❁ཻུ۪۪Capítulo 48~悪魔
El joven de piel de porcelana que se presentó ante ellos era muy atractivo. Su rostro pequeño, le hacía parecer un muñeco que fue esculpido con sumo cuidado para garantizar esa apariencia tan etérea. Ojos ligeramente rasgados, pero grandes e hipnotizantes, unos labios finos naturalmente rosados y una nariz respingada eran las características que en conjunto le otorgaban tan envidiable belleza.
Por un minuto, los hermanos Kim no lo vieron como una amenaza, pero al recordar la situación en la que estaban, sus cuerpos no demoraron en paralizarse y sus sentidos se agudizaron a tal punto de que sus cabezas idearon planes para ponerse a salvo de ser necesario.
—Por favor no teman. No les haré ningún daño.
El sobrenatural pidió al notar el temor que invadía ambos pares de orbes color escarlata. Debía calmar esa reacción de inmediato.
—¿Quién mierda eres? —el peligris demandó con rudeza. Su tono de voz era una octava más baja de lo normal, impresionando al inmortal—. ¡Responde!
Seokjin vio de reojo a su hermano que había optado por una actitud más defensiva ante aquel pelinegro de preciosos rasgos faciales. Muy seguramente al menor le pareció el plan más adecuado dada la situación, pues de lo contrario, el desconocido podría aprovecharse del miedo que los atacaba con fuerza en ese preciso instante.
—Pero si les acabo de decir mi nombre—se quejó como si quisiera hacer un berrinche, pero al ser víctima de la mirada filosa de Taehyung decidió hablar—. De acuerdo, no es momento de bromas...
—Que bien que lo hayas notado.
—Tae, relájate—su hermano susurró lo más bajo posible para no llamar la atención del sobrenatural—. No sabemos si podremos defendernos como para que lo enfrentes de esta manera tan descarada.
—Tiene razón, aunque no pretendo hacerles nada. No soy peligroso.
Eunwoo volvió a aclarar sus intenciones, impresionando a los nuevos vampiros que no imaginaron que sería capaz de escuchar aquel murmullo con tanta claridad.
Taehyung obligó a Seokjin a retroceder conforme el pelinegro acortaba la distancia que les separaba. Yendo paso a paso hacia el lugar donde se encontraban.
—¿Acaso posees un extraordinario sentido de la audición?
—Sí, y no solo eso, también del resto de sentidos como la mayoría de sobrenaturales.
—Entonces si eres un vampiro...
El hyung del peligris se llevó las manos a la cabeza. ¿En qué jodida situación se metieron?
—Como ustedes—Cha resolvió la duda del joven de hombros anchos con sinceridad—. De verdad lamento haberlos transformado.
Todavía continuaban asimilando lo obvio, pero la confirmación lo hizo más doloroso.
¿Qué sería de ellos de ahora en adelante?
—¿Por qué nosotros? ¿Qué hicimos para merecer que nuestra humanidad fuera arrebatada por un chupasangre?
El joven de etéreas facciones ignoró el apodo peyorativo con el que el peligris se refirió a su persona. No era sorpresa para nadie del odio gratuito que los humanos parecían tenerle a todos los seres distintos a ellos. A estas instancias ya no se sorprendía.
Taehyung tampoco se midió en lo que dijo y siendo honesto no tendría la poca vergüenza de excusarse al respecto. Pero justo ahora la confusión, el miedo y la sorpresa no lo dejaban pensar de forma razonable. La actitud que tomó fue la que juró nunca tener, porque por más que hubiera escuchado cosas malas acerca de los sobrenaturales, era fiel creyente de que no todos debían ser tan malos como decían.
Sí, las anécdotas crueles sobre los asesinatos, cazas y torturas sin sentido por parte de los inmortales eran de los principales temas de conversación entre las personas de su pueblo, pero de vez en cuando alguna persona solía testificar en su favor.
Y aunque les tacharan de locos, el testimonio seguiría presente para quien decidiera confiar en que era verdad.
—Quizá fue el destino o quizá ustedes solo estuvieron en el momento y tiempo equivocados. Sinceramente no lo sé, lo único que quiero que sepan es que me arrepiento de todo corazón. Fue mi error no haber atrapado a algún animal que pudiera calmar mis ansias de sangre o llevar un poco de respuesta por si acaso.
