Yoongi y Hoseok optaron por darle un poco de espacio al chiquillo que parecía un tanto receloso de su presencia. Le dejarían comer tranquilo y luego tratarían de conversar civilizadamente con él, para obtener respuestas. Era demasiado extraño que un niño estuviera solo en mitad de la nada, ya fuera un simple humano o un sobrenatural.

Veinte minutos pasaron antes de que el castaño se acercara al árbol para dar con el azabache, sin embargo, cuando este se asomó para preguntarle si había disfrutado de la ensalada, se sorprendió al no encontrarlo por ningún lugar.

—¡Hyung!

El llamado del brujo con olor a hierbabuena alertó al pelinegro, quien se acercó con rapidez al lugar en el que su amigo se encontraba.

—¿Qué sucedió? ¿Y el niño?

—Desapareció, y de paso se robó el recipiente donde le entregamos la ensalada. Era mi favorito.

Ante la queja de su amigo, Yoongi negó rodando los ojos.

—Eso es lo de menos, Hobi, después te conseguimos otro. Lo que no entiendo es porque se fue, cuando le dimos a entender que le daríamos un tiempo solo para que estuviera más cómodo.

—Tal vez no quiere relacionarse con nadie porque no confía en buenas intenciones. Seguramente tiene algún trauma, o se perdió y se cree capaz de encontrar a su familia por sí solo—dedujo, masajeando su mentón pensativo por la situación—. Tantas posibilidades, pero ahora nunca sabremos cuál se acercaba más a la realidad.

—Tienes razón, pero tú sabes que eso es imposible. Lastimosamente, sigue siendo un niño y no resistirá mucho, ya sea por las condiciones del ambiente, el hambre o el peligro que lo acecha por el sencillo hecho de que está solo.

—Ni lo digas, hyung—Hoseok se mostró triste ante esa cruel opción. Tanto humanos como sobrenaturales podían ser despiadados cuando querían. Podrían secuestrarlo, torturarlo o hasta convertirlo en un esclavo. No importaba que fuera un infante todavía, porque si existía, aunque fuera la mínima probabilidad de sacarle provecho de algún modo, lo harían sin dudar—. Que la boca se te selle para que no se cumpla.

—Soy realista, Hobi. En ese aspecto, ninguna especie es distinta. Porque puede que sigan existiendo seres como nosotros que preferimos ayudar antes de dañar, pero también están presentes los que se aprovechan de la vulnerabilidad de otros.

—¿Entonces deberíamos buscarlo?

—Sí, al menos para que nos cuente que le sucedió y ver si hay alguna manera para devolverlo a su hogar o alguien que sea de confianza. Porque no me creo que exista un niño tan impulsivo como para escapar de su hogar.

—Uno nunca sabe, hyung—respondió con sinceridad el castaño—. La vida siempre está llena de sorpresas inimaginables.

—Muy buen punto. Entonces dividámonos, y busquemos por los alrededores—demandó, y el menor asintió de acuerdo—. Parecía débil, así que no creo que haya podido ir tan lejos. Aprovechemos que ya acabamos por hoy con nuestra labor.

Era una suerte que ya hubieran conseguido todas las hierbas necesarias para la elaboración de pociones durante esa semana. Porque de esa manera tenían pase libre a buscar al azabache recorriendo la mayor extensión del bosque sin miedo a dejar la recolección de lado.

—Está bien, y concuerdo con que tal vez ese sea un factor a nuestro favor.

Lo que el par de brujos desconocía era que el susodicho no era un niño común y corriente, sino un lobo. Un sobrenatural con la suficiente capacidad para escabullirse y hacer uso de sus sentidos, los cuales, a pesar de no madurar por completo, seguían siendo de completa utilidad. Y ahora, teniendo las energías recuperadas después de una buena y nutritiva ingesta de alimentos, su organismo se sentía lo capaz de funcionar para así conseguir huir lo más lejos que sus pies pudieran.

Tres días más tarde, Hoseok y Yoongi se llevaron una inesperada sorpresa al volverse a encontrar con el azabache. Solo que esta vez el susodicho mostraba su verdadera naturaleza. Dejando a la vista unas orejitas peludas y una cola esponjosa, en conjunto a los colmillos que sobresalían de sus labios. 

Los brujos les habían perdido la pista por completo, pero esta vez no sucedería lo mismo. Internamente, se alegraban de hacer una parada de último minuto en aquel pueblo, en donde les conocían muy bien y les guardaban respeto por ayudar cada que podían.

