❁ཻུ۪۪Capítulo 22~危機
—Hogar, dulce hogar.
El hada fue el primero en ingresar a la mansión, porque fue el encargado de abrir la gran puerta con su llave personal. Sus acompañantes entraron después de él, conversando amenamente, por lo que a Jimin no le quedó de otra más que esperar que todos pasaran para después cerrarla.
—Gracias, Jiminnie—el vampiro susurró, ganándose un asentimiento por parte de su amigo, quien sigilosamente se retiró con dirección a la cocina. Taehyung sonrió antes de dirigirse al par de brujos y a su cachorro que yacían en el amplio pasillo junto a su equipaje.
Era una verdadera suerte que no le tomaran atención al hada, pues no quería que le preguntaran a donde iba debido a que eso podría arruinar la sorpresa—. Por fin estamos en casa, así que tienen pase libre para arreglar las cosas que trajeron.
—Justo eso íbamos a hacer, TaeTae. Una vez más gracias por todo.
Hoseok correspondió el gesto con una sonrisa brillante, y de inmediato tomó una de las maletas que Jungkook había dejado en el suelo de madera.
—No hay de qué, chicos, tómense su tiempo. Y Kookie, tú deberías ayudarles.
El azabache regresó a verle, encontrándose a un vampiro que ahora tenía el semblante cargado de seriedad. Su boca apenas pudo pronunciar una respuesta coherente. Era extraño e inesperado verlo así, pero bueno, el lobo seguía teniendo presente que debían existir muchas más facetas en el mayor que descubriría conforme compartieran más momentos juntos.
—¿Y-Yo? Pero quería...
"Quería hablar contigo".
—Tengo que hacer unas cosas cachorro, más tarde conversamos, ¿sí?
—De acuerdo...
Decir que estaba desanimado una vez más era poco. Existía la posibilidad de que su vampiro tuviera más ocupaciones, y lo comprendía. Claro que lo hacía. Cada uno merecía tener un tiempo para sí mismo. Pero justo ahora, y por más tonto que fuera, quería ser el centro de su atención.
Su lobo, quien había estado muy quieto y tranquilo durante su pequeña crisis, le exigía con fiereza estar con Taehyung. Recibir su cariño y uno que otro mimo que pudiera calmar sus ansias.
—Ve por él, lo quiero—el animal demandó dentro de su cabeza—. Tenemos que aclararle todo.
—Cállate, no es buen momento—respondió en el mismo tono—. Sé que no romperá su palabra, así que quédate tranquilo.
Lo escuchó gruñir con fuerza. Sin embargo, el azabache no se dejó intimidar. Rara vez su animal hablaba, y aunque tuvieran buena comunicación, no permitiría que por sus caprichos instintivos ahuyentara a Taehyung. Se suponía que ambos trabajaban juntos, y él como la parte racional sabía cómo debía proceder a las situaciones que se le presentaran.
—Eso era lo que iba a hacer de todos modos, ¿o me equivoco, Jungkookie? —cuestionó Yoongi solo por molestar—. No querrás quedar como un malcriado frente a Taehyung-ah.
El azabache lo fulminó con la mirada, y sin querer contestarle, tomó rumbo con por las escaleras que llevaban al segundo piso. Cargando una maleta con un solo brazo.
—Uy, creo que se enojó de verdad.
—Eso fue cruel, hyung, no deberías exponer al cachorrito de esa forma—expresó el castaño, acomodando un mechón rebelde detrás de su oreja—. Y tú TaeTae, escúchalo cuando llegué ese momento, se ve que lo necesita.
—Lo haré, Hobi, no te preocupes.
Los brujos asintieron y no tardaron en ir detrás de Jungkook, Yoongi debía decirle que solo lo estaba molestando o el menor no le hablaría por un buen rato.
—Manos a la obra—musitó el vampiro, retirándose hacia la misma habitación a la que su amigo fue minutos antes.
—¿Mimi?
Taehyung preguntó debido a que no había rastros de su amigo.
—Sí, aquí estoy—avisó, incorporándose hasta mostrarse por completo frente al vampiro—. Te estaba esperando.
—¿Qué hacías?
—Ayudándote a buscar la vajilla más fina para tu sorpresa.