La mirada escarlata de Eunwoo se apagó, delatando lo triste que se encontraba al tener en cuenta de que lo pudo evitar. Porque era válido que esos jóvenes sintieran enojo contra él, ya que los condenó a una vida eterna que no eligieron por voluntad propia.
—Supongo que tienes razón—Seokjin intervino al presenciar lo afectado que estaba el contrario joven—. No nos sirve de nada llorar sobre la leche derramada, pero al menos necesitamos respuestas coherentes sobre este cambio tan drástico en nuestras vidas.
—Y se las daré, les ayudaré en lo que pueda con el objetivo de que algún día puedan perdonarme por lo que les hice.
Los Kim no replicaron ni tampoco le dieron la razón, porque solo el tiempo sabía si lograrían perdonarle con sinceridad, pero para el vampiro de varios siglos era suficiente con le dieran la oportunidad de aclarar aquella experiencia.
Antes de iniciar con esa seria charla, los hermanos se presentaron rápidamente, y el pelinegro no demoró en comentarles que había estado trasladándose hacia su hogar después de un largo viaje de varios días. Pero al creer que estaría capacitado de aguantar sin comer hasta llegar a su destino fue lo que le jugó en contra, dando como resultado que ellos fueran sus perfectas víctimas.
Los instintos se apoderaron de él, y al no conseguir ponerse un freno a sí mismo, los hermanos aparecieron en su camino como lo que más deseaba.
Al ser un vampiro de varios años que no estaba emparejado, su sed de sangre se volvía mucho más intensa, por lo que beber de los dos hasta más no poder fue la única solución para calmar sus ansias.
Todavía recordaba la manera en la que la vida fluía de ambos cuerpos al quedarse sin el líquido rojizo que hacía funcionar sus organismos. Pero cuando Eunwoo consiguió un poco de lucidez, lo único coherente que se le ocurrió fue transformarlos para que no murieran de esa forma tan cruel como algunos vampiros acostumbraban permitir.
Él era diferente, no veía a los humanos como simples seres de los que se podía alimentar y luego desecharlos como basura.
Además, no quería arrebatarles la segunda oportunidad que podía concederles mediante esa acción tan arriesgada que les marcaría para siempre.
Inyectó su veneno con la esperanza de que no fuera demasiado tarde para ellos, decidido a acompañarles en el largo proceso que eventualmente les daría la bienvenida. No iba a descuidarlos por nada del mundo, porque desde que los mordió, se volvieron su nueva responsabilidad.
Eunwoo sonrió al comprobar que logró el resultado deseado, salvándolos y condenándolos al mismo tiempo. Sus pieles se volvieron pálidas y frías al instante como el indicativo más importante de que funcionó, sus corazones parecían haberse detenido, pero seguían vivos por la manera en la que sus cuerpos temblaban, adaptándose al increíble cambio. Sin contar los característicos aromas que comenzaron a desprender sus cuellos como una marca personal que los distinguirían de los demás.
Taehyung y Seokjin no encontraban las palabras para interrumpirlo o decir algo al respecto, porque si eran honestos, el vampiro les estaba dando hasta el más mínimo detalle. Sin embargo, cuando el susodicho mencionó que la transformación duro varios días, el peligris casi se desmaya en los brazos de su hermano al comprender lo que eso significaba.
Era un idiota.
—Mi Yeongie, debemos volver con él.
La culpabilidad se palpaba en el ambiente. Por estar tan concentrados en lo sucedido, los dos olvidaron que dejaron solo a un enfermo Yeongho. Con la terrible posibilidad de que, al no tomar su medicina a tiempo, le hubiera sucedido lo peor.
Taehyung quería soltarse a llorar al imaginar ese crudo panorama, ya no le importaba que le sucediera a él de ahora en adelante, tan solo quería asegurarse del bienestar de su querida pareja.
—¿Quién es Yeongho? —preguntó el pelinegro con nerviosismo. No entendía nada de aquel tema—. ¿Algún familiar o amigo?
—Es mi novio—aclaró Taehyung, atrapando su labio inferior con uno de sus nuevos y filosos colmillos—. ¡Necesitamos volver!
—Todavía están débiles, deberían descansar un rato más...
—Eso es lo menos, no puedo quedarme sentado aquí cuando su vida podría estarse desvaneciendo como si fueran cenizas, mucho menos si...
—Ni lo digas, Tae, Yeongho es fuerte.
