❁ཻུ۪۪Capítulo 33~昔な日々
Cuatro semanas se pasaron en un abrir y cerrar de ojos desde la llegada de la pareja conformada por el vampiro mayor y su adorado cambiaformas. Muchas cosas habían cambiado, pero de cierta manera todo iba relativamente para bien.
Sin embargo, un hecho determinante estaba a punto de voltear de cabeza el mundo de cierto peligris amante a la moda.
Al día siguiente después de que Taehyung y Jungkook compartieran habitación luego de tanto tiempo, el azabache podía afirmar que se sentía en las mismísimas nubes. Porque a pesar de haber disfrutado al máximo estar rodeado del suave aroma a romero que yacía impregnado en el lugar por defecto, la situación se volvía mucho más satisfactoria al tener al vampiro a su lado, brindándole una sensación más intensa de su fragancia por el simple hecho de dormir cerca suyo, a tan solo unos metros de distancia.
Su lobo se la pasó ronroneando en su pecho durante la larga noche, regalándole un verdadero y placentero descanso a su parte humana. Sin embargo, lo más bonito de aquella experiencia, fue despertar y que lo primero que sus orbes vieran fuera al etéreo vampiro descansando tan tranquilamente en su ataúd.
Con los brazos cruzados sobre su pecho, sus pestañas espesas cayendo sobre el inicio de sus pómulos y sus labios entreabiertos, apenas dejando relucir la punta de sus colmillos.
No supo por cuanto tiempo admiró su belleza, porque podía estar de esa forma por veinticuatro horas seguidas y nunca se aburriría. No obstante, el lobo salió de su ensoñación cuando el susodicho comenzó a removerse, tratando de volver a un estado activo luego de tantas horas de reposo.
Y cuando lo consiguió, Taehyung no demoró en atacar el corazón de Jungkook al dedicarle una suave mirada, un cariñoso buenos días, cachorro e inmediatamente acercarse lo suficiente como para dejar un casto beso sobre su frente. Y de paso susurrarle unas palabras que calarían en lo más profundo de su alma, como esa caricia sobre su cara que tanto necesitaba, pero que le daba vergüenza pedir.
"Te ves muy lindo cuando acabas de despertar, cariño".
El azabache no tuvo ni tiempo de reaccionar y cuando quiso hacerlo, fue demasiado tarde, pues el vampiro ni siquiera miró atrás antes de tomar su propio camino hacia su clóset personal en el que guardaba toneladas de ropa de una increíble variedad, muy costosas y a la última moda.
Dejándolo en completa soledad, y brindándole privacidad para que hiciera lo mismo.
El menor soltó un sonoro suspiro, reafirmando que todavía tenía un largo camino por delante antes de cumplir su sueño. Ese en el que el mayor protagonista era el joven de ojos escarlatas.
Jungkook sabía de sobra que debía irse ganando la atención del vampiro, que por un momento dejara de verlo como el cachorro que cuidó años atrás y se concentrara en notar que había crecido lo suficientemente bien como para ser tomado en cuenta en un ámbito más romántico.
Él quería (necesitaba) verse como un sobrenatural confiable, maduro y responsable. Capaz de hacer muy feliz a cierto peligris majestuoso y encantador.
Pero lo cierto era que por más que estaba decidido a hacerlo, no sabía ni por dónde empezar. Así que no se le ocurrió otra mejor idea que ir a conversar con sus hyungs para despertar su creatividad y confianza.
Los anteriormente mencionados estuvieron más que gustosos de ayudarle. No sin antes interrogarle acerca de su estado después de compartir habitación con el mayor. El color carmín en las mejillas del joven de piel nívea y su hablar entrecortado fueron la mejor respuesta que los brujos pudieron obtener, dejando en segundo plano la revelación que trataba acerca de la particular solución que encontró Taehyung para resolver su problema, es decir, dormir en un ataúd.
Los vampiros eran de las especies más interesantes.
Por lo que, según ellos, podían hacerse una idea de porque Jeon se quedó tan prendado del peligris. Sin tener la mínima idea de que su vínculo era mucho más complejo que una simple atracción o enamoramiento desarrollado gracias a un sentimiento de admiración.
