—Gracias por intervenir, Tae.

Cuando estuvieron fuera del pueblo, Hoseok fue quien rompió el silencio deteniendo el caminar de los presentes. Agradeciéndole al vampiro con una reverencia que fue imitada por el brujo de ojos gatunos y el lobo que seguía aparentemente avergonzado.

—No fue nada, chicos—Taehyung se soltó de Jimin, haciendo un ademán para restarle importancia al asunto—. Es muy penoso que tuvieran que pasar por algo así. Choi es de ese tipo de gente que no soporta convivir con su propia mierda, que por eso de alguna forma necesita compartírsela al resto.

—Lo sabemos, pero si ustedes no llegaban quién sabe qué hubiera pasado al final—puntualizó Yoongi con seriedad—. Un poco más y le lanzaba un hechizo que lo convirtiera en una miserable cucaracha.

—Hyung—le regañó Hoseok—. Tampoco así, pero al menos yo me temía que la gente se pusiera de lado de Choi y de alguna forma eso pudiera afectar al tratado de paz que se llevó a cabo gracias a Tae y Jiminnie.

—Eso no hubiera pasado porque todos conocen como es ese hombre—contestó Jimin con una sonrisa confiada y el pulgar en alto—. Así que esto se quede como una simple mala experiencia y ya, ¿bien?

—¡Sí!

Los brujos respondieron al unísono, pero para Taehyung no pudo pasar desapercibido el hecho de que Jungkook no se unió a sus hyungs en dicha exclamación. Lo observó y comprobó que yacía con la cabeza gacha, mientras jugaba con sus dedos.

Su corazón dolió y supo que debía levantarle los ánimos de alguna forma. Debía saber que no tuvo la culpa de nada, y que por gente como Choi, no tenía que dejarse afectar.

Al ver el semblante neutro de Taehyung, los brujos y el hada dirigieron su mirada hacia lo que el vampiro estaba viendo. Y de alguna forma, supieron que Kim sería el encargado de devolverle los ánimos al lobo que parecía un cachorro mojado.

—Jungkookie, ¿estás bien? —cuestionó con suavidad. Acercándose hasta que ambos quedaran frente a frente—. Mírame por favor, cachorrito.

El menor levantó el rostro poco a poco. Conectando sus ojos oscuros con esos orbes rojizos como la sangre. Hace minutos atrás se sintió muy bien al ver cómo Taehyung lo defendía, y le hacía sentir seguro. Por eso, cuando iniciaron su caminata lejos de la posada, no pudo evitar sumirse en sus pensamientos.

Trayendo de vuelta algunos escabrosos recuerdos de cuando era más pequeño.

Esas palabras que lo hirieron, que lo dañaron a tal punto de sentirse inservible, y una carga para las personas que le importaban.

No pudo controlarse al imaginar que la situación podría repetirse con Taehyung, por lo que su corazón da un vuelco horrible.

Ya no se trataba de la vergüenza ocasionada por ser el centro de atención, era algo más profundo.

Más doloroso, más hiriente, más desastroso.

Como el final de un precioso cuento de hadas que termina mal.

Que arde como el fuego y escuece como una herida sin cerrar.

Así se sentía Jungkook.

Porque no quería que este encuentro pronto se viera manchado por alguna sucia jugarreta del destino. Su pasado seguía siendo uno de los mayores tormentos desde que tenía memoria, y mientras no hablara sobre este con el vampiro no hallaría paz.

Peor tranquilidad.

Por eso estaba como estaba.

—¿Jungkookie?

Y con los ojos cristalizados, el lobo se permitió abrazar al vampiro. Lo necesitaba tanto, y sabía que solo podría encontrar refugio en esos suaves brazos que eventualmente le rodearon. Su mente le dominó de la peor forma, pero justo ahora podía volver a respirar.

El romero actuaba como un bálsamo para su sufrimiento. Por lo que aprovechó para guardar correctamente aquel aroma cuando recostó su cabeza en el hombro impropio. Lo olfateó como cuando se reencontraron, lentamente y con vehemencia, hasta sentirse satisfecho.

