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CAP. 22 - ¿ENCUENTRO DESAFORTUNADO?-

—(...) Los días pasan y no tengo respuesta Jennifer, estás perdiendo la oportunidad de tu vida—me dijo mi jefe Daniel en el sitio dónde teníamos los cafés y té para servirnos.

 —No es fácil Daniel—le digo mientras caminamos a mi oficina, él se sentó con su café en mano y yo frente de él.

—Yo entiendo que debe ser difícil, pasé por algo parecido con quién fue mi novia en esa época, lo que pasa que fue al revés, a ella le ofrecieron un trabajo en el extranjero. — comentó Daniel y tomó un sobró de café.

— Uff! Mejor no pregunto cómo terminó.

—Si, pero todas las historias no son iguales, Jenni. Así que cuéntale a tu novia, conversen y verás que encuentran una solución. Por lo pronto yo te dejó, —se levantó de la silla y se dirigió a la puerta dando media vuelta... —Pss, Pss, no lo pienses mucho. Te doy tres días a partir de ahora. ¡Chau!

Cómo cada vez que hablaba con Daniel de este tema quedaba con mi cabeza hecha polvo, creo que esto no tiene que ser traumático, esta noche hablaré con Luciana... Mis pensamientos fueron interrumpidos por un Rodrigo que venía con unos papeles en mano.

—¡Hola! Se puede? —se asomó tímidamente a la puerta.

—¡Claro! Pasa. Siéntate.

—No tranquila es que solo te vengo a dejar estos documentos que te llegaron de Fiscalía —me los entregó en las manos.

—¿Y de qué es? —los leo con detenimiento.

— Es sobre la petición sobre la situación judicial de Efraín Rodríguez. ¡Bueno! Te dejó me llamas cualquier cosa.

—Ok, gracias—le contesté.

Me quedé chequeado y leyendo sobre la decisión del juez que implica la conmutación; es decir, que, dada a la colaboración prestada por parte de Efraín Rodríguez a la Policía Militar para dar con el paradero y desarticulación del líder de la banda de los zurdos, se le va a conmutar a una pena menor.

No podíamos hacer más por él, pero sin duda se le había reconocido por su colaboración, lo que significa que pasaría menos tiempo en la cárcel. Tenía que darme una pasada a visitar a Efraín y cerrar definitivamente este caso.

Mi reloj de pared marcaba las 11:30 AM y todavía no había podido hablar con Luciana en cierta forma la estaba evadiendo, pensaba que cualquier moviendo mío corporal me podría delatar ante ella, pero Luciana no era tonta, sabía que yo tenía algo que me estaba quitando el sueño, era muy inteligente pero sabía darme espacio para que yo ordenará mis pensamientos y eso es algo que cualquier pareja debe saber interpretar, cosa que se lo agradecía.

Decidí mandarle un mensaje para saber cómo estaba e invitarla a almorzar.

Inicio del Mensaje:

Mi Jenni: ¡Hola! Bebi, ¿cómo va el día? ¿Te busco para salir a comer?  😊

Mi Periodista: Eyyy! Pensé que no existía para ti.

Mi Jenni: ¿Cómo dices eso? Siempre serás parte de mi   ❤️   ¿Entonces que dices?

Mi Periodista: Ok. A la 1:15 en el canal.

Mi Jenni: Perfecto. Te Amo 😘❤️

Mi Periodista: Yo más 💓

Fin del Mensaje.

Me quedé pensando en que la vida o el universo, que se yo, te pone en el camino a las personas que te van a hacer evolucionar, no se crean e aprendido en esta vida que todo tiene un propósito, desde que Daniel me dio la noticia de un posible traslado a EEUU he estado muy reflexiva, y acordándome de la manera tan irritante que conocí a Luciana Ríos. 

INICIO DEL FLASHBACK

  Jennifer vas a ir hoy a una entrevista radial con esta chica, la Periodista Luciana Ríos que te quiere hacer una entrevista, a las 4:30pm debes estar aquí— me dijo Daniel colocándome la dirección en mi escritorio.

—Daniel, de verdad no es que quiera desacatar una orden pero es que esa mujer no me cae nada bien, es muy incisiva al hacer entrevistas,  ¿No podrá ir otra persona? —le hago un pequeño puchero —Además yo estoy nueva en el puesto y estoy enfocada con este nuevo operativo que se va a hacer y quiero a la prensa lo más lejos posible y a en ella en especial.

Daniel se me quedó mirando, me miraba, me miraba a los ojos fijamente, pensando. —Sí, puede llegar a ser muy escudriñadora ¿Ella te ha entrevistado?—me preguntó.

—No, pe... - me interrumpe abruptamente. —Entonces puede ser una excepción contigo, de repente y te llega a caer bien. Así que vas... Es su trabajo agente Campos —lo dice mientras se va desapareciendo de mi Oficina con una pequeña sonrisa burlona.

—Bien, no me quedará otra que ir—dije en voz de resignación, vi mi reloj de pulsera y marcaban las 3: 39 PM, —¡Demonios! Voy a llegar tarde.

