Capítulo 5: También te quiero
El fin de semana me reuno con JaeYoon, mejor dicho, mi madre me presta su auto para pasar a buscarlo, cuando llego a casa de los Joon, JaeYoon sale acompañado de su madre quien mueve su silla de ruedas, hago una reverencia una vez está cerca. La madre del chico luce más acabada, puedo notar sus ojos cansados, apenas hace una mueca para saludarme.
—Señora Joon—saludo.
—Es lindo volver a verte a JungKook—se acerca abrazándome unos segundos—Jae, me dijo que irían al cine.
—Sí, no sé que películas hay en cartelera pero dejaré que Jae escoja.
—No, no, hyung, tú me invitaste, deberías escogerla.
Con ayuda de su madre lo subimos al auto, su silla de rueda la guardo en los asientos de atrás, JaeYoon promete a su madre avisarle de cualquier inconveniente, lo cual me recuerda que su hermana hacía lo mismo.
La música estaba al tope, algunos bailaban con la música o simplemente bebían. DaeYoon y yo habíamos preferido algo de refresco, Dae está a mi lado escribiendo muy enfocada en su teléfono.
— ¿Está todo bien?—debo hablar alto para que me escuche.
—Estoy escribiéndole a mi madre.
Sonrío ladinamente pues ella siempre mantenía informada a su madre de lo que hacía.
▪︎▪︎▪︎
Detengo el auto en el estacionamiento del centro comercial, JaeYoon se muestra tranquilo y cuando se percata de mi mirada sonríe un poco.
— ¿Qué?
—Tu madre luce muy cansada, no vi a tu padre.
—Ah—su sonrisa disminuye un poco—Ha estado trabajando duro, es todo—ignora mis palabras anteriores. Es evidente que no quiere decirme lo que ocurre.
Repito el procedimiento bajando la silla de ruedas acomodándola para él, JaeYoon tiene su truco para moverse el mismo, sus piernas no responden, lo ayudo hasta estar listos y entrar al centro comercial. Hay mucho silencio entre ambos, no sé como romperlo.
— ¿Cómo está tu hermana?
— ¿Somi? Está bien, ocupada con los estudios—presiono el botón del elevador para llegar al último piso donde se encuentra el cine.
— ¿Está trabajando?
—No, sólo se dedica a estudiar.
— ¿Y tú estás trabajando, hyung?
—Estuve buscando empleo.
—Pero...
—Con la beca activa no le he puesto seriedad al tema—rasco mi cabeza, acomodo mi cabello al despeinarlo un poco—Tal vez tome un puesto de medio tiempo en alguna tienda, siempre necesitan estudiantes. ¿Has pensado en trabajar en otra cosa?
—Sí, sólo no me he puesto en ello, apliqué para la beca hace un año y sigo esperando respuesta.
El elevador abre sus puertas dejándonos entrar. Presiono el botón del piso al que vamos, otras personas discapacitadas entran en compañía de algún familiar, para comprar las entradas no hay tantas personas, aún así debemos hacer fila para obtenerlas.
En cartelera está una película que me suena mucho.
—Esa es la tercera película de la trilogía que a noona ama—señala JaeYoon.
—Aquí están.
— ¡Eres el mejor!—Dae me abraza con fuerza dando saltitos. Literalmente me arrastra hacia las palomitas y golosinas.
—No puedo creer que vaya a ver una película de sirenas por ti.
—Oye—golpea mi brazo—Blue Sea es más que sólo una película de sirenas, ¿Leíste el libro? Todos los personajes están conectados con otro y es una montaña rusa, realmente lloré cuando supe que saldría la película—la miro con incredulidad pero diversión— ¿Te estás riendo de mí?
—Son sirenas que vienen a la superficie, ¿Qué tiene de nuevo?
—Lee el libro y te lo diré—me saca la lengua.
—Nunca supe porque le gustaba tanto.
—A noona siempre le ha atraído la luna, el mar y las criaturas sobrenaturales—miro a su hermano—En su teléfono siempre tenía fotos de las estrellas o algún fondo que hiciera referencia a esas tres cosas.
Y lo sabía, decía que solía calmarla mucho.
▪︎▪︎▪︎
JaeYoon y yo nos decidimos por una película de acción, tenía buenas escenas que te mantenían con los ojos bien abiertos, de regreso a casa, ayudo a JaeYoon quien sonríe con más sinceridad.
—Gracias por lo de hoy, hyung.
—Siempre que necesites un respiro puedes escribirme.
Él mira la casa y suspira, su sonrisa disminuye un poco. Puedo imaginar lo que pasa por su cabeza.
—A veces cuando salgo y vuelvo me imagino que ella estará allí—su voz es baja, como si temiera que alguien lo escuchara—Sé que ellos la extrañan.
— ¿Ellos? ¿Tus padres?
—Sí, mamá y ella tenían una buena relación, DaeYoon noona estaba hartándose de papá—me mira. Sabe que no estaba al tanto de eso—Por eso creo que noona simplemente necesitó alejarse de toda esta mierda para respirar.
—Sé que odiaba su carrera, decía que tu padre no estaría contento...