Taehyung fue tomado por sorpresa, sin embargo, no tardó en corresponderle. No después de ver esos ojos sin su brillo natural, solo el que producían las lágrimas retenidas.

No se explicaba que fue lo que sucedió, pero algo dentro suyo le gritó que debía tratarse de ese secreto que hasta el día de hoy no conocía de Jungkook. Y que siempre espero que le contara cuando tuviera la suficiente confianza en su persona.

Jimin, Yoongi y Hoseok compartieron miradas, sin saber qué hacer. Nuevamente, el ambiente se volvió tan íntimo entre ese par que sentían que sobraban. Sin embargo, se veían incapacitados como para moverse de su lugar.

Era como si sus pies se hubieran clavado en la tierra.

Por lo que optaron por ignorarles. No sentían correcto intervenir, así que lo menos que podían hacer era no incomodarlos con sus orbes curiosos e impresionados a partes iguales.

Lo que fuera que estuviera sucediendo parecía ser un tema solo de Taehyung y Jungkook. 

Solo ellos podían resolverlo.

—Cachorrito.

—Solo quiero estar así un rato, Tae, por favor—su voz salió en un susurro, pero Taehyung lo interpretó como una súplica que no podría evitar no consentir—. Ya te lo explicaré en privado.

—De acuerdo, cariño.

Jungkook esbozó una sonrisa por el dulce apodo. Nadie la pudo ver, pero fue el detonante para que su cuerpo dejara de estar tan tenso. Al vampiro se le había escapado por error, pero no se arrepentía.

¿Cómo hacerlo si su cachorrito parecía tan vulnerable y él solo deseaba cuidarlo, llenarlo de palabras bonitas y mimos?

No sabía por lo que había pasado, y eso le dolía en demasía. Pero si con un mínimo gesto como ese podía hacer disipar el dolor que atravesaba su alma, ¿por qué no?

La mano fría de Taehyung fue subiendo con lentitud hasta dar con el cabello de Jungkook. Que fueran de la misma estatura era de gran ayuda para ser sinceros. Acarició los mechones azabaches, masajeando con suavidad la zona hasta conseguir un grave ronroneo.

—Más que un lobo, pareces un gatito—bromeó Taehyung con una pequeña sonrisa—. Aunque he de admitir que eres comparable a un tierno conejito.

Jungkook soltó una pequeña risa, todavía escondido en el cuello contrario, provocándole unas leves cosquillas al vampiro.

Ah, ¿estaba mal si dejaba una marca en esa zona tan suave y llena del alcanforado olor a romero?

Se contuvo, no era momento. Pero espera pronto poder hacerlo. Entiéndanlo, para un lobo era normal e instintivo querer marcar a su potencial pareja.

A su lugar seguro.

A su encantador vampiro.

El azabache se separó con cuidado, sus ojos seguían brillantes por las lágrimas que no dejó escapar, sin embargo, su mirada se había suavizado como antes.

—¿Mejor? —interrogó el mayor, y Jungkook asintió con la cabeza, portando un imperceptible rubor en sus mejillas—. Bien, pero antes quiero asegurarme de algo, Kookie.

—¿Qué cosa es? —preguntó por primera vez luego de un largo rato en silencio. Todavía manteniendo el agarre en esa bonita cintura que se encontraba cubierta por la fina tela de satín.

—Quiero que sepas que estoy aquí para ti, cachorrito. Me tomaste por sorpresa, pero tal y como te lo hice saber en el pasado, cuando lo necesites puedes desahogarte conmigo sin problema. No está bien que te guardes todo.

Las manos de Taehyung fueron a parar en el rostro ajeno, por lo que por pura inercia Jungkook unió sus frentes.

—De acuerdo.

—Eso es, no quiero verte apagado. Y si ese viejo fue uno de los motivos para que te sintieras mal, que sepas que realmente no merece que te culpes por su mal carácter.