Así que, con eso en mente, orientaron al licántropo a perseguir su meta de la mejor manera. Con calma, pero aplicando más indirectas para que el vampiro captara sus obvias intenciones de un dulce cortejo.
Para suerte de Jungkook, desde el momento uno Taehyung fue sumamente receptivo a cualquiera de sus propuestas. Tomándose muy en serio lo de recuperar su tiempo perdido, mientras los brujos comenzaban a organizarse para volver a su trabajo para conseguir dinero extra con el que aportarían a los dueños de la mansión por el tiempo que estuvieran ahí.
Porque lo menos que deseaban era ser unos mantenidos y aprovechados de la amabilidad brindada por los hermanos Kim, quienes les dijeron que realmente no había problema, porque tenían una gran fortuna y no les afectaba en nada ayudándolos de esa manera. Pero que, consentían el hecho de que, si así se sentirían más cómodos, ellos no se meterían en eso.
Ya que lo único que les interesaba era que su bienestar.
En su momento, Jimin había estado en la misma situación que los brujos, pero el gran poder de convencimiento de Taehyung lo hizo desistir, haciéndolo aceptar con la única condición de que ayudaría con las tareas domésticas.
El azabache entendía a la perfección a que se refería Jimin con eso. Porque si todavía no había quedado más claro de lo que ya era, Jungkook no tendría problemas al explicar que, si Taehyung le pedía que diera vueltas en el suelo, lo haría sin dudarlo solo para complacerle, ganarse un elogio o conseguir una de sus sonrisas cuadradas.
Sin importar en que forma física estuviera; ya fuera lobo o hombre.
Pero dejando de lado los delirios del joven de piel nívea intensamente enamorado, el rubio contó que el vampiro menor aceptó sin rechistar, por lo que desde ese preciso momento -unos dos siglos y unas cuantas décadas aproximadamente- el hada oficialmente se sintió como en su propia casa.
Teniendo dichas cuestiones en orden, el menor también quiso ayudar a sus hyungs, sin embargo, estos no se lo permitieron.
—¿Cómo quieres conquistar a Taehyung si piensas ir con nosotros a trabajar?
Yoongi le cuestionó, enarcando una ceja para escuchar una respuesta coherente.
—Es que yo...
—No, Jungkook-ah, tú te quedas—declaró Hoseok, interrumpiéndolo—. Luego nos lo puedes agradecer.
—¿Están seguros?
Obviamente lo estaban. El lobo les pidió consejos, y eso era lo que le habían dado. Pero de qué servirían si Jungkook no aprovechaba el tiempo con peligris.
Ellos comprendían lo servicial que era Jeon, pero por esta vez no les quedaba de otra más que rechazar su ayuda.
—Sí, esta noticia le gustará mucho a tu querido vampiro. No tardes en hacérselo saber para que puedan planificar algunas actividades tal y como te dijimos, ¿bien?
—Gracias, hyungs. No lo haré.
El menor hizo una reverencia al par de brujos que amaba como sus hermanos mayores, a pesar de ser de una especie distinta y no compartir el mínimo lazo de sangre. Los mayores esbozaron leves sonrisas ante el gesto de agradecimiento. Confiando en que su plan iría de maravilla, de la misma forma en la que sus corazones se regocijaban ante la idea de volver a dedicarse a lo que más les apasionaba.
Hacer pócimas para ayudar a la gente a curar dolencias.
—Para eso estamos, ahora ve y cuéntaselo.
El licántropo le tomó la palabra al brujo con olor a menta y se fue corriendo de la habitación de su hyung con ese objetivo en mente.
Días geniales e inolvidables se acercaban a toda velocidad y nada los podría detener.
Jeon todavía podía recordar el rostro feliz de Taehyung. De la emoción que lo embargó, se había abalanzado hacia sus brazos y él en ningún momento lo apartó. No podría, aunque quisiera, porque ese vampiro era el bálsamo que calmaba su alma y revitalizaba su corazón.
