¿Por qué tu?

Por qué quien me enseñó de justicia, ahora está en el lado equivocado de ella

Tu me llevaste a ser quien ahora soy.

Y ahora tratas de ser un justiciero.

¿Por qué?

Solo dímelo.

¿Recuerdas cuando nos conocimos?

Pensé que sería el mejor día de mi vida.

Llegué a la escuela primaria con una gran sonrisa.

Recorrí los pasillos saltando cual el niño de 6 años que era, hasta llegar a mi casillero.

Estaba por colocar el candado color amarillo que me dio mi mamá, cuando esos tipos aparecieron.

-¿Que tenemos aquí?-dijo un chico de 6°-Una linda princesita.

Él desparpajó mi engominado cabello.

-Soy un príncipe, no una princesa-le dije ingenuo.

-¿Entonces por qué tienes este candado de patitos?¿eh?-tomó el candado.

-¡Dameló!-traté de quitárselo pero era mucho mas alto que yo.

-¿La niñita va a llorar?-se burló de mi.

Pero allí apareciste.

Ahora que lo pienso, eras una pulga como yo.
Pero en ese momento para mi parecías un super héroe.

Le diste en la cabeza, o al menos esa era tu intención.

Volteó hacia ti enfurecido.

-Deja de molestar a los pequeños-Dijiste envalentonado.

El solo rió de tí y quebró el mecanismo de el candado -Perdón-se encogió de hombros y me lo tiró al suelo, para irse como sin nada seguido de sus otros matones.

Yo me puse a llorar en el piso y tu fuiste hasta mi
-¿Estás bien?-me preguntaste.

Solo asentí con la cabeza.

Sacaste un candado de tu mochila y me lo diste.

-Puedes usas él mio, mi mamá me compró uno nuevo-dijiste con una sonrisa-Soy Mikami Teru, pero como ya somos amigos puedes decirme solo Teru.

-Yo... Yo soy Matsuda Touta-tomé el candado.

-Bueno Touta, vamos a poner ese candado y luego vamos a clases-te levantaste y me ayudaste a parar.

Ese primer día de clases había comenzado mal, pero conseguí un amigo después de todo.