Cinq
Hacía un frío casi glacial para ser todavía otoño. No estaba nevando, pero eso no aminoraba el hecho de que se le estaban helando hasta los huesos, y su piel ya estaba entumecida. El grueso abrigo y los guantes no hacían nada por él.
Habían parqueado el auto a unas cuadras. Debido a lo estrechas que resultaron ser las calles tuvieron que hacer el resto del camino por sus propios medios. Es decir, caminando, lo que los llevó justamente a donde estaban ahora.
Jungkook y Jimin se miraron fijamemte para luego mirar con el ceño fruncido hacia el lugar que tenían enfrente.
"¿Estás seguro de que aquí es?" le preguntó a Jungkook dudoso sin despegar la vista del frente.
"Eso decía el papel" murmuró mientras lo sacaba para comprobar, nuevamente, la dirección escrita. "Sí, aquí es" confirmó.
Y es que la ubicación que señalaba el trozo de papel los había traído hasta una pequeña tienda de conveniencia –una de las tantas que hay en Seoul– ubicada en una intersección en el distrito de Insadong; no había nada de extraordinario y macabro en eso, como pensaron que tal vez sería.
"Genial" bufó. "¿Y ahora cómo sabremos quién es? No se nos ocurrió preguntar su nombre y Ji Eun no lo dijo tampoco"
"Quizás no sea necesario" razonó Jungkook ante la mirada inquisitiva de su amigo. "Ella dijo que él únicamente estaba aquí por las noches. Un hombre. Y él parece ser el único trabajador en este turno" señaló con el mentón en dirección al chico que yacía detrás del mostrador. "Tiene que ser él"
"¿Y cómo lo comprobamos?" cuestionó exasperado. "No es como si podamos ir hasta él y decirle Hey, tú. Tu amiga la bruja Ji Eun nos mandó. ¿Sí te suena?"
"No se tú, pero eso es justo lo que yo haré" gruñó. "Otro minuto más aquí fuera y se me coagulará la sangre"
Dicho aquello empujó la puerta de la tienda y con pasos vacilantes se dirigieron hacia el encargado en el mostrador, quien parecía estar bastante absorto en el libro que leía.
Algo que a ambos les llamó la atención fue el color de cabello de este; lo tenía casi blanco, pero bajo la luz artificial de las lámparas sobre sus cabezas, emitía leves destellos de rubio, y su piel era pálida, más blanca de lo normal.
"Hola. Buenas noches" saludó Jungkook con una leve reverencia. "Mi amigo y yo queríamos hacerte una pregunta. Espero puedas ayudarnos"
El peliclaro cruzó mirada con ambos chicos para luego suspirar y volver a lo que estaba.
"Lo siento. No hago tríos" respondió desinteresadamente mientras Jungkook y Jimin casi se ahogaban con su saliba.
"¡¿Q-qué!? ¡No! No es eso" aclaró Jimin de inmediato.
"¿Entonces?" fastidiado, volvió a levantar la vista de su libro. "No aceptamos tarjetas de crédito, sólo efectivo. Cada artículo dice su precio debajo y el Gerente sólo está los viernes"
"Ji Eun nos envió contigo" soltó Jungkook sin rodeos. "Lee Ji Eun ¿La conoces?"
El chico frente a ellos no contestó, en cambio, frunció el ceño a más no poder y se quedó así por varios segundos. Motivo por el cual el par de amigos había empezado a pensar que tal vez se habían equivocado de persona, hasta que el peliclaro habló de nuevo.
"Lee Ji Eun" masculló. "¿Esa maldita sigue viva siquiera? Hace años no sé de ella, y lo peor es que aún no me paga los dos kilos de Mandrágora que le conseguí. Taehyung casi me degolla por tomarlas sin su permiso" los chicos se encontraban perplejos en sus lugares contemplando el parloteo incansable del otro. "¿Dónde está ahora?" cuando Jimin iba a responder, el chico siguió con sus quejas interrumpiéndolo. "Saben qué, no importa. De todas formas no me va a pagar" comentó resignado. "¿Qué es lo que quieren?"
"Me lanzaron un hechizo, una maldición, no sé exactamente" expresó Jungkook con firmeza. "Pero Ji Eun nos dio esta dirección y dijo que tú podrías ayudarnos"
El desconocido volvió a guardar silencio unos segundos, desviando su vista hacia un punto de la tienda mientras sopesaba en silencio la cuestión.
Luego tuvo un presentimiento, uno muy bueno, de hecho. Así que clavó los ojos nuevamente en ambos chicos, de los cuales uno lo miraba impaciente –el más bajo de los dos– mientras que el otro permanecía sereno a la par de expectante.