—¡Pero, hyung!
—Nada—lo silenció con su dedo índice y de forma inmediata entabló contacto visual con Eunwoo—. ¿Puedes ayudarnos a llegar?
—De acuerdo, si se sienten bien es lo menos que puedo hacer, pero hay que tener mucho cuidado. Recuerden que ustedes ya son los mismos de antes, por lo que si levantan sospechas sería el fin.
—Es verdad, puede que hayan notado nuestra desaparición y lo más seguro es que asuman que ya estamos muertos. Si nos ven, harán muchas preguntas y estaremos jodidos.
—¿Entonces qué hacemos, hyung?
—Lo único que se me ocurre es que muten a murciélagos, nadie va a desconfiar de tres animales tan comunes en el bosque—interrumpió el pelinegro—. Mucho menos cuando es de noche.
—¿Esa era tu idea de ayuda?
—Sí, Taehyung—confirmó al percibir escepticismo por parte del menor—. No es muy difícil, les doy mi palabra.
El vampiro llevó su mano hacia su pecho, como si estuviera proclamando un juramento. Los hermanos Kim una vez más aceptaron las palabras del sobrenatural al confiar en la seguridad que demostraba, poniéndose en marcha.
Tal y como Eunwoo les comentó, era cuestión de concentración el que pudieran cambiar a murciélagos, por lo que después de varios minutos, los tres se encontraron volando por el amplio cielo nocturno.
Era una experiencia memorable a pesar de todo.
Y mientras ellos iban con un rumbo fijo, un joven azabache continuaba en la búsqueda incesante de su pareja y hermano. Yeongho no podía aceptar que Taehyung y Seokjin hubieran muerto la noche que lo dejaron solo para conseguir medicina.
Una hora más tarde en aquel día, el joven cayó dormido y esa pareció ser la cura de todos sus males. Lástima que cuando se levantó de la cama luego de tres largas horas, el susodicho notó que no había rastro de las personas más importantes para él en la pequeña casa.
"Tal vez se están tardando por otras razones".
Fue lo que se dijo para convencerse de lo contrario y no angustiarse. No obstante, cuando un nuevo día le dio la bienvenida, se permitió entrar en pánico, disponiéndose a encontrarlos así fuera lo último que hiciera en su vida.
Varias personas en el pueblo le dieron la mano, buscándolos por cada rincón posible, pero fue cuestión de tiempo para que lo desanimarán afirmando que quizá habían perecido al no dar con sus paraderos o alguna señal que demostrará lo contrario.
Pero para Yeongho era distinto, porque mientras no hallará los cuerpos existiría la expectativa de un cálido reencuentro.
Quién diría que cuando los volviera a ver, ellos no serían los mismos de antes.
Los vampiros convertidos en murciélagos continuaban sobrevolando el bosque que debían cruzar hasta llegar a la casa de los Kim. Sin embargo, cuando más cerca se encontraban de su destino, Taehyung se detuvo de golpe, provocando que Eunwoo y Seokjin hicieran lo mismo.
Los dos mayores no comprendieron su reacción, pero cuando bajaron la vista hacia el suelo pudieron ver a un joven caminando como si buscará algo en medio de los árboles y arbustos.
"Es Yeongho".
El peligris sin esperar alguna indicación se acercó por detrás de su pareja, cambiando a su forma humana en cuestión de segundos para abrazarlo con fuerza.
—Yeongie, volví...
El joven de piel nívea se quedó inmóvil. ¿Estaba soñando? ¿O tal vez murió sin siquiera ser consiente? ¿De verdad esa era la voz de su Taehyungie?
—Mi amor, ¿eres tú? —interrogó, posando sus manos sobre las ajenas que abrazaban su torso como si no quisiera soltarlo nunca—. ¿No eres una ilusión?
—No cariño, soy yo.
Al sentir el aliento ajeno contra su nuca supo que no era una hermosa mentira creada por su mente abatida al no encontrar al amor de su vida y a su querido cuñado.
—¿P-Por qué tus manos están tan frías?
Giró su cuerpo para encararlo, necesitaba contestaciones de manera urgente o la preocupación le pasaría factura. Al ver la palidez que poseía la piel canela que tanto amaba besar, Yeongho se asustó mucho más. No obstante, antes de poder mencionarlo en voz alta, lo resguardó entre sus brazos, acariciando su cintura, mientras lo besaba con tanto anhelo que el peligris apenas pudo seguirle el ritmo.
