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❁ཻུ۪۪Capítulo 34~拒絶

Jimin se encontraba sentado en uno de los sofás de la biblioteca del vampiro peligris. Esperando pacientemente por el libro que el susodicho quería que leyera, después de comentarle que necesitaba una de sus recomendaciones.

De paso aprovechando que Kim conocía a la perfección lo mucho que le gustaba perderse en un buen libro de romance y drama.

Pero sin duda sus favoritos eran los de amores prohibidos. Ya que no había sensación que pudiera igualar a la incertidumbre de que podría suceder con el sentir de los protagonistas. Por lo que se aseguró de buscar uno que seguramente llenaría sus expectativas.

En esta ocasión Taehyung seleccionó un libro que trataba del príncipe heredero del reino de las hadas y su fiel caballero, con el que mantenía una relación sin importar que eran tan distintos entre ellos; siendo hada y humano, respectivamente.

Cuando Jimin tomó obra entre sus manos, pasó sus dedos por la tapa dura y delineó el tirulo en color dorado y en alto relieve, mientras su amigo le observaba expectante.

—En serio espero te guste, Jiminnie.

—Seguramente lo hará. Rara vez te equivocas cuando se trata de mis gustos, así que más tarde lo comenzaré.

—Ya sabes que para mí siempre será un placer ayudarte—aseguró esbozando una sonrisa que fue correspondida de la misma manera—. Mi eternidad ha sido bien aprovechada en ese aspecto, por lo que tengo varias opciones cuando se trata de recomendar libros.

—No veo la mentira. Se podría decir que eres un come libros.

El hada le molestó, pero lo único que consiguió fue que el peligris soltara una carcajada. Y hubiera continuada de esa forma, de no ser porque su amigo lo sacó de su ensoñación con un tema que últimamente prefería ignorar.

Porque mientras más importancia le daba, sentía que había algo raro con él.

—Cambiando de tema, ¿cómo vas con Jungkook?

—Todo bien, ¿por qué lo preguntas?

El joven de ojos escarlatas trató de disimular lo mejor que pudo su expresión. Una parte suya- su consciencia talvez- finalmente comprendía a la perfección las intenciones de Jimin al preguntar aquello.

Porque parecía haberse vuelto una especie de tradición preguntarle desde el momento en que Jungkook y él comenzaron a salir juntos en la noche.
Sin embargo, Taehyung seguía afirmando que no había ninguno motivo oculto detrás de ello.

Solo quería un poco de privacidad con él. Porque no había nada de malo en querer recuperar el tiempo perdido con su cachorro, ¿verdad?

No era como si solo quisiera tenerlo para él. Para nada.

—¿No crees que tus actitudes con Jungkook pueden llegar a confundirlo?

—Otra vez ese tema—el vampiro rodó los ojos, soltando un bufido, mientras dedicaba toda su atención a acomodar algunos de los papeles en su escritorio, los cuales contenían la poesía que últimamente escribía—. ¿De qué estás hablando, Jiminnie?

—Estoy hablando de que sin querer puedes herir los sentimientos de ese pobre chico—el más bajito le acusó y el vampiro abrió la boca, indignado por esas duras palabras, pero que muy dentro suyo sabía que eran verdad.

—¿Y cómo haría eso según tú?

—¿Todavía lo preguntas? Lo estás ilusionando, y algo me dice por cómo te comportas, si algo sucede, te harás el desentendido.

El hada le dedicó una mirada seria, pero a Taehyung poco le importó.

—No va a suceder nada porque Jungkookie no me ve con otros ojos—declaró muy seguro de lo que decía. Porque vivir en una mentira era mejor que aceptar una cruda verdad—. Tú sabes de sobra que siempre he sido una persona muy cariñosa, ni siendo vampiro eso logró cambiar mi forma de ser.

