Capítulo IV
Habían pasado las fiestas, llegó un año nuevo con muchos cambios y desafíos para la joven de cabellos azules. El invierno pasó rápido y pronto se adentraron a la primavera, se encontraban en pleno mayo.
Tanto primavera como verano eran estaciones muy atípicas en el País del Hierro, si bien podían disfrutar de días sin nevadas, y a lo mejor ver un poco del verde césped, seguían siendo estaciones con mucho frío. Eran temporadas de deshielo y eso significaba dos cosas, mucho barro y muchísimo frío con heladas de cielo despejado.
El último año de sus estudios había comenzado y tanto ella como Riku se encontraban verdaderamente entusiasmados, pero también un poco asustados. El examen final se dividía en dos partes uno escrito y otro práctico. Para convertirse en samurái debían tener aprobada las dos instancias, y por lo que habían oído por los pasillos de la academia no era nada fácil. A eso sumado que Asami debía rendir el examen de yabusame en septiembre.
ꟷ ¿Y cómo vas con el estudio Asami?
ꟷ Que horrible conversación ꟷdijo caminando delante de élꟷ Cuando dije que conversáramos, me refería a algo alegre ꟷse rio haciendo que su amigo sonriera mientras la seguía por el sendero.
Ambos estaban explorando la zona. En épocas de nevada era imposible y peligroso andar caminando por los cerros aledaños y como ya no había tanta nieva se podía observar el verde pasto que sobresalía de entre los últimos vestigios de escarcha.
Aprovecharon sus días libres para vivir sus catorce años como cualquier otro niño de esa edad, jugando y explorando. Ya que la mayor parte del tiempo se encontraban estudiando o trabajando. Sabían que después de recibirse, sus días de juego terminarían y comenzarían una vida de adulto, con grandes cambios. Aunque les daba un poco de nostalgia recordar que ya no podrían estar tan desocupados como ahora, tenían el entusiasmo de sentirse importantes como guerreros samurái.
ꟷ Bueno es que yo estoy un poco atrasado y dentro de dos semanas rendimos, no sé si llegaré.
ꟷ Tranquilo eres muy inteligente ꟷle dijo volteándose para verloꟷ Vas a poder. Si todo lo que sé, lo sé gracias a ti.
ꟷ Eso quiere decir que ya has estudiado todo ꟷignoró por completo lo que la chica le decíaꟷ Estas muy tranquila.
ꟷ Ojalá, pero no. He estudiado, pero si vos estas atrasado, imagínate yo ꟷse dio media vuelta para continuar con el camino, restándole importancia al tema.
Riku se quedó pensativo un momento. Si él que era super obsesivo y ansioso estaba atrasado, Asami que hacía todo a último momento, no podía estar más adelantado que él. Respiró profundo y exhaló aliviado.
ꟷ Me volviste el alma al cuerpo ꟷcontinuo el camino trotando un poco para alcanzar a la chica que se había alejado.
ꟷ ¿Para qué están los amigos?, hasta en la vagancia nos acompañamos.
Las autoridades Samurái estaban reunidos en la sala de junta del palacio del Capitán General. Al estar próximos a los exámenes debían armar demasiado papeleo de altas y bajas de estudiantes que aspiraban convertirse en un samurái. La platica llevaba ya su hora y media.
La reunión estaba al mando del Capitán General, un hombre ya entrado en edad, 78 años, quien encabezaba la junta sentado en la punta de la mesa. A su lado izquierdo, había tres maestros de academia con rangos altos, el Sargento Mayor, sentado a su izquierda quien delegaba la administración de la academia samurái (el director de la academia), el Sargento, líder de los maestros samurái, que se encargaba de planificar la clase de entrenamiento. El Teniente General, quien se encargaba seleccionar a los samurái más adeptos para formar parte de la infantería y delegar la división a la que irían.
Del lado derecho de la mesa, al otro lado del Capitán General estaba sentado Mifune, con el título de General del Ejército, y cómo su título lo designa es el general de todos los samurái, un puesto menor que el Capitán. También se encontraban figuras como el líder de los yamabushi, son monjes ermitaños que viven en las montañas o lugares muy alejados y se dedican a la vida espiritual, pero que en el pasado han asistido a grandes guerras como soldados por los que hoy en día se los considera un eslabón importante en el ejército y tiene poder de decisión. Y el maestro de los sōhei también monje budista, que son conocidos como monjes guerreros, a diferencia de los primero, estos monjes suelen practicar su doctrina filosófica como budistas, pero están muy activos en el entrenamiento militar.