—Es un lobo—murmuró Hoseok, boquiabierto—. ¿Cómo no pudimos darnos cuenta?

—Ya no importa eso, está en problemas—aseguró al ver cómo un adulto lo zarandeaba, reclamándole por algo que no alcanzaban a escuchar—. Debemos ayudarle.

El castaño asintió, y junto a su amigo rápidamente se desplazaron entre el tumulto de gente que rodeaba al humano que regañaba al cachorro.

—¿Qué está sucediendo aquí? —cuestionó Yoongi con voz dura, la gente deteniendo sus murmullos para concentrarse en la presencia de esos brujos que vestían de negro, y que aceptaban solo porque sabían que no eran peligrosos, muy diferentes a ese licántropo que podría convertirse en un animal sanguinario—. ¿Qué te hizo esa cría de lobo como para que lo estés maltratando a plena luz del día?

—Yoongi-ssi—el hombre detuvo sus movimientos abruptamente, sacándole un gemido lastimero a Jungkook, quien ya no sentía la muñeca gracias al fuerte agarre del más grande—. Atrapé a este mocoso robando las frutas que vendo, solo estoy reclamándole por ello y talvez le dé una lección.

—¿Y se puede saber cuántas frutas te robó? Yo te las puedo pagar sin problema, solo déjalo.

—¿Por qué me pide algo así, Yoongi-ssi? ¿Qué acaso no ve que puede volverse un peligro si no se le enseña que no debe tomar cosas ajenas? Hasta podría querer venganza en un futuro, su especie es muy traicionera.

—Eso no te incumbe. Porque yo conozco a ese niño, y quiero que lo dejes tranquilo. Yo como sobrenatural que soy puedo hacerme cargo, los humanos deben mantenerse a raya en esto para evitar problemas.

—¿Está seguro?

—Ambos estamos muy seguros—intervino Hoseok con un semblante cargado de seriedad, nada comparado al que usualmente portaba y que era rebosante de felicidad—. Ese travieso es nuestra responsabilidad, por error se nos escapó. Y nos alegra haberlo encontrado.

—Así es. Suéltalo y dime cuanto te debo.

El pelinegro demandó con auténtica autoridad, por lo que el hombre les escudriñó con la mirada, y sin meditarlo tanto, finalmente soltó a Jungkook, quien cayó al piso, al no poder mantener sus piernas firmes. Miró al hombre grande y feo que lo atrapó por agarrar una manzana, una sola y nada más, como dio a entender a todos los presentes.

Que vale aclarar era una fruta que se encontraba podrida y seguro iba a ser desechada. Él tenía muy presente que robar era malo, pero su estómago necesitaba algo, lo que fuera para llenarse un poco. Y esa manzana podía cumplir esa función en lugar de terminar en la basura.

Por ese motivo lo hizo, pero se lamentó verse involucrado en una situación donde una vez más le hicieron sentir como la peor escoria. Ya sin ganas de querer hacer más grande el problema, optó por correr hacia esos hombres que desprendían olores tan frescos e intensos, a hierbabuena y a menta.

—Muchas gracias—Hoseok realizó una reverencia luego de sentir cómo el infante se ocultaba detrás de él, apenas asomando la cabeza para analizar al resto de humanos que les observaban con atención. Mientras Yoongi le pagaba la cantidad estipulada al afectado.

—Nosotros ya nos vamos, no hay nada más que ver por aquí. Pueden retirarse—el mayor informó, y tal como dijo, las personas se fueron disipando sin mirar atrás o reparar en lo anteriormente, incluido el hombre que juzgó al lobo.

—¿C-Cómo?

—¿Cómo logramos que te dejaran en paz? —inquirió el pelinegro con gracia, a pesar de seguir viéndose intimidante. El menor asintió con movimientos rápidos de cabeza, con las orejitas bien paradas y su colita estática—. Muy fácil, esa es la ventaja de ser brujos respetados.

—¡Wow! ¿Realmente los aceptan a pesar de ser distintos a ellos?

El lobo estaba anonadado. Le parecía genial que los mayores no fueran discriminados solo por ser quienes eran. Ojalá un día pudiera decir lo mismo de él, o al menos aprender a vivir con ello.

—Sí, pero no creas que fue algo fácil—al ver la sincera admiración del infante, Yoongi decidió aclarar un poco más acerca de su realidad—. Lastimosamente, esto solo se consiguió porque tenemos la misma apariencia, exceptuando que podemos hacer hechizos, pociones y diversos encantamientos que les son de utilidad.

—Ohhh, entiendo.