"Bien. Lo haré, pero aquí no es un buen lugar para hablar de eso ¿Tienen un auto?" indagó repentinamente recibiendo un asentimiento por respuesta. "Mi turno termina a las once, pueden esperarme hasta ese entonces" decretó. "Por cierto, soy Yoongi"
Después de que ambos correspondieran a la corta presentación, salieron de la tienda informándole al chico que darían un recorrido cercano para matar el tiempo.
Luego de que la hora –y algunos minutos– que tuvieron que esperar pasaron tortuosamente lentos, Yoongi salió de su turno siendo relevado por otro trabajador y se encaminaron hacia el auto.
Jungkook iba sentado en la parte trasera mientras que el peliclaro tomó asiento en el lugar del copiloto para indicarle a Jimin el camino.
Según el chico, los llevaría hasta su casa para conversar con más tranquilidad, pero ya llevaban más de media hora de camino cuando Jungkook notó que los altos rascacielos y las edificaciones de la ciudad eran reemplazados por árboles y vegetación que se erguía a su alrededor por todo el camino.
Se habían alejado demasiado de la ciudad por lo que no pudo evitar crear elucubraciones negativas en su cabeza, mas todo rastro de inquietud desapareció al ver que se adentraban a lo que parecía ser un pequeño y humilde poblado cuyas casas lucían un poco rústicas pero en buen estado y el pavimento en el suelo era sustituído por tierra y grava.
El vehículo siguió su trayecto y mediante indicaciones de Yoongi llegaron a una cabaña de madera bastante alejada de las demás casas.
"Bueno, bienvenidos a mi humilde hogar" dijo una vez se adentraron en dicha cabaña, no era grande, pero tampoco diminuta. "No es como las mansiones a las que seguramente están acostumbrados, pero por lo menos es cálida"
"Es bastante acogedora. Gracias" Jungkook se quitó su abrigo y guantes, al igual que Jimin, y se los extendieron a Yoongi.
"Perfecto. Ya que estamos aquí, sentémonos y hablemos" propuso Jimin. "Si solucionarás esto tienes que saber..."
"Oh, pero yo no soy quien va a solucionar esto" informó Yoongi soltando una ligera risita. "Mi parte era traerlos hasta aquí" explicaba mientras colocaba los abrigos en un escaparate cerca de la entrada. "Yo no soy quien va a ayudarles con su problema"
"¿Entonces quién?" preguntó Jungkook bruscamente.
De uno de los pasillos de la casa se escucharon unos pasos morosos resonar en la madera.
"¿Yoongi?" inquirió con letargo lo que parecía ser la voz grave de un chico mientras se acercaba hacia la sala de estar. "¿Ya llegaste?"
Y a los pocos segundos, en su punto de visión apareció frente a ellos un joven con el cabello alborotado y restregándose el ojo izquierdo mientras luchaba contra el sueño.
"Él lo hará" le contestó entonces a Jungkook señalando con la barbilla el chico frente a ellos.
Taehyung se había levantado un poco sobresaltado debido a las distintas voces provenientes de la sala.
Esperando a que Yoongi regresara se había quedado dormido y ser de sueño ligero había funcionado como una alarma.
Con un sentimiento de extrañeza –Yoongi nunca llevaba visitantes a casa. Menos a estas horas– se dirigió hacia donde provenían aquellas voces sólo para toparse con dos personas más aparte del peliclaro.
Observó primero al chico que parecía compartir una estatura similar a la de Yoongi, para luego desviar la mirada hacia su acompañante.
Sin embargo se congeló en su sitio cuando vio esos ojos de un chocolate profundo que lo miraban fijo, y ese rostro cuyas facciones se habían afilado considerablemente tras el paso de los años.
Había cambiado demasiado –físicamente hablando–, nueve años era bastante tiempo, pero aún así, él reconocería ese rostro en cualquier parte; la persona que protagonizó sus más fantasiosos sueños del adolescente ingenuo que fue en un pasado.
Y ante esto, Taehyung no pudo sentirse más conmocionado, por lo que su boca se movió antes de que su cerebro trabajara.
"J-jungkook..." jadeó, reprendiéndose mentalmente al segundo.
El mencionado frunció el ceño al instante.
"¿Cómo sabes mi nombre?" demandó confundido.
El chico parecía conocer su identidad, en cambio él en su vida lo había visto.
¿Será por las noticias?... se cuestionó mentalmente. Su rostro acostumbraba a salir en reportajes televisivos y portadas de revistas de finanzas y economía. Quizás sea por eso.
"Ah, así que éste es el Jungkook del que me hablaste" dedujo el peliclaro intercalando su mirada entre Taehyung y el mencionado, tan sorprendido como si hubiese descubierto por primera vez el agua fría.
