❁ཻུ۪۪Capítulo 4~献身
El azabache llegó hasta la amplia cocina, encontrándose con el precioso vampiro terminando de emplatar lo que parecía ser su desayuno. Este constaba de unas tostadas con mermelada, una bandejita con diversas frutas picadas, un vaso de jugo de naranja y una taza de leche achocolatada.
—¡Jungkookie! Ya estás aquí—Taehyung saludó animado, haciendo un ademán para que se acercara—. Siéntate y come por favor.
El menor hizo lo que el contrario le pidió, dejándose envolver por los deliciosos aromas que su susceptible nariz pudo captar cuando estuvo más cerca.
—Lo cierto es que nunca he sido muy bueno con la cocina. Tampoco es necesaria para mí, pero he hecho el intento para saber defenderme en situaciones como estas.
El peligris jugó con sus dedos, anticipando las reacciones del menor que le analizaba en silencio, sin la mínima intención de interrumpir su monólogo—. Espero te guste, cachorro.
—Gracias, Tae...
Por primera vez Jungkook susurró su nombre. Creyendo que ya era hora de hacerlo, porque por algo se lo había dicho, ¿no?
Ya que, si hubiera querido que lo llamara de otra forma, tenía que habérselo aclarado con anterioridad. Sin embargo, dejó de divagar en su justificación cuando ambos hicieron contacto visual, notando que el vampiro parecía encantado por el nombre que salió de su boca. Provocando de forma inevitable que el licántropo se sintiera cohibido.
—Me llamaste por mi nombre, por un momento creí que lo habías olvidado—Taehyung se sintió muy feliz por el gesto, pues no le gustaba la idea de que el cachorro se quisiera cerrar con su persona. Este era un gran paso si tenía en cuenta que les tocaría convivir por un tiempo indefinido.
Por lo que debían comenzar a confiar en el otro.
—No lo olvidé—aclaró el azabache, negando con su cabecita de un lado al otro—. Solo que ningún momento me pareció el adecuado para decirlo.
—Oh, y... ¿eso por qué? —inquirió el peligris un tanto curioso. Llevándose la mano al mentón, tratando de encontrar una explicación por él mismo. No obstante, se vio interrumpido por la inesperada respuesta del menor.
—Pues tu nombre es muy bonito... y alguien como yo no debería decirlo.
—¿Qué dices, Jungkookie? —el mayor acortó la distancia restante, quedando frente a frente al lobito que desvió la mirada—. Primero que nada, muchas gracias por el cumplido, y segundo, realmente espero que no sientas vergüenza conmigo, ¿está bien?
El menor asintió quedito, volviendo a observarle atentamente con esos ojos infinitos que parecían ocultar una galaxia—. Y tercero, no sé a qué te refieres con alguien como tú.
Kim explicó con sinceridad, acomodando un mechón de cabello oscuro detrás de la orejita humana del susodicho.
—Porque yo solo veo a un niño muy amable y educado.
—¿A pesar de que soy un lobo y tú un vampiro? —preguntó con honestidad, pero tratando de despistar la atención al verdadero sentido de su anterior respuesta.
—Así es, cachorrito—afirmó con una sonrisa cuadrada que hacía desaparecer sus ojos escarlatas en el proceso—. Por ahora seremos un equipo. Tú y yo, nadie más. Por lo que te aconsejo que no pienses en cosas innecesarias como esas.
—Sí, Tae—concordó el azabache, viéndole tomar distancia otra vez. Con el único objetivo de que el vampiro se ubicara en una silla a su lado derecho, observándole devorar con mucho gusto el desayuno que le preparó con tanta dedicación.
A pesar de ser un niño, Jungkook no podía evitar preguntarse si era digno de recibir ese trato tan amable después de lo que había pasado. Después de todo lo que escuchó, influyendo en la irremediable destrucción de una parte de sí mismo.
De esa parte ingenua que vivía en la ignorancia de la maldad que poseía el mundo exterior del que sus padres le protegieron para que nadie le hiciera daño.
En ese instante que parecía tan eterno y especial, sintiéndose tan contento a pesar de no saber la manera correcta de poner sus emociones en palabras, el licántropo sabía que estando junto al vampiro que era hermoso por dentro como por fuera, sus recuerdos no le atormentarían por un buen rato.
Dos semanas se pasaron volaron desde aquel incidente en el que Jungkook fue salvado por Taehyung, dando como resultado que el menor se apegara demasiado al peligris, y viceversa.
El pequeño lobo se quedó prendado del vampiro ni bien comenzaron a compartir momentos juntos, como si ambos se conocieran de toda la vida. Formando un vínculo sumamente especial.
El mayor jugaba, cuidaba, mimaba, y conversaba con el azabache, sintiéndose tan feliz como desde hace tanto tiempo no hacía y eso era algo que el pequeño notaba, experimentando una gratificante comodidad.