ꟷ Necesito que estos papeles los dejes en el edificio de administración. Ve en este momento por favor, no lo dejes para la tarde. ꟷcomentó la autoridad del plantel entregándole unos papeles a su secretaria. Esta hizo una reverencia de respeto y se retiró. Las demás personas de la junta se encontraban platicando entre ellos, ya que se habían tomado un recreo para tomar un té caliente con bocadillos dulces. ꟷ Bien ꟷdijo en voz alta la autoridad, haciendo que los presentas empezaran a callar de a pocoꟷ Pasado el primer bloque de la reunión, quiero que toquemos un tema muy importante ꟷ comentó mientras se acomodaba en el sillón y las demás autoridades lo observabanꟷ Me he estado preguntando ¿Cómo llevaremos a cabo la segunda instancia? Me gustaría plantearles un pensamiento que he estado teniendo a raíz de observar los exámenes pasados. He pensado en que recobremos nuestros antiguos exámenes.
Los presentes se miraron entre sí, todos sabían a que se refería.
En épocas muy antiguas las formas de convertirse en Samurái implicaban un desgaste físico que llevaba a los guerreros al extremo. Tanto así que inclusive habían soldados que morían durante el examen, solamente unos pocos, contados con los dedos de una mano, pasaban a formar parte de las filas.
ꟷ Mis deseos son que recobremos un poco esas épocas, donde los Samurái eran bien vistos y temidos en todo el mundo.
ꟷ Pero señor... esas reglas quedaron en deshueso hace muchísimos siglos. No creo que sea conveniente traerlas nuevamente. ꟷdijo el Sargento.
ꟷ Coincido ꟷcomentó el Teniente General. El Capitán general solo observaba a los que tenían la palabra. ꟷ Creo que por alguna razón esas prácticas se dejaron de utilizar. Y debería permanecer donde están, en el pasado. ꟷEn ese momento Mifune cerró los ojos como asintiendo a lo que él decía.
ꟷ Es válido su voto, y proclamar sus pensamientos. Pero ¿ustedes se dan cuenta de lo que hemos perdido? ꟷel hombre se tocó un anillo de oro que tenía en el dedo índice. Un anillo antiquísimo que simbolizaba el poder de mando en las tropas Samurái, y que había pasado de generación en generaciónꟷ Éramos invencibles, temidos en todos los rincones de la tierra. Respetados por todas las personas. Sacamos adelante grandes imperios y nuestro legado logró que se fundaran nuevas formas de guerreros. ꟷmiró a cada uno de los presentesꟷ ¿Cómo puede ser posible que los enemigos sean más fuertes que nosotros?
ꟷ En eso tiene razón ꟷdijo el monje Yamabushi. ꟷ Hoy en día estamos al tanto de lo que pasa en el resto del mundo y sabemos el poderío que tienen algunos.
ꟷ Claro que sí ꟷvolvió a tomar la palabras el Capitán Generalꟷ ¡Hasta los ninjas tienen más poder que nosotros! Se han expandido por todos los territorios. Antes éramos nosotros los llamados para realizar misiones de rescate y de cualquier índole. Éramos nosotros los guerreros solicitados.
ꟷ No olvidemos que tienen los demonios de cola en su poder y esas bestias son muy poderosas ꟷdijo el monje yamabushi. Quien estaba al tanto de todo movimiento ninja.
Rápidamente la conversación se abrió para los demás presentes que comenzaron a opinar en que sería lo más correcto, inclusive el Sargento que había sido el primero en estar en contra, ahora por no quedar fuera, apoyó la moción. El único que se mantenía en silencio era Mifune, y el único que no estaba de acuerdo era el Teniente General. Mientras tanto el Capitán General miraba victorioso la situación. Sabía que una decisión como esa no la podía tomar solo, necesitaba del consentimiento de las demás autoridades de la junta.
Miró a Mifune que no había dicho nada en las dos horas que llevaban de reunión. Y el hombre sabía que necesitaba la mayoría de los votos para reformar una regla del régimen.
ꟷ ¿Y tú Mifune? ꟷlos presentes hicieron silencio al escuchar al Capitán Generalꟷ No has dicho nada desde que comenzamos. ¿Qué opinas de este tema?
ꟷ ¿Realmente desea saber mi opinión señor?
ꟷ Qué más quisiera, eres el Capitán del ejército. Condecorado tantas veces, con cuatro estrellas de honor. Por supuesto que tu opinión importa.
