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❁ཻུ۪۪Capítulo 32~習慣

Un entusiasta Seokjin les enseñó a los presentes las cosas que había comprado para la mansión con ayuda de su pareja. Ya que al igual que su hermano menor, el joven de cabellos cenizos adoraba el diseño de interiores. Taehyung aprobó las adquisiciones del vampiro y Jimin no demoró en elogiar su buen gusto, mientras el resto de sobrenaturales le daba la razón.

—Y eso sería todo, pero tengo una sorpresa para ustedes—el mayor señaló al vampiro y al hada que intercambiaron miradas, curiosos por sus palabras—. Les doy mi palabra que, si hay una próxima, también les traeré algo bonito chicos.

La promesa de Kim esta vez fue dirigida a los brujos y el lobo, conmoviendo a los sobrenaturales por su enorme amabilidad.

—Apreciamos mucho el gesto, Jin—el castaño agradeció con una sonrisa sincera, y el vampiro asintió—. Fue una sorpresa para ti encontrarnos aquí, así que no te preocupes por nosotros.

—Bien, entonces volviendo al tema—esbozando una sonrisa, aseguró—. Compré estos accesorios, fue porque sé lo mucho que Tae y Jiminnie aman la joyería.

—Hyung, no debiste hacerlo.

—Tae tiene razón, Jin hyung, te tomas muchas molestias.

—Ustedes son mi familia, así que no sean modestos—les regañó, acercándose lo suficiente para dejar un rápido apretón en las mejillas de los susodichos—. Solo cierren los ojos y extiendan sus manos.

—Como digas, hyung.

Al unísono respondieron, sintiendo sus mejillas doler por el mimo del mayor, pero importándoles poco como para quejarse como lo hacen los niños pequeños. 

Seokjin tomó las dos cajitas que su esposo le entregó, abriéndolas para que su contenido quedara al descubierto, y dejando cada una en las manos extendidas de los menores.

El par de amigos abrieron los parpados, encontrándose con las hermosas y delicadas piezas que ahora les pertenecían.

Para Taehyung unos bellos pendientes de perlas y para Jimin una elegante pulsera de plata.

—Son hermosos, hyung, muchas gracias—el vampiro abrazó a su hermano con fuerza, siendo seguido por el hada que seguía impactado por la fina joya.

—La cuidaré mucho Jin hyung, me encantó.

—Lo sabía, no es por presumir, pero tengo un gusto exquisito y no solo me refiero a las joyas, moda o decoración de interiores—se halagó, de paso regalándole un guiño al cambiaformas que yacía a un costado suyo, suspirando como un tonto enamorado—. Eso sí, no estaré contento hasta que se los prueben.

—Lo haremos de inmediato, ¿no es así, TaeTae?

—Por supuesto, Jiminnie—coincidió, viendo de reojo al azabache que no parecía querer quitarle el ojo de encima, a la par en que los brujos observaban la situación en un cómodo silencio.

Los amigos tardaron menos de un minuto antes de lograr su cometido. Luciendo las finas joyas que les volvían más preciosos de lo que ya eran, bajo las miradas de los presentes, pero haciendo un especial énfasis en el brujo y el lobo, quienes parecían hechizados ante los encantos ajenos.

—¿Y qué tal? —cuestionó el peligris, ganándose un silbido por parte del otro vampiro que parecía muy conforme con lo que veía.

—Hermosas, pero lo cierto es que la belleza natural que ustedes poseen es lo que hace relucir estas joyas.

—Awww—Jimin mostró esa sonrisa que hacía desaparecer sus ojos en dos medias lunas, abrazando por segunda vez al joven de hombros anchos—. Como siempre Jin hyung siendo tan dulce con nosotros.

—Se merecen eso y más—argumentó con cariño desbordado en su voz—. Pero si no me creen, tienen pase libre a preguntarle a alguien más.

—Yo estoy más que satisfecho con tu opinión—Jimin se apresuró a aclarar, tratando de eliminar la tonta imagen que cruzó por su cabeza en cuestión de segundos. La cual consistía en una escena donde él inocentemente le preguntaba a cierto brujo como le lucía la pulsera.

Jodida mente que le jugaba malas pasadas.

Mientras que, para el vampiro, la situación era completamente distinta. Pues algo en su interior le incitó a que sus pies se movieran con un rumbo fijo, quedando frente al azabache que le miraba con esos grandes ojitos profundos, pero que seguían siendo igual de brillantes y curiosos.

—¿T-Te gustan, Jungkookie?

¿Y ese tartamudeo?" "¿Qué rayos me pasa?

