❁ཻུ۪۪Capítulo 16~話す
En otra habitación, dos brujos terminaban de acomodarse en sus respectivos lugares después de jugar algunas rondas de piedra, papel o tijeras, como método para tomar decisiones.
—Esta vez ganaste, Hobi, pero lo justo será turnarnos—comentó Yoongi desde el sillón, tratando de encontrar una posición cómoda para no terminar con los músculos atrofiados.
—Lo sé, Yoon. Ya mañana te tocará descansar el cuerpo en esta cómoda cama.
Su tono era burlón, a lo que su amigo solo rodó los ojos, arropándose con una de las cobijas que tomó del mueble que el vampiro les mencionó con anterioridad.
—Claro, búrlate todo lo que quieras, Jung—el castaño rio por lo dicho por su amigo—. Ya veremos quien ríe mucho más al final.
Como siempre el particular carácter del brujo pelinegro era lo que más le divertía.
—Ya, Yoon, no te enojes—pidió Hoseok—. A pesar de todo soy una persona de palabra. Ya sabes que me gusta molestarte, porque eso es lo que hacen los amigos.
—Con amigos así para que enemigos.
—Auch, eso sí me dolió bastante—fingió con dramatismo en su voz y una mueca de dolor, que el de mirada felina pudo observar a la perfección desde su lugar—. Pero bueno, cambiando de tema, ¿no te pareció raro todo lo que sucedió?
—Sin duda, pero algo me dice que ninguno de los dos es consciente como tal de lo que les sucede. La química que tienen no es ningún juego.
—Sí. A fin de cuentas, acaban de reencontrarse. Por lo que sus emociones están a flor de piel, ¿no crees, Yoon?
El castaño lo creía de esa forma, porque no es como que las cosas se solucionaran de un momento a otro después de tantos años. Ese par deberían aclarar sus sentimientos y así saber cómo proceder al respecto. Sin embargo, era algo de ellos dos y nadie más tenía razón para meterse.
—Pues sí. Tiempo al tiempo, Hobi— el nombrado asintió, notando como su amigo se cubría hasta arriba con la cobija que encontró en uno de los cajones. Con esa apariencia era igual a un gatito—. Ya mañana será un nuevo día, tenemos varias cosas que hacer, así que recupérate.
—Tu igual—repitió su acción, tapándose con la manta para no pasar frío, disfrutando de la suavidad del mullido colchón y almohada a su disposición —. Descansa, Yoon.
—Descansa tú también, Hobi.
Después de aquella charla, los amigos también se dejaron llevar por el sueño, esperando por el día que estaba a casi nada de comenzar.
Preguntándose por todo lo que les esperaría más adelante.
Jungkook se removió en la suave cama. Su lobo se encontraba contento por el descanso tan plácido de esa noche, en el cual estuvo rodeado por el adictivo aroma a romero que poseía la habitación del vampiro. Su propio olor, mezclándose con el de Taehyung era un paraíso para el animal que habitaba en su interior.
El azabache hubiera continuado enterrando su nariz en la almohada, tratando de ignorar la molesta luz del sol que estaba colándose por la ventana, de no ser porque aquel aroma que tanto adoraban su lobo y él, se estaba intensificando.
Su sentido del olfato no podía estar jugándole una mala pasada.
Por lo que no tardó en ponerse alerta a tal punto de obligarse a sí mismo a abrir los ojos de golpe. Con todos sus sentidos activos como el día anterior en el que le sintió luego de casi dos décadas.
—Kookie, cachorrito, ¿estás despierto? —preguntó Taehyung con esa voz hecha de terciopelo, dando unos leves toques a su puerta.
Jungkook se levantó como un resorte de la cama, yendo hasta el espejo que había en el lugar para comprobar que su aspecto no fuera tan desastroso, después de unas buenas horas de sueño.
Como pudo, el lobo acomodó sus desordenados cabellos, y se dirigió hasta la puerta para abrirla, antes de que el vampiro se retirara al no escuchar respuesta de su parte.
"Supongo sigue dormido, mejor lo dejaré descansar un ratito más".
Cuando el vampiro estuvo a punto de girarse, e irse por donde había venido, la puerta que estaba frente suyo se abrió, revelando al lobo que le veía con los ojos bien abiertos.
—B-Buenos días, Tae.
—Hola, Jungkookie. ¿Ya estabas en tus cinco sentidos o acabo de ahuyentarte el sueño? Tienes carita de asustado—musitó preocupado, tomando el rostro del contrario para examinarlo a detalle—. Lamento si mi pronta visita te tomó de sorpresa, pero todos ya nos encontramos en la mesa para desayunar lo que Mimi preparó con mucha dedicación.
Jungkook se sonrojó con fuerza, parecía un tomate. Taehyung se encontraba a una distancia nula. Mierda. Su lobo tampoco ayudaba, pues estaba tan extasiado por romper la distancia entre el rostro ajeno y el propio.
En definitiva, esto sería lo más parecido a una dulce tortura.