Por eso después de recuperarse del trance en el que entró, el menor le comentó que podían iniciar de cero compartiendo su gusto por la lectura. La proposición le resultó maravillosa al peligris, quien no tardó en jalar al joven de ojos oscuros hacia la biblioteca que años atrás fue un refugio para ambos.
Los libros en las inmensas estanterías, las tazas de té, las galletas con chispas de chocolate, el silencio y la comodidad que sentían cuando estaban uno al lado del otro no se podía comparar con nada. Motivo por el cual, desde que el sol aparecía hasta que se desvanecía, los sobrenaturales se mantenían encerrados en su propia burbuja. Apenas pausando su accionar cuando debían ir a comer.
Estuvieron así por unos diez días seguidos, hasta que el vampiro se aburrió de leer y el lobo supo que era momento de hacer otro ofrecimiento. No se permitiría dar marcha atrás cuando según él, iba muy bien en su plan.
—¿Q-Quieres dar paseos nocturnos, Tae?
Su voz sonó quebrada, porque no sabía qué tal le podía parecer esa idea. Dado que implicaba salir de la mansión, tener mucha más privacidad que al estar en la biblioteca, donde Namjoon, Seokjin y Jimin aparecían cada vez que podían, como si se tratara de una maldición, que hacía gruñir a su lobo exasperado por la intromisión a su territorio, y aunque Jungkook recordaba que en el pasado el joven de orbes escarlatas adoraba dar paseos, desconocía si ese gusto había cambiado con el tiempo.
Ya fuera por aburrimiento, monotonía o porque le recordaba a lo que pasó con ellos.
Pero aun así quería confiar en que lo seguía disfrutando por el simple hecho de que el susodicho le llevó al bosque cuando le quiso dar la sorpresa de su comida favorita.
Se mantuvo en silencio, con la mirada baja esperando por una respuesta, hasta que sintió una mano en su mentón, levantando su cabeza.
—¿Mi cachorro mimado quiere dar paseos con hyung?
—Sí...
"Porque podría impresionarte con la fuerza y destreza que tiene mi lobo".
—No me parece mala idea. Podría empacar un poco de comida en mi canasta especial y cenar ahí—se lo imaginó y la idea le gustó—. ¿Te parece bien, Jungkookie?
El menor asintió con un movimiento de cabeza. Y lo siguiente que notó, fue como la mano de Taehyung subía lentamente hacia su cabello, jugando con sus cabellos desordenados y largos, enredando sus largos dedos en los mechones oscuros.
—Entonces será un gusto para mí cumplir tu deseo.
—¿Pero tú también lo disfrutarás?
Taehyung quería reír por la dulzura del azabache, quien desvió su mirada al suelo, aparentemente avergonzado. ¿De verdad se lo estaba preguntando?
—Mírame a los ojos, cachorro—demandó, y al susodicho obedeció al instante, encontrándose con esa expresión pacífica tan usual de Kim—. Con hacer cualquier cosa a tu lado, te puedo asegurar que lo disfruto al máximo. Ya sea leyendo, conversando, paseando o haciendo nada. Sí, es lo que tú estás proponiendo, pero eso no significa que acepto solo por querer cumplirte el capricho, sino porque también quiero participar, Jungkookie.
Y esas palabras bastaron para devolverle la confianza al lobo, quien sintió como su animal interno aullaba emocionado. Sus ojos más grandes y brillantes que nunca.
Definitivamente le impresionaría con sus habilidades de hombre lobo, y de paso seguiría fortaleciendo el lazo con su animal interno.
—Genial, esta idea le hace muy feliz a mi lobo—confesó sin pensar, captando la atención del peligris.
—¿De verdad? ¿Eso se relaciona con lo que me contaste acerca del vínculo con tu lobito? Taehyung interrogó curioso y expectante. El mencionado simplemente concordó con sus palabras.
—Exactamente, es una manera para que ambos estemos conectados, y nuestra confianza en el otro aumente, no importa la situación en la que nos encontremos.
—Pero refréscame la memoria, Jungkookie—pidió, dejando salir un suave suspiro de sus labios de corazón—. ¿Eso solo es más efectivo cuando estás con tu transformación completa, o sí solo activas una parte?