No pudo evitar preguntarse a sí mismo. Sin embargo, antes de si quiera pensar seriamente en ello, Kim notó como el menor se incorporaba para que pudieran quedar cara a cara.

La atracción y tensión sintiéndose en el ambiente, envolviendo a los dos sobrenaturales que estaban a escasos centímetros del otro. Porque cuando Jungkook quería, podía poner realmente nervioso a Taehyung.

Lástima que un hecho tan increíble como ese pasara desapercibido para el lobo.

—Te quedan muy bien, pero... —con ayuda de sus dígitos, Jeon rozó la suave dermis del joven de ojos escarlatas, acomodando un rebelde mechón de cabello detrás de su oreja decorada por la joya—. Ahora está mil veces mejor—lo dedicó una pequeña sonrisa, provocando que vampiro soltara un suave suspiro, embelesado en el tacto ajeno—. Tienes un rostro muy lindo Tae, por eso merece resaltar más que los mismos pendientes que uses.

—Gracias, cachorro.

El peligris se quedó en blanco por unos segundos que parecieron eternos, por lo que cuando pudo salir de su ensoñación, no se lo pensó dos veces antes de justificar su actuar ante los presentes.

—Le pregunté a Jungkookie porque siempre me ha dado opiniones sinceras. Ustedes saben de sobra que los vampiros no podemos ver con claridad nuestro reflejo en los espejos, así que no es bueno quedarse con la duda. Además, Jin hyung puede mentirme solo por ser mi hermano, por lo que es mejor asegurarse por otro método, ¿no lo creen?

—Nunca dijimos lo contrario, Tae.

Jimin comentó después de que su amigo diera esa respuesta tan rebuscada, porque como decían por ahí: explicaciones no pedidas, culpas admitidas.

—Ahhh, claro...

Después de eso, Taehyung fue interrumpido por un bufido de su hermano, quien parecía indignado por su opinión.

—Solo porque muero de hambre, haré como que no escuché eso Taehyungie.

—Lo siento, hyung, no lo dije con esa intención.

—Tranquilo, mejor vamos a preparar algo delicioso para llenar nuestros estómagos.

—Me apunto a esa tarea colmillito—intervino Namjoon, quien adoraba ser el ayudante del vampiro haciendo uso de ese apodo que Seokjin amaba—. ¿Quién más quiere ayudarnos?

—Yo también soy bueno con la cocina, y ya que Jimin-ah fue el encargado de alimentarnos estos últimos días, me gustaría retribuirle el favor.

El hada sintió sus mejillas colorearse al escuchar las palabras del pelinegro. El muy desgraciado portaba una sonrisa ladina en sus finos labios, como si quisiera provocar algo en él.

Objetivo que cumplió con éxito, pero que Jimin se negaría a aceptar. Por lo que disimulándolo lo mejor que pudo, expresó con firmeza. 

—Me parece bien, comprobemos si eres tan bueno como dices ser.

—Déjame decirte que nunca afirmo nada que no sea verdad—sus ojos conectándose con los ajenos de una manera intensa, pero lo más increíble era que ninguno parecía querer dar su brazo a torcer.

—Entonces lo esperaré con ansias.

Los presentes compartieron miradas ante la inesperada escena protagonizada por el brujo y el hada. No obstante, aquel momento no duró mucho, ya que el cambiaformas fue el encargado de cortar la tensión entre esos dos; al jalar al pelinegro del brazo para ir con dirección a la cocina, alegando que sería un honor aprender algo de él.

Siendo totalmente ajeno a lo que en realidad pasaba.

Pero no importaba, pues justo ahora lo que Namjoon más deseaba era adquirir nuevos conocimientos en el arte de la gastronomía para darle una mano a su adorado vampiro.

Una hora y media había transcurrido, por lo que los sobrenaturales finalmente se encontraban degustando un delicioso almuerzo, el cual vale recalcar ya no debería considerarse de esa forma al ser pasadas las cuatro y media de la tarde.

Todos estaban inmersos en una amena conversación, donde Seokjin les contaba alguna de las anécdotas no tan relevantes vividas en su viaje, pero que igual le parecían memorables.

El azabache dedicó especial atención a aquel vampiro y a su pareja, a la par en que su olfato se agudizaba lo suficiente para determinar a quién pertenecía cada olor, pues anteriormente habían estado tan juntos que sus aromas se encontraban mezclados, haciendo que dicha tarea fuera imposible de llevar a cabo.

Siendo Namjoon el portador de una intensa fragancia a eucalipto, mientras Seokjin era dueño de una delicada esencia de manzanilla.

