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→Nine

Una guerra de miradas, unos ojos verde bosques y unos ojos mieles cargados de poder, de un conocimiento muy amplio, de millones de vidas que...ya vivió, de un poder inmenso que corre por sus venas, de un poder que era solamente de él, Apolo era increíblemente guapo la belleza digna de un dios, Miranda había caído ante la mirada miel de aquel dios quien la amo de una manera tan salvaje, un amor que no buscaron, pero que sin embargo les llego en el momento justo de su vida. Kira podría ser rubia por los genes de Apolo pero la mirada de su hija era igual de brillante que la de Miranda Swan. La mortal que amo.

—Estas comprometida hija mía — Dijo — Con alguien que vivirá por siempre, con alguien inmortal.

Kira suspiro no sorprendida que su padre supiera lo de su compromiso — Lo sé, sé que mientras él se mantiene joven, yo envejeceré también sé que no me quedan muchos años de vida padre. Soy semidiosa el peligro viene con el título.

—Puedo darte la inmortalidad — Dijo el dios, porque a pesar no estar constantemente en la vida de su hija, Apolo siempre la cuido desde lejos, vigilando, salvaguardando el ultimo destello de Miranda que había con vida — Puedo hablar con Zeus, si aceptas servirás al olimpo durante 100 años como un pago por la inmortalidad.

— ¿De qué me sirve ser inmortal si venderé mi vida durante 100 años? — Kira negó con la cabeza — Quiero seguir siendo un poco humana durante lo que me quede de vida padre, no eludiré a la Moiras.

—Suenas exactamente como Miranda — Un destello en los ojos del dios del hombre juguetón quien corrió detrás de la mortal que casi siempre lo volvía loco — Eres su viva imagen a pesar del cabello rubio.

— ¿Estarás conmigo ese día padre? ¿Estarás cuando me case? — La ilusión brillo en los ojos boscosos de su hija, la esperanza de una niña que siempre añoro una vida normal — ¿Vas a estar ahí para mí?

A pesar del deseo de estar con su hija el día más importante de su vida él no podía romper más reglas de Zeus, si seguía así causaría una guerra y a pesar de ser fuerte Apolo no se comparaba con el poder que Zeus tenia, no podía compararse con su padre.

—No sangre de mi sangre — Dijo porque decir la verdad era mucho menos doloroso que mentir — No puedo saltar la autoridad de Zeus lo sabes hija de mi gran amor, pero te he traído un regalo

Kira suspiro triste, ella aunque quisiera no podía tener una familia normal, no cuando su padre era un dios su madre una humana y el amor de su vida un vampiro, pero aun así no se arrepentía, lo normal era monótono, una vida demasiado aburrida, una vida alocada como la suya jamás seria aburrida, jamás caería en lo cotidiano y eso estaba bien porque lo normal estaba sobrevalorado.

— ¿Qué es?

Apolo sonrió se acercó a su hija, a quien le acaricio la mejilla con nostalgia, Apolo recordó el entusiasmo de Miranda la saber que estaba embarazada, su sonrisa brillante cuando miraba la diminuta ropita de bebe en el supermercado de Forks, sus lágrimas cuando nació la pequeña Kira, también recordó el enorme corazón que llevo a Miranda a cuidar de todos los semidioses como hijos de su propia carne como había llamado a Maureen "Mi bebe de otra madre" como con tanto cariño había inculcado a todos los semidioses a ser humanos a no dejarse influir por el frio glacial que el poder que corría por su venas.

Apolo coloco en el cuello de su hija otro colgante, uno con un dije de una espada, sencillamente hermoso.

—Tu madre me regalo — Apolo tomo las mejillas de su hija — y me dijo que a pesar de no tener magia este colgante era una manera de protegerme, ahora te lo doy a ti con un hechizo de Deméter, este colgante te protegerá, protegerá a tu espíritu.

Kira lloro porque ese colgante y el que Charles tenia era lo único que tenia de su madre además de unas cuantas fotos de ellas dos juntas — Gracias, muchas gracias padre

—No las des Kira, es lo único que puedo hacer para recompensarte de todo los años que he pasado ausente

—No es tu culpa

—Pero la culpa Kira no solamente es una cosa humana los dioses podemos ser demasiado humanos en ocasiones.

[...]

Edward estaba sentado en la suave cama de Kira que estaba perfectamente tendida cuando ella entro por la ventana de su habitación, la rubia se sobresaltó cuando vio a Edward sentado en su cama y alzo una ceja ¿Acaso había vuelto sus tenencias acosadoras?

—Mira Edward...te amo pero estos hábitos de acoso tuyos...son un poco...— Kira suspiro con una sonrisa — Perturbadores

Una cosa que amaba Kira es sacar de quicio a la hadita suicida que le hacia el trabajo fácil con sus constantes expresiones y su ya conocida emoción de la exageración. Edward Cullen podría estar escandalizado por el simple hecho de mencionarle de que color eran sus bragas y era comprensible. El había nació en una época en donde las mujeres eran las débiles de la ecuación, las que eran tan santas como lo es un sacerdote.

