❁ཻུ۪۪Capítulo 18~町
—Todavía me sorprende que camináramos tanto, y que ni siquiera nos diéramos cuenta—opinó Hoseok con una sonrisa y luego preguntó en broma—. ¿Acaso este lugar es mágico y no lo sabía?
—Claro que no—el vampiro negó, provocando que el hada riera como si le hubieran contado el mejor chiste de la historia, aunque solo fuera producto de la gracia que le causó la ocurrencia del brujo castaño. Sin embargo, lo que merecía ser retratado era la cara que el joven de ojos felinos puso al escucharlo—. Estábamos charlando muy amenamente, así que por eso debe ser Hobi.
Todos asintieron a lo dicho por Taehyung. El camino del pueblo a la mansión podría considerarse largo, pero si encontrabas una buena distracción, cualquiera lo percibía demasiado corto.
El sobrenatural de cabellos grisáceos volvió a entrelazar sus dedos con los de Jungkook, quien le observaba con ojos de corazón. En cierta parte, a los presentes les divertía y les provocaba ternura que el lobo no fuera consciente de ello. Pero lo que se ganaba el premio mayor en dicha situación, era que Taehyung parecía estar en otro mundo, mientras tenía al azabache babeando por él.
Cinco minutos más tarde, luego de casi una hora de caminata, arribaron al pueblito en el que los brujos y el licántropo se estuvieron quedando durante esos días. Además, no se debía de olvidar que era el lugar en el que una comunidad entera se encontraba nerviosa por la presencia de la misteriosa criatura que había estado merodeando por los alrededores.
—Ahora que llegamos, creo que lo mejor es que nos separemos para que cada uno se encargue de lo que tiene que hacer—opinó Yoongi, y Hoseok lo apoyó, levantando su pulgar como aprobación.
—Yoongi tiene razón, vayan a hablar con el Señor Kang y nosotros iremos a resolver nuestro problema con el viejo gruñón que nos dio posada por estos días.
—Me parece bien. ¿Estás de acuerdo, Tae? —interrogó Jimin y Taehyung estuvo conforme—. Así ganamos tiempo a nuestro favor.
—Sí, Mimi, mientras más pronto nos desocupemos, mucho mejor.
—Vamos, Jungkook—el brujo pelinegro fue el encargado de sacar del trance al menor, que no quería separarse de Taehyung. Porque si lo hacía, sentiría como que lo que vivió con anterioridad sería producto de su imaginación.
El susodicho quería continuar sintiendo su mano contra la suya, observándolo hablar hasta por los codos, siendo testigo de esa sonrisa cuadrada que el vampiro conseguía al abultar sus mejillas de pan.
—Yo...
—Uy, parece que el cachorro no quiere separarse del vampirito—mencionó Hoseok, muerto de ternura, aunque no tardó en ganarse una mirada desaprobatoria del hada y su mejor amigo.
Dicha acción fue tan sincronizada que le dio miedo. ¿Qué culpa tenía por hablar con la verdad objetiva?
—¿Es así, Kookie? —cuestionó Taehyung preocupado por el estado del cachorrito, no tan cachorrito, con el que no tardó en hacer contacto visual—. ¿Hobi tiene razón en lo que dice?
—Claro que sí—susurró derrotado—. No quiero perderte de vista, o esta vez seré yo quien te pierda.
Taehyung se sonrojó con fuerza y se conmovió a partes iguales. Su muerto corazón volvía a latir con intensidad gracias a Jungkook. Pero no se hacía ni una idea de la razón, pues prefería justificar esa reacción con el cariño desbordante que profesaba por aquel azabache con el que anhelo reencontrarse desde hace casi dos décadas.
—¡Oh, Jungkookie! Jamás me perderás, no cometeremos los errores del pasado nunca más, ¿sí?
El menor asintió enternecido, todavía manteniendo la delicada mano del vampiro entre la suya, que se sentía callosa al no tener los mismos cuidados que Taehyung, quien amaba la moda y cuidarse así mismo.
—De acuerdo, Tae.
—Me gusta más esa actitud—acarició el cabello azabache, logrando que Jungkook cerrara sus párpados ante el cariñoso mimo—. Mi cachorrito sigue siento tan obediente como en el pasado y eso me encanta.
—¿Obediente? ¿No será que nos lo cambiaron? —interrogó Hoseok queriendo bromear, pero una vez más se ganó dos pares de ojos matadores, y un pequeño codazo por parte del brujo que olía a menta—. No aguantan nada, mejor cierro la boca.
—No sé cómo se haya comportado Kookie con ustedes, pero conmigo era el cachorro más educado y con los mejores modales que alguna vez pude ver en un niño de su edad.
—Hobi solo estaba bromeado, Jungkook jamás no has dado problemas hasta ahora—comentó refiriéndose al incidente de la noche anterior—. Pero fuera de eso, todo perfecto.