Una sonrisa se estiró en sus labios al permitirse fantasear con la idea de su olor a cedro mezclado con el exquisito aroma a romero de Taehyung.

Su lobo ronroneo en su pecho, contento con la idea. Si ya amaba marcar al peligris con su perfume natural, el tener la dicha de sentir su olor con el ajeno de esa manera, no dudaba del hecho de que sería realmente satisfactorio.

Pero antes de que si quiera ese sueño se volviera una realidad, una relación era lo que debía comenzar entre los dos. Y eso era de lo que se encargaría conforme los días fueran pasando. Poco importaba como lo conseguiría, ya que el único resultado que Jungkook deseaba, era ser notado por el vampiro de ojos escarlatas.

—¿Y bien? ¿Te gustó mi comida, Jimin-ah?

La voz del brujo a su costado fue lo que sacó a Jungkook de su trance, quien se sorprendió al no haber notado que Seokjin había dejado de hablar hace rato. Tal parecía que su cuerpo estuvo actuando en automático desde que su mente se llenó de pensamientos que involucraban a cierto amante de la moda. Definitivamente Taehyung tenía un inmenso poder sobre él, pero no se quejaba.

Su lobo amaba ser dominado por el mayor.

Jimin detuvo sus movimientos cuando el pelinegro le habló. Que inoportuno que era. No obstante, era una verdad que su comida le encantó, pero su orgullo pesaba más.

—Por hoy estuvo bien, lo apruebo—aceptó a regañadientes, sin poder mirarlo a la cara—. Así que no cantes victoria, Yoongi hyung.

—Me conformo con esa respuesta. Me gustan los retos, Jimin-ah.

El rubio asintió con un movimiento de cabeza, maldiciéndolo internamente por provocarlo con ese tono tan grave y confiado. Min Yoongi, lo ponía de los nervios.

Sin duda la situación sería mucho más fácil si el brujo no fuera tan guapo, pero ni eso tenía a favor.

—Volviendo al tema anterior y por pura curiosidad—el hada decidió llevar la atención de todos a otra cuestión—. ¿Conocen a Hobi hyung por la misma razón que TaeTae?

—Si Jiminnie, el aporte de Hobi a la comunidad vampira fue tan importante que no creo que exista uno de nosotros que no le conozca.

—Me siento muy halagado por eso—el castaño expresó complacido, recordando cuando comenzó a vender aquel brebaje como la solución al mayor problema de los seres de la noche. Ya eran muchos años desde ese momento, pero lo sentía como si hubiera sido ayer.

Yoongi todavía no era su compañero, por lo que el trabajo había sido extenuante para él. Sin embargo, eso no le quitaba lo satisfactorio, ni tampoco minimizaba que aquello le dio mucho reconocimiento en el mundo sobrenatural. 

—Esa pócima fue una de mis pócimas más útiles.

—No veo la mentira, nos dio una gran oportunidad para vivir mejor y por ese motivo te estaremos eternamente agradecidos.

—Con eso estoy más que satisfecho, Taehyungie.

Después de esa afirmación, el particular grupo siguió en lo suyo hasta dejar la vajilla vacía. Los presentes habían llenado sus estómagos, y quienes no participaron en la preparación de los alimentos, fueron los encargados de limpiar todo el desastre.

Una hora más pasó y la noche estaba a punto de tomar el lugar del atardecer, por lo que un curioso Namjoon decidió interrumpir la plática en la que se sumergieron con una duda que se plantó en su cabeza.

—Me olvidé de preguntarlo más antes, ¿pero están cómodos en esa habitación?

—¿Por qué lo preguntas? —Hoseok cuestionó confuso y el cambiaformas no demoró en dar su razón.

—Porque no creo que tres personas puedan compartirla. Es muy pequeña, a lo mucho dos podrían quedarse ahí. Y lo digo por experiencia, ya que antes yo era el dueño.

—¿De verdad? —Yoongi abrió la boca por la impresión. Lo bueno era que el susodicho habló en tiempo pasado, así que no era motivo de preocupación. Ya que supuso que ahora dormía con su pareja Seokjin.

—Sí, por eso es que estoy intrigado por cómo pudieron acomodarse en ese lugar tan estrecho.

—Hyung—Taehyung captó la atención de todos, sintiéndose en la obligación de explicar a profundidad el tema—. Lo cierto es que solo Yoongi y Hobi hyung están quedándose ahí, pues yo le cedí mi habitación a Jungkookie.