El hada colocó el último plato sobre el mesón más cercano. Dicha porcelana era utilizada solo en eventos especiales. Un ejemplo era en la realización de reuniones en la mansión Kim.Razón por la cual, se encontraba guardada en la parte inferior de un aparador que yacía en la cocina. Y ahora, sería ocupada una vez más para la cena que Taehyung le prepararía a Jungkook.
Esa comida con la que años atrás no pudo sorprenderlo, porque se fue de su lado.
—Awww muchas gracias, eres el mejor—aseguró con una sonrisa, pasando levemente su mano sobre la elección del rubio—. Me ahorraste trabajo, escogiste la más bonita.
—Lo sé, tengo muy buen gusto.
Jimin le guiñó el ojo, y como si fuera una mala pasada por parte de su mente, el rostro de cierto brujo apareció para ocuparlo todo. El sonrojo se hizo presente en sus mejillas con fuerza y su corazón latía con frenesí.
Sin querer se sobresaltó y acabó chocándose contra una de las sillas del pequeño comedor. El sonido estridente del golpe y de su quejido fue lo que terminó sacando de su ensoñación a Taehyung, quien tenía la mirada puesta en la elegante vajilla.
—¡Auch!
—¿Estás bien? ¿Qué te sucedió Mimi?
—Y-Yo.
—De un momento a otro te pusiste tan rojo como los tomates que tus hermanas cultivan.
—¡No lo digas! —pidió alterado, tomando asiento mientras trataba de calmarse. Nada le salía como quería, qué vergüenza—. Estoy bien.
—Sí claro. Cada vez estás más raro, algo te sucede—declaró con seguridad, ambos no tardaron en conectar miradas—. A mí no me puedes mentir, Jiminnie.
Jimin sabía que no podía hacerlo, pero no quería ser molestado tan pronto.
—Si sigues insistiendo me voy—advirtió con un semblante serio, de esos que rara vez portaba en el rostro—. No estoy jugando, Tae.
—Ya, me rindo.
El vampiro le enseñó ambas manos levantadas en un gesto de paz.
No le quedaba otra opción más que desistir. Con alguien como Jimin se debía tener mucho cuidado. Su carácter era tan cambiante como el clima, y si se ponía de ese modo, lo más razonable era parar con las bromas.
Según Taehyung eso lo hacía ver más tierno. Era parte de su encanto lucir como un pollito enojado, pero prefería guardarse esa comparación para no hacerlo enojar más.
Cuando el hada se calmará, lo más seguro es que se lo contaría por cuenta propia.
Algo lo atormentaba, pero no sabía el qué. Quería descubrirlo porque era muy curioso, aunque respetaba su voto de silencio. Pero de todas las opciones que a Taehyung se le pasaron por la cabeza, jamás estuvo lo que Yoongi provocaba en Jimin con apenas un día de conocerse.
El hada nunca consentiría sentir algo así de fuerte por alguien. Era un alma libre y quería seguir siéndolo por mucho más tiempo. Si lograba la eternidad en soledad, sería un sueño hecho realidad. El rubio prácticamente le temía al compromiso. Y sabía de sobra lo que sucedía cuando un sobrenatural se dejaba llevar por un sentimiento tan tonto como ese.
Si te enamoras, pierdes. Así de sencillo.
—Lo siento, Tae, no quiero hablar sobre eso—Jimin bajó la cabeza, avergonzado por su comportamiento infantil. Su mejor amigo no tenía que aguantar sus crisis existenciales—. Mejor voy a preparar el almuerzo mientras te hago compañía, ¿te parece?
—De acuerdo, Jiminnie.
El vampiro asintió, todavía muy confundido por lo extraño que le pareció el comportamiento del hada. Tal vez más adecuado era no saber nada por el momento. Tiempo al tiempo dicen por ahí, y nadie mejor que Taehyung sabía que eso era verdad.
—Ya, Kook. Lo decía de broma. Por favor, háblame.
El pelinegro trataba de convencer al menor con respecto a sus intenciones, pero tal parecía que Jungkook se sumió en un voto de silencio desde que se emitió aquel comentario.
Los brujos se encontraban desempacando toda la ropa, cada uno por su lado en aquella habitación que el vampiro les designó. Apenas quince minutos habían transcurrido, y los mayores sentían que era una eternidad al no tener al azabache conversando con ellos.