Se encontraba muy anonadado por el lindo gesto.
Fue dulce, suave y llevaba un mensaje muy claro.
"Te extrañé como no tienes idea".
—Yeongie...
Finalmente pronunció su nombre cuando sus labios se separaron después de esos segundos que parecieron una encantadora eternidad.
—¿Qué te sucedió Tae? ¿Por qué tienes tan baja tu temperatura corporal? ¿No sientes frío? ¿Te duele algo? ¿Dónde está Jin hyung?
Las preguntas no se hicieron esperar, mientras el azabache le tomaba del rostro para comprobar que no tuviera algún daño o herida visible. Ignorando en su totalidad la marca reciente que poseía en el cuello, la cual demostraba su nueva naturaleza, pero a su vez, al azabache le fue sencillo percibir un rico aroma a romero que rodeaba a su chico.
Quizá podría ser un perfume del que no tenía conocimiento previo.
—Tranquilo, cariño, te lo explicaré todo.
—Estaba tan preocupado—admitió con la voz quebrada y los ojos de un pobre cachorro abandonado, provocando que Taehyung quisiera consolarlo hasta que se quedará tranquilo—. No podía dormir bien desde que te fuiste, bonito. Te estuve buscando como un loco durante todo este tiempo, aun cuando las personas me dijeron que no valía la pena y que lo mejor era rendirme.
—Lo lamento tanto, Yeongie, pero también agradezco tus esfuerzos. Yo también estuve muy preocupado por ti. Te dejé solo cuando más me necesitabas, de verdad lamento no haber llegado con tu medicina.
—Eso es lo de menos, una siesta fue suficiente para recuperarme, Tae.
Aquella declaración fue lo que Taehyung necesitó para no sentirse tan mal desde que cayó en cuenta de que dejó a su suerte a su pareja, junto a la suave caricia que recibió en la mejilla.
—Creo que ya es momento de que nos unamos a la conversación.
—¡Seokjin hyung, estás bien!
Su voz sonó animada, pero al ver que traía el mismo aspecto que su chico, la preocupación y angustia volvieron a apoderarse de su cuerpo. Pero esos sentimientos se triplicaron al visualizar a un desconocido que les acompañaba desde que el joven de hombros anchos emergió de los arbustos más cercanos.
Su aura era extraña, no parecía ser alguien común y corriente.
—¿Y él quién es?
Por inercia se colocó delante de Taehyung, protegiéndolo con su cuerpo. Eunwoo no pudo reprimir una sonrisa, tal parecía que ese chico amaba con su vida al peligris como para querer protegerlo de un sobrenatural con el que no tendría la más mínima oportunidad de darse una pelea.
—Soy Eunwoo, la razón por la que no volviste a ver a Taehyung y a Seokjin durante estos días. Tenemos tanto de lo que conversar Yeongho, pero lo mejor será hacerlo en su hogar para mayor privacidad.
Un desconfiado Yeongho le dedicó una mirada a su novio en busca de una afirmación o negación, pero al sentir como apretaba su mano con delicadeza, el azabache accedió a la petición del joven de piel de porcelana.
No demorando en dejarlo de ver como una terrible amenaza para su familia.
Seokjin se sintió feliz por ver que el instinto protector del susodicho no desaparecía ni con el pasar de los años. Todavía recordaba cuando eran unos niños, con el azabache protegiendo al peligris de las mariposas que en ese entonces le daban miedo.
No había duda de que su hermanito merecía eso y más.
En cuestión de minutos se encontraron en la casa que esperó por sus dueños como la pareja de Taehyung hizo. Se acomodaron en la acogedora sala, y el relato no demoró en ser narrado por el vampiro que provocó dicho desastre.
El menor de los Kim estuvo muy atento a cada uno de las reacciones del menor mientras la conversación se desarrollaba. Por un segundo temió que su romance llegara a su fin dada su nueva naturaleza, pero su corazón le repetía constantemente que no debía preocuparse por algo así.
Yeongho lo amaba, y lo seguiría amando, aunque ya no fuera humano.
¿Verdad?
La respuesta era correcta.
Porque su novio lo acurrucó contra su pecho y se dedicó a dejar varios besos cariñosos sobre su cabeza.
