Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

QUE AQUELLOS QUE ADORAN A LA OSCURIDAD, TEMAN A MI PODER.

Extracto del Diario de Vuelo de Hal Jordan.

Antes de que mi padre se subiera a ese avión que le quito la vida, me dio su chamarra para que la cuidara. Siempre me dijo que podías ver la integridad de un hombre por la forma en que cuidaba su chamarra.

El la usaba muy arriba de sus hombros; cerca de su cuello pero abierta. Lista para ofrecérsela a quien la necesitara más que él.

Supongo que quise hacer algo así con mi ayuda hacia Atlantis.

Luche como pude.

No le di la satisfacción al hijo de perra de Black Manta de implorarle por mi vida... creo que eso le dio un tiempo más a Arthur de dirigir la defensa de su ciudad.

No lo sé...

Lo que si se... es que esa acción fue la que me permitió volver a ganarme mi anillo.

No se cómo describir esa sensación, de volver a la vida quiero decir.

Solo sentí que mis entrañas se estaban reacomodando y de alguna forma, mi sangre en el agua toda desparramada volvió a entrar a mis venas.

No por nada le dicen al anillo Green Lantern "el arma más poderosa del Universo".

Despierto de un sueño, y lo llamo.

Viene como siempre lo hizo... mi arma.

Mis pensamientos y emociones cambian.

Mi cuerpo me duele, pero mi alma ya no.

Finalmente puedo pensar con claridad, pienso como yo; como el Hal Jordan de verdad, sin Parallax.

Puedo sentir el asombro en Black Manta al ver lo que está sucediendo frente a él.

Ya no hay más gritos de venganza. No más miedo, pero sí bastante voluntad.

Voluntad para levantarme, voluntad para pelear... y voluntad para vivir.

***

Mientras que David Hyde seguía parado sobre el cuerpo inerte de Hal, el suelo del lugar se sacudió como si hubiera un intenso temblor en la superficie del océano. Los ojos de Hal Jordan comenzaron a abrirse y algo en las profundidades de su chamarra comenzó a brillar. Black Manta miro a Hal con todo el interés en sus ojos y luego dio un paso atrás.

Hal abrió por completo sus ojos y parecía que toda la sangre que estaba desparramada alrededor del agua en su cuerpo entraba de vuelta a su cuerpo.

-No... ¡Yo te mate! – Black Manta grito con miedo – ¡No es posible!

Y entonces hubo un estallido donde una intensa luz verde ilumino toda la sala. La explosión hizo que Black Manta saliera volando del lugar y justo cuando trato de incorporarse agarrado a una de las columnas del templo, vio algo que no pudo creer.

-Tienes razón Manta – dijo Hal, poniéndose de pie y alzándose con todo el orgullo que podía mientras cerraba en un puño la mano en donde traía su anillo de poder – Me odio a mí mismo por lo que hice y por los que no pude salvar...pero mi voluntad es más fuerte que mi odio.

Hal Jordan estaba flotando. En su mano derecha, en el dedo anular, traía puesto el anillo de Green Lantern que Batman le había dado antes de salir de la Batcueva. Su traje era de luz verde y brillaba con fuerza en todo el lugar.

Hal volvía a ser digno del anillo. Había renacido.

Abin Sur, y ahora Bruce Wayne, no se habían equivocado al darle un poder y legado tan semejante como el que ahora portaba de nuevo como en sus años dorados.

Hal tenía razón. En la adversidad... su voluntad era más fuerte que nunca, y este día, incluso en la noche más oscura, todas las fuerzas que servían al mal se tendrían que cuidar de el... del poder de Green Lantern.

Black Manta lanzo un grito de guerra y se lanzó a la carga repetidamente atacándolo con su visión especial de calor. Hal hizo un escudo de luz verde y bloqueo todos sus impactos. Entonces, Manta trató de rasgarlo de nuevo con la lanza, pero Hal lo bloqueó y creo un martillo gigante para golpearlo contra las paredes de la sala del trono.

