→Seven
Tierras de helada crueldad, los vientos en esta parte del estado de Washington parecían querer aturdirla con tantas palabras susurradas como delicados pétalos de rosas que acariciaban su piel, sus sentidos más delicados parecían sensibles a las palabras que el viento tanto así que hace poco había logrado sentir la ubicación de la hija del sol quien parecía escapar de sus sentimientos, contradictorios pero humanamente correctos. Porque a pesar del linaje del cual provenían en todo el sentido de la palabra ellos eran humanos.
Humanos con poderes, terribles privilegios, tan perturbartes. Muchas veces tan terribles, que la hacían pesar en la posibilidad de dejar de luchar y dejar que el destino y los monstruos llegaran a ella como un bálsamo, un cálido rayo de luz en medio de tantas voces, de tantas palabras que el viento le susurraba. De tanto dolor que ella podía percibir del mar.
Su igual, su reflejo. ¿Qué de malo tenia ser el espejo y el reflejo de una entidad viviente como lo era el mar, el océano?
Pues mucho, ser su reflejo, ser su igual significaba sentir todo lo que el mar sentía. ¿El mar tenia sentimientos, acaso se enamora también? No, pero así como los arboles creaturas no movibles, no hablantes. La naturaleza era un ser de sentimientos, furiosa con aquellos quienes la dañan y generosa con aquellos que la cuidan.
Así era ella, así era Maureen. Aprendió desde pequeña a vivir con el dolor del agua contaminada por las grandes industrias, a hacer oídos sordos ante sus gritos de ayuda. A dejar de lado esa conexión única y poderosa que tenía con el mar.
Pero ese control que se obligó a tener sobre esa parte de ella desde que comprendió que el dolor inexplicable que muchas veces la atacaron de pequeña era contaminantes siendo tirados al mar, millones de criaturas marinas muertas por la toxicidad de aquellas sustancias en sus frágiles cuerpos, por la basura que se aferraba a sus cuerpos no actos para aquella cárcel de plásticos que los rodeaban con crueldad a ellos.
Maureen pasó años llorando por aquellas criaturas con las que sentía esa empatía que no solamente venia de su poder de oír lo que los demás no perciben si no de la conexión que ella tenía con los océanos.
Lloro y muchas veces el dolor era tan potente que se retorcía en agonía, por lo que los humanos ambiciosos he insatisfechos por lo tenido pedían más de lo que necesitaban, pedían más que las industrias se obligaban a producir más productos, más materia no biodegradable que llegaban al mar dañando a criaturas inocentes, a animalillos marinos importantes para el ecosistema del mundo.
Su perdida significaría la caída de la cadena alimenticia, sobrepoblación de la presa, y escases de cazadores. La ley del depredador y la presa caería causando un efecto dominó de caos.
—Jasper Hale — El vampiro se tensó ante el susurro, produciendo con una suavidad correctamente impropia de ella. Una guerrera. — Llevas tiempo observándome, y eso me empieza a perturbar.
Era cierto, la curiosidad y la intriga lo llevo a observarla, como una extraña flor. Como una especie diferente, alguien nuevo, alguien fascinante.
—Me causas mucha intriga — Murmuro el rubio — Siento tus emociones, pero son demasiado fuertes, demasiado...
—Confusos, sientes y no lo haces — Maureen lo miro su cabello ligeramente apartado por el viento — Eres un ser empático, te resulto intrigante porque no puedes distinguir mis emociones, las sientes pero no saben distinguir cuales son.
Jasper asintió, evitando respirar su aroma de brisa marina que lo hacían imaginar y casi sentir la arena en sus pies.
— ¿Por qué no puedo manipular tus sentimientos? ¿Porque no puedo distinguirlo?
—No puedes distinguir tantos sentimientos — Le respondió — Como tu soy un ser empático, pero no tan poderoso percibo tantas cosas que para ti un ser que para los dioses es un mortal resultaría tan perturbarte, tan doloroso que inconscientemente te proteges.