ꟷ Pues, no sé si le gustará mi opinión señor ꟷEl Capitán general frunció el ceñoꟷ Pero si me la pide, sería una falta de respeto no dársela ¿verdad? ꟷcruzaron miradas con el líder por un momento y luego miró a los demás. ꟷ No estoy de acuerdo con lo que plantean. Los ninjas son una fuerza militar diferente a la nuestra, con otro tipo de destrezas, que inclusive, unidas en una guerra podrían marcar la diferencia y generar una fuerza abismal. No creo que sean mejor o peor que nosotros, tenemos una habilidad diferente y eso nos hace grandes guerreros también.
ꟷ Simplemente lo dices por la niña que trajiste. ꟷcon desdén comentó el Sargento Mayor. ꟷ Sales a favor porque la trajiste de una de esos países regidos por los ninjas.
ꟷ Ella nació en el País del Agua, pero nunca asistió a la academia shinobi. No tiene nada que ver con el tema tratado ꟷmolesto lo miró. Ese comentario dejaba ver el descontó con que Asami participara en la educación samurái.
ꟷ Claro que lo tiene, si prácticamente ha venido a aprender de manera gratuita. Creo que hay un artículo que demanda que cualquier extranjero puede aprender nuestras destrezas siempre y cuando aporte mensualmente una suma de dinero. Y por lo que sé, ella nunca aportó nada. ¿Desde cuánto nos volvimos tan generosos? ꟷpreguntó de manera sarcástica mirando a los presentes.
ꟷ Soy el tutor, Sargento Mayor, creo que con eso basta para tomarla como parte del País del Hierro. ¿O qué? ¿Ahora me saldrá cobrando a mí una deuda? No se olvide su puesto señor.
ꟷ Mifune, con todo respeto ꟷtomó la palabra el yamabushiꟷ Pero esa niña viene de un País lejano al nuestro, y puede querer retomar sus raíces, y llevarse consigo nuestros saberes y secretos.
ꟷ Asami es una niña con valores. Y si llega a partir de aquí será con las vestiduras de un samurái ꟷmiró al Sargento Mayor. ꟷ Siendo parte de los nuestros ꟷvolvió a mirar al monje ermitañoꟷ No tendría que preocuparse por ella.
El yamabushi se quedó en silencio.
ꟷ En cuanto a las prácticas que ustedes comentan, no veo que sean apropiadas ꟷcontinuó hablando Mifuneꟷ Hablamos de una práctica que hace siglos no se dan. Las generaciones de estudiantes han cambiado, al igual que los tiempos. Y si nos queremos valer de la historia, esa clase de entrenamiento se daba porque era todo muy precario en cuanto a los armamentos y las armas, las guerras inclusive eran distintas. No deberíamos optar por traer algo del pasado a un tiempo distinto, eso traería consigo las cosas malas también.
ꟷ No olvidemos que los ninjas tienen a los bijuu ꟷvolvió a retomar el tema el yamabushiꟷ Son bestias feroces, totalmente desalmadas, que son portadas por ninjas con ambiciones, para nada educados en el plano espiritual. Eso traería muchas desgracias al mundo. Por lo que no veo nada mal que se implementen las practicas antiguas de nuestros ancestros. Solo para estar prevenidos.
Mifune optó por guardar silencio, iba a discutir contramarea. En ese momento ingresó un sujeto para interrumpir la junta, ya que solicitaba de manera urgente al Capitán General. Se acercó al anciano y le dijo algo en el oído, el hombre asintió y el joven se retiró del lugar. Con dificultad el Capitán General se puso de pie y se dirigió a todos.
ꟷ Bueno señores. Ya llevamos dos horas y media de reunión. Y creo que ya hemos tocado los puntos importantes de esta, por lo que me veo en la obligación de dar por terminada esta junta.
Todos los presentes se pusieron de pie e hicieron una reverencia ante el anciano hombre, para luego retirarse de la sala. Los allí presentes, una vez que se retiró, deshicieron la reverencia y por ultimo salir de la oficina de junta.
Mifune tomó su katana y salió de la sala, un poco preocupado, no le había gustado nada esa reunión y los deseos del Capitán. Cuando salió del palacio escuchó una voz que lo llamaba, por lo que decidió voltearse.
ꟷ Señor, gracias por detenerse ꟷllegó a donde estaba. ꟷ Quería hablar con usted.
ꟷ ¿De?
ꟷ De lo que planteó. Quería decirle que estoy totalmente de acuerdo.
ꟷ Bueno, por lo menos alguien que piensa con claridad ꟷcomentó Mifune mientras volvía a retomar su camino. El joven Teniente General prosiguió a seguirlo. ꟷ Vi tu valentía en querer defender tus ideales muchacho. Eso habla muy bien de ti.