—Era de esperarse—Seokjin suspiró, su hermano era tan obvio, pero tan despistado con sus propios actos—. Y supongo tú debes estar quedándote en otros lugares con la excusa de que no necesitas descansar por ser un vampiro, ¿no?

—Yo...

—Y no me mientas, TaeTae—le regañó, tratando de mostrarse serio—. Si bien es cierto que no necesitamos dormir, todos necesitamos una buena noche de descanso. Luego no quisiera verte débil por esa razón.

El peligris quiso debatir el argumento de su hermano, pero cierto lobo se adelantó.

—Seokjin hyung, no se preocupe por eso. Yo tampoco quiero que Tae siga de esa forma, por eso acordamos conversarlo. Y si tengo que ir a dormir en otro lado, no será problema mutar a mi forma de lobo para mayor comodidad.

—Eso sí que no cachorro—el vampiro negó rotundamente bajo la atenta mirada de los sobrenaturales que se encontraban en la bonita sala—. Tampoco eres un perro como para hacer eso. Tú te quedarás en mi habitación y es mi última palabra.

—Pero no me sentiré cómodo sabiendo que tú estás así por mi culpa.

—Ughh...

—Hazle caso a tu cachorro Taehyungie—su hermano pidió, divirtiéndose con el actuar de ese par—. Duerme con él, no es como si no tuvieran confianza.

—¡P-Pero!

Jungkook no es lo que solía ser.

Fue lo que el peligris pensó agobiado. El azabache ciertamente le hacía sentir intimidado solo con la idea de compartir una cama con él.

No sabía la razón, pero el nerviosismo estaba más que presente y no podía ser disimulado.

Tal vez era por los diecisiete años que no pasaron en vano. Sí, eso debía ser. Nada tenía que ver con la idea de que Jeon ahora era todo un hombre.

—¡Por todos los murciélagos Kim Taehyung! —Seokjin se quejó, resoplando en el acto—. No te estoy diciendo que duerman en la misma cama, tú puedes usar eso hasta que consigamos otra para ti.

—Ohh... —Y como si un foco se encendiera en su cabeza, la mejor solución llegó a su mente—. ¡Eres un genio Hyung, no recordaba que todavía lo tenía! ¿Cómo no se me ocurrió antes?

—Gracias por el cumplido, y supongo que no te acordaste porque pasas en las nubes.

—¿De qué están hablando? —Jungkook interrogó, ignorando a su lobo quien se puso momentáneamente triste por el rechazo de su vampiro. Sin embargo, su parte humana estaba consciente de la razón, pues hace mucho dejó de ser el niño que había estado bajo el cuidado del vampiro, por más que le siguiera tratando como uno.

—Te lo indicaré más tarde, Jungkookie. Nuestro problema está más que resuelto.

—De acuerdo, Tae.

Todo indicaba que el peligris quería que fuera una sorpresa, y él no era nadie quien pudiera negarle ese capricho por más curioso que estuviera.

A fin de cuentas, confiaba ciegamente en sus palabras.

—Bien, creo que yo sí sé que es—Jimin rio, era un detalle un tanto tétrico, pero no creía que pudiera ser capaz de asustar al menor—. Luego les cuento que es—aseguró al par de brujos que intercambiaban miradas intrigadas por el misterioso objeto, quienes aceptaron sin pensarlos des veces—. Ahora, ¿qué les parece si jugamos un juego de mesa hasta que sea hora de dormir? Porque con lo mucho que comimos hace un rato, la cena queda descartada.

—Me parece una buena idea—opinó Yoongi, conectando sus ojos con los ajenos. Logrando que el hada desviara la mirada, gozando en secreto de la reacción provocada con un gesto tan simple como ese. Los demás naturalmente estuvieron conformes con la propuesta.

Y así, la noche llegó para quedarse. Entre risas y pequeñas discusiones los sobrenaturales se entretuvieron con varias rondas de baduk, el cual era un juego estratégico de tablero para dos personas, por lo que se realizó en turnos, hasta que se estuvieron satisfechos con los resultados.

Quedando como absolutos ganadores el rubio, el pelinegro y el cenizo.

Para cuando el juego finalizó, el reloj marcaba las doce en punto, dejando en claro lo mucho que se divirtieron a tal punto de olvidarse de la hora.

Todos se dedicaron despedidas, para que luego cada uno tomara su propio camino.

El azabache seguía de cerca a su vampiro, quien le guío hasta la habitación que estuvo ocupando hasta ahora. Con solo un movimiento de cabeza le indicó que se cambiara de ropa, pues él haría lo mismo en el baño.