Manta volvió a incorporarse después del impacto y trató de disparar a Hal de nuevo, pero él creó un campo de fuerza y ​​le impidió hacerlo. El campo de fuerza se desactivó y Hal creó un martillo gigante y comenzó a golpearlo con él. Black Manta se escapó del agarre de Green Lantern y activo sus propulsores saltando sobre él una vez más, logrando rasgar a Hal un par de veces, pero luego Green Lantern creo una bola de fuego verde y la desató hacia Black Manta, dejando inconsciente al mercenario.

-Por eso no te pongas latas en la cabeza - Hal bromeó al ver el cuerpo de su rival inconsciente –

Los sonidos temblorosos se pudieron escuchar de nuevo, y Hal pudo ver explosiones en el océano. Habían llegado más submarinos del Régimen. Hal voló hacia Aquaman, que estaba luchando en la ciudadela principal, aunque todo parecía perdido. Arthur estaba rodeado por todos lados por los soldados del Régimen. El rey del mar lo estaba dando todo, empalando y disparando a todo lo que viera desesperadamente, pero no podía enfrentarse a todos por sí mismo, y Hal lo sabía. Así que Hal creó una ametralladora para ayudar a derribar a los soldados. Todos murieron y Aquaman apuñaló la cabeza del último soldado con su tridente.

Al igual que Manta, Arthur también se sorprendió al ver como Hal Jordan ahora volvía a ser un Green Lantern. Creía que ahora tenía la balanza a su favor contra las fuerzas del Régimen.

-¿Asi que de un momento a otro vuelves a ser un Green Lantern? – pregunto Arthur – Si puedes ayúdame a rechazar el ataque.

-Con gusto. Tu amigo David Hyde es quien está liderando a estos idiotas – respondió Hal, con esa sonrisa tan sarcástica que tenía –

-Ya ha atacado Atlantis tres veces. No me sorprende que este aquí...

Justo en ese momento, se escuchó una tremenda explosión proveniente de la sala del trono. Las puertas volaron al suelo, y de los pasillos exteriores emergió Black Manta, sostenía a un soldado atlante muerto.

-Hal Jordan... – Black Manta dijo mientras arrojaba a un lado el cuerpo del soldado – Vamos a acabar lo que empezamos hace rato.

Hal continuó levitando en el agua junto a Arthur mientras Black Manta se acercaba.

-Es bueno estar de vuelta a donde pertenezco. Como tú y una celda de prisión – respondió Hal –

-A la prisión no – Arthur intervino, alistando su tridente y poniéndose en posición de ataque – Esta vez te voy a quitar la vida.

Hal y Arthur se miraron y ambos asintieron. Esta vez enfrentarían a Manta juntos.

Black Manta cargó hacia Hal, pero el guerrero esmeralda simplemente lo esquivó antes de crear una mano gigantesca, con la que agarró a Black Manta. Comenzó a arrojar al mercenario como si fuera una muñeca de trapo. Hizo esto durante aproximadamente un minuto antes de que la mano desapareciera. Black Manta gimió cuando comenzó a levantarse, y Arthur solo levitó sobre él. Con su tridente, Aquaman creó ondas sonoras y se las disparó a Black Manta, luego creó burbujas de agua y le disparó a cada una de ellas.

-Está realmente no es una pelea justa – dijo Black Manta –

Hal y Arthur decidieron que no tenían tiempo para esto. Black Manta cargó contra Hal y consiguió sólo dos patadas y un puñetazo en el estómago antes de que Hal creara una ametralladora de nuevo y comenzara a disparar contra Black Manta.

En la confusión de Manta, Arthur golpeo al mercenario con el tridente. Hizo que la pierna se partiera y levitara justo encima de ellos. Entonces el rey del mar lo tomo de las piernas, y lo arrojo, haciendo que este se estampara contra una de las columnas del palacio acuático. Los brazos y el torso de David Hyde se rompieron por completo. Entonces, Hal creo unos cañones de muñeca a Black Manta y le disparo. Esto debió de haberlo matado, pero no fue así. Manta apunto su visor de calor a las creaciones de Hal y abrió fuego, haciendo que el Green Lantern se desorientara por momentos.