—Sí, pero no te sientas mal por ello, ¿bien? —le consoló Hoseok y el menor le mostró una pequeña sonrisa—. Así está mejor.

—Jungkook, me llamo Jungkook.

—Gracias por decirlo, Jungkook-ah—el castaño también sonrió y optó por presentarse—. Ese día ya no tuvimos tiempo para decirte nuestros nombres, ni preguntarte el tuyo, pero mejor tarde que nunca. Yo soy Hoseok, y mi buen amigo aquí presente se llama Yoongi.

—Hola—le saludó el pelinegro y el lobo movió su manita devolviéndole el gesto.

—Es un gusto, hyungs.

—Vaya, es un niño educado—halagó el brujo con olor a menta y Hoseok rio con suavidad.

—Así parece, pero ¿puedes contarnos por qué tomaste algo que no era tuyo? ¿Acaso no tenías nada que comer, o nunca te enseñaron que eso no se hace?

—Lo siento mucho, yo sé que estuvo muy mal, pero el hambre me ganó—confesó arrepentido—. Aunque lo cierto es que nunca pude comer esa manzana.

—¿Te la quitó antes de que siquiera pudieras morderla?

—Así es, Hoseok hyung. Pero creo que eso fue mejor, tal vez si comía algo perteneciente a ese hombre amargado, seguramente me dolería el estómago.

Yoongi o contuvo soltar una carcajada que impactó al castaño y al cachorro.

—¿Cómo es que puedes hacer bromas en un momento así? Eres especial, Jungkook.

—Sí, tan especial como para hacerte reír de esa manera, Yoon—confirmó Hoseok—. Pero tienes razón, este pequeño es muy ocurrente. Sería muy divertido tenerlo como acompañante, aunque antes de eso quisiéramos saber la razón por la que te escapaste de nosotros, si desde el primer momento te dijimos que no queríamos dañarte.

—Por un momento creí que eran simples humanos, por lo que me sentí desconfiado.

—Ya veo, pero ¿huiste de casa? —inquirió el brujo mayor—. Un niño como tú no debería estar solo. Tu familia puede estar preocupada.

Después de esa pregunta, Jungkook volvió a sentir la tristeza colarse en su corazón, quemándole el alma. Por un momento se había sentido tan bien al conversar sin preocupación con esos hyungs, como si nada hubiera pasado. Pero ahora que debía mencionar a sus padres y seguramente a Taehyung, el mundo se le venía encima.

—No tengo una casa a la que volver, perdí a mis padres.

Las orejitas y cola de Jungkook delataban su apagado estado de humor.

—Lo lamentamos mucho—Hoseok se disculpó y Yoongi soltó un suspiro. Eso explicaba mucho, pero necesitaban más información.

—¿Por cuánto tiempo has estado vagando en soledad?

—No mucho, Yoongi hyung. Estuve quedándome con alguien que era muy amable conmigo, pero me fui de su casa porque no quiero seguir dándole más problemas.

—Comprendo. Con esa información es suficiente, podemos notar que es un tema que te afecta, así que no te presionaremos para que nos cuentes más.

—Gracias.

—Te vamos a dar comida, pero espero que esta vez no vuelvas a irte y de paso llevarte el recipiente—Hoseok le molestó un poco para sacarlo de su agonía, y al ver un sonrojo apoderase de la piel blanquecina supo que su cometido funcionó.

—Lamento haberlo hecho, pero en ese momento lo que más necesitaba era uno de esos para tratar de guardar la comida que pudiera encontrar en el camino.

—No te preocupes por las palabras de ese hyung—el pelinegro señaló a su amigo y luego continuó hablando—. Solo lo dice por molestar, a pesar de todo nos alegra que te haya gustado la ensalada.

—Sí, me encantó. Pero si gustan se los puedo devolver, ya buscaré otra cosa para guardar mi comida—comentó, y quiso hurgar en el pequeño bolso que siempre le acompañaba, pero las palabras que el pelinegro dijo fueron suficientes para detenerse.

—Bien. De todas formas, no tendrás que volver a hacerlo, porque te prometemos que estarás bien con nosotros.

—¿Q-Qué? ¿Ustedes?...

—Sí, ese día queríamos proponerte nuestra ayuda para volver a tu hogar, pero teniendo en cuenta lo que nos dijiste eso será imposible. Así que tienes pase libre para quedarte con nosotros, y que sepas desde qué eso no nos molesta para nada—aclaró, dejando unas palmaditas en la cabeza ajena—. Jamás estaríamos tranquilos al dejarte abandonado siendo todavía un niño cuando podemos brindarte un poco de ayuda.

