Capítulo 1: La última vez
Salgo del cubículo del baño de hombres lavando mis manos, éstos siempre los mantienen limpios y presentables, acerco mis manos con agua a mi rostro viendo mi reflejo en el espejo, soy alto, delgado pero generalmente me mantengo en forma, mi cabello es castaño oscuro, tengo ojos grandes que muchas veces mi hermana dice que son como los de Bambi, labios delgados un poco rosados por el ligero frío que traía el otoño, seco mis manos y mi rostro acomodando el flequillo de mi cabello sobre mis cejas. Tomo mi bolso colgándolo en mi hombro, dejo el baño atrás dirigiéndome a la cafetería donde muchos estudiantes de la universidad van a esta hora.
Mientras camino veo algunos chicos y chicas de diferentes carreras, yo estaba en la facultad de diseño gráfico, me gustaba lo que veía así como Somi amaba su administración. Al pensar en mi hermana es imposible no pensar en DaeYoon, ella odiaba su carrera, no estaba a gusto, le costaba mucho avanzar y en época de examen era peor.
Una joven de cabello castaño y liso se encuentra sentada en la biblioteca, luce frustrada e impaciente repasando la misma hoja una y otra vez sin tener resultado. Debido a la frustración sus ojos marrones contenían las lágrimas, DaeYoon siempre lloraba cuando se molestaba o frustraba. Me siento a su lado sabiendo que necesita ayuda.
—Asesinarás ese libro de contabilidad.
—No entiendo nada de esto y en una hora será el examen—colocó su frente contra el libro al borde del colapso—No puedo dedicarme a esto, JungKook, es inútil, no me gusta.
—Oye, estás siendo dura contigo misma—acaricio su cabello—Sabes que puedes cambiar de carrera, siempre puedes renunciar y dedicarte a lo que quieres.
—No—se enderezó—No puedo, mi padre dice que la escritura no me llevará a nada, debo pensar en mi futuro—noto que su voz tiembla. Respira profundo y se obliga a sonreír, hace un ligero puchero de vez en cuando—Él quería que tomara esto.
— ¿Y qué se supone que quieres tú, Joon DaeYoon?
— ¡JungKook-ah!—parpadeo varias veces encontrándome en la cafetería. TaeHyung y Jimin están en una mesa indicándome que vaya, asiento con la cabeza formándome en la larga fila para pedir el almuerzo. Cuando voy a ellos dejo mi bandeja en la mesa tomando asiento frente a ambos—Cuéntale Jiminie.
— ¿Por qué yo?—se queja el pelinegro. Jimin es el mayor de los tres, está en la carrera de derechos, a simple vista no parece que tenga madera de abogado pero lo he visto practicar para sus supuestos casos y es increíble como se transforma en otra persona.
TaeHyung en cambio estaba estudiando educación, quería ser maestro de arte.
—Porque fuiste tú quien escuchó el rumor.
— ¿Sobre DaeYoon?—pregunto sabiendo lo obvio. Ambos me miran, el cabello de Jimin es negro, el de Tae es rojo—Esta mañana hablaron de ella en las noticias.
—Jiminie escuchó que el padre de DaeYoon golpeó a su esposa.
—No lo cuentes así—Jimin golpea el brazo del chico reprochándole. Mi curiosidad va en aumento, conozco a la familia de DaeYoon pues muchas veces me quedé en su casa, en sí conozco a DaeYoon desde niño—Uno de los chicos de mi clase de danza vive en la calle de la familia Joon, dijeron que anoche hubo un escándalo en esa casa, el señor Joon y su esposa estaban discutiendo fuertemente.
— ¿Y de dónde saca hyung que la golpeó?
—El hermano de DaeYoon le pedía a ambos que no lo hicieran, lo escucharon llorando.
El hermano de Dae había tenido un accidente a los diez años, había ido a la tienda con sus tíos y primos en el auto terminando en un accidente donde perdió la movilidad de las piernas. JaeYoon era tres años menor que su hermana, era amable, inteligente y quería a su familia, DaeYoon decía que era muy ingenuo en ocasiones.
—Iré a verlos hoy.
— ¿Estás loco?—Tae parpadea varias veces— ¿Quieres ir allí luego de una discusión?
—La discusión no fue conmigo, fui el mejor amigo de su hija por mucho tiempo y siempre he tenido buena relación con ellos.
— ¿Olvidas que sus padres dudaron de ti cuando la policía les dijo que fuiste la última persona a la que llamó el último día?—señala Jimin.
Un zumbido me despierta, somnoliento reviso debajo de mi almohada con mi mano consiguiendo el teléfono, no recordaba haberlo dejado encendido, apenas puedo ver bien la pantalla que de repente me parece muy brillante, recuesto mi cabeza de nuevo respondiendo.
— ¿Dae?
—Lo siento, sé que estabas durmiendo—dice con voz lenta, se escucha como si estuvo llorando, restriego mis ojos con mis manos intentando alejar el sueño. En mi despertador dice que son la una de la mañana exactamente.
— ¿No puedes dormir?
—No—escucho su suspiro—Estoy pensando en muchas cosas.
—Cuando eso pasa intento escuchar música.
—Lo intenté, pero apenas coloco la primera canción me siento incómoda, como si mi propia mente me reprochara por callarla—intenta burlarse de sí misma. Miro el techo de mi habitación pero debo sentarme en la cama cuando siento que mis párpados se cerrarán de nuevo—JungKook-ah.
—Sigo aquí.
— ¿Recuerdas cuando de niños deseaba ser adulta?
—Estabas desesperada por ser adulta—confirmo.
—En cambio tú no querías crecer.
—Quería seguir tomando leche de banana en mi vasito de Iron Man—sonrío tontamente recordándolo. Escucho su risita del otro lado pero es una risita casi forzada— ¿Recuerdas la colección que tenías de Barbie? Ni siquiera dejabas que mi hermana las tocara.
—Es que Somi era un poco destructora en ocasiones.
—Lo admito. También recuerdo esa cocina de juguete que una vez te dieron en navidad, preparabas mucho pollo asado, decías que era tu plato principal—esta vez soy yo quien ríe un poco.
—Lo recuerdo, hacíamos nuestro propio restaurante, yo cocinaba y tú atendías los clientes.
—Luego Somi quería ser contratada...
—Y le dábamos una semana de prueba.
Ambos reímos un poco, dicha sonrisa se va borrando lentamente, el silencio me inquieta, hay algo que ella quiere decirme y no lo hace.
— ¿Quieres ir a comer Bibimbap mañana luego de clases?—ella tarda en responder— ¿DaeYoon?
—Claro. Mañana luego de clases.
—Te veo mañana entonces, intenta descansar, ignora lo que dice tu cabecita, a veces es bueno dejarla hablando sola.
—Lo intentaré.
—Está bien...
—JungKook.
— ¿Sí?
—Te quiero mucho.
Sonrío un poco sintiendo mis mejillas arder, no era común escucharla decirlo.
—También te quiero mucho, Dae.
Esa había sido nuestra última conversación.
—Tienen derecho a dudar de cualquiera.
—Ella te gustaba, ¿No es así?—Jimin hace la pregunta y TaeHyung espera paciente la respuesta. Tomo los palillos de mi bandeja tomando una bocanada de aire.
—Era mi mejor amiga, es todo.
Pero honestamente, Joon DaeYoon me gustaba desde hace un tiempo, se suponía que iba a confesarle lo que sentía el día que desapareció.
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