"N-no. No es él" se apresuró en contestar. Pero Yoongi siguió en su pequeño análisis ignorando por completo que estaba al borde de un ataque cardíaco.
"Con razón sentía que tú nombre me sonaba de algo" se dirigió a Jungkook.
"¿Alguien me puede explicar qué está pasando?" vaciló Jimin. "Porque no me estoy enterando de nada"
"Jungkook era el amor platónico de Tae en el instituto" le informó Yoongi gustoso.
Y cuando el semblante estupefacto de ambos chicos giró en dirección a Taehyung, este no quiso otra cosa sino cavar un hoyo en su patio y enterrarse vivo. No sin antes hacer otro para Yoongi, por supuesto.
"Bueno. Creo que no nos han presentado correctamente" intervino Jimin al notar lo incómodo que se había tornado el ambiente. "Mi nombre es Park Jimin, no sé si me recuerdes a mi también..." sonrió, soltando en un murmullo la última frase. "Yoongi decidió traernos debido a un problema que tenemos. Que tiene Jungkook" corrigió. "Dijo que tú podrías ayudarle"
Taehyung, que aún se mantenía de brazos cruzados fulminando con la mirada a Yoongi, volteó hacia Jimin apenas escuchó su explicación.
"Es una especie de maldición" le informó Jungkook sosegadamente. "Llevamos años es busca de alguien que pueda romperla pero nadie parece tener la más mínima idea" suspiró pesado. "No quiero parecer grosero, pero si tú tampoco te sientes capaz, lo mejor es que lo digas y así nos ahorramos tiempo"
"Y-yo..." se aclaró la garganta desviando su vista, no era capaz de sostener la penetrante mirada de Jungkook por mucho tiempo más. "No puedo asegurarte nada ahora mismo. Primero necesito saber cómo actúa la maldición sobre ti" concluyó Taehyung casi en un susurro. "No podré hacer nada si no me lo explicas"
"Perfecto" exclamó Yoongi juntando ambas manos. "Ya que hemos quedado en algo, sigamos esta conversación mañana" decidió mientras soltaba un corto bostezo. "Ya es tarde y yo tengo sueño y hambre. Más lo primero que lo segundo"
"¿Y qué haremos nosotros?" cuestionó Jimin jalando el brazo de Yoongi quien había comenzado a moverse. "¿Dormir en el auto?" ironizó. "Esto queda en el quinto mundo. No podemos regresarnos así como así"
"Claro que no" reconoció el peliclaro. "Por eso dormirán aquí"
Taehyung abrió los ojos tanto como sus orbes lo permitían.
"Yoongi, esta casa tiene sólo dos habitaciones" se opuso.
"Eso no es problema" le contestó con un ademán de mano. "Yo duermo contigo y ellos duermen en mi habitación"
"No queremos ser una molestia. Podemos volver mañana" se apresuró Jungkook en negar al ver la desaprobación pintada en la cara de Taehyung.
"No digas tonterías. ¿Viste ya la hora que es? Y tardarías otras dos más en regresar a la ciudad" dictaminó Yoongi empezando a caminar fuera de la sala de esta estar, sin darle la oportunidad a Jungkook de volver a oponerse. "Sígueme"
Se dirigió a pasos rápidos hacia su habitación –que por esa noche sería de aquel par– seguido por ambos chicos y dejando a un Taehyung enojado atrás clavando cuchillas imaginarias en su espalda. Este nunca había tenido pensamientos homicidas, hasta hace un rato.
La parte buena de compartir habitación es que al menos tendría la oportunidad de asfixiar a Yoongi con la almohada, se dijo.
Después de unos minutos en los que los visitantes se pusieron cómodos y Yoongi les indicara dónde podrían conseguir más mantas extras en caso de nececitarlas, ingresó finalmente a la habitación de Taehyung. Si bien no había dado dos pasos dentro cuando sintió una mano en su hombro voltearlo con brusquedad.
Decir que no se esperaba esto sería una gran mentira, sabía que Taehyung no estaba para nada contento con él ni con la situación. A su amigo no le gustaban las sorpresas, menos las desagradables.
Pero he aquí otro dato, no le importaba. En un futuro se lo agradecería.
"¿De qué vas?" escupió el anterior mencionado.
"No sé a qué te refieres" respondió impasible tomando la muñeca del chico suavemente para retirarla de su hombro cuando sintió el agarre de este con más fuerza que antes. "Ellos vinieron a mí por ayuda, y yo se la di. Tan simple como eso"
"¡Tú nunca ayudas a nadie y menos a unos desconocidos!" vociferó. Ver a Yoongi tan relajado mientras él, en cambio, estaba enojado le estaba irritando de sobremanera. "¿Cuál es tu truco, Yoongi?"