Aunque al susodicho parecía no importarle, porque acomodaba con diligencia las cosas que habían conseguido en el pueblo sobre una de las repisas de un mueble de madera.
—Jungkookie, no seas así—pidió Hoseok con una mueca triste en el rostro, mientras doblaba unos pantalones de su propiedad—. No lo hizo con mala fe.
El lobo que había estado dándoles la espalda se giró lentamente para encararlos. Yoongi y Hoseok le observaron expectantes al notar que por fin captaron su atención.
—Hyung tiene razón—murmuró apenado. Tomó aire antes de soltar esa verdad que no quería aceptar—. Soy un maleducado que solo quiere que me vea a mí.
—Fuertes declaraciones—soltó el brujo de sonrisa brillante, y rápidamente sintió cómo su amigo le pellizcaba—. Eso dolió, Yoon. ¿Acaso uno ya no puede opinar?
El joven de mirada felina rodó los ojos. No era momento de chistes.
—Claro que sí, Hobi. Pero antes quiero saber por qué reaccionaste así, Jungkook.
—Lo siento, hyung. No fue mi intención. Es solo que tuve un pequeño debate interno.
—¿A qué te refieres, Jungkookie? —Hoseok cuestionó preocupado, dejando quietas sus manos sobre las prendas perfectamente organizadas—. Puedes decirlo con confianza.
Jungkook se rascó la nuca, y desvió la mirada como para encontrar las palabras que debía usar para que sus hyung comprendieran el motivo de sus impulsivas acciones.
—Desde el encuentro con Tae, mi lobo está muy impaciente—confesó como si estuviera contándoles un secreto—. Ese hecho fue capaz de remover todas mis emociones, y también traer algunos recuerdos del pasado.
—¿Por eso le abrazaste tan sorpresivamente?
El licántropo afirmó con la cabeza ante la interrogante del más pálido. Por sus tormentos fue que tomó esa actitud, pero su lobo no había hecho mucho al respecto. Más bien fue algo que espontáneamente se dio. Sin embargo, no podía decir lo mismo de su forma de comportarse a raíz del comentario emitido por uno de los brujos.
Su lobo no pudo soportar más la presión.
Quería obligar a Jungkook a actuar. Deseaba hacerlo declararse al vampiro.
Tal parecía que este se había olvidado del acuerdo al que habían llegado. Ese de hacer las cosas con calma.
Por eso mejor idea no se le ocurrió que la de escapar de ahí. Actuando indiferente con su hyung para no darle más ánimos a su lobo. Porque el azabache sabía que, si se quedaba ahí por un segundo más, el animal en su interior le haría ir directo hacia el peligris para que sacara todo lo que tenía acumulado.
Mientras tuviera fuerza de voluntad, Jungkook no dejaría que ese impulsivo lo dejara en evidencia. Todavía seguía tanteando el terreno como para lanzarse de improvisto. Pues cuando lo hiciera debía estar seguro, no quería romper ese vínculo antes de siquiera fortalecerlo como tal.
Todavía había muchos secretos de su parte, y Taehyung tenía que estar al tanto de ellos.
Para que de esa forma pudieran iniciar de cero. Teniendo constancia de que gozarían de una buena comunicación y confianza. Sí, eso se escuchaba perfecto.
No obstante, también debía comprobar que lo suyo fuera mutuo antes de lanzarse a ese abismo que parecía no tener final. Pero que cuando cayera, pudiera toparse con unos brazos dispuestos a amortiguar su caída.
Los cuales debían ser de su vampiro. Solo de él y nadie más.
—¡Awwwww! —el brujo con olor a hierbabuena no se lo pensó dos veces para atraer al menor en un cariñoso abrazo—. Jamás creí verte enamorado, Koo. De verdad es muy tierno que seas tan considerado, y no actúes solo por los impulsos de tu lobo.
—¿Tú crees, hyung?
Un puchero apareció en sus labios. Lo único que sabía a ciencia cierta era que no quería perder a Taehyung, y si tenía que mantener a raya a su animal, lo haría sin dudar.
—Creo que hay que tener mucho carácter, cómo para que no permitas que tu lobo te domine, Jungkook—respondió Yoongi en lugar de Hoseok—. Así que siéntete orgulloso por eso, lo harás bien con Taehyung.