Estar cerca del peligris provocaba que sus instintos más primitivos y territoriales salieran a flote. Quería marcarlo con su olor y clavar sus colmillos en la tersa piel de su cuello que usualmente pasaba al descubierto a sus reveladoras camisas.
Y aunque fuera egoísta de su parte, ver a Taehyung otra vez, despertó cosas en él que no se parecían en nada al cariño inocente que desarrollo por el susodicho cuando era un tierno niño. Por fin Jungkook era todo un hombre, y seguía teniendo un par de ojos capaces de admirar la belleza exótica del mayor.
—Ya estaba despierto, Tae. Pero me encontraba en el baño—se excusó—. ¿Podrías soltarme?
—Ohhh, sí. Lo siento, Kookie—antes de quitar sus manos frías, el vampiro dejó unas delicadas caricias en los mofletes contrarios—. Creo que te apreté mucho las mejillas, se pusieron rojitas.
Parecía que ni con el pasar de los años a Taehyung se le quitaría lo despistado. Un punto a favor de Jungkook, ¿o tal vez no?
—No te preocupes, no es nada.
—De acuerdo, como mi cachorrito diga. Me alegra no haberte despertado.
El vampiro le regaló una sonrisa como siempre hacía, justo como Jungkook recordaba.
Ya habiéndose calmado, el lobo pudo detallar su silueta. Taehyung vestía una camisa de satín verde oliva, con dos botones desabrochados, los cuales dejaban ver sus tentadoras clavículas y unos pantalones de tela cafés a juego con sus zapatos.
Pudo escuchar a su animal interno aullando por lo bonito que se veía el mayor.
—¿Te comieron la lengua los ratones, Jungkookie? —inquirió el susodicho al notar al azabache tan callado, observándolo fijamente—. Mmm... ¿Acaso estás viendo mi ropa?
—Yo...
"Quedaste expuesto".
Su consciencia lo regañó como ya era costumbre para él.
—¿No te gustó el conjunto que elegí hoy? —un puchero se instaló en el rostro del vampiro, quien también comenzó a analizarse a sí mismo de abajo hacia arriba—. Es de una colección pasada de la mejor diseñadora del mundo sobrenatural, pero no me lo he puesto más de dos veces, porque hace mucho no hay una ocasión especial como esta...
Al ver cómo el vampiro se entristecía, provocando que su aroma se hiciera más amargo, Jungkook supo que la jodió a lo grande. Aparentemente, Taehyung buscaba su aprobación de forma indiscreta, pero él se quedó tan embobado con su apariencia, antes de siquiera poder darle un cumplido que le satisficiera.
Era obvio que el mayor no tardó en hacerse ideas que no eran.
Si era sincero, al lobo le daba igual como el resto de sobrenaturales, otras personas o él mismo se vistieran, pero con esta situación desarrollándose frente suyo, no fue difícil recordar que Taehyung vivía por la moda.
Siempre se pulía con sus atuendos, con el único objetivo de verse encantador. Elegante, etéreo, divino, majestuoso e inalcanzable, como ningún otro. Aunque esas características las seguiría teniendo, así estuviera vestido con las ropas más horrorosas del mundo.
Todo iba tan bien en él, pero tal parecía que al vampiro le seguía gustando que le halagaran como se merecía. Y Jungkook no era nadie para negarse ante tal petición.
—No, Tae. Te queda excelente. Te ves muy bien con esa ropa.
—¿En serio? —cuestionó poco convencido el peligris—. Puedo ir a buscar algo mejor.
—No, te lo prometo. Estás muy bonito, ¿sí?
—¿Seguro que no lo estás diciendo porque no quieres que te pregunte?
—Por supuesto que no, te lo prometo. Mi opinión es tan sincera como en los viejos tiempos.
Luego de esas palabras, un recuerdo muy vivido apareció en la mente de Taehyung. Una de sus memorias que se obligó a mantener oculta en lo más profundo de su memoria, para no seguir lamentándose por la pérdida del lobito con el que se había encariñado tanto.
—Mmm... Estoy indeciso, cachorrito. ¿Cuál de los dos te gusta más?
El pequeño azabache tenía la cabeza ladeada, sentado en un banquito frente al armario del vampiro que pedía su más honesta opinión, a pesar de no saber o entender mucho acerca de moda. No obstante, le gustaba serle de utilidad al vampiro, así fuera en una cosa tan sencilla y banal como esa.
—Me gusta el que tiene la camisa blanca con bordado de flores.
—¿Hay alguna razón en específico, Kookie?
—Creo que haría resaltar el tono canela que conserva tu pálida piel.
En un movimiento rápido, Taehyung dejó el par de conjuntos en su lugar, solo para acercarse hasta el pequeño azabache que lo veía con los ojitos muy abiertos y brillantes al no comprender lo que le ocurría.
—Eres tan inteligente, cachorro. Gracias por tu consejo.
El vampiro acarició su cabecita, teniendo especial cuidado porque en esta yacían sus peludas orejitas, las cuales no tardaron en ser rascadas. Por pura inercia y gozo, el azabache comenzó a mover su colita de un lado al otro, completamente pletórico por los mimos que estaba recibiendo por parte del mayor.