Jungkook aceptó obedientemente, sintiendo su corazón acelerarse con el pasar de los minutos. ¿Qué tenía entre manos el peligris?

Taehyung salió del baño, usando un bonito pijama de seda color negro que dejaba relucir su menudo cuerpo. Jeon tragó duro, bajando la mirada hacia su propio pijama de algodón color blanco.

Parecían ir combinados. Sin embargo, la mente del azabache una vez más le jugó una mala pasada al imaginar que sería mucho mejor si ambos no llevaran nada puesto.

Piel caliente contra la dermis fría.

Se regañó ni bien lo pensó, pero su lobo apoyó su gran imaginación, moviendo la cola de un lado al otro en su interior.

El animal en él quería devorar al ajeno, así que no lo culpaba por no pensar coherentemente.

—Kookie, ¿estás listo para ver lo que resolverá nuestra situación?

—S-Sí...

—Entonces date la vuelta y no te gires hasta que yo no te avise, ¿sí?

El menor asintió levemente, aceptando el pedido del peligris. Su sentido auditivo inmediatamente captó un sonido. Era como si Taehyung estuviera arrastrando algo pesado.

—Listo, cachorro, aquí dormiré yo.

Jungkook dejó atrás cualquier sucio pensamiento, al sentir su piel erizarse por lo que sus ojos estaban viendo. Hasta su lobo estaba confuso por la extraña estampa que tenía frente suyo.

—Eso es...

—¿Un ataúd? Por supuesto, un buen vampiro ha tenido al menos uno en su vida.

—Ya veo. Es interesante.

—¿Acaso creías que solo era un rumor?

—Siendo honesto, jamás me imaginé que tú tuvieras uno.

—Es cierto que hay vampiros como yo que prefieren las camas, pero los antiguos son los que mantienen la tradición. Ya que, aunque no lo parezca, un ataúd puede ser muy cómodo para dormir.

—Entiendo. 

No lo hacía, porque era algo a lo que no estaba acostumbrado. Ni le llamaba la idea de comprobar lo que el peligris decía, pero tampoco podía juzgarlo. Ya que cada sobrenatural tenía sus costumbres y eso se respetaba.

—Entonces, ¿qué estamos esperando Jungkookie? Ya es hora de ir a dormir—lo animó con entusiasmo, mostrándole esa preciosa sonrisa cuadrada que iluminaría hasta la noche más oscura—. Hay que recuperar energías, mañana será un nuevo día.

El azabache se ubicó en el suave colchón, cubriéndose con el edredón, quedando apoyado en su brazo, para que la acción de continuar observando al mayor siguiera siendo sencilla. El joven de orbes escarlatas fue el encargado de apagar la luz, para después caminar hacia el ataúd que se encontraba a lado izquierdo de la cama que estaba ocupando.

Cuando el susodicho encontró una posición cómoda en la caja de madera de caoba, tapándose con la manta que había tomado de uno de los cajones del mueble más grande de su habitación, se dispuso finalmente a dedicarle unas últimas palabras al cachorro que le detallaba con intensidad, esperando por él.

—Buenas noches, Jungkookie. Duerme bien.

—Igualmente, Tae. Que descanses.

El vampiro cerró los párpados, pero el lobo se dedicó a mirarle por largos minutos. Analizando las bonitas facciones de su rostro, manteniendo una expresión llena de calma y que era bañada por la suave luz de la luna que entraba por una abertura de las cortinas.

"Es bellísimo".

Su lobo estaba muy de acuerdo en que era una imagen hermosa de ver, si se dejaba de lado el lugar donde el vampiro reposaba.

Ah, quizá sí estaba siendo bendecido al tener esa oportunidad. Pero, eso no evitaba que anhelará tenerlo entre sus brazos.

Esperando que ese momento llegara en un abrir y cerrar de ojos.

El menor se relajó considerablemente gracias al aroma a romero que lo rodeaba, como un sedante necesario para su organismo. Por eso, no le fue difícil conciliar el sueño, siendo Taehyung lo último que vio antes de entregarse a los brazos de Morfeo.

Y también teniendo presente que sería lo primero que vería al despertar.

Fácilmente podía acostumbrarse.

Continuará...

Yo solo diré que se agarren bien las pelucas, porque lo que se viene será intenso. Ya que entraremos a una nueva etapa en el fic. Gracias por leer, no olviden recomendar la historia, me ayudaría mucho. 

Este es el juego que mencioné en el capítulo y los pendientes de Tae, los cuales el real si usó en la era Fake love y la pulsera de Jimin. Ojalá las imágenes ayuden a su imaginación. Los quiero mucho, corazones.

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