Tranquilidad, armonía. El silencio que a pesar de ser sinónimo de soledad y penurias para muchos era sinónimo de serenidad el momento perfecto en donde la mente y el corazón se unen. Formando una perfecta unidad donde no hay división, la mente escucha las suplicas del corazón y el corazón exclama su sentir. El silencio, era un ente neutral puedes verlo como signo de abandono o verlo como el momento perfecto para meditar y pararse a pensar un momento. Solo un segundo en donde la mente le pregunta al corazón si estaban bien con la decisión, un solo segundo.

Los pensamientos de Edward Cullen volaban. ¿Aquello que Apolo le afirmaba era cierto? ¿Había sido la marioneta de un dios para herir a la hija del sol? Ciertamente el vampiro pensaba que el hombre frente suyo estaba loco, peor el hecho de que lo miraba con seriedad y que no se podía mover aunque lo intentara. Estaba quieto pegado al sitio en donde había decidido acallar su culpa al dejar a Isabella Swan.

—No te creo — Murmuro el castaño, todo su cuerpo estaba paralizado pero no había perdido la capacidad de hablar y mover los ojos. — Yo amo a Bella, Kira no significa nada para mí...

Apolo rodo los ojos, se acercó al joven vampiro. Coloco una mano es su cabeza y ejerció poder en ello, recuperando un recuerdo que había sido reprimido. Edward se removió y grito de dolor, cerró los ojos fuertemente. Pero su visión cambio ya no estaba en ese oscuro callejón en donde Apolo lo había emboscado.

>> Las vistas eran preciosos una noche perfectamente estrellada, le hacía recordar las imperceptibles pecas que Kira poseía en sus tersas mejillas. Su mirada que parecía haber sido hecha de polvo de estrellas y aquellos suaves labios que ansiaba besar pronto, su sed por Isabella Swan había pasado. Solo necesitaba alegarse un momento, porque a pesar de que Kira podía patearle el culo en cualquier momento no la pondría en riesgo mientras sus instintos luchaban por emerger.

—Una noche preciosa ¿no es así? — Edward frunció el ceño, La hermosa mujer que estaba a unos pocos metros de él le sonreía. No era del clan Denali — Las estrellas son seres puros, una por cada guerrera que Artemisa perdió en su lucha por proteger la naturaleza.

— ¿Disculpe, cuál es su nombre? — Algo en Edward le decía que se apartara, que aquella mujer era un peligro. Que regresara con su amado sol de primavera, que volviera con la flor de dorado brillo. Que fuera con Kira — ¿Se ha perdido?

La hermosa mujer rio — No, te estaba buscando sabes — La mujer comenzó a caminar hacia él, Edward quiso apartarse de ella, deseo haberla dejado en aquel lugar. Deseo no haber salido de Forks — Te necesito para vengarme.

Edward trato de moverse pero no podía, trato de gritar por ayuda, pero su garganta se negaba a obedecer aquella orden. Lo único que a la mente del vampiro llegaba eran los preciosos ojos esmeraldas de su flor dorada. — Kira, es muy sentimentalista. Es la viva imagen de aquella asquerosa humana de nombre Miranda, sabes fue demasiado fácil ocasionar ese fatídico accidente de auto.

El miedo, el terror recorrió el cuerpo del vampiro. Lucho contra su inmovilidad, pero él no era nadie a lado de aquella diosa despechada. El poder la había corrompido, segado por completo por que aquella hermosa mujer de mirada verde acida milenios atrás había sido una dulce joven de mirada soñadora.

—Tu amor es tan puro — Afrodita acaricio la mejilla del vampiro, Edward lucho pero su cuerpo no se movía estaba totalmente paralizado, indefenso — Morirías por Kira, lo puedo ver en tu corazón. Ella es tu eternidad.

Edward quiso apartar la mano de la mujer que acariciaba su pecho con deleite. Ella no tenía el derecho de tocarlo, no la única mujer que él quería era a Kira. Ni siquiera Isabella Swan había cambiado ese hecho. En el corazón muerto del vampiro estaba tallado a fuego el nombre de su amado Solecito.

—Es una lástima — Afrodita todo entre sus manos la cabeza del vampiro, colocando sus pulgares en sus sienes. Y mirándolo directamente a los ojos. — Porque vas a tener que herirla, vas a romper su corazón por mí. Vas a ser mi títere.

Edward quiso apartarse de aquella mujer que quería dañar a su flor dorada, a su Solecito. Pero ya era demasiado tarde. Afrodita uso su poder como diosa del amor para cortar de un solo y veloz tajo los lazos sentimentales que lo ataban a Kira. Cambio toda su sentir, engaño a su mente, cegó a su corazón. Encerró el enamorado corazón del vampiro entre doradas rejas. Y ahora, Afrodita todo esos hilos sueltos y los tejió a el hilo rojo de Isabella Swan.

—Hiere, desgarra, asesina, a Kira Argent. Mi bello títere — Afrodita acaricio la mejilla del vampiro que tenía la mirada perdida — Has de ella un ser débil y sollozante. Derriba sus muros, destroza sus sentimientos. Lastímala con palabras, asesínala con tu indiferencia. Toma venganza por mí.

Afrodita beso sus labios suavemente — Has feliz a tu diosa.

—Como ella desee — Afrodita sonrió con malicia, antes de desaparecer de Alaska. Pero el mal ya estaba hecho. Afrodita ya había dejado su marca en él.