—Kira no soy un acosador — Edward rodo los ojos — Me preocupo por que mi futura esposa está en la noche en el bosque y sin decir nada, por lo menos dime que vas a estar bien para que no me dé un infarto cada que desaparezcas.

Kira rio negando con la cabeza — Voy a ser tu esposa mas no decides por mí y te he dicho que puedo cuidar de mí. ¡Además apesar de tu edad a ti jamás te daría un infartó! ¡Tu corazón no late genio!

Edward la rodeo con su frio brazo cuando la rubia de ojos bosque se sentó a su lado —Solo me preocupo por ti... ¿Están complicado entender eso?

Kira suspiro — Mira... no pues pretender mandar sobre mi vida cuando he sido autosuficiente desde que era una niña, sé que te preocupas por mí y lo aprecio pero debes aceptar que en algún momento voy a morir. No puedo eludir a la muerte.

La rubia sabía muy bien sus miedos, la aterradora imagen de Kira pálida, sin el fuerte latido de su corazón y con el brillo en sus ojos perdido. Su cuerpo carente de ese espíritu guerrero, de ese esplendor dorado que lo había cautivado. Miedo a ver el cuerpo de su gran amor faltante de vida.

—Voy a intentar... olvidar que en algún momento vas a marcharte

Kira sonrió y le beso la mejilla — Tienes que estar aquí cuando mi alma vuelva Edward no vayas a suicidarte porque si lo haces volveré solo para poder bailar en tu tumba y poder escribir en tu lapida un enorme "Estúpido"

Edward rodo los ojos con una sonrisa ladina. La rubia era incapaz de olvidar el tema de su intento de suicido, cada que Kira tenía la oportunidad se lo recordaba y lo amenazaba de que volvería desde la muerte solo para golpearlo e insultarlo. Pero realmente esas amenazas sin sentido lo divertían, ver la decisión en el rostro de su prometida, ver su sonrisa maquiavélica cuando planeaba alguna maldad hacia Emmet.

—Creo que voy a evitar despertar a tu lado malvado por el día de hoy — El de ojos dorados le sonrió a la rubia — ¿Piensas dormir un poco o vas a limpiar tus dagas con cara de asesina?

Kira lo miro mal, ¿Qué se creía el hadita suicida? — Me parece una falta de respeto que te quedes en mi habitación antes de que nos casemos — Kira sonrió al ver la vergüenza surgir en los ojos del hadita — ¿Te quieres comer la torta antes del recreo Edward? Porque si es así déjame decirte que sin globo...

—Me largo —Edward se levantó de la cama de Kira, lo suficientemente avergonzado — Nos vemos mañana.

Kira sonrió al ver a su prometido saltar por su ventana — Cobarde...

[...]

— ¡Adoro...la amo...! — Maureen miraba a su espada con amor infinito — ¡Hermano! ¡Mañana haremos cenizas a esos neófitos!

Maureen sonreía cual niña con su dulce favorito y es que la guerra era algo que emocionaba a los mellizos. La anticipación despertaba sus sentidos que de por sí ya eran agudos. Kira y los mellizos habían dejado ropa suya por todo el prado en donde se llevaría a cabo la lucha. Su olor a divinidad junto a sus olores peculiares de cada uno haría al prado verse como un banquete en días de navidad. Bella ayudaba dejando gotas de su sangre por todo el prado en los árboles y en las hojas.

—Maureen...te vez — Murmuro Kira buscando la palabra correcta para definir el entusiasmo de la hija de Poseidón ante la inminente lucha — ¿Feliz?

Morgan rodo los ojos — Mi hermana ama más a su espada que a mi...

— ¡¿Pero cómo no hacerlo?! — Exclamo Maureen con incredulidad — ¡Mira el equilibrio! ¡Joder se ve pesada pero es más ligera que una pluma! ¡Señores y señoras me caso con mi espada!

—Dudo que los jueces humanos...harían algo tan loco como unir en sagrado matrimonio a una espada y una semidiosa — Maureen cerró los ojos y sus mejillas se pintaron de rosa ante el divertido comentario de Jasper Hale — Creo que eso va en contra de sus propios principios.

— ¡Hola Jasper! — Exclamo avergonzada la semidiosa, mientras miraba a su hermano en busca de ayuda — Sabes eso de casarme con mi espada... ¡Era en sentido figurado! Ya sabes eso de formar una familia y eso es imposible con una espada dormir con ella seria potencialmente peligroso... ¡Que le diría a mi padre!

Jasper rio ver a Maureen nerviosa y sonrojada era un bello espectáculo

Morgan sonrió con picardía — Sin contar que una espada no te llevaría al orgasmos hermana

Maureen lo miro fulminante, por las armas que le estaba dando al rubio para avergonzarla aún más. Jasper Hale sonrió ladinamente — Dudo que eso no se pueda por las expresiones en el rostro de tu hermana Morgan creo que ella se correría más rápido que un adolescente precoz.