—Ese cuento te lo hubiera creído si no compartiera un hogar con ustedes—aseguró, pero de inmediato complementó—. Aunque ni así, porque desde que se reencontraron ustedes son la definición de melosos. Cualquiera podría decir que son una pareja, solo que, sin los besos, pero tú Kim Taehyung no estás listo para esa conversación.

Ante la acusación del rubio, el mencionado soltó un bufido inconforme.

—Que Jungkookie sea receptivo a mis muestras de cariño no significa que esté enamorado de mí o algo así.

—¿No? Díselo a sus ojos de corazón cada vez que te ve.

—Estás exagerando, Jimin-ssi.

—No, solo quiero que te des cuenta de tus acciones antes de que dañes el vínculo tan bonito que tienen—expresó, incorporándose del sofá para acercarse al vampiro que parecía no querer hacer contacto visual con él por nada del mundo.

—Si estoy interviniendo es porque ambos me importan. Con el pasar de los días creí que lo suyo podría avanzar, pero no fue difícil para mí notar que optaste por engañarte a ti mismo, y también a Jungkook.

—Yo no estoy engañándome, ni tampoco lo estoy haciendo con Jungkookie. Jamás me perdonaría dañarlo. Así es como nos llevamos y ya.

—Ni conmigo eres así, Tae—esa era su última oportunidad para hacerle ver lo obvio, o si no, ya debería de prepararse para el problema que no tardaría en llegar para arrasarlo todo como una fuerte tormenta—. Ni con ninguno de los hyungs. Hasta podría afirmar que te comportas como cuando me contabas acerca de...

—Ni siquiera se te ocurra tocar ese tema—pidió, alzando su cabeza para mostrar sus ojos escarlatas sin brillo alguno. Dejando al hada sin habla por el tono serio que el peligris había ocupado—. Jungkookie puede llegar en cualquier momento y escucharte.

—Sé que es un tema difícil para ti, Tae—coincidió, tratando de no discutir muy fuertemente con su amigo, mostrando una mueca de tristeza con la que le indicaba que le comprendía. Obviamente no era bonito recordar uno de tus mayores traumas, sin embargo, el poder hablar sobre ello era una manera para poder sobrellevar el dolor.

Nadie tenía porque enfrentar algo así solo.

—Pero si esa es tú razón para no dejar fluir los sentimientos que obviamente tienes hacia tu cachorro, los cuales quieres ocultar a toda costa a pesar de que te conozco de tanto tiempo—el joven de ojos escarlata se tensó visiblemente ante esa afirmación. Jimin supo que dio en el clavo, y por eso no se contuvo de sacar todo lo que se le pasaba por la mente—. Por lo que lo único que puedo aconsejar es que se lo cuentes, sé honesto y seguramente esto no acabará tan mal como parece que lo hará.

—No me siento preparado. Todavía no.

—De acuerdo, pero al menos prométeme que lo pensarás.

—Está bien, lo haré. Creo que es lo menos que puedo hacer después de que él se abriera conmigo y me contara su pasado.

—Es una buena forma de verlo, no obstante, tampoco te fuerces. No te estoy diciendo que lo hagas hoy mismo, mañana o pasado—dejó una suave caricia en la cabellera gris a modo de consuelo—. Porque no olvido que se trata de una espina que sigue clavada en tu corazón por más feliz que te muestres ante todos. Así que tómalo con calma, Taehyungie.

—Lo sé, y si termino haciéndolo será a mi tiempo.

El hada asintió a lo dicho por Kim. No quería agobiar más al vampiro. Ya le había dicho lo que pensaba y con eso bastaba. Porque como buen amigo que era, debía hacerle abrir los ojos antes de que cometiera un error más grande.

Jimin estaba esperanzado en que mientras Taehyung se tomaba ese tiempo para analizar su situación, a Jungkook no se le ocurriera hacer algún movimiento.

Siendo honesto no lo veía tan posible, porque con solo observarlo durante esos días, se podía notar el tacto que tenía con su amigo.

