Un poeta, ante todo es un artista; por ende un ser dotado de sensibilidad, creatividad y capacidad de análisis para describir, recrear y expresar ya sean sentimientos, emociones o situaciones de su entorno.

En su primera fase, pienso así, experimenta el transmitir sentimientos propios basados en algún amor platónico o real aunque generalmente un desengaño suele ser más estimulante, lo cual no quiere decir que todos los poetas hayan surgido mediante sucesos nefastos.

Poco a poco va madurando y logra salir de esa burbuja entonces evoluciona su poesía.

Así como un cantante o un actor, el poeta debe desarrollar su capacidad de interpretación, por lo cual no todo lo que escriba estará basado en su experiencia.

El poeta vive mil vidas, recrea amores, delinea musas y construye universos entre lo real y ficticio es decir de naturaleza verosímil.

La versatilidad de sus temas le permitirá crecer más como artista porque si se centra en una sola temática, se hará muy rutinaria y predecible su poesía.

La poesía no solo debe estar basada en el amor o el deseo. En cualquier lugar puede fluir la posibilidad de hacer versos, en los sucesos más cotidianos.
Ya sea en el alba o la noche, en un paisaje natural o citadino, en la sonrisa de un niño, en las lágrimas de un anciano, en el suspiro de un mendigo o en el ruido de una ciudad.

Donde todos ven, el poeta observa, analiza y traduce las expresiones de una vida rutinaria, esculpiendo palabra por palabra, coloreando con las figuras literarias, dándole forma a su arte para ser complementado con la imaginación de un ávido lector.

Es cierto que es inevitable dejar retazos de su esencia en cada poema, sin embargo, solo el poeta sabe qué porcentaje de sus escritos lo ha experimentado y para quien es el poema pues el lector, solamente: deduce, sueña e imagina.

Así como el actor solo interpreta roles, a veces es villano o héroe, el poeta, deja traslucir una imagen camaleónica.

Es necesario separar la poesía del poeta e incluso, el poeta de la persona. En algunos casos tenemos que entender que quien escribe no solo se dedica al arte a tiempo completo; pues en realidad tiene otra vida. Solo que, cada vez que escribe poesía se viste de artista y sube al escenario de la tinta, para interpretar el mundo, un personaje o un sentimiento que se ha mezclado con el tuyo.

No te enamores de un poeta, es como amar a un actor o cantante,es solo un personaje.

Finalmente, quizá no concuerdes con estas ligeras reflexiones, pues solo sentí la necesidad de expresarlos para ocupar un poco este insomnio tan recurrente pero sobrio.