Jungkook analizó sus palabras, entendiendo de inmediato a qué se refería.
Nunca se permitiría olvidar lo mucho que a su hyung le gustaban sus orejitas y cola de lobo, mientras el resto de su apariencia conservaba un aspecto humano.
—Con el pasar del tiempo descubrí que ambas eran efectivas, pero no podía ocupar la semitransformación porque eso podría haber puesto en peligro a mis hyungs.
—Oh, cierto. No convenía que nadie se enterara de que eras un lobo, o se meterían en aprietos—concluyó con pesar, pues seguramente fue una situación difícil para el menor. Y para los brujos que jamás se perdonarían que algo le sucediera al azabache.
Ya que al ser un hombre lobo, compartía su cuerpo con un animal interno, a diferencia de los cambiaformas que solamente podían mutar al cuerpo de su animal determinado.
—No pudiste decirlo mejor, por eso aprovechaba mucho mis escapes nocturnos en los que podía ser uno con mi lobo.
—Pero eso ya no será necesario Jungkookie—determinó con una sonrisa extendiéndose en su rostro—. Ya no tendrás que seguir ocultando lo que eres por la opinión ignorante de la gente del exterior. En la mansión estás seguro, y a nadie le molestara.
—¿A qué te refieres, Tae?
Preguntó solo porque quería asegurarse. El entusiasmo instalándose en su sistema.
—Puedes usar libremente tu semitransformación cachorrito, cuando tú quieras, por el tiempo que desees.
—¿Lo dices en serio?
—Yo no jugaría con tus sentimientos de esa forma Jungkookie. La verdad me gustaría volver a verte de esa forma, ¿así que por qué no? —el vampiro cuestionó alegremente, acomodando un mechón rebelde que cubría uno de los ojos del menor—. Aunque la última palabra la tienes tú.
—Está bien. Te lo agradezco mucho, TaeTae.
El vampiro asintió sin más, y luego de eso, Jungkook había dejado salir su parte animal a la vista de todos. Las orejitas habían aparecido sobre su cabeza, y la peluda colita se asomaba por su pantalón, encantando al peligris, quien cada vez que podía acariciaba las orejitas del joven de piel nívea, porque algo en su interior le decía que por más atrayente esponjosa que se viera su cola, no debía tocarla.
Mientras el lobo que habitaba en Jeon, estaba más que contento por ser aceptado una vez más por su razón de ser, por su luna de rubí.
Ese había sido el apodo que el animal le designó al vampiro -basándose en lo importante que era para él y en sus hermosos ojos escarlata, tan parecidos a esa piedra preciosa de color rojizo- y que esperaba pronto su parte humana también pudiera llamarlo de esa forma.
Pero eso solo el tiempo lo diría.
Jungkook solo dejaba libre su semitransformación unas horas al día-cuando más cerca estaba de Taehyung- ya que habían dejado de pasar tanto tiempo juntos desde que dejaron de leer en la biblioteca, por el simple hecho de que también era sano que cada uno tuviera sus momentos de soledad o en compañía de otras personas, como sus respectivos hyungs. Aunque el lobo del azabache no estuviera muy conforme, porque ¿quién decía que no podía disfrutar estar veinticuatro siete a lado de su luna?
No obstante, dejó que su humano se encargara de lo que parecían ser las mejores opciones para que su relación con Kim avanzara.
El menor ocupó esos momentos para entrenar sus músculos con buenas rutinas de ejercicio en medio del jardín delantero, pavoneándose frente a Taehyung cuando este salía, dizque a ver las flores que seguían creciendo hermosamente sobre la tierra fértil. Y de paso, el azabache despejaba su mente y apaciguaba a su lobo, pues con cada día que pasaba anhelaba más el poder marcar al vampiro como suyo.
Sin embargo, si tuviera que nombrar una de las cosas más memorables que había hecho, consiguiendo su propósito de ser alabado por el peligris, fue cuando se ofreció a armar un par de hamacas que Namjoon y Seokjin compraron en su último viaje. Mostrando lo hábil que era con las manos, por lo tanto, dejando más que satisfecho al cambiaformas al que salvó de un aprieto al casi romper las cuerdas de la hamaca.