Siempre siendo tan respetuoso, por más difícil que Taehyung le pusiera la tarea cuando lo abrazaba, o lo besaba en cualquier parte de su rostro que no fueran los labios.

Por esa razón es que aprovechaba cada que podía a ir a verlos en la biblioteca cuando pasaban ese tiempo a solas. Para que sus ojos fueran testigos del comportamiento del azabache en una situación mucho más íntima con el vampiro.

Llegando a ser gratamente sorprendido al notar la manera en la que Jungkook se controlaba perfectamente cuando estaba alrededor de Taehyung.

Lo cual debía ser muy difícil pues a fin de cuentas el joven de piel nívea tenía un lobo en su interior. Un animal que fácilmente podría ceder a cualquier tipo de instintos, y no es que quisiera volver a ser prejuicioso con el menor, porque ya aprendió la lección.

Sin embargo, esa información era algo que no solo aplicaba a los licántropos, sino también a los cambiaformas que también tenían esa esencia salvaje.

Teniendo como mayor ejemplo a Namjoon, quien, a pesar de pertenecer a la especie de las aves, era jodidamente protector con Seokjin. A tal punto de que sería capaz de arriesgarse a sí mismo si eso garantizaba el bienestar del mayor.

Y no le sorprendía, porque ese carácter era algo único en las águilas.
No obstante, el menor parecía saber tener a raya a su parte animal. Lo que era de admirar.

Un fuerte toque en la puerta fue lo que rompió el silencio que se asentó en el ambiente. Taehyung trató de cambiar su semblante a uno más tranquilo y menos angustiado que él que poseía gracias a la difícil charla con su amigo.

Mientras Jimin se alejaba, volviendo a tomar el libro que dejó sobre el sofá con la única intención de irse lo más rápido que sus pies le permitieran.

—P-Pasa, Jungkookie.

El vampiro dijo el nombre del azabache, confiando ciegamente en que no podía tratare de nadie más que él por el simple hecho de haberlo citado. Por eso cuando el susodicho ingresó poco a poco por la puerta, dedicándole una tierna sonrisa en el proceso, el peligris pudo sentirse más liviano.

—Hola, hyungs. 

Saludó siendo correspondido de inmediato, pero volviéndose un poco cohibido al no esperar ver al hada ahí. Creyendo que iba a estar completamente solo con su luna de rubí. Lo ventaja de la situación fue que sus pensamientos no pudieron ir más allá, tranquilizando a su lobo, gracias a lo que su vampiro dijo.

—Bueno, Jiminnie ya se iba.

—Oh, sí. Justo eso iba a hacer—musitó atropelladamente, llevando el libro de tapa morada hacia su pecho como si con ese gesto le mostrara al menor su razón de estar en dicho lugar. Jungkook detalló de principio a fin la particular escena, sin saber cómo actuar. Algo había pasado y hasta el más despistado podría notarlo—. Gracias por la recomendación, Tae, luego te digo que me pareció.

—Lo esperaré, Jiminnie.

Jimin salió de ahí dejando solos al par de sobrenaturales, sin imaginar que la gota que derramaría el vaso causando un gran desastre en el proceso estaba a punto de suceder en ese preciso instante.
Porque esta vez nada sería como esperaban.

Para ninguno de ellos.

—De verdad espero no haber interrumpido nada Tae, Jimin hyung y tú se veían un poco tensos después de que me dieras permiso de entrar. ¿Sucedió algo malo? —el azabache quiso averiguar, acercándose a paso lento hacia el mayor que negó repetidas veces con movimientos de cabeza.

—Claro que no, cachorro, debió ser tu imaginación—respondió, tratando de sonar lo más convincente posible.

Debía convencerlo de eso. Por más que con el pasar de los días Taehyung hubiera descartado que sus emociones desbordantes cuando estaba con el azabache eran un invento de su mente, empezado a ser más consciente del hecho de que veía a Jungkook como algo más.

