Luka y yo salimos pero sin alejarnos demasiado, debíamos estar atentos. Mamá era de esas personas que antes que nada se mostraba fuerte y segura lo que también significaba que podía derrumbarse en un segundo. Aunque, dada la situación, seguramente, se volvería un huracán, el más poderoso, el de mayor grado, de esos que a su paso destruyen todo.

Después de unos minutos no podia dejar de pensar, me estaba carcomiendo la imagen de ella pidiendo que nos fuéramos, lo había notado no lo miraba con desprecio como lo hacía Luka, la ví, lo observaba con piedad, con un apise de perdón y mí madre más que nadie debería odiarlo.
En un impulso donde mis pensamientos guiaron mí cuerpo no pude aguantar más y entre de nuevo a la cocina, el lugar en el que ellos estaban.
Quizá esto suene dramático y de hecho lo fue, intento poner en palabras los sentimientos junto con la imagen y la situación pero se me dificulta recordar y escribirlo sin que se sienta como una locura, no puedo describir lo que sentí al presenciar lo siguiente, ustedes imaginen por un segundo:
De un segundo al otro mí mente movió mí cuerpo y entré. Vi que se estaban abrazando, mamá estaba contenta, su mirada era luminosa, como si todo este tiempo no hubiera sufrido su partida, pareciera que se había olvidado la forma en que Luka se hizo cargo de nosotras porque ella no podía sola, ni siquiera salía de la cama las primeras semanas, por el amor de Dios ¡tiene que ser una jodida y maldita broma!
Estoy segura que debe haber una cámara oculta en algún lado y esto es todo producto de un reality show.
Esto no puede estar pasando.
No a mí.
No ahora.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no pude notar que Luka se había puesto a mí lado y que las lagrimas caían por mis mejillas. A decir verdad no sé exactamente por qué lloraba, si lo pienso, hay miles de razones posibles para que mis ojos estén inundados de lágrimas. ¿Lloraba por qué Francis apareció otra vez sin previo aviso justo cuando podía superarlo una vez más? Es posible.
¿Lloraba por qué mamá lo abrazaba con amor aún después de todos estos años de sufrimiento? Sí, si que era por eso. ¿Lo hacía por Luka y por mí? ¿Por la tristeza del abandono y la espera de un regreso que nunca sucedía? CLARO QUE SÍ.
En un momento el pecho se me cerró de tanto llorar que comenzó a faltarme el oxígeno y Luka tuvo que cargarme hasta el patio donde pudiera respirar aire fresco, mientras que mamá intentaba acercarse y papá cómo siempre desde que reapareció era una maldita estatua de mármol. Al salir sentí la brisa sobre mí cara, el aroma de las flores que anunciaba la primavera.
Mí hermano, mí Luka, ¿qué haría sin él? Me sentó junto al árbol donde solíamos sentarnos a jugar de niños. Era un gran roble, fuerte y alto.
Diría que ese gran árbol es la muestra de nuestro crecimiento, de nuestras experiencias y aventuras, juntos, codo a codo, como siempre. Cuando éramos niños apenas era un arbolito sin gracia, hoy es un roble duro y fuerte tal como nosotros que de pequeños éramos un arbusto, hoy somos una madera irrompible, yo lo sé. Nada malo nos puede pasar si estamos juntos, aunque aparezcan mil Francis. Ese pensamiento logro calmarme, pero seguía llorando, no podía dejar de hacerlo, sentía mí pierna empapada.
Durante ese tiempo que estuvimos ahí él se había sentado a mí lado y me acariciaba el brazo mientras me abrazaba, sentía a lo lejos su voz, sabía que me estaba hablando pero algo me impedía moverme y tomar el control de mí cuerpo y mis sentidos.
En un movimiento brusco me aparté de él un poco a lo que él no entendía que estaba pasando. Lo miré fijo y le dije tres palabras, las mismas que le digo siempre que estamos así y todas las veces que siento que si está conmigo y permanecemos juntos podemos con cualquier cosa "GRACIAS POR TODO"
En ese momento el se relajó y yo dejé de ser un ente y lo abracé, estuvimos mucho tiempo así, como cuando éramos unos pequeños gusanos inquietos.
Después de que estuve totalmente calmada y preparada para enfrentar lo que sea que haya sido esa situación digna de una novela de la tarde decidí que era hora de afrontarlo con mí hermano, mí "brother" codo a codo como siempre.

Entramos. Mamá estaba sola, con cara de preocupación, de angustia y felicidad todo en uno.
Intentó acercarse, Francis ya no estaba. Luka le dijo que hablaríamos en otro momento, que esto ya había sido demasiado y que debíamos procesar toda esta locura, que nos entendiera, que ya habíamos pasado a otro nivel. Necesitábamos descansar. Y así fue. Dormí hasta que sentí que si despertaba ya no dolería más.