Y aunque el azabache todavía no le revelaba nada al vampiro sobre lo vivido ese día en el bosque, pues el susodicho seguía repitiéndole en cualquier oportunidad por más mínima que fuera lo mucho que respetaba que no le quisiera contar.
Sin embargo, Taehyung también le hacía saber a Jungkook que, si decidía hacerlo, no dudaría en buscar un método para intervenir y ayudarle sin medir las consecuencias, asegurando que lo más importante para él era su bienestar.
Mucho más ahora que el vampiro tenía presente que no estaba solo en esto, porque contaba con la ayuda de su amiga hada. Motivo por el cual, no tendría que esperar hasta que sus otros amigos aparecieran para darle una mano con el cachorro de ojos grandes.
Cinco días después de que el pequeño Jungkook apareciera en la vida de Taehyung, este se quedó sin comida otra vez, no teniendo nada que ofrecerle al menor que contaba con un apetito digno de un gran lobo.
Por lo que no le quedó más remedio que salir volando a prontas horas de la mañana con dirección a la cabaña de sus amigas hadas. Esperando poseer la misma suerte que días atrás al encontrarse solo con Somin, porque de no ser el caso, tendría que inventarse alguna buena excusa para cualquiera de las otras féminas que se caracterizaban por ser muy metiches en asuntos ajenos.
Y creyó que lo lograría, porque mientras la rubia llenaba la canasta con las cosas que necesitaría para alimentar al cachorro, ambos amigos se vieron descubiertos por las otras dos hadas que habitaban la hogareña vivienda, las cuales se suponía seguían dormidas porque no les gustaba madrugar.
—¿El cachorro no te está dando problemas? —inquirió la rubia con curiosidad—. Lo digo porque supongo que debería ser muy hiperactivo ya que todavía es un cachorro ansioso por hacer travesuras.
—No, para nada—el peligris aseguró, recordando al azabache que disfrutaba del silencio y comodidad—. Desde que está conmigo es muy tranquilo y educado.
—Ya veo, me alegra saber eso. Con que todo se mantenga de esa forma, en total control—recalcó la mujer—. Te aseguro que nadie más se enterará a menos de que tú lo cuentes.
La rubia le dedicó una mirada cómplice a lo que Taehyung asintió con seguridad, confiando en su promesa.
—Así es, solo lo sabrás tú y cuando sea el momento, el resto también se enterará, porque ya me tocará hablar con ellos. Pero mientras tanto, espero lo sigas manteniendo en secreto de las chicas, mi querida Sominnie.
—Te di mi palabra, tranquilo que yo te cubro en esto. La próxima vez iré hasta tu mansión para evitar la mínima posibilidad de que ellas lo descubran.
La fémina le tranquilizó y el vampiro le regaló una sonrisa sincera. Lástima que su felicidad les duraría poco, porque no pasaron ni cinco segundos cuando sintieron la presencia de las otras dos hadas.
—Vaya, vaya, TaeTae, realmente no sé en qué concepto nos tienes como para no tenernos la confianza suficiente para contarnos sobre esto. Sabiendo que nosotras podríamos ayudarte sin pedir nada a cambio.
La pelinegra lo observaba acusadora, haciéndolo tragar duro, con la otra joven a un costado suyo negando con la cabeza, mostrándose indignada con su actitud.
—No es eso... —la castaña lo mandó a callar con un ademán para poder enfrentar a la rubia que se mantenía boquiabierta—. Y tú Somin, nos lo ocultaste, nosotras no te enseñamos a comportarte de esa forma.
—Lo lamento, Jiwoo unnie. Quería ayudarlo, nada más—la chica de cabellera dorada se sintió regañada, bajando la cabeza con vergüenza. La habían jodido a lo grande.
—Vamos chicas, no sean tan rudas con ella.
Taehyung trató de intervenir, pues no deseaba afectar al hada que de buena manera le estaba prestando su ayuda a cambio de nada.
—No quería que se vieran involucradas, no solo porque es algo muy delicado sino también porque sé que me pedirían respuestas que no tengo—argumentó, las chicas se observaron entre ellas y suspiraron con cansancio—. Algo que Somin no haría al mismo nivel que ustedes...
—Entonces explica todos los detalles que tengas por el momento—respondió Hyejin con seriedad, a lo que el vampiro asintió rendido. No tenía escapatoria de este problema.
Taehyung les explicó con lujo de detalles como es que ahora tenía a su cuidado un cachorro de lobo, pero las interrogantes no se hicieron esperar por parte de las sobrenaturales.
¿Por qué ese lobo estaba solo? ¿Dónde estaban sus padres? ¿Qué sucedió con ellos?