Y a un vampiro que gozó desde el primer instante de una de las mecedoras en las que podía descansar plácidamente, mientras se deleitaba con el ambiente tranquilo que le ofrecía el patio trasero de la mansión.
Tal y como estaba haciendo en ese instante, esperando al lobo que se había ido a tomar una ducha para retirar el sudor de su cuerpo e ir a su paseo nocturno con el vampiro, como habían acostumbrado desde días anteriores.
—Ya estoy listo, Tae.
Ante el aviso del azabache, Taehyung se incorporó de la hamaca, tomando del suelo la canasta con comida que había preparado con anterioridad, siendo ayudado por Jimin.
—Bien, Jungkookie. ¿Ya te despediste de tus hyungs?
—Sí, justo ahora. Estaban un poco cansados porque mucha gente les hizo pedidos de pociones, pero Jimin hyung me dijo que iría a dejarles la cena en la habitación.
—Como siempre Jiminnie tan dulce y atento.
Taehyung sonrió en grande, sabiendo de antemano que por mucho que dijera que sus sentimientos por Yoongi no debían florecer, poco le importaba usar cualquier excusa para verlo o respirar el mismo aire que él.
Ese par tenían una relación complicada, sin embargo, las probabilidades de que finalmente se entendieran eran muy grandes. Lo que lo hacía muy feliz, porque el rubio merecía ser amado por alguien tan bueno como Yoongi.
—Y tú, ¿ya te despediste de Namjoon y Jin hyung?
—Por supuesto cachorro, en estas semanas ya te debió quedar más que claro lo mucho que me cuidan, así que sería pecado si no me sigo comportando como el hermanito menor que por poco pide bendición para salir de casa.
Jungkook soltó una risa ante el tono burlón de Taehyung. Porque por más que aparentaba que eso le molestaba, no era así. Él adoraba ser mimado por el vampiro mayor y el cambiaformas. Tanto como era el caso de Jeon con el peligris.
Después de que ambos se soltaran a reír, salieron de la mansión, y como la nueva costumbre dictaba, el menor se escondía detrás de unos arbustos para desnudarse, guardar su ropa en un bolsito y transformarse en el imponente lobo de pelaje azabache.
El gran animal caminó sobre sus cuatro patas, llevando en su hocico el bolso que sería entregado a Taehyung, para que este lo llevara junto a la canasta llena de comida deliciosa. El susodicho se ubicó frente al vampiro, esperando por el suave toque cariñoso que el peligris le daba en su nariz cada vez que le entregaba sus pertenencias.
—Hora de irnos, cachorro—anunció con su voz hecha de terciopelo, el lobo soltó un bufido como contestación y acto seguido se agachó lo suficiente para que el mayor se trepara en su lomo.
Cuando el peligris encontró la posición más cómoda, acarició detrás de las orejas de su cachorro, y este comprendió al instante que podía iniciar su andar. Taehyung se sujetó bien, con la adrenalina instalándose en su cuerpo desde el instante en el que el menor marcaba un ritmo rápido con sus patas, adentrándolos a la inmensidad de ese bosque.
Aquel mágico lugar que se volvió el refugio de ambos en esas noches imperecederas, donde conversaban de todo y nada.
—¿Y qué tal tu salida de anoche con Tae? —Hoseok preguntó, escuchándose lo suficiente emocionado por lo que Jungkook pudiera relatar—. ¿Algún avance?
—¿Quieren que sea sincero? —declaró con una mueca desanimada—. No noto nada, ni el más mínimos avance. Por más que me he esforzado, siento que me sigue tratando como cuando era niño.
Yoongi dejó salir el aire por su nariz, masajeando sus sienes en búsqueda de paciencia.
—Jamás imaginé que alguien pudiera ser tan despistado, eso o lo finge.
