—Agente Matsuda— Esa voz casi susurrante me asustó.

Estaba saliendo de la ducha y derrepente apareció él.

¿Qué tenía ese hombre con aparecer en situaciones así, me estaba preocupando que si me acosara.

—Ryuzaki, ¿qué? ¿qué necesitas?— respondí.

—Que te infiltres como el representante de Misa Amane ante el grupo Yotsuba.

—¿Eh?— me sorprendió, nunca pensé que yo haría un trabajo así nunca.

— Que necesito que te infiltres como el representante de Misa Amane ante el grupo Yotsuba, para así obtener información desde dentro 

—Si te escuché, pero ¿por qué yo?, hay personas más calificadas en la unidad. Además ¿Por qué me lo dices aquí, y ahora, ¿no es algo que se tiene que discutir en el grupo?

—Deja de hacer tantas preguntas y respondeme, ¿Quieres hacelo?

—Si, siempre quise estar en una misión de encubierto, ¿Pero por qué yo?

—Porque aparte de mí, eres el único que no parece policía mal pagado.

—¿Y Light? Él parece más un ikemen que un poli

No debí haber hecho esa pregunta.

—Matuda, Matsuda, —suspiró con desagrado— Sigues pensando que Light es inocente, la inocente palomita eres tú. — dió media vuelta — Si te decides a ser parte de la misión, comunícate conmigo antes de la reunión de mañana para comunicarlo a los demás. Piénsalo, háblalo con tu novio, no creo que él se niegue, es otro otaku de la justicia como tú.

¿Otaku de la justicia? Él era el más obsesionado con el tema.

Aún allí parado tomé mi teléfono personal y te pedí que nos viéramos esa noche.

Te cité en un Love Hotel para no llamar mucho la atención, pero tú llegaste muy emocionado y al entrar a la habitación me tiraste en esa espaciosa y mullida cama y te lanzaste sobre mí.

—¡Teru, espera!— te aparté de mí.

—¿Qué? ¿Condones? De seguro ese cajón está lleno— dijiste intentando besarme.

— No te llamé para esto, perdón.— dije avergonzado.

—¿Qué pasó entonces?—Te tumbaste de espaldas a mi lado de mala gana.

—Ryzaki me pidió que me infiltrara en una misión, pero tengo miedo y... No quiero dejar de estar en comunicación contigo.

—Touta, estás haciendo tu sueño realidad—sonreiste tiernamente — Si no te asustara sería porque no estás haciendo nada especial, es el sueño de los dos, yo no puedo hacerlo, pero tú hazlo por los dos. Haz que la justicia gane ésta vez.

Depositaste un beso en mis labios.

—Lo haré Teru.

—Me alegra oír eso.—Comenzaste a desabotonar mi pantalón—Antes de que te vayas por tiempo indefinido, aprovechemos ésta habitación.

Tus palabras me habían dado el animo que necesitaba. L tenía razón, éramos un par de otakus de la justicia.