"No hay ningún truco, Tae" contestó con su rostro igual de impasible, pero Taehyung pudo ver momentáneamente la diversión bailando en sus ojos negros ante su pregunta. "Además, deberías bajar la voz. No te olvides que tu crush duerme al final del pasillo" se burló.
"¡Eres... Eres un imbécil, y un bocazas!" recriminó dirigiéndose a la cama. "No vuelvo a contarte otro secreto"
"Deja el drama. No es para tanto" comentó rodando los ojos ante la tormenta en un vaso de agua que, a su parecer, estaba haciendo el menor sin motivo alguno. "Más bien, deberías agradecerme"
"¿Agradecerte, dices?" repitió Tae indignado. "¿Debo agradecer que me dejaras en ridículo frente a ellos?"
"Frente a Jungkook, querrás decir" le corrigió despreocupadamente. "No hagas como si lo que pensase el otro sobre tí te importara" y al instante Taehyung lo miró realmente mal, empleando más fuerza de la que debería para mullir las almohadas.
"Dios, que humillación..." lloriqueó.
"Si no actúas humillado, entonces no serás humillado" se encogió de hombros mientras ayudaba a Tae a destender la cama.
"¿Qué haces?" cuestionó el menor cuando vio a Yoongi con intenciones de tumbarse sobre el colchón.
"Voy a dormir ¿No es obvio?"
"Ah, no. De ningún modo" espetó airadamente lanzándole el almohadón que sostenía al rostro. "Tu duermes en el piso. Como castigo" sentenció.
"Estarás bromeando" rechistó el contrario arqueando una ceja.
"Pruébame"
Fue la única respuesta que el mayor obtuvo antes de que el insensible de Tae –según sus pensamientos– apagara las luces.
Por otro lado, en la última habitación del corredor, un Jimin ansioso se removía sobre el colchón, sin poder dormir aún.
"Jungkook" llamó a su amigo, quien permanecía quieto a su lado izquierdo dándole la espalda. "¿Estás despierto?"
"Ahora lo estoy" contestó después de unos segundos. "¿No puedes dormir?"
"¿Cómo podría? Si esos dos no han dejado de gritarse en todo el rato que llevamos aquí" se quejó en un murmullo. "¿Serán pareja?..." especuló.
"No lo creo" dedujo. "¿Qué clase de persona deja quedarse bajo su techo a alguien por quien su pareja tuvo sentimientos? Yo no lo haría, desde luego"
"Ahí tienes un punto, supongo" concedió Jimin pensativo. "Es lindo el chico... ¿No crees?"
"¿Quién?" preguntó con la voz tomada debido al sueño. "¿El hechicero?"
"No, no el hechicero. El otro" señaló disgustado porque Jungkook no le entendía, hasta que cayó en cuenta de algo. "Oh, un momento ¿Te pareció lindo el hechicero?" inquirió divertido.
Conociendo a Jungkook, probablemente lo haya dicho sin segundas intenciones, pero aún así, molestarlo un poco nunca estaba de más.
"¿Cómo era su nombre?..." dudó un segundo. "Taehyung, creo. Entonces ¿Te gusta? Admito que es atractivo"
"Lo que tú digas" bufó. "No estoy yo ahora como para pensar en eso" y no mentía, aunque no lo dejaba salir a flote, se sentía frustrado, estancado y mentalmente agotado.
Lo único que ocupaba su mente desde hace un buen tiempo –aparte del trabajo, que era inminente– era la cuestión del hechizo que arrastraba encima y cómo deshacerlo. Cualquier otra cosa fuera de eso había sido relegada a otro plano; salir un fin de semana, relajarse. Ya no recordaba lo que se sentía besar a alguien, ni cómo latía su corazón cuando estaba enamorado.
Y francamente, prefería no recordarlo tampoco, así dolía menos.
"Aunque de todas formas nunca te he visto interesado en un chico" prosiguió Jimin sacándolo de sus pensamientos. "Pero eso realmente no quiere decir nada. Es decir, yo no sabía que me gustaban los hombres hasta que besé a uno, a los diecisiete. Ya sabes"
"Sólo duerme, Jimin" suspiró cansado. "Y deja de decir cosas sin sentido"
"Está bien" rió. "Descansa, Kook. Creo que mañana será un buen día" bostezó acomodándose nuevamente en su sitio.
Jungkook no respondió, en cambio, se quedó pensando en la última frase de Jimin. Si el chico podría ayudarlo o no, mañana se vería. No estaba dispuesto a alimentar expectativas respecto a eso.
Lo que está destinado a ser, será.
Con ese último pensamiento en mente, cerró sus ojos.
Nice day tengan todxs
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