—No me importa que seas un vampiro o cualquier otro tipo de sobrenatural que pueda existir, porque lo único que deseo es poder seguir a tu lado como hemos hecho desde que éramos unos niños que no sabían nada de la vida.
—Yeongie, te amo mucho—declaró, acunando una de sus mejillas con cariño—. Gracias por entenderlo.
—No hay de qué. Yo te amo por ser tú, no por otra cosa. Siempre serás mi único amor, jamás lo olvides. Eres la razón por la que cada día me despierto con ganas de ser alguien mejor, el motivo por el que la vida me parece hermosa, y el impulso que tengo para seguir adelante.
Los otros dos vampiros sonrieron por las lindas palabras dedicadas, pero el joven de cabellos negros rápidamente cambió su semblante a uno más serio. Había llegado el momento de dar la mala noticia para todos los presentes.
Se aclaró la voz, llamando la atención de la bonita familia.
—No saben cómo odio tener que decirles esto, pero tendrán que separarse.
—¿De qué estás hablando?
Seokjin lo miró con confusión. No entendía absolutamente nada de lo comunicado por Eunwoo.
—Ahora que son vampiros pertenecen al mundo sobrenatural, no al humano. Así que debo llevarlos conmigo hasta que sepan defenderse, porque al transformarles se han convertido en mi responsabilidad.
—No te los llevarás a ningún lado.
La pose defensiva de Yeongho volvió, no dejaría que nadie le quitará a su familia. Debía existir otra manera. Jamás estaría de acuerdo con la idea de poner distancia con su chico.
—Podríamos iniciar de cero en otro lugar—propuso Taehyung, pensando en que sería la solución más factible—. Hay otras formas, no debemos dejarnos llevar por los nervios.
—Lastimosamente tarde o temprano se darán cuenta de que no son humanos, y eso terminará muy mal. Saben del odio desmedido a los sobrenaturales, tan solo quiero protegerlos como merecen.
—¿Entonces Yeongie podría ir con nosotros? Voy a morderlo para transformarlo.
Su pareja asintió repetidas veces, si eso le garantizaba seguir con su amado lo haría sin vacilar.
—Lastimosamente los vampiros recién convertidos no cuentan con esa capacidad.
—Hay que esperar. Podremos aguantar.
—En cien años Yeongho habrá dejado este mundo.
Las esperanzas de la pareja se vinieron abajo, mirándose con pena, pero Seokjin dejó en la mesa una nueva idea.
—¿Y si lo conviertes tú?
—No está permitido, es la pareja de Taehyung, quien ya es un sobrenatural. Las reglas de mi mundo respetan a los amantes ajenos como no se hacen una idea, porque lastimosamente nosotros tenemos permitido amar una única vez, así que eso no funcionará. En un futuro podrían pedirle ayuda a otro vampiro que sea de confianza si es que eso les sirve de consuelo.
—No voy a permitir que un extraño lo muerda—los celos del peligris no se hicieron esperar, Yeongho no debería sonrojarse al adorar lo territorial que podría ser su chico de sonrisa cuadrada—. Si no soy yo, mi hermano o tú, no lo aceptaré. Pero tampoco soy de rendirme, así que encontraré alguna otra manera de resolver este problema.
—Como desees, Taehyung, pero por el momento tendrán que dejar su relación en pausa para protección de ambas partes.
—No quiero, me rehúso—afirmó el azabache con decisión—. No podré vivir en paz alejado de mi Tae. Mil veces prefiero continuar como si fuéramos un romance prohibido, pero no me pidas distanciarme totalmente.
—Si deciden optar por esa opción tendrán que ser muy cuidadosos los dos—razonó Eunwoo al notar que podrían probar suerte con esa idea—. Les tocaría reunirse algunos días de la semana en medio del bosque, que sea como su escondite secreto.
—Me parece el único plan que pueden llevar a cabo dadas las circunstancias en las que estamos.
Los enamorados estuvieron de acuerdo con lo dicho por Seokjin hyung. Era eso o estarían perdidos el uno sin el otro. Eunwoo también dio su consentimiento, esperando que nada saliera mal.
Aquella noche les pareció demasiado larga por todos los temas que tuvieron que tratar, pero la pareja sabía que ese sería solo un obstáculo más en su relación que conseguirían superar.
