❁ཻུ۪۪Capítulo 45~死ぬのがいいわ
Taehyung fue el primero en abrir los ojos, luego de haber cedido al sueño. Todavía encontrándose en un estado somnoliento, el vampiro se removió un poco en su propio lugar, notando que su cabeza seguía acomodada en el pecho firme de su lobito.
Una preciosa sonrisa cuadrada decoró sus labios de corazón al ver el sereno rostro angelical de su pareja.
Sus cuerpos seguían unidos de esa manera tan íntima, a pesar de que el nudo del alfa había desaparecido en su totalidad. Por lo que de forma inevitable un sonrojo se apoderó de sus naturalmente pálidas mejillas.
Gracias al cielo el quedarse dormido ayudó bastante con ese detalle.
Fuertes brazos lo apresaban como si su vida dependiera de eso, rodeando la parte de su espalda baja con protección. Con sus largos dedos, Taehyung dejó una tierna caricia en el rostro impropio y con cariño dio un beso a esa nariz que tanto adoraba mimar.
Sintiendo un poco de lástima por tener que romper el momento tan bonito, el peligris consiguió zafarse del agarre de su querido novio, incorporándose con cuidado del agradable regazo del azabache.
En el proceso, otra vez sintió su interior vacío y sus piernas estuvieron a nada de fallarle, lo que hubiera provocado que Jungkook se despertara al sentir cómo le caía encima. No obstante, la fuerza innata que poseían los vampiros le permitió mantenerse en pie como si nada le hubiera pasado.
A pesar de justo ahora el trasero le doliera como nunca imaginó que volvería a dolerle.
Pero había valido la pena, así que ni estando loco podría quejarse de lo sucedió.
Incluyendo la marca de colmillos que relucía en su elegante cuello canela, que vale recalcar se desvanecería pronto por obvias razones, pues al pertenecer a especies distintas, era imposible conservarla.
Lo bueno era que podrían renovarla las veces que quisieran y viceversa.
Por un instante, el peligris creyó que su alfita notaría su ausencia, pero el susodicho ni siquiera se inmutó. Es más, hasta se dio media vuelta, quedando de lado sobre el mullido colchón. Sin poseer la más mínima intención de despertar, profundamente entregado al mundo de los sueños. Motivo por el cual, Kim aprovechó a cubrirlo con las sábanas a su disposición para que su chico no atrapará ningún resfriado, ya que el ambiente cada vez estaba más frío.
Una risa quiso brotar desde lo profundo de la garganta del vampiro por lo lindo que se veía. Ni comparación con la faceta que le mostró horas atrás.
De solo recordarlo se estremecía, y algo muy dentro suyo le decía que aun así el menor se contuvo con su persona. Ya con el pasar del tiempo confiaba en la idea de que su novio desatará ese lado salvaje tan característico de los lobos, pero para la primera vez había sido maravilloso en todo aspecto. Sin duda se encontraba expectante al respecto, tanto que se vería capaz de afirmar que tenía una nueva fantasía.
Sin embargo, antes de que sus pensamientos se perdieran por otros rumbos, el vampiro se fijó en lo pegajoso que estaba, tanto delante como por detrás.
Qué vergüenza, y eso que solo fue una ronda. Debía limpiarse urgentemente, o no podría hacer lo que tenía pensado.
Minutos más tarde, el mayor estaba completamente vestido. De reojo comprobó la preciosa estampa de su lobito con los ojos cerrados y abrazando posesivamente la almohada, la cual muy seguramente estaba impregnada con la mezcla de sus aromas. Pues el alfa había enterrado su rostro en la suavidad de la misma.
Sintiéndose exageradamente feliz, Kim revisó el reloj de bolsillo que siempre traía consigo y se dispuso a buscar la canasta que contenía la comida que preparó con antelación. Ya que presentía que, el azabache se levantaría ni bien el rico olor de la comida casera que elaboró con sus propias manos y con desbordante amor por su dulce pareja lo alcanzará.
Dicho y hecho, cuando el aroma a lasaña se filtró por las fosas nasales del licántropo, este se incorporó de golpe. Siendo consciente de que su luna de rubí no seguía a su lado, compartiendo esa cama que fue testigo de la entrega absoluta de ambos.
No se puso triste por ello, porque después de la experiencia vivida el amor se le escapaba de los poros.
Sin pensárselo dos veces, se puso de pie y fue en búsqueda de su novio, ya que todo indicaba que se encontraba en el exterior al no encontrarlo con su mirada chocolate.
Y de paso, olvidando cierto detalle de suma importancia.
—¿Tae?
—¡Oh! —el vampiro se sobresaltó por la voz de su pareja, casi dejando caer los cubiertos que sobre uno de los platos en los que estaba servida la deliciosa lasaña—. Hola, cariño.
Si antes no dejó caer los utensilios, ahora sí lo hizo y lo peor fue que terminaron cerca de sus zapatos. Todo gracias a la impresión que le causó ver a su pareja sin nada de ropa. Su sublime desnudez haciendo presencia frente suyo.