El mencionado apenas abrió los ojos cuando Yoongi se refirió a su persona, porque estuvo disfrutando de las caricias y de los lindos comentarios de Taehyung hacia él. Obviando por completo el chiste del brujo con olor a hierbabuena, pues lo apreciaba mucho y poseía un aroma tan refrescante a diferencia de otros sobrenaturales que conoció a lo largo de su vida.
Porque sí, cuando su olfato se desarrolló por completo, pudo comprobar por sí mismo que cada uno de esos seres tenía un olor característico, pero no todos le eran tan agradables como los de ambos brujos, el hada, y su vampiro.
Aunque el que le pertenecía a Taehyung, lo amaba sin importar qué.
—Ya veo, confiaba en que seguirías siendo tan tú a pesar de todo.
El joven de ojos escarlatas juntó su frente con la de Jungkook, con la intención de que se pudiera concentrar en él y nada más.
—Tae...
Sus orbes establecían un fuerte contacto visual, y el azabache podía sentir el aliento del contrario chocando con suavidad contra su piel nívea. Así como sucedía con el aroma a romero que inundaba sus fosas nasales de forma exquisita.
Era alcanforado y capaz de opacar a cualquier otra esencia que pudiera colarse en su nariz.
—Sé un buen cachorrito que ayuda a sus hyungs y te daré una recompensa, ¿mmm?
—Ahh, s-sí.
Las mejillas se le encendieron con fuerza por esa voz tan aterciopelada, capaz de darle una orden que obedecería sin rechistar. Pero Jungkook se preguntaba, ¿Qué necesidad de acercársele de esa forma?
Por un momento creyó en la posibilidad de que lo besaría, pero era muy bueno para ser verdad, ¿no es así?
Los presentes no hacían más que observar, porque ninguno se sentía capaz de interrumpirlos cuando el ambiente entre ellos se puso tan tenso de repente.
—De acuerdo—se separó, y se soltó de la mano del lobo que se sentía en las nubes, procesando aquel gesto que se sintió tan íntimo para él. Pero que no había sido nada fuera de lo normal para el vampiro, quien solo quería que los ojos del menor estuvieran sobre sí mismo para una mejor comprensión de su mensaje.
Se le había ocurrido una maravillosa idea, y no desaprovecharía la oportunidad de ponerla en marcha—. Tomemos nuestro camino, Mimi.
Jimin afirmó con la cabeza, poniéndose a su costado.
—No tardaremos mucho—informó el hada con seguridad—. Así que estaremos esperándoles aquí mismo, ¿bien?
—Perfecto—musitó Yoongi, no sabiendo si lo decía tanto por lo que el rubio había dicho o por su precioso ser. Para evitar ser muy obvio, se aclaró la voz y prosiguió—. Tampoco planeamos demorarnos. Nos vemos en un rato.
—Claro, vayan con cuidado—pidió el peligris—. Adiós.
Taehyung y Jimin se despidieron con la mano, y se retiraron a paso lento, siendo analizados por el par de brujos y el licántropo.
—Bien, nosotros también vamos andando.
Hoseok anunció con buen ánimo y sus acompañantes le siguieron por ese camino que habían recorrido muy bien en días anteriores. Esperando que todo fuera de maravilla como querían.
—¿Disfrutas de ponerlo nervioso o qué? —indagó Jimin, provocando la melodiosa risa de su amigo.
—¿Hablas de Kookie? No creo que haya algo que pueda ponerlo nervioso.
—Eso es lo que tú crees.
—No lo creo, porque no tiene sentido—aseguró el vampiro, mientras seguían el trayecto que los llevaría hasta la casa del señor Kang.
En el proceso saludaban con amabilidad a otros pueblerinos que les conocían y les admiraban, pero que al igual que ellos mantenían distancia de la forma más cortés posible.
—Si tú lo dices. Juro por la madre naturaleza que en cualquier momento el pobre chico podría hiperventilar y tú como si nada, casi tan fresco como una lechuga.
—Estás leyendo muchos cuentos Mimi, no digas tonterías. Jungkookie jamás se pondría nervioso por algo que yo hiciera, ¿Acaso no ves lo grande y fuerte que es ahora?
—¿Y eso que tiene que ver?
—Que él jamás me vería como una amenaza.
—Ya...
Jimin se contuvo de golpearse la cara con la palma de su mano. ¿Su amigo era tonto o se hacía? Por su respuesta indicaba que era la primera opción, porque nadie podría confundir ese nerviosismo con el otro nerviosismo.
El hada se refería al que derivaba de una fuerte tensión entre ambos, la cual surgió gracias a su inesperado contacto en el que sus frentes se tocaron. Él notó como el lobo se puso con ese simple gesto, un poquito más y el pobre se derretiría como la mantequilla en un sartén. Pero tal parecía que su amigo opinaba creyendo que se trataba de esos nervios que te ponían alerta ante el peligro.