—Gracias, hyung y una vez más lo lamento.
—No te preocupes, pequeño—ese apodo cariñoso por parte de Yoongi era de las cosas que más marcaron la niñez de Jungkook, pues en cierta parte, se sentía igual como cuando sus padres se lo decían—. En gran parte te entiendo. También acabo de darme cuenta de que me gusta Jimin, y no quisiera joderla con él.
—¡¿Qué?!
Al unísono la interrogante resonó con fuerza en la habitación. Obligando a que Jungkook y Hoseok se separaran abruptamente para poder conseguir más detalles de aquella reveladora declaración.
—No gano nada ocultando mis intenciones, así que pensé que lo mejor era comentárselos desde ahora. Simplemente, se dio—admitió, con una sonrisa tonta, colándose en sus finos labios—. Cuando lo conocí sentí una fuerte atracción y conforme intercambiamos palabras no puede evitar sentirme cautivado. Todo en él me parece precioso, y al igual que Jungkook me arriesgaré a llamar su atención. Así que deséenme suerte, nunca había estado tan seguro de querer ser correspondido.
—Me alegra saberlo, Yoon—sus amigos le devolvieron la sonrisa, contentos por la información recibida—. Aunque de todos modos, en el caso de Koo se notaba a kilómetros de distancia—expresó con diversión, poniendo su brazo en el hombro del azabache—. Desde ya me prepararé para ser quien les toque el violín en cada una de sus citas románticas. Pero voy avisando que no les saldré barato.
—Pero Hobi hyung podría encontrar algo también.
El menor opinó viendo directo a los ojos del castaño. Siendo testigo de cómo a pesar de que este había estado bromeando, algo en su mirada se apagaba.
—No. Ese tema del amor dejo de ser importante para mí desde hace mucho tiempo, Kookie.
Yoongi se mordió el labio. Mierda, Jungkook había tocado una fibra sensible en su amigo. ¿Acaso no recordaba lo que le contó en el pasado?
Cuando el lobo cruzó miradas con él, fue cuando el recuerdo apareció en su memoria. En el pasado el joven de mirada felina le comentó que ese tema era innombrable para Hoseok, aunque realmente desconocía la historia completa. El brujo castaño podía alegrarse con autenticidad por las personas que compartían ese vínculo, pero si él era el involucrado, la situación era muy distinta. Sus orbes oscurecidos por ese dolor eran la prueba de aquello.
El romance por parte de sobrenaturales podía ser una condena para muchos, pues solo te enamorabas una vez. Y el recuerdo de ese ser amado podría perseguirte para siempre, impidiendo que ames a otro con la misma intensidad de la primera vez.
Seguramente de eso se trataba el caso de su hyung, pero por el momento no cometería la imprudencia de preguntar al respecto.
Jungkook y Yoongi estaban arriesgándose en todo el sentido de la palabra, por lo que rogaban internamente que su confianza fuera la mejor aliada para ese destino impredecible.
—Entiendo. Bueno, ya terminé con esto, así que les ayudo a doblar la ropa.
—Esa es una gran idea, Kook. Gracias.
Y como si fuera por arte de magia, Hoseok cambió su semblante decaído por el feliz de siempre—. ¿Qué estamos esperando?
Yoongi le regalo una mirada de agradecimiento por cambiar el tema. Algunas cosas eran mejor dejarlas enterradas bajo llave, para así traer de vuelta un dolor más grande.
Tal y como el brujo que ocultaba su crudo sentir tras esa máscara de felicidad.
Porque a veces las personas más tristes eran las que más sonreían.
Continuará...
Los hyungs de Koo ya están al tanto de sus sentimientos por Tae, el lobito pone en problemas a su parte humana, Hobi no quiere saber nada sobre el amor, Jimin está en una crisis existencial por su fuerte atracción a Yoongi, además de que ya saben cual era la sorpresa de Tae, ¿creen que le guste a su cachorro? Descúbranlo en el próximo capitulo, se vienen cosas interesantes. No olviden darle una oportunidad a mi nuevo fic llamado Nycthophilia, estoy segura de que les encantará si aman la temática de ángeles y demonios.
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