—Entonces debe ser así.

El joven le restó importancia y el vampiro lo agradeció internamente.

No quería pensar ni dar más explicaciones, que en realidad eran excusas.

—Por supuesto. Llegas a muy buena hora.

—Me alegra saber eso. ¿Qué querías enseñarme?

—Algo muy básico, cachorro.

Como si un gran signo de interrogación se posara en la cabeza del azabache, la cual tristemente carecía de sus suaves orejitas de lobo, el vampiro se permitió aclarar su duda, desplazando cualquiera de los incomodos sentimientos que habían estado rondándole antes de la llegada de su cachorro.

—Recuerdas que el otro día estábamos hablando de las cosas que no sabías hacer, ¿y entre ellas me mencionaste que lo único que no sabías era bailar?

—Sí.

—Pues te he llamado para que aprendieras conmigo.

—¡¿Qué?! —su rostro se pintó de rojo en menos de cinco segundos. ¿De verdad tendría la oportunidad de poner sus manos en el peligris con una excusa que no fuera querer sus mimos? Increíble. Su lobo no tardó en aullar eufórico ante la idea—. Tae, no creo que sea necesario.

—¿Por qué no? Será algo muy básico como para que puedas defenderte si alguien te sacara a bailar.

"Pero yo no aceptaría eso a menos de que tú seas ese alguien".

—Eso no sucederá...

—Que pesimista, cachorrito. Eso nadie lo sabe—un puchero apareció en los labios ajenos, ablandando a Jungkook. Él no podía contra eso, mucho menos cuando el peligris bajaba el tono de su voz—. Vamos Jungkookie, ¿acaso te vas a negar a lo que tu hyungie querido te dice?

Chantaje o no, Jeon cumpliría con gusto cualquier capricho del mayor. No podía negarse ante esa carita que quería comer a beso. Ni él ni su lobo tenían el poder para superar esa tarea imposible.

—Está bien, tú ganas—terminó aceptando, y no demoró en sentir como el peligris le daba un fuerte abrazo, que disfrutó de principio a fin.

Porque Taehyung era su lugar seguro.

—¡Qué bien! —exclamó, mostrándose emocionado por la aceptación de su plan por parte de Jeon—. Tú solo has lo que yo te diga, guiaré cada uno de tus pasos, te juro que este hyung te enseñará muy bien.

—Confió en que así será, Tae.

Jungkook esbozó una sonrisa, mientras Taehyung se la devolvía, separándose de su cuerpo solo para tomar una de sus manos, y ubicarla en su cintura cubierta por una fina camisa color beige, que contrastaba con su bello color de piel. A la par en que el susodicho se afianzaba a su hombro, uniendo sus manos libres para mayor soporte.

Su lobo ronroneo, moviendo la cola de un lado al otro por lo satisfecho que estaba al volver a sentir a su luna tan cerca suyo. Jungkook estaba igual o peor que él.
¿Ya había mencionada que sus dedos entrelazados eran perfectos?

Ambos pares de pies comenzaron a moverse en el espacio libre que tenían a su disposición, el cual no estaba ocupado por ningún estante de libros o algún mueble.

Deslizándose con suavidad sobre las baldosas, encontrando un ritmo imaginario que seguir a pesar de no contar con música, Jungkook comenzó a disfrutar del baile que Taehyung le estaba enseñando.

En cierto momento creyó que se le dificultaría por no tener una melodía en la que apoyarse, o por el simple hecho de pisar al mayor.

Tan ensimismado estaba en la manera en la que sus pechos rozaban por el contacto, que sin querer el lobo trastabilló en su propio lugar, perdiendo el equilibrio.
No obstante, el miedo de caer nunca se apoderó de él, porque su vampiro era quien lo sostenía.

—Te tengo, Jungkookie.

"Me tienes, definitivamente lo haces".