—Eres tan tierno, Kookie.
El peligris suspiró encantado, adoraba cuando el menor dejaba sus orejitas y colita a la vista. Ese cachorrito era tan suave como una bolita de pelusa.
Jungkook cerró sus párpados, amando que esas manos tan cariñosas le llenaran de cariño. Era lo mejor que le podía pasar, y si se las ganaba haciendo cosas tan sencillas como decirle que ropa le quedaba mejor, el azabache no desaprovecharía tales oportunidades por nada.
—Ahora sí, voy a cambiarme en el baño. Espérame en la cocina, por favor. Te prepararé una de tus comidas favoritas—informó con voz suave, a la par que una sonrisa cuadrada no tardaba en aparecer su rostro, después de la felicidad que se pintó en los orbes ajenos—. Te la has ganado, cachorrito.
El lobo asintió entusiasmado. Se bajó del asiento, y salió de la habitación, siendo obediente, pero, sobre todo, estando completamente feliz por la próxima recompensa que le daría el bonito vampiro de ojos escarlatas.
Al notar que el mayor se quedó viendo a la nada, Jungkook, con solo contemplarlo, pudo sentir una conexión que lo llevó a revivir la misma que escena que se cruzaba en la mente del vampiro en dichos momentos.
Sin poder evitarlo, sonrió, que bien que había vivido esas semanas en la mansión, que nuevamente lo recibía luego de años.
—¿Lo recordaste?
—¿Eh? Oh, sí, lo hice. Es un recuerdo muy bonito, Jungkookie. A veces creo que pude aburrirte con mis dudas existenciales sobre que ponerme o que no—se avergonzó. De seguro aquello fue mucho para un niño, pero igual seguía tomándole el parecer.
—Era divertido, aunque a veces no entendía la diferencia entre algunas telas, pero siempre me lo terminabas explicando, tal y como pasaba con tu gusto por la decoración de interiores.
—Tienes razón y me disculpo por ello, pero en parte me alegraba que estuvieras dispuesto a aprender.
—Se trataba de ti, de lo que te gustaba, así que de por sí ya era de mi interés—aseguró el azabache, logrando poner nervioso a Taehyung, quien se conmovió al saber que Jungkook seguía siendo muy atento con su persona.
—¿D-De verdad? Es bueno saberlo.
—Sí, es de los recuerdos que más atesoro, porque me sacaban una sonrisa cada vez que lo pasaba mal por alguna razón.
—V-Vaya—tartamudeó al sentir la mirada profunda de Jungkook sobre él, en conjunto a su increíble sinceridad—. Esa no me la esperaba.
En definitiva, no imaginó escuchar algo así, porque mientras trataba de no pensar la gran parte del tiempo en esos recuerdos que atormentaban a su corazón, creyendo que por su irresponsabilidad perdió al cachorro, Jungkook parecía usarlos como un tipo de terapia para sobrellevar cualquiera de las situaciones que se le presentaba.
Sí, Taehyung se estaba sintiendo culpable por ello.
—Pero no te sientas culpable si no lo recordabas con tanta frecuencia como yo—dijo, como si hubiera leído la mente del contrario—. Ahora que lo pienso, tal vez era difícil recordarlo.
—Un poco, pero tú tampoco te preocupes por eso, ¿sí? —respondió al notar como el menor se ponía decaído, y una sonrisa nostálgica se mostraba en sus labios.
—Hay tantas cosas que aclarar, Tae...
—Lo sé, pero no nos adelantemos, Kookie. Tenemos todo el tiempo del mundo.
Taehyung tomó las manos del lobo entre las suyas, dejando suaves caricias con sus pulgares.
—No te preocupes, cachorro.
El vampiro volvió a repetir para tranquilidad de Jungkook.
—De acuerdo.
—Bien, yo venía a llevarte para que comas algo. Porque debemos partir al pueblito con tus hyungs para que retiren sus cosas, mientras Mimi y yo hablábamos con el señor Kang sobre la criatura que merodeaba por el lugar.
—Cierto. Primero es lo primero.
—Exacto, cachorrito—Taehyung le sonrió y tomó la mano del joven entre la suya, repitiendo el gesto de la noche anterior—. No perdamos más el tiempo, y acompáñame, porque de seguro tienes mucha hambre.
Jungkook afirmó con la cabeza, siguiendo al vampiro de cerca. Con sus manos entrelazadas, sintiéndose tan correctas, como si estuvieran hechas para encajar a la perfección.
Nuevamente, se sentía en casa. En su lugar seguro.
Porque estando con Taehyung, cualquier lugar sería su hogar.
Continuará...
Mueran de amor con este par, lo único que les advierto es de la dulzura que habrá capitulo a capítulo, que espero les guste mucho. Gracias por sus comentarios y estrellitas. No olviden recomendar Kaibutsu para que nuestra familia que crezca más.
Y sobretodo no olviden darle una oportunidad a Lullaby in the lake, mi otro fic en emisión que ya está entrando en el punto más crucial de la trama.
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