—¿Qué sucede, mi amor?
—¿Cómo me preguntas eso? —cuestionó, tratando con todas sus fuerzas no mirar mucho al azabache de la cintura para abajo—. ¡Cúbrete con algo, Kookie!
El vampiro tapó sus ojos por inercia y gracias a esa simple acción el mencionado comprendió lo que estaba pasando. Decir que no se avergonzó sería una gran mentira. No obstante, su parte lobuna le animó a que por una vez en la vida fuera atrevido por su iniciativa propia. Su vampiro no tenía que hacerlo todo por los dos.
—¿Por qué lo haría? Sí tú mismo dijiste que ambos teníamos lo mismo—aseguró con un toque de coquetería—. No sientas vergüenza, mi dulce vampiro.
El susodicho poco a poco fue descubriendo su rostro, manteniendo su labio abultado al sentirse un tanto regañado. Sus propias palabras le estaban jugando en contra.
—Está bien. Sigo procesando la situación, no me juzgues por sentirme cohibido, cariño.
—Jamás lo haría, mi luna de rubí. Porque esto también es nuevo para mí. Pero...
—¿Pero?
El azabache se acercó lo suficiente como para tomarlo entre sus brazos, mientras su pareja ponía sus manos sobre su pecho, haciendo figuras sin sentido sobre la piel tersa y blanquecina. Trasladando su mano hacia la marca que sus colmillos dejaron al extraer sangre y llevar al éxtasis al lobo con el afrodisiaco que su mordida poseía.
—Si continuabas mostrándome ese lado tímido, solo hubieras conseguido que quisiera seguir haciéndote muchas cosas, Tae.
—Por todos los murciélagos, ¿qué hiciste con mi cachorro? —cuestionó con una ceja alzada, fingiendo auténtica sorpresa—. Exijo que me lo devuelvas, lobito caliente.
—Y yo que pensé que te gustó.
—Si te soy sincero, me encantó, te luciste a pesar de que fue una primera experiencia.
—Ahora puedo estar tranquilo.
Jungkook soltó un suspiro y Taehyung rio con suavidad, plantando un beso en la mejilla ajena. Consiguiendo que el menor sonriera tan brillantemente, enseñándole sus colmillitos al mayor.
Por consiguiente, el peligris susurró unas cosas cerca de su oído que fueron el detonante para que el calor se acumulará una vez más en su vientre.
—Luego podemos repetirlo, pero ahora vamos a comer.
—¿De verdad? —el menor preguntó con ilusión—. ¿No estás jugando?
—Vaya, pareces muy emocionado cachorrito—el azabache asintió repetidas veces ante esa afirmación, con los ojos resplandeciendo como dos luceros, provocando la satisfacción del contrario—. ¿Por qué crees que estoy jugando?
—Porque veo que estás con ropa.
—Lo estoy, pero eso no significa que me la puedas volver a quitar.
El mayor le guiñó el ojo como un buen cómplice. Lo que decía no era ninguna mentira, porque si bien era cierto ser el único vestido podría dar a entender aquello, Taehyung no había tenido suficiente aquel día. Era un vampiro jodidamente ambicioso cuando se trataba de aquello.
Apenas eran las diez de la noche, ya que según sus cálculos estuvieron dormidos por casi dos horas y media, por lo que la noche todavía era joven para ellos.
—No me provoques así, Tae.
—Solo digo. Por favor ve a limpiarte con las toallitas que hay en el cajón de la mesita de noche y más que sea ponte el pantalón, o no lograré concentrarme en disfrutar de la lasaña, cachorrito. Además, no quisiera que se nos hiciera más tarde, o puede que te caiga mal la comida, Jungkookie.
—Amo que preocupes por mí, tienes tanta razón. Será como mi vampiro ordene.
El vampiro estaba complacido por esa respuesta, por lo que pacientemente esperó a que el lobo volviera a su lado luego de que se fuera a cumplir su petición. Lo cierto era que en otras circunstancias le hubiera permitido a su pareja que se mantuviera tal y como llegó al mundo, sin embargo, al estar fuera de la tienda de la campaña, no se podía negar la posibilidad de que algún mirón estuviera cerca a pesar del campo de protección que los rodeaba.
Por lo que le pareció lo más inteligente enviarlo a que se cubriera un poco.
Ya que no estaría para nada contento si alguien lograba observar de más a su alfa.
Nada que un vampiro posesivo no haría, ¿verdad?
Y por más que pareciera que hubieran querido ignorar cierto tema desde que volvieron a sus sentidos, la pareja tenía muy presente que debían mantener una conversación seria de manera urgente.
Al no tener otro par de cubiertos extras luego de que a Taehyung se le cayeran, a la pareja no le quedó de otra que alimentarse mutuamente. Saboreando la obra de arte culinaria que fue cortesía del vampiro para ese día tan especial. El ambiente suave entre los dos era jodidamente encantador, porque se sentían tan cómodos y seguros con el otro.