— ¡Basta! — Exclamo Maureen ruborizada — ¡Pueden parar de hablar de sexo y orgasmos! ¡Solo hacen que mi curiosidad aumente y por ende las ganas de tener sexo!

Kira soltó una carcajada ante el rostro de sorpresa de Jasper y Morgan quienes la miraban muy sorprendidos — Tranquila Mau... duele mucho la primera vez y no llegas al orgasmo, solamente te sientes como si te estuvieran...

— ¡Espera un momento! — Dijo Edward — ¿Ya tuviste sexo Kira? ¿Con quién?

Kira no era estúpida, ella era virgen. Pero su pasatiempo de poner al hadita en aprietos había hablado por ella. Sinceramente Kira no se arrepentía al ver como Edward apretaba sus manos en puños y la miraba con ese rostro depredador sediento de venganza por quien haya tocado al sol de sus días.

—La verdad es...— Kira suspiro antes de reírse — Que soy más virgen que monja, solo dije lo que oíste para molestarte así que por favor quita tu cara de perros.

Cuando Kira volteo a ver a Maureen ella era fuertemente abrazada por Morgan quien repetía "Cuidare de mi pequeña hermana para que nadie le quite su inocencia" Mientras Maureen rodaba los ojos sonrojada.

Kira pudo ver a lo lejos como Bella era cargada por Jacob. Era un plan para que el rastro de su prima se quedara solamente en el prado, ella iría al campamento junto a Edward ella podía enmascarar su olor con el collar de su padre. Kira vio el desagrado en Selene antes de que Jacob corriera con Bella en brazos mientras la de pelo plateado caminaba hacia ellos con cara de pocos amigos.

— ¿Celosa Selene? — La hija de Artemisa resoplo

—Si esa perra homicida se le ocurre poner sus garras de gata en Jake te juro Kira... que hare de su fea cara una pintura de arte abstracto — Gruño la rubia platinada — Le sacare los ojos de maldita y bailare en su tumba de la felicidad.

Kira soltó una gran carcajada — ¡Por los dioses Selene! ¡Cuánta sed de venganza!

La hija de la luna le sonrió a la hija del sol — Lo se cariño es un don heredado de mi madre están útil a la ahora de poner en su lugar a ciertas perras callejeras.

— ¿Dónde se quedaran ustedes? — Pregunto Kira viendo a los tres semidioses — ¿Quieren venir con nosotros al campamento en la cima de la colina?

Los tres semidioses negaron con la cabeza, Maureen le sonrió a Kira — Gracias, pero...Morgan y yo odiamos el frio nos quedaremos con la manada de Sam junto a Selene. El olor de los perros y nuestras joyas respectivas ocultaran nuestro olor.

Kira asintió antes de alejarse de ellos y acercarse a Edward — ¿Listo para correr conmigo en brazos Cullen?

—Déjeme decirle señorita que siempre estoy listo para tenerla cerca de mi persona — Edward le rodeo la cintura con los brazos para atraerla a su pecho — Aunque a veces sea un trabajo muy... pesado

Kira lo fulmino con la mirada — ¿Me estás diciendo gorda Edward Cullen? Porque déjame decirte muy educadamente te puedes ir...

El hadita la beso, Kira refunfuño pero no rechazo el beso. Se sumergieron en su propia batalla por el control. Cuando se separaron Kira lo golpeo antes de darle otro beso. La rubia no podía quejarse, el hadita suicida sabia como besar no había por qué negarlo.

—Te odio mucho...Cullen

—Pues si de esta manera demuestras tu odio quisiera averiguar de que formo demuestras amor.

Kira le puso su mano en la cara de Edward para detenerlo cuando iba a besarla — Arruinaste el momento Cullen no más besos para ti por una eternidad.

Esos momentos de paz, eran los momentos que Kira valoraba. Porque esos momentos no eran eternos.

No eran duraremos y la hija del sol lo sabía perfectamente. En pocas horas ella y sus demás amigos estarían luchando por la supervivencia de su prima y por todos lo humanos que fueron víctimas de aquel ejército que tenía como único propósito.

Acabar con la vida de ella y los Cullen.

[...]

Hola, hola.un nuevo capitulo, espero que les guste y que se la hayan pasado bien en año nuevo yo por mi parte tuve mi primera borrachera y déjenme decirles que es horrible.
En fin en Instagram y por Wattpad he estado anunciando el orden de publicación este año daré inicio a la historia de Steve Rogers por lo que atentos a los anuncios a si sabrán que historia se publica primero. Este fue el mensaje que había publicado para ustedes ❤️🤭

Ese orden se mantendrá hasta que me de una crisis existencial. Sin más gracias y se me olvida ¡Esta es la primera publicación de Kira del 2020! Que emoción ahora sí bye.

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