—Sí, este mundo está lleno de peligros y ya lo comprobaste por ti mismo Jungkook-ah—Hoseok hizo referencia a lo que vivió hace unos solos minutos—. Pero si decides aceptar, con nosotros no te faltará nada. Estaremos felices de ser tus hermanos mayores.

—¿D-De verdad? ¿Podré tener un techo sobre mi cabeza, comida y protección?

—Sí, si tú quieres lo tendrás—respondió Yoongi con tranquilidad—. Sé que apenas nos conocemos, pero puedes confiar en nuestras buenas intenciones. Podría ser hasta que aprendas a valerte por ti mismo, porque jamás te obligaríamos a que te quedes con nosotros si es que esa no es tu voluntad.

—Yo tengo otras cosas que contarles.

Porque si Jungkook aceptaba, al menos debía tener el valor que no tuvo con Taehyung para contar todo el trasfondo de su pasado. Esos brujos parecían ser igual de buenos que el vampiro, y por ese motivo debía informarles lo sucedido.

Todavía no comprendía por qué no había hecho eso con el peligris, pero una parte de sí mismo le gritaba que era lo correcto, porque nunca se perdonaría verlo dañado por su culpa.

—Todo a su tiempo, Jungkook-ah. No te preocupes, sea lo que sea, encontraremos una solución. Lo único que si te advertimos es que nosotros vamos de un lado al otro, rara vez nos quedamos en un solo lugar, así que, si no tienes problema con ello, eres más que bienvenido.

Ante lo dicho por el brujo con olor a hierbabuena, el menor asintió conforme. Eso era lo de menos, y a decir verdad era lo que más necesitaba, porque temía que un día su lobo le obligara a regresar donde el vampiro debido a lo mucho que lo extrañaba. Porque algo le decía que su animal interno era capaz de cualquier cosa que se propusiera.

Tenía que alejarse más, desaparecer sin dejar rastro.

—Acepto. Gracias por recibirme, hyungs.

—El gusto es nuestro.

Yoongi mostró una sonrisa labial, y su amigo aplaudió contento ante esa confirmación. Y a partir de ese momento, el resto es historia. Pues aceptar formar parte de la familia de esos brujos, fue una bendición para el azabache, quien creó más buenos que malos recuerdos durante los diecisiete años que dejó a Taehyung.

Pero no se arrepentía, porque el tener la guía de sus hyungs se convirtió en ese alguien que siempre anheló ser, pero que seguía manteniendo el deseo de seguir siendo mejor, para sí mismo y para el sobrenatural que, desde la primera vez que le vio, le robó su corazón.

—Y eso fue lo que sucedió—Yoongi concluyó y los presentes pudieron dejar de estar tan inmersos en la conversación larga y tendida que de la que habían sido partícipes.

—Agradezco que Jungkookie se haya encontrado con seres tan buenos como ustedes.

Taehyung se levantó de su lugar a lado de Jimin, solo para ir con dirección a donde Jungkook se encontraba, observándole con ojos grandes y curiosos. El vampiro no demoró en posicionarse a su costado, rodeándolo con sus brazos y recostando su cabeza en la ajena.

—A pesar de ser muy astuto, seguía siendo un niño y lastimosamente no lo hubiera resistido por mucho tiempo.

—Ya pasó, los hyungs me cuidaron bien y por eso sigo aquí—anunció, haciendo contacto visual con el mayor. Sus manos picando por acunar esas mejillas de pan—. Tranquilo, por favor, Tae.

—Lo estoy intentando—explicó, olvidando que tenían tres pares de ojos encima de él—. Pero la imagen mental que me hice es demasiado triste cachorro—se lamentó y Jungkook hizo un puchero de forma involuntaria, a este paso se pondría a llorar como un niño si Taehyung seguía tan afectado.

—No te pongas así, TaeTae—Jimin intervino al ver que su amigo realmente estaba decaído, por lo que trataría de apaciguarlo un poco—. Como dijo Jungkook-ah, es algo que ya es parte del pasado y ambos aprendieron de ello.

El hada imitó la acción de su amigo y se trasladó quedando frente a frente con Jeon. Esa acción fue suficiente para llamar la atención del peligris y el azabache.

—Aprendieron de la misma forma en la que yo lo hice.

—Jiminnie.

—No me interrumpas, Tae, quiero hacer una declaración aquí con todos ustedes como testigos de mi verdadero arrepentimiento.

El rubio exhaló, tratando de buscar las palabras adecuadas para hacer llegar su mensaje al involucrado, mientras el salón se llenaba de completo silencio.