Yeongho tampoco planeaba rendirse tan fácilmente. Por eso al ver como su chico se transformaba en murciélago, siguiendo a su hyung y al vampiro que ocasionó ese cambio brutal en sus vidas, se juró encontrar una manera para que las cosas fueran como antes.
Su amor no merecía acabar de una manera tan patética.
Así tuviera que ir al mismísimo infierno, Yeongho siempre conseguiría volver a su lugar seguro.
Los hermanos Kim iniciaron su convivencia con Eunwoo en una casa muy lujosa al otro lado del bosque, oculta de los ojos curiosos de cualquier intruso. Algunos meses fueron suficientes para que el sobrenatural les demostrará que nunca tuvo una mala intención con ellos. Siempre fue amable, comprensivo y les brindó su ayuda para cualquier cosa que necesitarán. Por lo que no les fue difícil perdonarle por su error y aceptarlo como uno más de su familia.
El pelinegro también aprendió a quererlos como si compartieran lazos de sangre.
Y por esa razón, es que les explicó todo lo que necesitarían saber si en algún momento él les llegaba a faltar, incluyendo el tema del mundo de abajo, donde Seokjin y Taehyung descubrieron que podían conocer a más sobrenaturales de varias especies.
Desde hadas hasta sirenas, elfos, brujos y cambiaformas. Todo lo que pudieran imaginar.
Sabiendo que los hermanos tendrían a dónde acudir en caso de que algo grave sucediera gracias a las cazas ejecutadas por los humanos cada cierto tiempo.
Pero Eunwoo realmente esperaba que ese no fuera el caso. A día de hoy nunca tuvo problemas y confiaría ciegamente en que seguiría así.
En cuanto a Taehyung y Yeongho, desde que el peligris se volvió vampiro, ambos se encontraban fortuitamente en el bosque al menos cinco días a la semana. Ese tiempo era tan valioso para los dos, porque eran los únicos instantes en los que podían vivir su precioso romance como si nada los hubiera separado. No eran un humano y un vampiro, eran solo dos enamorados creando recuerdos juntos.
Eso sí, los dos tenían mucho cuidado de no llamar la atención de nadie, porque para el resto del pueblo, el azabache finalmente aceptó que su pareja y hermano desaparecidos habían muerto en circunstancias desconocidas.
Pero lo que ninguno de los dos tomó en cuenta, era que la gente entrometida siempre existiría en cualquier lugar. El conocido como el señor Yun, un hombre de mediana edad que tenía un puesto de frutas, durante una noche en la que no tenía sueño había decidido salir al bosque para dar un paseo, volviéndose testigo de una escena que jamás podría olvidar, mucho menos ignorar.
Taehyung, quien pensaron que dejó este mundo hace ya casi un año, era un repulsivo chupasangre y Yeongho, su pareja lo estaba cubriendo. Los blancos colmillos y la piel naturalmente pálida lo delataban. Muy seguramente lo estaba envolviendo como las sirenas hacían con los piratas. Convenciéndolo de que permitiera que su especie los atacará hasta volverlos cuerpos inservibles.
Era inaceptable. Esto lo tenían que saber todos, porque no era justo que los pusiera en peligro de esta forma. No importaba que antes el peligris fuera uno de ellos, ahora era un sobrenatural y eso lo convertía en su enemigo automáticamente.
Una semana más tarde, Taehyung se encontraba yendo con dirección al lugar secreto donde tenía sus citas con Yeongho. El día anterior lo había notado muy emocionado, por lo que no se contuvo y le preguntó la razón. A lo que el azabache le respondió que en su próximo encuentro le comentaría la razón de su felicidad.
Sin embargo, la imagen que se encontró fue suficiente para que el corazón se le rompiera en miles de pedazos. En el suelo cubierto por hojas marchitas típicas del otoño, se encontraba el cuerpo sangrante de su amada pareja.
—¡Yeongie! —gritó, su garganta dolió, pero no le importó—. ¡¿Quién mierda hizo esto?!
Como pudo hizo presión en sus heridas, tratando de evitar que muriera desangrado, pero era cuestión de tiempo para que todo acabará.
El hombre que lo hirió por la espalda sabía lo que hacía. Lo apuñaló en lugares correctos para que fuera una muerte lenta y dolorosa, a la misma vez que le otorgaría el tiempo suficiente para que pudiera conversar con el vampiro si es que este alcanzaba a llegar a despedirse.