—Papá no estaba contento con nada de lo que hiciera, hyung, ella sentía presión y yo siento parte de esa presión—toma una bocanada de aire—Luego de un año puedo notar que no tienes muchas esperanzas de que aparezca.
—La tengo—me apresuro a decir.
—No, hablas de ella y se nota en tus ojos que dudas—sonríe un poco—Ve a casa, será mejor que descansemos por hoy.
▪︎▪︎▪︎
Es medianoche y no puedo dormir, siento inquietud en mi pecho, no me gusta esta sensación, mi cuerpo está alerta, como si algo fuera a saltar para asustarme. Acerco mi laptop a la cama encendiéndola, el resto de mi habitación está oscura y sé que tanto mi hermana como mi madre duermen. Papá se mantiene más tiempo en el extranjero que en casa, todo por su trabajo en la oficina.
Había estado leyendo pequeñas partes de los capítulos de DaeYoon, su forma de narrar las cosas parecen un enigma, pequeñas pistas que debo descifrar, me hubiera costado si no hubiera hablado un poco con su hermano. En los capítulos Dae hacía mucha mención a la soledad, la presión y la juventud.
En mis recuerdos ella era muy bromista, muy sonriente y conversadora al menos la mayor parte del tiempo, pero la última conversación me deja pensativo.
El lunes por la mañana estoy en el baño de hombres con TaeHyung y Jimin, lavo mis manos mientras ellos conversan de algunas trivialidades. Ese día había amanecido con lluvia, mi celular suena en mi bolsillo con una llamada, es JaeYoon.
Seco mis manos respondiendo.
—Hola, Jae.
—Hyung...—su voz tiembla un poco— ¿Estás ocupado?
—No, estoy en mis minutos libres—recojo mi bolso colgándolo en mi hombro— ¿Necesitas algo? Te escucho...raro.
Es entonces que escucho un sollozo, el resto a mi alrededor pierde importancia. La inquietud en mi pecho crece haciéndome sentir como en la madrugada.
—La policía llamó—su voz tiembla, se nota que intenta retener su llanto, los chicos me miran queriendo saber que ocurre—Mi...padre llamó hace segundos y...—solloza—Encontraron a DaeYoon noona, hyung—me hubiera alegrado pero si estaba llorando no podía ser bueno—Está muerta, mi hermana murió, hyung.
El nudo en mi garganta me impide tragar, las lágrimas aparecen en segundos, mi bolso cae al suelo y mis piernas pierden fuerza haciéndome caer de rodillas. Los chicos preocupados se acercan, sollozo recordando a DaeYoon en muchos momentos, sollozo con su imagen en mi cabeza de cómo sonreía, como se frustraba, como reía...todo.
La llamada sigue corriendo pero no por mucho, apoyo mis manos del suelo escuchando las voces de Jimin y Tae a lo lejos, la última conversación se repite en mi mente.
— ¿Dae?
—Lo siento, sé que estabas durmiendo—dice con voz lenta, se escucha como si estuvo llorando, restriego mis ojos con mis manos intentando alejar el sueño. En mi despertador dice que son la una de la mañana exactamente.
— ¿No puedes dormir?
—No—escucho su suspiro—Estoy pensando en muchas cosas.
—Cuando eso pasa intento escuchar música.
—Lo intenté, pero apenas coloco la primera canción me siento incómoda, como si mi propia mente me reprochara por callarla—intenta burlarse de sí misma. Miro el techo de mi habitación pero debo sentarme en la cama cuando siento que mis párpados se cerrarán de nuevo—JungKook-ah.
—Sigo aquí.
— ¿Recuerdas cuando de niños deseaba ser adulta?
—Estabas desesperada por ser adulta—confirmo.
—En cambio tú no querías crecer.
—Quería seguir tomando leche de banana en mi vasito de Iron Man—sonrío tontamente recordándolo. Escucho su risita del otro lado pero es una risita casi forzada— ¿Recuerdas la colección que tenías de Barbie? Ni siquiera dejabas que mi hermana las tocara.
—Es que Somi era un poco destructora en ocasiones.
—Lo admito. También recuerdo esa cocina de juguete que una vez te dieron en navidad, preparabas mucho pollo asado, decías que era tu plato principal—esta vez soy yo quien ríe un poco.
—Lo recuerdo, hacíamos nuestro propio restaurante, yo cocinaba y tú atendías los clientes.
—Luego Somi quería ser contratada...
—Y le dábamos una semana de prueba.
Ambos reímos un poco, dicha sonrisa se va borrando lentamente, el silencio me inquieta, hay algo que ella quiere decirme y no lo hace.
— ¿Quieres ir a comer Bibimbap mañana luego de clases?—ella tarda en responder— ¿DaeYoon?
—Claro. Mañana luego de clases.
—Te veo mañana entonces, intenta descansar, ignora lo que dice tu cabecita, a veces es bueno dejarla hablando sola.
—Lo intentaré.
—Está bien...
—JungKook.
— ¿Sí?
—Te quiero mucho.
Sonrío un poco sintiendo mis mejillas arder, no era común escucharla decirlo.
—También te quiero mucho, Dae.
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