—Ya no sé qué pensar, hyungs—el menor comenzó a caminar de un lado al otro en el espacio libre que poseía la habitación, mientras era observado por los mayores que estaban sentados cada uno al borde de la cama—. Tal vez no estoy siendo muy claro como para que se dé cuenta de mis intenciones de cortejo—dedujo, no encontraba otra explicación—. A pesar de lo mucho que ha dejado que me acerque a él. Ya que me permite que me acomode en su regazo después de cenar y acaricia mis cabellos con suavidad como si fuera un muñequito de porcelana, al que no quiere romper. Yo le digo lo mucho que me gusta eso, casi sonando desesperado ante su toque y él solo continua sin decir nada más.
Las manos frías de Taehyung eran sanadoras, sabían el lugar correcto dónde dejar sus caricias. Era el mismo paraíso.
—Supongo, tienes que hacer algo o no llegaran a nada.
—¿No es esa una opción muy impulsiva?
—En estos casos hay que ser lo más directo posible, Hobi.
—Pero también se puede ser directo con palabras Yoon—lo regañó—. Es difícil, pero quizá lo mejor que puede hacer es confesarse.
—Tal vez, pero si ni diciéndole lo mucho que le gusta las cosas que hace con él reacciona, todo indica que es un caso severo, casi perdido.
—Uhhh, sería bueno que aplicaras tus consejos para lo de Jimin.
—Golpe bajo—musitó Jungkook, sin reprimir una pequeña sonrisa al ver la forma tan brusca en la que el brujo pelinegro regresaba a ver Hoseok—. Pero Hobi hyung tiene razón.
—¿Quién dice que lo de nosotros no está avanzando? Es lento pero seguro. Y de todas formas no estoy desesperado, me gusta la forma en la que está fluyendo. Jiminnie tiene un carácter muy especial, tampoco quiero ser intenso o terminaré alejándolo.
—Si tú lo dices, Yoon, te creeremos.
—Claro que si, al menos ha dejado de huir de mí, conversamos más que al principio, a veces me busca para que lo ayude a recolectar las flores de su huerto personal, las cuales sale a vender en el pueblo para tener ahorros extras y preparar la comida juntos se ha convertido en nuestra tradición—relató con seguridad, enumerando cada uno de sus puntos—. Si eso no es un avance, entonces no sé qué es. Y por más que pareciera que le caigo mal, es obvio que no es así. Porque ¿cómo explicarían estos acercamientos?
—¿Está tratando de llevar la fiesta en paz? ¿O tal vez solo quiere ser más amable?
—Entonces si es como Hobi dice, definitivamente comprenderé que cuando se trata de amor no puedo leer a las personas. Y me disculparé con Jimin por ello—puntualizó con decisión—. Mientras trato de lidiar con la idea de que nunca seremos nada. Pues jamás se puede obligar a alguien a que corresponda tus sentimientos, no es sano para ninguna de las dos partes y puede acabar resquebrajando la relación que los une.
—No creo que sea así, hyung. Yo mismo he visto como Jimin hyung te mira, tú lo notas, buscas hacer contacto visual, él desvía la mirada, se sonroja como un tomate y escapa de la escena o se distrae con otra cosa.
—Vaya, Jungkookie nos ha salido muy observador cuando se trata de relaciones ajenas—el brujo castaño le molestó, pero antes de que el susodicho replicara su respuesta, complementó—.No obstante, tiene razón, solo lo decía por molestarte. Jiminnie parecer ser de las personas que no saben cómo expresar sus sentimientos y acaban exponiéndose con sus acciones hacia la otra persona.
—Eso es lo que creo, pero lo único cierto es que ese rubio es un enigma, y me encanta.
Hoseok rio ante la sinceridad de su amigo, y Jungkook imitó su acción. Esperando que el tiempo pronto les diera una resolución al brujo y al hada.
El castaño también había terminado aceptando la idea que Yoongi le propuso al lobo, así que juntos le aconsejaron que encontrará el momento perfecto para hacerlo. Justo cuando sintiera que el ambiente estaba de su lado para hacer algún movimiento que declara lo que en realidad sentía.
Pues instintivamente sabría cómo actuar ante la situación que estuviera enfrentando.