Muchas personas estuvieron siguiéndolos por varios días, logrando descubrir con exactitud los horarios en los que se reunían. Además del lugar en el que se encontraban que ya era como un santuario para la pareja, pues nunca lo cambiaban, creyendo que estarían seguros hasta nuevo aviso.
En esos momentos Taehyung no tenía sed de sangre al estar recién alimentado, por lo que pudo actuar coherentemente y así evitando infringirle más daño a su chico.
—Nos descubrieron, Tae. Me hirieron como castigo por cubrirte y como advertencia para que no vuelvas a acercarte por estos lugares.
El vampiro de cabellos grisáceos no podía creerlo. Esa gente era una verdadera escoria. Yeongho todavía escuchaba sus burlas y risas a los lejos. Llamándolo monstruo por continuar amando a un asqueroso sobrenatural.
—Ya amor, no hables más. Guarda fuerzas, te llevaré a algún lugar para que te curen y estarás bien.
—Eso es imposible, Tae, aléjate antes de que vuelvan. Escuché que estarían cerca por si aparecías y no quiero que te encuentren.
—¿Me estás pidiendo que te dejé morir? No haré eso Yeongho.
Rara vez lo llamaba por su nombre completo, era obvio que estaba enojado, pero debía confiar en él.
—No lo harás, te lo juro, mi amor—su mano acarició la dermis fría de su querida pareja con calma—. Encontraré la manera de volver a tu lado, vete.
—¡No quiero!
Negó con determinación, permitiéndose llorar en el proceso.
—Taehyung, por favor. ¿Cuándo he fallado a nuestra palabra?
—Nunca.
—Entonces hazlo. Te amo más que a mi vida, bonito.
Antes de poder responderle, el vampiro escuchó varias pisadas acercarse gracias a su increíble sentido de la audición. Eran ellos, no podía arriesgarse a confrontarlos. No cuando apenas dominaba sus poderes vampíricos. Fácilmente podrían acabar con él y el sacrificio de su chico sería en vano.
Por eso, dejó un beso de despedida en los tibios labios del azabache que le observaba con esa mirada llena de fascinación que siempre le había dedicado.
No podía creer que estuviera haciendo esto, y si miraba atrás, seguramente se arrepentiría y dejaría que lo atacaran de la misma manera que a Yeongho.
Pero si le dio su palabra, era porque algo traía entre manos, ¿no?
—Sí, preferiría morir antes que irme de tu lado.
Esa fue la última frase que el peligris escuchó mientras abandonaba a la persona que le complementaba, dejando libres las lágrimas que demostraban que ese sería el arrepentimiento que lo acompañaría por la eternidad.
Con sus últimas fuerzas, el joven de piel nívea sacó una pequeña joya que traía escondida en su pantalón cuando estuvo en soledad.
—Sálvame, por favor.
—Es imposible, tu cuerpo ya no me sirve—respondió una voz gutural que venía desde la piedra de color morado. Su tamaño era el necesario para caber en la palma de su mano—. Eres un humano al que no le queda mucho. El trato que estipulamos está anulado.
—Debe haber alguna manera, ¿no se supone que eres un demonio poderoso?
—Lo soy—aseguró con tanto orgullo, que puso nervioso al humano—. Nadie te mintió, pero de ser el caso, las condiciones cambiarán.
—No me importa, ¿qué esperas?
El humano no titubearía con su objetivo, no pensaba retractarse con el desafío que le hizo al ser sobrenatural.
—No solo poseeré tu cuerpo, también seré parte de ti, ¿estás bien con eso?
—Como sea, solo quiero estar con Tae una vez más y para siempre.
—El amor que le tienes es inmenso, eso es tan interesante que me has convencido, simple mortal.
Yeongho esbozó una sonrisa, sintiendo como su alma se unía a la del lobo demonio que yacía en esa joya preciosa, mientras un último suspiro escapaba de sus finos labios.
Ya sería cuestión de tiempo reencontrarse con su amado vampiro.
Continuará...
Gracias por leer y perdón la tardanza, no tenía tiempo libre y estos capítulos del pasado son tan difíciles para mí por los detalles, pero espero la revelación haya valido la pena. ¿Alguien le acertó a esta teoría? Estoy muy curiosa, les leo en comentarios. Una vez más quiero que sepan lo mucho que aprecio que sigan aquí y me acompañen hasta el final de esta loca pero bonita historia.
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