Avergonzado trató de corresponder a la sonrisa que el peligris le dedicaba, susurrando un gracias y desviando levemente la mirada. No demoró mucho en recomponerse, y volver a sentir la magia de dejarse llevar por los movimientos coordinados entre ellos de esa forma tan majestuosa.

Su corazón comenzó a acelerarse al tener cada vez más cerca al peligris. ¿Acaso esta era la señal que había estado esperando? ¿El instinto que Yoongi y Hoseok hyung le mencionaron?

La timidez se iba disipando como si fuera niebla y el coraje se apoderó de su cuerpo.
El ambiente prestándose para que entre ambos pudiera darse un momento inolvidable.

Y por eso decidió hacer lo impensado. Todo con el fin de conseguir ser notado.
Lástima que su plan se vio interrumpido por la mano que se soltó rápidamente de la suya, impidiéndole poder saborear esos labios con forma de corazón.

Porque Jungkook se arriesgó a dar el primer paso, ambicionando que su beso fuera correspondido.

Sin embargo, los reflejos de Taehyung hicieron presencia de manera inmediata desde el preciso momento en que notó como esos grandes y brillantes ojos se cerraban, buscando acortar la distancia entre sus rostros.

—Cachorro, tú...

El vampiro todavía mantenía la palma de su mano contra los labios ajenos, cuando sintió como el susodicho se alejaba de él como si su simple tacto lo quemara.

—L-Lo siento, lo siento mucho, Tae.

El azabache parecía estar a punto de tener un colapso. Se veía muy agitado, como si quisiera regular su respiración mientras sus ojos no tardaban en aguarse. Su lobo interpretó de forma automática la reacción del peligris como un rechazo.

Porque de no ser el caso, justo ahora se encargaría de llevar al vampiro hacia el mismo cielo con sus besos. Haciéndolo rogar por ese aire que no necesitaba.

Pero eso no sucedió, por lo que su lobo se la estaba cobrando al ponerle los nervios de punta y exigirle entre sonidos lastimeros que salieran con urgencia de ahí.

Estar en el mismo espacio que Taehyung lastimaba. Mucho.

Fue su culpa, malinterpretar lo que fuera que estuviera experimentado, mientras bailada con el peligris, y por la tanto, arruinar su oportunidad con el susodicho, que muy probablemente empezaría a verlo con ojos de rechazo por su atrevimiento.

Aunque su parte humana distara de esos pensamientos, creyéndose muy poca cosa como para ser la pareja del vampiro. Era obvio que seguía siendo un cachorro ante sus ojos, de verdad estaba harto de ello.

No obstante, eso no evitó que tuviera en cuenta que mientras más pronto lo asimilara, sería lo mejor para ambos. No podía obligarlo a que lo viera de otra forma.

Y quizá, solo quizá, su relación no terminaría totalmente fragmentada gracias a ese malentendido.

—Jungkookie, espera.

Su pedido ni siquiera logró ser escuchado por el joven que ni corto ni perezoso escapó de la biblioteca, dejándolo completamente paralizado por su inesperado accionar.

El peligris se dejó caer de lleno en el suelo, con su cerebro apenas procesando lo que había vivido, pero ni siquiera la impresión pudo retener a la voz de su consciencia que le gritaba que su amigo había tenido razón, y por ende terminó hiriendo al joven de piel nívea.

¿Qué sería de él a partir de ahora?

Continuará...

Me reservaré lo que pienso de esta actualización, porque quiero leerlos a ustedes jajaja, no me odien mucho, y espero que a pesar de todo les haya gustado. Les aviso que la historia a la que se hace mención al inicio del cap, es uno de mis fics que se llama In the name of love, por si les interesa leerlo. Y también les comento que inicié un nuevo fic versátil donde Koo es un vampiro y Tae un humano y escritor frustrado, lo encuentran en mi perfil como Bad (Good) Decisions. Gracias por leer, los tqm. 

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