A fin de cuentas, no era la primera vez que lo hacían. Por lo que lo gozaron a más no poder, también cundo limpiaban los restos de comida que quedaban en la comisura de sus labios con una servilleta de tela.
Pero cuando fue el momento de degustar el postre hecho por Jimin, los enamorados unieron sus belfos manchados levemente con crema en un beso que podrían describir como totalmente dulce y un poco fogoso.
Sin embargo, por más risueños y coquetos que se encontraran en ese preciso instante, era obvio que no podían aplazar más su charla.
—Kookie—Kim llamó a su pareja que estaba guardando las cosas que ocuparon en la canasta mágica que el vampiro trajo consigo—. Tenemos que hablar.
—Tiene que ver con lo que sucedió con nuestra mordida mutua, ¿cierto?
—Exactamente, espera... ¿Viste algo?
—Sí, pero no lo recuerdo—el joven de piel nívea detuvo sus movimientos para ponerle atención a la conversación, lo bueno era que ya había terminado de recoger la fina vajilla—. Todo fue muy rápido e inmediatamente quedamos dormidos, por lo que ni siquiera lo procesé adecuadamente. Creí que podía ser normal al tratarse de una pareja de distintas especies, pero al escuchar tu tono de voz supongo que no.
—Ni yo lo sé. Simplemente me pareció muy raro.
—¿Deberíamos hablar con los hyungs de esto? Ellos son brujos, han leído tantas cosas, por lo que tal vez puedan iluminarnos al respecto.
—Me leíste la mente. Es lo que debemos hacer al llegar a la mansión, cachorro.
—Bien, eso me deja muy tranquilo, porque hasta mi lobo está inquieto.
—¿De verdad? —se quedó con la boca abierta, la situación le parecía mucho más intrigante a raíz de la curiosidad de la parte animal del menor—. ¿Y qué opina sobre eso?
—Está de acuerdo con mi propuesta, y por esa razón dice que lo mejor es que lo descubramos lo más pronto posible. Quizá sea algo relevante que estamos ignorando.
El lobo interno de Jungkook no tardó en mover su cabeza, muy de acuerdo con lo que comentaba su lado humano.
—Puede ser.
El vampiro asintió, con un semblante un tanto angustiado, que el azabache no pudo ignorar.
—Sea lo que sea, lo enfrentaremos juntos. No te preocupes, mi luna de rubí. No me separaré de ti nunca más. Prefería morir antes que alejarme de tu lado.
A Taehyung por un instante le dolió la cabeza cuando escuchó esa última oración, pero supo disimularlo a la perfección para no preocupar a su alfa. Aquello le pareció un déjà vú, aunque lo más razonable era dejarlo como una simple coincidencia y no pensarlo mucho.
—¿Sucede algo, mi dulce vampiro?
—N-No es nada, Jungkookie—le quitó importancia y le regaló una linda sonrisa que fue suficiente para que el azabache confiará en lo dicho por su novio—. ¿Qué te parece si retomamos lo que hicimos horas atrás?
—Estaba esperando que lo mencionarás, mi amor.
—Cada día eres más mimado por mí, ¿mmm?
La voz de terciopelo de Taehyung erizaba la piel de Jungkook con una facilidad increíble. Era una debilidad con la que el vampiro contaba a su favor.
—Puedes volverme el cachorrito más mimado del mundo, pero en la cama siempre seré tu alfa, Tae—musitó con seguridad, acariciando la marca que relucía en la piel canela del mayor—. Así que no me subestimes, hermoso.
—Jamás fue mi intención, cariño. Siempre sabes cómo sorprenderme.
—Eso es lo que yo debería decir. Porque desde un inicio pensé que estarías más allá de mi imaginación, pero luego pienso de nuevo y llegó a la conclusión de que estás mucho más allá de mi imaginación.
—Eres el mejor, Jungkookie y no me cansaré de decírtelo. Pero justo ahora quiero que dejemos las palabras de lado.
—¿Por qué?
Y aunque Jungkook lo cuestionó, entendía a qué se refería. Tan solo quería escuchar la petición salir de esa boca rojiza que se volvió su adicción desde que la probó.
—Bésame.
No era una súplica, era una orden. Su vampiro era el único que lo tenía comiendo de la mano.
—Será un placer, Tae.
El lobo tomó por las piernas al peligris, cargándolo como si su peso fuera nulo. Provocando que el susodicho enredará sus extremidades en su cadera, sin dejar de abrazarle por el cuello, mientras un nuevo contacto entre sus belfos daba inicio, con la diferencia de que este perduraría hasta que sus cuerpos no pudieran más.
Porque por más que en sus mentes existiría la incertidumbre, el amor y la entrega mutua eran lo esencial en esa noche inolvidable.
Continuará...
A estas instancias creo que ya es muy obvio lo que sucede, pero igual muchas gracias por seguir leyendo. Por avisarles, publiqué una nueva historia vkook que espero actualizar en estos días, me alegraría que le dieran una oportunidad, la encuentran en mi perfil con el nombre: La esencia de tu alma.
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