Volvió a Edward Cullen su títere.

Lo convirtió en la daga que asesinaría a Kira Argent. <<

Apolo Soltó la cabeza de del vampiro que estaba tirado en el piso.

Edward levanto la mirada decidida — Quita todo lo que ella haya hecho en mi por favor te lo suplico

—Voy a ayudarte a remover esa marca — Apolo con un movimiento simple de manos volvió a estampar al vampiro a la pared con demasiado fuerza de la necesaria — Soy consciente que no fue por tu propia voluntad lastimar a mi hija pero.... — Apolo volvió a golpearlo con la pared agrietando el rostro del vampiro — Vuelve a lastimarla y te asesino.

Kira acariciaba la espalda de Jacob quien lloraba con amargura. Había entrado en fase en el bosque, por suerte Kira uso su don del canto en el obligándolo a volverse humano de nuevo y calmarse. Kira esperaba pacientemente a que Sam llegar al bosque, Jace le había conseguido ropa. El rubio vigilaba el perímetro por si el alfa aparecía. Dándoles privacidad.

—Kira...yo no quiero ser esto — Kira sonrió tristemente. Acaricio las mejillas sonrojadas por el llanto de Jacob — Soy un monstro.

Kira negó energéticamente — No Jake, no eres un monstro. Yo he visto bestias que disfrutan el sufrimiento de los demás. — Kira tomo las manos de su joven amigo — Eres un humano con instintos animales, la combinación perfecta entre fuerza y serenidad. La unión entre la mente humana y los instintos salvajes de los lobos.

Jacob hipo, como un niño perdido. Un inocente que por cosas del destino quedo entre el fuego cruzado del mundo sobrenatural.

>>El inocente, por fatídicas circunstancias se vio envuelto en un mundo del cual nunca quiso pertenecer <<

—Eres el protector de aquellos que son indefensos — Jacob ya no lloraba, empezaba a entender el porqué de lo que le pasaba. Comenzaba a ver la punta del iceberg — La descendencia de los primeros soldados de Artemisa de Ephraim Black y Taha Aki, soldado de la diosa de la caza, protector de la fauna, guardian de los humanos. Eres un metamorfo Jacob, un humano con instinto de lobo.

— ¿Cómo sabes todo esto Kira? — Pregunto Jacob mientras limpiaba su rostro — ¿Eres una metamorfa? ¿Eres como yo?

Kira negó con la cabeza — Soy algo totalmente diferente Jake, pero antes de hablar de ello tenemos que esperar a Sam.

— ¿Qué tiene que ver Sam Uley en todo esto?

—Él es el actual alfa de la manada Quileote.

Selene negó con la cabeza, sus ojos de un color plateado hermoso. Su ropa negra contrastaba con su cabellera platinaba, desde que Jacob entro el fase Kira busco a toda costa que Selene la hija de Artemisa perdonara a la manada. Quería demasiado a Jacob como para verlo muerto, por lo que insistido tanto con Selene.

—Kira sabes que te quiero mucho — Selene tomo las manos de Kira, si la descendencia de la luna había viajado hasta Forks para hablar con la rubia dorada, aparte de que Selene aprovechaba de visitar a su padre — Te debo favores, pero no voy a perdonar a la manada Quileute.

—Por favor Selene —Suplico Kira — Jacob entro en fase él es...

— ¿Jacob Black? — Pregunto sorprendida — Jake entro en fase.

—Así es — Kira suspiro — Pasaste tu infancia con el Selene ¿dejaras que su manada muera?

Selene era originaria de Forks más en específico de la Push. Su padre era un humano que se había enamorado de la diosa de la caza, y la diosa amo al humano. Todos pensaban que la diosa no debía enamorarse y quedar virgen por siempre, pero eso era una falacia algo que los humanos inventaron.

—Jake no merece esto — Se lamentó Selene — Él es demasiado bueno para estar en este mundo.

—Debes perdonarlos — Kira poso su mano en el hombro de Selene — Porque si no ellos morirán, su manada caerá.

Selene lo pensó, recordó al pequeño Jake defendiéndola de las burlas de Paul. Ella rubia platinada y blanca como la misma luna, era poco común ver ese tipo de cabello y piel en la push. Las burlas formaron parte de su infancia pero antes de que fuera llevada por su madre para ser entrenada Jake fue el que la defendía.

No podía dejar desamparado a su amigo, aquel flacucho niño que a pesar de ser un niño débil siempre la defendió a capa y espada. Selene suspiro pesadamente.

—Les daré mi perdón — Le devolvería a Jacob las cosas que el había hecho por ella — Hablare con mi madre.

—Gracias Selene.

—No lo hago por la manada Quileute — Aclaro Selene — Lo hago por Jake déjale eso en claro a el alfa Uley.

—Lo hare Selene.

—Cuídate hija del sol

—Lo mismo dijo hija de la caza.

Hola, hola. Voy a hacer lo del Instagram ni daré Spoiler por que favorece a la trama pero publicaré mis ediciones y las que me manden en el para que admiren su belleza y también avisaré cuando voy a publicar.

Para que estén al pendiente. Pero denme tiempo a que mejore mis ediciones.

¿Que piensan del capítulo?

¿De Jacob y Selene amigos? Comente.

Hasta la próxima amigos míos