del territorio de su manada los volvería desertores de manera automática.

Para bien o para mal no contaban con una familia que lloraría sus pérdidas, solo se tenían entre ellos y ahora lo serían todo para el cachorro que concibieron con tanto amor.

Tal y como Hyekyo les dijo, los ayudó a escapar por un camino secreto en el bosque, relatándoles acerca de la visión que tuvo con solo posar la mano sobre el vientre ajeno. El pacto de Yeongho con el lobo demoniaco fue revivido, más no lo hizo su motivación por la que tomó tan importante decisión.

Sin embargo, el trayecto que les esperaba era sumamente duro dadas las condiciones en las que se encontraron desde que la bruja los dejó a su suerte. La resistencia en lobos era de las mejores cualidades con las que contaban, pero al pasar un día sin dejar de caminar, con alimentos que encontraban en pequeños arbustos y agua que bebían cuando encontraban diminutas lagunas, las cosas comenzaron a complicarse.

Pero la gota que derramó el vaso fue cuando se dieron cuenta que había humanos cerca del territorio por el que estaban caminando. Justo ahora no se veían en condiciones para enfrentarlos, por lo que dejando de comer decidieron apresurar el paso sin fijarse por donde iban. Tan solo deseaban perder de vista a esos mortales que, de quererlo, fácilmente podrían dañarlos.

Como si fuera una bendición del universo mismo, la pareja se encontró con un joven de etérea apariencia que parecía estar esperando a alguien en medio de ese amplio bosque.

Por su apariencia no fue complicado deducir que era un vampiro. Pero se abstuvieron de mostrarse totalmente vulnerables para que el intruso no creyera que tenían intenciones de buscar pelea. Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando el peligris se les acercó preocupados.

—¿Están bien? Los veo agitados, ¿necesitan ayuda?

¿Acaso no había notado que eran lobos?

Fue la pregunta que se instaló en sus mentes, pero que rápidamente fue respondida al recordar que habían bloqueado sus olores naturales.

A ojos del vampiro estaban totalmente camuflados.

—N-Nos estás persiguiendo y no sabemos por dónde ir...

—Oh, yo puedo ayudarlos a salir del bosque.

El peligris ofreció con una pequeña sonrisa en los labios dedicada para la fémina gestante.

—¿Cómo podríamos confiar en que sabes lo que dices?

—Estaba esperando a mi amigo que viene de un largo viaje, así que podría decir que conozco este lugar como la palma de mi mano. No teman, ya les falta poco para salir de aquí.

El vampiro comentó la razón por la que estaba ahí al recibir una interrogante por parte del otro hombre, con la única intención de tranquilizarlos. No sabía ni quienes eran o porque los perseguían, pero en su alma existía el impulso de ayudarlos a toda costa. Mucho más al tratarse de una pareja que tenía un hijo en camino.

Y aunque sus experiencias con los humanos hasta ese momento no eran agradables, decidió arriesgarse con esa familia.

—Está bien.

La pareja dio su consentimiento, siendo guiados por el susodicho hacia el exterior del bosque en el que podría tomar un nuevo camino.

—Muchas gracias, de verdad.

Joongki ofreció su mano que fue estrechada por el otro sobrenatural, quien les regaló una amable sonrisa cuadrada.

—No hay de qué. Vayan cuidado y refúgiense lo más pronto que puedan por este bebé.

Sintiéndose confiado de que su mano no sería apartada, Taehyung acarició el vientre de la azabache. Apreciando una sensación muy especial que lo invadió cuando lo hizo.

Yeobeen no se sintió amenazada ante el tacto ajeno por lo que se dejó hacer, notando un leve movimiento por parte de su cachorro. Y de paso, sorprendiendo gratamente a su marido que se sorprendió con su actitud, pero que no quiso decir nada al respecto.

Una rápida despedida se llevó a cabo entre los lobos y el vampiro que no tenían la más mínima idea de lo relacionados que estaban, pues algunos años en el futuro, aquel peligris volvería a salvar a su hijo del fuego que estaría a punto de consumirlo tras perder lo que más le importaba, su familia.

Una familia que en ese entonces se vería amenazada porque su anterior manada fue atacada por unos sobrenaturales disfrazados de humanos que se habían enterado de la desaparición de unos lobos que parecían ocultar la pieza que les hacía falta desde hace siglos atrás para cumplir con su más grande ambición.

Pero, ¿cómo fue que se enteraron?

El día del escape de la pareja, un hombre que yacía por el lugar logró escuchar la tan valiosa información. Y al ser una persona chismosa por naturaleza, un día en el que se encontraba en una taberna, bebiendo hasta perder los sentidos, no desaprovechó en contar la fantasiosa historia al resto de borrachos que yacían escuchándolo.

Sin imaginar que había unos infiltrados a los que dicha historia les interesó en demasía. Obligándolo a que soltara hasta el más mínimo detalle, con el que ese grupo de desalmados rompería la ilusión de una vida pacifica para los Jeon, arrebatándoles a su hijo Jungkook.

Ese pequeño que crecería para volverse un fuerte hombre lobo que todavía tenía que superar un obstáculo antes de conseguir su ansiado final feliz con la persona que más amaba, y ese era su querido vampiro llamado Taehyung.

Continuará...

Oficialmente el pasado de nuestros protagonistas ha dado fin, pero con la información que di en este capítulo espero que puedan conectar algunos de los puntos en la trama. Pero eso sí, les advierto que todavía falta algo más por ver antes de que le demos un desenlace a esta historia que siempre atesoraré en una parte de mi corazón, y ojalá ustedes también puedan sentir lo mismo que yo. Nos leemos pronto, cuídense mucho. Los amo.