—Lo sé, aunque no fue tanto por eso.

—Ya luego me lo contarás, Jungkookie. Sin presiones, ¿bien? —el vampiro espero recibir la respuesta del menor, que no demoró en susurrar un agradecimiento—. Vamos, los chicos deben tener los pies adormecidos por tanto tiempo que les hacemos esperar.

El vampiro alejó su rostro del ajeno, y con un semblante tranquilo le ofreció su mano a Jungkook. Cuando el sudodicho la tomó entre la suya, fue como si todo desapareciera. Sus malos recuerdos, sus temores, su dolor.

Le daba confianza, y eso era lo que más le reconfortaba.

Y si seguía siendo así, no tenía que temer. Sus pesadillas no podrían volverse una realidad otra vez, ¿cierto?

Cuando el azabache hizo contacto visual con sus hyungs y Jimin, ninguno de estos pareció querer alguna explicación sobre su comportamiento, lo que lo dejó más tranquilo.

No era cuestión de no tenerles confianza como para contarles o le molestara que ellos le preguntaran al respecto.

No obstante, prefería conversar primero con Taehyung.

Sobre lo que acababan de vivir y lo que quedó pendiente hace diecisiete años.

No le quedaba de otra más que ser paciente y esperar un poquito más.

—Sigamos nuestro camino a la mansión o se nos terminará por ir toda la mañana.

Taehyung declaró en voz alta, y los presentes simplemente asintieron de acuerdo.

Ninguno quería tornar la situación incómoda, así que optarían por hacer como si nada.

Pero antes de que los pies de los mayores se pusieran en marcha, Jungkook soltó la mano del vampiro, sorprendiéndolo bastante.

—Hyungs, por favor esperen.

El lobo detuvo al par de brujos que habían tomado las maletas más grandes luego de su pequeño colapso mental. Estos lo observaron curiosos y expectantes, sin comprender que traía entre manos el azabache.

—Yo me encargo de esto—con destreza tomó el equipaje como si su peso fuera el de una pluma, dejando con la boca abierta a Taehyung y Jimin. Jungkook era muy fuerte—. Suficiente deben tener con esos bolsos, esto no es nada para mí.

—Gracias, Jungkook-ah.

El menor afirmó con la cabeza, mostrándole una bonita sonrisa labial al castaño. Jungkook literalmente les quitó un peso de encima. Los brujos no tenían inconveniente al llevarlas, creyendo que le estaban haciendo un favor al lobo, pues su estado de ánimo no parecía ser el mejor.

Muy a pesar de que ambos tenían presente el hecho de que Jungkook siempre se caracterizó por ser muy servicial. Aunque lo cierto era que justo ahora, el lobo estaba siendo motivado por algo más, la dichosa recompensa que el vampiro le prometió.

Sin imaginar que Taehyung estaba dispuesto a dársela sí o sí. En realidad, no le importaba cómo se comportará. Ya que lo único que el vampiro deseaba era hacerle saber con un pequeño regalo lo feliz que estaba por tenerlo de vuelta a su lado después de tanto.

—Wow, qué fuerte eres, Jungkookie—halagó el vampiro, completamente asombrado por la capacidad física del lobo—. Yo no sería capaz de cargar con tanto como si no fuera nada.

—Esto no es nada, Tae—aseguró feliz por el reconocimiento de parte del peligris, comenzando a caminar con tranquilidad. Su sufrimiento se había ido volando como el viento, dando paso a esa gran confianza que tenía en sus capacidades—. A veces he podido llevar mucho más sobre mis hombros, ¿no es así, hyungs?

—Tiene razón, su fuerza ha sido de gran ayuda cuando nos transportamos de un lugar a otro—comentó Yoongi, a lo que Taehyung asintió impresionado. Siguiéndolos de cerca, con Jimin a su costado.