Ah, tenían mucho camino por delante. Y si la situación lo desesperaba, le abriría los ojos a como diera lugar.
Cuando se encontraban a unos metros de la casa del hombre, Taehyung cortó el tema trivial del que estuvo conversando con su amigo, solo para observarlo con unos ojitos brillantes después de tener su andar.
Esos tiernos ojitos cubiertos por densas pestañas a los que Jimin jamás podría decirles que no.
—¿Qué insecto te picó? O mejor dime, ¿qué es lo que necesitas?
—Que Mimi, mi alma gemela, mi hada favorita, mi chico con ricitos de oro, me haga un favor.
Jimin levantó la ceja, expectante. Taehyung simplemente juntó sus manos a modo de súplica.
—Quiero que me consigas unas cosas, mientras me encargó del Señor Kang.
—¿Tan importante es? —interrogó—. Puedo acompañarte y luego me voy a ver lo que quieres.
—Es importante, pero existe la posibilidad de que la situación se alargue más, nos vengan a buscar y adiós a mi grandiosa idea—explicó a detalle—. No olvides que tienen a Kookie, quien podría olernos a kilómetros de distancia.
Con sus manos hizo un ademán que indicaba lo que estaba diciéndole.
—Eres un dramático, ¿lo sabías, Tae?
—Claro que sí, pero así me quieres, ¿no?
—Sí, pero igual quiero seguir escuchando tus razones.
—De acuerdo, más que todo es porque no quiero que sospechen, además de que el lugar en el que debes conseguir esas cosas queda cerca de aquí.
—Entiendo, pero creo que quisiste decir qué no quieres que Jungkook sospeche—lo molestó y Taehyung resopló—. Parece que acerté. ¿Se trata de la sorpresa que le prometiste?
El vampiro le dio la razón con un movimiento de cabeza.
—Ay, mi querido Tae. Si querías que te compre lencería solo debías decirlo con claridad, no debes avergonzarte conmigo.
—¡Pero qué d-dices! —en lo pálida que era su piel canela, sus mejillas tomaron un fuerte rojo carmín y un tartamudeo se hizo presente. Sin embargo, se obligó a no imaginar algo indecoroso, pues su mente podía ser muy imaginativa cuando quería—. ¡No es eso! ¡Eres un malpensado, Jimin!
—Lo siento, deseaba divertirme un rato contigo.
—Muy graciosito andas, no te quejes si luego soy yo el que te molesta—respondió indignado por los pensamientos impuros de su amigo—. El que ríe al último, ríe mejor.
Jimin se arrepentiría de sus bromas más temprano que tarde.
—Bien, bien. Tú ganas, solo dime que necesitas.
Taehyung suspiró y acercó su boca para poder susurrarle unas cuantas cosas a su amigo, quien entreabrió sus labios por la sorpresa, escuchándole con atención.
Con que eso era, sin duda, es un lindo detalle de tu parte, Tae.
—¿Me entendiste? —inquirió un poco avergonzado, jugando con sus dedos—. Creo que podría gustarle, no pierdo nada con intentar, ¿no?
—Lo hice—prometió, saliendo de sus pensamientos—. Y déjame decirte que no lo harás, él lo adorará, Taehyungie.
—Eso me haría muy feliz.
—Tú también lo harás feliz, créeme—se sinceró y Taehyung sonrió, con ese sentimiento tan lindo en el pecho. Esperando conseguir un poquito de felicidad para ese cachorro al que tanto quiere.
—Lo sé—Jimin le devolvió el gesto con una bonita sonrisa y le dijo—. Mucha suerte con el señor Kang, Tae.
—Gracias por esto, Mimi, lo digo de verdad.
—No hay de qué, para eso estamos.
Taehyung afirmó con la felicidad desbordando por cada uno de sus poros, mandándole un beso a su amigo, quien lo recibió igual de contento. Ambos adoraban la amistad tan cómplice que tenían, en la que se sentían tan cómodos como para divertirse con esos gestos tontos.
El hada vio desaparecer a su amigo por aquel camino pedregoso, mientras él daba media vuelta hacia ese local que conocía tan bien y que era el único en donde podría conseguir lo que su menor le encargó.
Anhelando que aquella tierna sorpresa fuera solo el inicio de un sinfín de detalles entre la peculiar parejita que tenía tanto por decirse, pero que sabía, que solo el tiempo sería capaz de hacerles recuperar lo que creían perdido.
Continuará...
Espero la espera haya valido la pena al obtener una dosis de dulzura y humor, y si es así, me sentiré más que feliz si me dejan una estrellita o comentario. Una vez más les recomiendo que le den una oportunidad a Lullaby in the lake, mi otro fic en emisión que oficialmente está por finalizar, no se arrepentirán. Gracias por el amor a esta historia, y al resto en general, seguiré esforzándome por traerles una buena historia.
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