ꟷ Gracias señor ꟷsonrió. Que Mifune le dijera algo así significaba mucho para cualquier samurái. Era un hombre era muy respetado entre la comunidad. ꟷ Quería decirle que cuenta conmigo señor. Yo no me quedé nada tranquilo con esta reunión vi al Capitán General muy convencido.
ꟷ Él siempre tuvo esos ideales de reivindicar a los samurái y desde que está en el poder no ha parado de tratar de traer las antiguas prácticas samurái. Pero estaremos atentos a los movimientos. Tú que hablas con el Sargento, coméntame qué sucede en la academia.
ꟷ Sí señor.
Ambos se despidieron y el joven partió por otro camino. Mifune a pesar de tener un aliado en esto, sabía que la mayoría de la junta no estaba con él y que no sería muy fácil dar vuelta la moneda.
Los días pasaron y llegó el momento más esperado para Asami. Hoy rendiría el examen escrito, el cual evaluaba todo lo que habían aprendido durante todos esos años. Estaba nerviosa, tenía miedo de fracasar.
Convertirse en samurái no era fácil, ya que los exámenes, tanto escrito como práctico, eran muy difíciles, y a eso sumado que el no aprobar el escrito era razón suficiente para la expulsión de la academia. No pasaba lo mismo en caso de desaprobar el examen donde se evaluaba la destreza del guerrero. En caso de no aprobarlo, se podía volver a intentar. Solo con el escrito eran más estrictos, ya que en el, la persona demostraba el interés ante la cultura samurái, sus normas y valores; el no tener esta cultura se consideraba una ofensa, y todo aspirante que no aprobara el escrito debía vivir con la vergüenza de ser alguien tan mediocre, que no era merecedor de tal título.
Por eso y el recordar todas las cosas que pasó para llegar donde estaba, le generaban estrés y preocupación. No olvidaba todos esos días de crudo frío con temperaturas abruptamente bajas que tenía que soportar al ir a estudiar o entrenar, el madrugar todos los días, el tener que trabajar en granjas cosechando o sembrando para ganarse unos pesos. Todas las heridas y moretones que debió soportar durante semanas, todo ello y mucho más tenían que ser el reflejo de que ella podía y de demostrar su gran valor y fortaleza.
La joven de cabellos azules iba caminando por los pasillos de la academia con las manos en los bolsillos de su abrigo y con una bufanda que le cubría muy bien su cuello y parte de su rostro. Ese día había amanecido muy frío.
Divisó a su amigo que se encontraba apoyado en la pared mirando hacia la sala donde rendirían el examen. Ya había varios estudiantes, algunos parados conversando en grupo, otros sentados en el suelo leyendo sus apuntes. Todos estaban pasando por la misma situación de ansias ante un examen de esa envergadura.
ꟷ Qué onda ꟷlo saludó levantando su mano al estar cerca de él.
ꟷ Asami ꟷse sorprendió al ser interrumpido de sus pensamientos y prosiguió a chocar la mano de su amiga para saludarla. ꟷ ¿Cómo estás?
ꟷ Y acá andamos, con un poquito de miedo, de nervios ꟷse apoyó en la parad a su ladoꟷ y no olvidemos a la fiel dolor de panza.
ꟷ Si, yo estoy igual, un revuelto en la panza tengo, no pude comer nada desde anoche.
ꟷ Te vas a morir sin comer. Yo si desayune. Y anoche me comí un rico plato de ramen.
ꟷ ¿Cómo puedes comer con los nervios?
ꟷ La panza ante todo ꟷse tocó su estómagoꟷ La panza ante todo mi querido amigo.
Riku se sonrió ante las bromas de su amiga. Pero esa sonrisa desapareció al ver salir de la puerta a un samurái vestido con su clásico kimono de color azul oscuro. Quien prosiguió a darles la bienvenida a los presentes. Los jóvenes que estaba esparcidos por el pasillo se acercaron a escuchar. El hombre pasó a explicarles la instancia del examen el cual duraría tres horas, y a pedirles que a medida que los vaya nombrando ingresen al salón y se ubiquen en algún lugar. Así comenzó a darse el largo listado hasta que ingresaron todos, menos Asami. Al nombrar al último joven aspirante el sujeto bajó la lista.
ꟷ Bien ya estamos todos ꟷ tomó el picaporte de la puerta. Asami rápidamente se acercó a él.
ꟷ Disculpe, a mí no me ha nombrado.