—Lo ha sido, y todo gracias a que este muchachito se ejercita muchísimo—aportó Hoseok, en un tono de voz orgulloso—. La constancia ha sido su mejor aliada estos años.

—Ya lo creo.

El vampiro, sin poder controlarlo, posó sus ojos sobre los músculos que se tensaban levemente por el esfuerzo. Jimin lo vio de reojo, queriendo reír por la cara hipnotizada de su alma gemela. Pero como era muy buen amigo, se contuvo para no dejarlo en evidencia.

—Te has vuelto muy fuerte, cachorro—comentó cuando volvió en sí.

Jungkook no podía ver su rostro por culpa de las maletas que llevaba en cada uno de sus brazos, pero a pesar de eso, esbozó una sonrisa sincera. Su ego se elevó hasta el cielo por los cumplidos de su vampiro, lo que era suficiente para que una auténtica felicidad se adueñara de su semblante.

—Solo no te ejercites mucho más, o me sentiré como un fideo a tu lado.

—No prometo nada—soltó con diversión, ganándose un bufido por parte del mayor.

—Qué malo, Kookie.

Taehyung terminó ubicándose delante de Jungkook, mientras caminaba de reversa solo para conversar con él. Como si el resto no existiera, solo ellos dos estableciendo una charla trivial.

—¿Crees qué sea así a partir de ahora? —Hoseok cuestionó en voz baja al hada, que detallaba a esa pareja con algo especial en su pecho.

—¿En serio te lo preguntas, Hobi? Creo que es muy obvia la respuesta.

—Eso es cierto, cualquiera que los viera podría deducir que tienen algo. Sin embargo, habrá que ver cuánto demoran en poner las cosas en orden.

—Recién volvieron a encontrarse, Yoon.

—Por eso mismo lo digo. Cuando la atracción es mutua, es muy difícil contenerse, ¿no lo crees, Jimin-ah?

El tono de voz en conjunto a esa mirada tan enigmática por parte del guapo pelinegro fue suficiente para dejar al hada sin palabras durante unos segundos.

—A-Ah s-sí, supongo.

¿Qué carajos había sido eso?

Hasta logró hacerlo tartamudear. Ese brujo era peligroso. Jimin era el que ponía nervioso al resto, no otros a él. Pero bueno, de lo que estaba seguro era que no le daría el gusto de verlo afectado por su misteriosa presencia.

No, eso sí que no.

Motivo por el cual, el rubio no se lo pensó dos veces antes de girar el rostro y seguir caminando como si aquel momento de nerviosismo hubiera sido parte de su imaginación. Asimismo, Hoseok tampoco notó la tensión entre su amigo y el hada. Ventajas de ser despistado en los peores momentos.

Mientras tanto, Yoongi sonrió levemente. Contento por saber que no le era indiferente al chico de mejillas abultadas y labios carnosos. Ambos llamaron la atención del contrario, pero tal parecía que Jimin no sabía lidiar con eso.

De todas formas, la esperanza era lo último que moría, y el brujo no se daría por vencido tan fácilmente si se trataba de conquistar al ser de la naturaleza.

Continuará...

Después de mil años les traigo actualización, gracias por esperar y apoyar incondicionalmente este fic. En el próximo capitulo ya sabrán cual era la sorpresa, pero igual espero les haya gustado este donde se demuestra que aunque los años pasaran, Jungkook no olvida lo que sucedió y los traumas que se generaron en él a raíz de esto, además de la pequeña interacción Yoonmin. Eventualmente, los secretos saldrán a la luz, así que mucho ojito.

Les recuerdo que esto puede ser muy soft y fluff, pero lo cierto es que la historia tiene un trasfondo mucho más angst, así que disfruten de la tranquilidad por el momento. Yo les avisaré cuando las cosas se pongan feas, pues ya tengo toda la historia planeada en mis apuntes desde hace tiempo. Si gustan pueden seguirme en IG, me encuentran como: kamieshiro, para que así se enteren de lo que sea que suceda con esta y mis otras historias.