Al abrir los ojos por la mañana, te tenía recostado sobre mi pecho.

Quité el cabello de tu rostro y besé tu frente.

Tomé mi reloj del buró, ¡Ya eran las 8:00 a.m.!

Me levanté sobresaltado, ya era muy tarde.

—No te vayas, es sábado — dijiste aún adormilado.

—Ya debería estar en la oficina — respondí mientras me vestía.

—Si necesitas algo de ropa, toma lo que nesecites.

Te agradecí y te dí un beso antes de salir de la habitación.

Anoté rápidamente mi nuevo número en una nota que coloqué rn el refrigerador aclarando que solo era para emergencias, que nos veíamos la próxima semana en el bar de siempre.

Ni siquiera me dió tiempo de asimilar lo que había pasado esa noche, hasta que llegué al trabajo.

La junta con los del FBI ya había empezado y me integré al grupo.

—Llega tarde, agente — dijo Yagami-san, que para mi mala  suerte, estaba a mi lado.

—Lo siento, no volverá a pasar.— me disculpé.

—¿A dónde fuiste anoche?— empezaron a molestar algunos compañeros — Traes lo mismo de ayer, pillín...

¿Por qué en los peores momentos tenía que recordar las cosas?

Justo allí caí en cuenta y me teñí de rojo, y todos rieron.

—¡Agentes!— nos reprendió el señor Yagami.

Y la junta continuó.

Al terminar, volvimos a nuestras labores y nos agregaron más trabajo.

Un mensaje llegó a mi celular.

"Gracias por lo de anoche, ya quiero que sea viernes de nuevo. Te amo, agente incógnito"

Solo sonreí y te respondí.

"Te dije que solo emergencias,."

Ay, yo también lo deseaba, pero estaba haciendo realidad mi sueño, ser un agente del que atrapa a los malos.

Y así pasaron los días, el caso iba demasiado rápido, pero los días se me hacían eternos para volver a verte.

En fin, la seguridad y las horas de trabajo habían aumentado al 1000%.

Incluso tuve que canselar nuestra cita de los viernes, y eso solo había sido el principio.

Kira incluso había manipulado al gran agente Pember.

Ay ¿Cómo alguien podía aparentar ser luz, y llenar a otros de tinieblas?

¿Cómo te pudo llenar tu corazón de oscuridad también?