ꟷ Imposible ꟷcomentó molesto por la interrupción de la chicaꟷ He nombrado a cada uno de los alumnos. Si usted no está en la lista es poque no está admitida para rendir.
ꟷ ¡¿Pero cómo?! Si he asistido a todas las clases durante estos seis años y he aprobado cada instancia, además he entrenado bajo la tutela del maestro Tsuki
El hombre la miró por un momento con el ceño fruncido, pero no se podía negar ante los dichos de la chica ya que daba constancia de su paso por la academia.
ꟷ Dígame su apellido.
ꟷ Tsukikawa, Asami.
ꟷ No tengo ninguna niña con ese nombre y apellido.
ꟷ Que raro ꟷintentó ver la lista que sostenía en sus manos pero el sujeto la apartó. ꟷ Es que debe fijarse bien, señor.
ꟷ Espere un momento aquí.
El hombre ingresó y le cerró la puerta. Asami se quedó esperando a que el hombre saliera. Esa espera de unos minutos se hizo eterna, pues pasó una hora y media. La chica iba a golpear la puerta cuando el sujeto justo la abrió.
ꟷ Allí encontramos tu examen ꟷse lo entregó en manoꟷ Puedes pasar a rendir, pero tienes una hora y media.
ꟷ Pero el examen es de tres horas.
El sujeto le hizo una mueca como que a él no le incumbía ese asunto.
ꟷ ¿Pasas a rendir o no? Así logras que los minutos sigan pasando y que se te acabe el tiempo.
Rápidamente ingresó a la sala donde había miles de chicos rindiendo. Se sentó al lado de la puerta que era el único lugar libre y comenzó con su examen. Pasaron treinta minutos, ya se habían cumplido las dos horas de examen, y varios estudiantes comenzaron a entregar sus escritos. Situación que puso más nerviosa a Asami, ya que eso significaba que le quedaba solo una hora para rendir.
Pasaron treinta minutos más y otra camada de jóvenes entregaron sus exámenes, uno de ellos fue Riku, quien antes de salir miró a su amiga y haciendo señas preguntó si estaba bien, y Asami le hizo una mueca de "más o menos".
ꟷ Bien jóvenes, quiero avisarles que tienen solo cuarenta minutos más para entregar sus escritos. Así que vayan entregando por favor. Terminado el tiempo pasaremos a retirarle los exámenes a cada uno.
Asami tenía ganas de llorar, le faltaban tres hojas y no tenía nada de tiempo. Pero no se podía dejar vencer tenía que terminarlo a como dé lugar. En ese momento recordó una forma de entrenamiento que les había enseñado su sensei en combate, que tocaba puntos de rapidez, certeza y de reducción. A ese entrenamiento Asami lo llevó al nivel cognitivo de reducir sus respuestas, ser certera, y contestar lo más rápido con palabras cortas. Primero fue por aquellas preguntas que le resultaban fáciles y de múltiple opción, y luego por aquellas que conllevaban un poco más de esfuerzo ya que eran más capciosas.
Pasó el tiempo y los minutos se acabaron. Los sensei se levantaron de sus asientos y comenzaron a retirar los exámenes de los alumnos. Asami le entregó el examen y se fue. Afuera del salón estaba su amigo Riku esperándola. Se acercó rápidamente a ella.
ꟷ ¿Cómo te fue?
ꟷ No lo sé Riku, no tuve mucho tiempo para hacer el examen. ꟷcomenzó a caminar mientras su amigo la seguía a su lado.
ꟷ Si, me pareció raro que no ingresaras a rendir.
ꟷ No aparecía en la lista.
ꟷ ¿Eso te dijeron? Que desgraciados, claro que lo estabas Asami. ꟷella lo miróꟷ Escuché que el director de la academia dijo en un momento. Déjala ingresar ya pasó mucho tiempo, no queremos que se queje con Mifune.
ꟷ ¡¿Pero cómo?! ꟷsorprendida lo detuvo en medio de la calleꟷ ¿Eso dijeron? Malditos... ꟷapretó sus puños y continuó con su camino, rumbo a su casa, seguida por su amigo
ꟷ Tienes que decírselo a Mifune-sama, Asami. Para que él haga algo al respecto.
ꟷ No Riku, esperaré a que me corrijan el examen. Decirle a Mifune puede traerme problemas.
ꟷ ¡Asami! ꟷla detuvo tomándola del hombroꟷ ¡Si no apruebas el examen no podrás intentarlo nuevamente! ¡Te debes quejar! ¡Y ahora mismo!
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