—En el pasado, yo dije algunas cosas que desembocaron que Jungkook-ah huyera. Me comporté como cualquier humano haría, juzgando a alguien que no merecía ser juzgado. Fui un idiota ignorante al creer que los lobos no podían controlarse y que eventualmente dejaban salir su sed de sangre, tal y como los rumores predican.

El lobo le observaba detallando la sinceridad en su rostro y en sus palabras. Los brujos ya habían sido informados por el mismo azabache acerca de esa parte de la historia, pero ninguno se atrevió a juzgar a Jimin, porque entendían que lo había hecho por temor a que Taehyung saliera dañado. Pues el mismo Jungkook lo tomó de esa forma, y por ese hecho era que no le guardaba rencor. 

Porque de estar en su lugar hubiera hecho lo mismo, ya que cuando se ama, uno no escatima en los métodos para proteger a un ser querido. Y aunque el lazo que unía al hada y al vampiro era de amistad, la más bonita hermandad, seguía siendo otra manera de amar, tan parecida a la que compartían los brujos.

Un amor cómplice, fiel y protector. Uno que funcionaba en las buenas y en las malas.

—Por ese motivo es que te extiendo mis sinceras disculpas. Quiero que puedas confiar en mí como un buen amigo. Y talvez suene muy cliché mencionarlo, pero solo con tu presencia me has demostrado que Tae tenía razón, eres alguien muy especial Jungkook-ah, y por más comentarios que escuches no dejes que te afecte o provoque que dejes de ser tú mismo. Un lobo bueno, amistoso, leal.

El único que muy seguramente podrá hacer feliz una vez más a TaeTae.

Luego de ese pensamiento que se contuvo de transmitir en palabras, Jimin bajó la cabeza, mostrando respeto y esperando por una respuesta. Pero nunca imaginó recibir lo que recibió.

Un fuerte abrazo por parte de Jeon.

—Te perdono, Jimin hyung, aunque realmente no hay nada que perdonar—explicó con tranquilidad—. Entiendo por qué lo hiciste. Yo tampoco debí ser tan impulsivo, debí hablarlo, pero el pasado es algo que no se puede cambiar por más que lo deseemos.

—¿Entonces si me perdonas?

Jimin cuestionó con los ojos brillosos tras separarse un poco de ese abrazo de oso que el menor le entregó.

—Por supuesto. Todo está bien entre nosotros, y a pesar de las palabras que dijiste en ese entonces, nunca dejé de considerarte un buen hyung. Porque a pesar de tu temor, me trataste muy bien y también cree recuerdos bonitos y preciados a tu lado.

—Eres muy bueno, Jungkook-ah—Jimin sonrió, haciendo desaparecer sus ojitos en dos medias lunas. Y con ese gesto, tanto el vampiro como los brujos también se levantaron para unirse en abrazo grupal.

—Ahhh, casi me hacen chillar—Hoseok expresó manteniendo una sonrisa cálida y brillante que hizo sentir bien a los presentes.

—Y qué lo digas, Hobi hyung, me alegra que mis dos personas favoritas tengan todos sus asuntos arreglados.

Taehyung musitó con esa sonrisa cuadrada que enamoraba al lobo y llenaba de felicidad a su amigo, porque sabía lo sincera que era.

—Entonces debes consentirnos mucho, Taehyungie—replicó Jimin con diversión, y Yoongi casi comete el error de decir que se ofrecía como voluntario para que el vampiro solo se concentrara en el joven de piel nívea. 

Jungkook no podía más con ese sentimiento desbordante de calidez, realmente se sentía nuevamente en familia.

—Lo haré. Los mimaré tanto hasta el cansancio.

—¿De verdad? Pues espero que guardes un poco de esos mimos para mí, querido.

Una voz que cualquiera podría decir que estaba hecha de plata por lo preciosa que era resonó en la habitación, y solo en ese preciso instante, los amigos que yacían fuertemente abrazados repararon en la presencia de dos personas más.

¿Quiénes eran los inesperados visitantes?

Continuará...

Nuestro cachorro es tan lindo que me da ganas de meterlo en una cajita de cristal jajaja. Conocieron más de su pasado y finalmente todo está arreglado entre Jimin y él. Pero quiénes creen que sean las personitas que aparecieron? Es demasiado fácil la respuesta, sin embargo, quiero leerles porque fue de las partes que más esperé escribir, porque también significa que estamos cerrando la segunda parte del fic, pues la primera fue cuando pasaron los diecisiete años de Jungkookie.