Salgo a toda prisa al estacionamiento y me subo a mi camioneta, sentía como unos nervios que me atacaron de repente, y es que la prensa y yo no teníamos una buena relación, tenía muchos impasses con algunos que otro periodista. Encendí el motor y rápidamente coloqué música, eso era lo único que me tranquilizaba y la elegida fue, "Cough Syrup" de Young The Giant.

https://youtu.be/UAsTlnjvetI

Llegué a la estación puntual, salude algunas caras conocidas, fui directo a recepción a preguntar. La Periodista Luciana Ríos, por favor—una chica de aspecto muy linda y amable me condujo hacia la Sala de espera.

—¡Siéntese!, Por favor, ¿le puedo ofrecer algo? —me preguntó, a lo que yo me negué —No, gracias.

—Ok, la Licenciada ya la atenderá—respondió. 

Me pareció súper raro que ni siquiera pidiera algún tipo de identificación, ¡Será que me estaban esperando ya! —Pensé. Esperé alrededor de 5 min y salió ella a recibirme. ¡Oh! Dios lo que mis ojos veían no lo podían creer, Lucíana Ríos se veía mejor en persona que en televisión estaba encandilada con su belleza, era una mujer muy imponente.

— ¡Hola! Encantada, Luciana Ríos. —extendiéndome su mano.

— ¡Hola! Un placer, Agente Jennifer Campos —correspondiendo a su mano. "¡Oh! Por Dios, que manos tan suaves", —pensé.

—¿Y Daniel dónde está? Ya estamos por empezar el programa, —dijo un poco extrañada.

— No, él no vino, me mando a mí para la entrevista. —le dije.

Evidentemente esta situación la había generado Daniel, a juzgar la cara de incomodidad de esta señorita, el entrevistado iba a ser Daniel y no yo. —¡Me engaño!—murmuré.

—Ok, me das unos minutos y ya regresó— me dijo.

Me dejó esperando en esa Sala fría y con una Secretaría que no entendía lo que pasaba. A lo lejos sentía una voz exaltada dónde le reclamaban a alguien del "Desastre", según se había hecho.

—(...) Pero esto es un desatare, como es posible que hagan venir a esa niña que no debe saber nada, yo quería a Daniel Mendoza, Comisario General del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, por favor...

Al escuchar esa pequeña conversación me levante del sofá y seguí a la voz que se mantenía con los reclamos a los que me suponía que eran sus compañeros, hasta que la encontré y abrí la puerta y me paré frente de ellos, —¡-Oye! No te exaltes, no soy lo que esperabas y la verdad vine engañada por Daniel.

Salí del lugar como alma que lleva el diablo y escuchaba a una exaltada voz de Luciana hablándome, —Espera, espera un momento —Me tomó por el brazo y me paré frente a ella.

— ¿Qué quieres? —dije con voz chocante.

—¡Discúlpame! No era contigo, si estoy molesta pero no contigo y si, Daniel había quedado en venir, es solo que estoy contando con él, falta poco para salir al aire y mira me encuentro contigo, con un subalterno, de ¿Qué me puedes servir?... Perdón.

Al ver que su aptitud arrogante y despreciativa conmigo —¡Ah! No, esto es suficiente, ¡Me voy! —caminé hasta la puerta la abrí para dirigirme a llamar el ascensor, hasta que Luciana llegó.

—De verdad, si estoy en un caos, estoy nerviosa, no te vayas por favor, ya estás aquí, ¿no?

—Sabes que te podría ayudar mucho, hasta más que el propio Comisario Daniel, porque yo soy la nueva encargada de la operación para R-21— se abrieron las puertas del asesor entré y lo último que vi fue la cara de póker de Luciana.

—Controle su ira Señorita Ríos— le dije.
                                                    Pasaron justos ocho días del mal y desafortunado encuentro con la señorita Ríos y ¡Claro! Que le reclamé a Daniel por el juego pesado que me había hecho pasar, todo esto logró que mi apreciación de lo que previamente pensaba de la periodista Ríos se afianzara más, era grosera, arrogante, despreciativa... «¡Oh! Por Dios y hermosa...» pero y a qué vienen esos pensamientos.

A veces en mis ratos libres me escapaba al Polígono que tenía la Policía Militar en sus instalaciones para practicar mi rutina de tiro en seco, el campo estaba solo y eso hacía que me concentrará más, cuando sentí y un subalterno interrumpiendo mi actividad.

—¡Disculpe! Agente, esto es para usted—me quito todos mis implementos de seguridad y me entrega el chico y una caja chiquita en forma de corazón, envuelta en papel de regalo con una nota que decía,

"Me disculpo contigo por haber sido tan mal educada... ¿Volvemos a empezar? Te dejo mi número para lo que necesites. Me encantaría que conocieras lo mejor de mi".

Luciana Ríos XOXO"

Abrí el envoltorio y vi que eran una caja de bombones, no sé por qué, pero mi estómago me empezó a ¿doler?, mis manos empezaron a sudar y fue cuando volví a leer la nota, ¿Me emocioné? dejé pasar unas horas para llamar al número que estaba en la tarjeta. Y por un simple mal entendido y un ¡Hola! ¿Cómo estás? Es como empezó mi historia con Luciana.

FIN DEL FLASHBACK  

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