No existía respuesta lógica, porque todos sabían lo protectores que eran los de esa especie. Ninguno dejaría atrás a su cría sin una buena razón. Y con eso en mente, luego de que pasaran varios días sin que nadie lo reclamara, Taehyung dedujo que lo más probable es que algo malo les sucediera a sus padres como para que el propio cachorro quisiera seguir adelante por su cuenta.
Sus amigas le prometieron que buscarían información por su lado, comprendiendo que era cierto que no le hubieran ayudado si no tenían más detalles por los que guiarse.
Porque así trabajaban las hadas, eran analíticas y curiosas, pero siempre se aseguraban de contar con información para poder proceder según la situación.
—Muchas gracias, chicas. Y una vez más lo siento tanto.
El peligris hizo una reverencia a lo que la castaña le dijo—. Está bien, Taehyungie. Lo dejaremos pasar por esta vez, pero eso no significa que no hayas herido nuestra susceptibilidad al decidir confiar en la menos responsable de las tres.
—¡Pero unnie! —se quejó como una niña chiquita, cruzando sus brazos en el proceso. Hyejin rio bajito por la cara e indignación de Somin.
—La intención es lo que cuenta—Taehyung aseguró, consiguiendo que la rubia se sintiera satisfecha con esa respuesta.
—Bueno, entonces te estaremos visitando, Taehyung-ah—informó la pelinegra y al susodicho le pareció buena idea.
—Claro, las espero.
Taehyung se quiso despedir con la mano, sin embargo, antes de que siquiera pudiera procesarlo, la castaña le hizo una pregunta con auténtica curiosidad.
—¿A qué se debe que no lleves los guantes puestos?
Luego de aquello, las demás hermanas fijaron su mirada con completa expectación por saber la respuesta. Ni cuenta se habían dado de ese interesante detalle. Lo conocían desde hace varias décadas atrás, por eso les parecía muy extraño. Era la primera vez que veían sus manos desnudas.
—Pues... al cachorro no le gusta que los use.
—¡Awww, que lindo! —Somin chilló por la ternura que esa información le causó—. Ese cachorro debe tener un gran poder de convencimiento o es muy tierno como para que tú decidieras cumplirle el capricho.
El peligris se avergonzó porque era cierto lo dicho por su amiga. El pequeño azabache se lo había dicho y él le hizo caso sin poner trabas, o alguna excusa que pudiera hacerlo desistir, ya que era una costumbre para su persona desde hace mucho tiempo atrás.
Porque de darse la situación en que otro individuo le hubiera pedido lo mismo, Taehyung lo mandaría a volar sin pensarlo dos veces.
Y aunque tuviera un motivo válido para la gente a su alrededor, muy dentro suyo sabía que existía otra razón más importante. Pero eso no lo tenía porque saber nadie.
Simplemente lo sintió correcto.
—No lo molestes Sominnie, tal vez es porque al cachorro de lobo le gusta sentir el contacto de las personas a su alrededor, en este caso es TaeTae.
Jiwoo supuso como si fuera lo más obvio del mundo. La rubia hizo un puchero con sus labios, se había emocionado por nada. Su hermana mencionó una muy acertada deducción, digna de admiración.
—Sí, eso es—aseguró con determinación, tratando de sonar lo más confiado posible para que no descubrieran que la chica le había atinado—. Supuse que eso le haría sentir más tranquilo conmigo, por lo que no dudé en hacerlo.
—Ya ves, adiviné—la castaña sonrió con mucha suficiencia hacia la otra hada de larga cabellera dorada—. Taehyungie solamente estaba siendo considerado con el lobito.
—Bueno, ya me voy—avisó—. Me estoy demorando más de lo esperado, por lo que en cualquier momento podría despertarse y podría asustarse si no estoy ahí.
El peligris tomó la canasta entre sus manos, asegurándose que todo estaba completo, y por su cuenta abrió la puerta, desplazándose con lentitud bajo la mirada de sus amigas hasta despedirse con ayuda de un ademán—. Fue un gusto chicas, nos vemos pronto.
—Adiós, Taehyungie—se despidieron al unísono y luego se quedaron viendo entre ellas.
—Eso fue raro—mencionó Hyejin, sus hermanas le dieron la razón con un asentimiento de cabeza—. No le demos más vueltas al asunto.
—Concuerdo. De seguro fue producto de nuestra imaginación—respondió Jiwoo para después proponer con tranquilidad la nueva idea que rondaba por su mente—. Vamos a desayunar mejor, chicas.
Que equivocadas estaban. Sin embargo, ninguna quiso darle más importancia a la particular situación. A fin de cuentas, no era asunto de ellas, lo único que podían hacer era apoyar.
Por lo que se dedicaron a comenzar su día con buenos ánimos como siempre hacían.
Continuará...
Espero les haya gustado mucho, el tiempo ya se pasó volando y con ello, esto se pondrá mejor, se los prometo. Regálenme su estrellita, y háganme saber si les está gustando en los comentarios.
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