— ¿sientes lo que los demás sientes? — pregunto Jasper de manera inconsciente dio un paso hacia ella — ¿Eres como yo?
Maureen rio de manera sarcástica, como hubiera dado que solo fuera eso. Solo controlar las emociones banas de los humanos, sentir aquellas emociones que fácilmente podía evadir. Pero los gritos de dolor del mar, los espasmos de agonía de su cuerpo un reflejo del daño que le hacían al mar.
Su menudo cuerpo a veces demasiado pequeño, demasiado frágil ante para lo que tenía que soportar. Maureen con la elegancia que la caracterizaba con la gracia de un felino se güiro a mirar directamente a los ojos del vampiro. Ver lo que realmente intentaba conseguir el rubio, saber si de alguna manera los vientos le susurraban sus intenciones.
El impacto de la mirada increíblemente hermosa de una heterocromia casi perfecta de dos diferentes colores y tonalidades lo desarmo, una mirada que reflejaba demasiados conocimientos, demasiados secretos sin decir. De pronto su mirada reflejaba una sabiduría impropio de alguien tan joven, de alguien que no había vivido tanto como él.
—Soy un ser empático — Respondió Maureen — Pero no de sentimientos humanos.
Eso dejo una semilla de confusión plantada en el corazón del rubio, una chispa de misterio bailo alrededor de Maureen. Una burla a su inteligencia como si le dijera >> No eres digno de saber, confórmate como la información dada<< Pero no podía enfurecerse por algo que de alguna manera Jasper ya era consiente. Los semidioses eran una ecuación que era mejor no responder.
—No sé, si en algún momento alguien logre conocerte en su totalidad. Dejando de lado a tu mellizo
Maureen sonrió
—El mar mi querido rubio, es un ente que todavía es u misterio para la ciencia. Y por si no lo sabias yo soy el reflejo del mar.
[...]
El amor era bellamente destructivo, si el sentimiento era pura podía derribar hasta los muros más fuertes, combatir ejércitos miles de veces más poderosos o ser tan protector como un lobo hacia sus cachorros. Pero si aquel hermoso sentimiento se convertía en algo enfermizo es vez de curar y cerrar cicatrices crea otras más graves.
Bella Swan no entendía este simple hecho, estaba cegada queriendo ser alguien y algo que no era, deseando haber sido engendrada por algún dios en vez de un débil humano, no entendía lo brillante que era su tesoro, lo valioso de lo que poseía. Charlie Swan era el ser humana más despistado, pero amaba a su hija con todo su corazón. No era como esos humanos que a la menor oportunidad abandonaban al linaje que ellos mismos crearon.
Humanos que se cansaban de una vida en familia y que buscaban su felicidad en brazos de otra mujer cambiando a su esposa por alguien más. Los humanos como Charlie escaseaban un gran padre y un gran hombre.
Pero Bella en su ceguera no se daba cuenta de eso, de lo que podía perder por su capricho, por un amor no correspondió, un amor no puro. Los humanos eran tan necios. Y el mundo de Bella Swan se derrumbó cuando en la madruga espiaba a la hija del sol las palabras que ella había susurrado en los laureles de una felicidad incandescente la petrifico.
Edward y su prima se iban a casar.
Y como en algún momento el corazón de afrodita se llenó de rencor y odio por el rechazo el de Bella rebozaba de venganza.
Quería justicia por lo que le arrebataron, porque aunque Edward no lo admitieran el vampiro le pertenecía en cuerpo y alma. Y lo recuperaría
Por las buenas o por las malas.
[...]
¿Qué piensan de Maureen? ¿Se esperaban ese aspecto de ella? ¿Eso poder?
Realmente quise resaltar el daño que le hacemos al planeta ¿Qué piensan de eso?
Déjenme un comentario con su opinión. Sorry si me tarde en publicar, pero este semestre es el más corto y el más pesado junto con el cuarto semestre. Me saturo con proyectos, y cansada por las horas pasadas en el amado lab de la escuela. Que cabe recalcar carece de bancos.
Dejando de lado eso espero que hayan disfrutado el cap.
Hasta la próxima.
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