Minutos más tarde, el azabache salió de la habitación de sus hyungs, yendo en búsqueda de Taehyung, dado que el reloj ya marcaba la hora en la que le pidió que fuera a verlo en la biblioteca, donde últimamente escribía poemas que adoraba recitar al menor cuando había oportunidad.
El lobo suponía que le quería enseñar algo, ¿así que quieran era él para negarse?
Sin embargo, antes de llegar a su destino se topó con Namjoon, quien tenía una sonrisa de oreja a oreja, resaltando sus hoyuelos en sus mejillas y con sus ojos brillando como dos luceros.
¿Qué lo hizo tan feliz?
Su sentido de la visión era lo suficientemente agudo como para notar esa marca en el cuello del susodicho desde una gran distancia, mientras el susodicho se detenía para saludarle, apenas correspondiéndole por estar tan concentrado en lo que sus ojos apreciaban.
Dos perfectos orificios relucían en la tersa dermis, sin rastro alguno de sangre, lo que indicaba que habían sido muy bien limpiados, asegurando una perfecta cicatrización.
Provocando que en él reviviera con más fuerza el sueño de ser útil para su vampiro, quien dejaría su cuello marcado por sus colmillos en busca de saciar sus deseos de sangre, porque algo en su interior le decía que sería lo suficientemente apetecible como para que el peligris no quisiera despegarse de esa zona de su cuerpo por un buen rato; siendo también la mordida una muestra del lazo de confianza y amor que les uniría.
Sin embargo, su lobo no tardó en gruñir, reclamándole que él también quería hacérsela a Taehyung.
La sola imagen fantasiosa lo hizo estremecerse. Su animal interno tenía tazón, su marca en el cuello canela, que usualmente pasaba descubierto se vería perfecta.
—Jungkook, te estoy hablando—Namjoon llamó su atención, moviendo su mano de un lado al otro frente al menor, hasta que notó su mirada en su cuello—. Oh...
—Perdón, ¿qué me decías?
—Nada importante. Solo te estaba preguntando si estabas bien, te había notado un poco perdido en las nubes, pero parece que estás mejor. Y ahora puedo notar la razón por la que estabas en otro mundo cuando te encontraste conmigo. Te quedaste viendo mi marca, ¿verdad?
—Y-Yo, lo siento hyung. No debí ser tan obvio, solo me sorprendí.
—No te preocupes, no soy receloso con esto. A mí me encanta que los demás vean la mordida que mi colmillito hace con mucho cariño. La llevo con orgullo, aunque también lamento no contar con colmillos para replicársela. Tan solo debo conformarme con las marcas normales que puedo dejar en su piel cuando...
—Esa es mucha información, Namjoon hyung. Gracias, pero ya entendí.
De razón su desarrollado oído había captado sonidos raros provenientes desde el otro extremo de la mansión.
La risa grave del cambiaformas resonó por el amplio pasillo, y el fuerte sonrojo en Jungkook no tardó en hacerse presente.
—Está bien, está bien. Tengo unas cosas que hacer, así que mejor te dejo, Jungkook-ah.
—Claro, hyung. Ve con cuidado.
El sobrenatural de cabellos cobrizos asintió y se retiró, hasta desaparecer del campo visual del lobo, quien después de esas palabras y lo que sus ojos habían visto, reafirmó la determinación en su actuar gracias al consejo dado por Yoongi y apoyado por Hoseok.
Dejaría los temores atrás, se sinceraría con Taehyung dejando su sentir a la vista con alguna acción más directa, para eventualmente conseguir una marca tan bonita como la del cambiaformas. Pues ese hecho sin pretenderlo se volvió su mayor motivación.
Porque en ese preciso instante, ni el miedo al rechazo le haría cambiar de opinión y retroceder en su decisión.
Continuará...
Tremendo salto en el tiempo, ¿no? Solo les aviso que se viene el momento más esperado desde que comencé a actualizar este fic, gracias por leer y espero que el largo del capitulo recompense el tiempo de espera. Y de paso les aviso que terminé el fic de Lullaby in the lake, por si les interesa leerlo ahora que está finalizado. Los quiero, cuídense.
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