Black Manta estaba superado, pero no era de los que se rendían. Cargó contra Arthur y le metió dos patadas más, pero se estaba agotando. Arthur le lanzo un puñetazo a su rival y viéndolo desorientado le clavo a Black Manta su tridente en el pecho. Entonces con un movimiento de su mano, hizo que un monstruo marino similar a un pez gigante viniera de otro lugar, mordiendo el cuerpo moribundo de David Hyde, enviándolo a través de un risco en el fondo del océano.

Hal respiró con dificultad y Aquaman se acercó a él.

-Estamos ganando la batalla, pero la pelea no ha terminado – dijo Arthur mientras ayudaba a Hal a incorporarse. Ambos vieron el panorama que tenían en frente. Decenas de submarinos se enfrentaban en campo abierto a la armada de Atlantis – La ayuda de Green Lantern haría que ganáramos la pelea.

Ambos se unieron a la batalla junto a las tropas atlanteanas, y Arthur, como el aguerrido rey que era, se postro junto a sus tropas y trato de animarlos.

-¡Soldados de Atlantis, mis hermanos! – grito Arthur, levantado su tridente – ¿Quiénes somos?

-¡Hijos de Poseidón! – respondieron todos al unísono –

-¿Qué les pasa a los que invaden nuestro hogar?

-¡Los destruimos y dejamos que el mar los devore! – contestaron todos –

-¡Y que sus almas se pudran en el Hades! – grito Arthur mientras subía a los lomos de un caballo de mar, lanzándose al ataque –

Ese grito ensordecedor se escuchó cuando las naves atlanteanas salieron de la fortaleza principal junto a los guerreros. Y luego todas las tropas atlanteanas se lanzaron al ataque junto a su rey. Los guerreros atlanteanos descargaron un rápido y mortal fuego sobre los submarinos y soldados del Régimen, obligándolos a retroceder.

Una batalla épica se desencadenaba en el mar. Hal Jordan se les unió y haciendo uso de sus habilidades, creo robots gigantes y misiles con los que a su paso, iba destruyendo a cuanto submarino se encontrara.

Hal y Arthur avanzaron por el lugar, disparando y cortando a todas las fuerzas enemigas que encontraron. Obligaron a las fuerzas del Régimen a dispersarse, logrando un pequeño paso a la victoria.

Aquaman vio una hilera de tres submarinos que se aproximaban a la fortaleza, por lo que paso a su costado en el caballo de mar, y potentemente paso su tridente por la coraza de los submarinos, haciendo que estos explotaran casi al instante.

A pesar de haber hecho retroceder al Régimen, estos se reagruparon y atacaron con fuerza, disparando torpedos y armas láser desde sus vehículos.

-Jordan... ¿Cuál es el maldito plan? – pregunto Arthur – Luchar hasta cansarnos no parece uno bueno.

-Pues eso es lo que vamos a hacer – contesto Hal mientras disparaba una hilera de misiles a una tropa de soldados del Régimen en traje acuático – Batman tiene un plan. En este momento, las fuerzas del Régimen ya deberían de haber frenado su ataque. Tiene un virus que creo desactivara todos sus efectivos.

-¿Seguro que lo lograra? – pregunto Arthur. Estaba enviando ondas sonoras para que los submarinos se desorientaran – No parece efectivo.

-Confía en mí. Podrá hacerlo – concluyo Hal mientras le disparaba a un submarino en la coraza –

Y justo en ese momento, como si las palabras de Hal hicieran efecto en los eventos deseados, todas las fuerzas del Régimen dejaron de disparar de manera misteriosa.

Los soldados atlanteanos quedaron desconcertados. Al ver la inactividad del Régimen, se acercaron a sus vehículos, donde pudieron comprobar que efectivamente sus sistemas estaban fritos.

Los prisioneros se acumularon a montones, y ahora los submarinos y los trajes especiales se habían vuelto chatarra inservible. El "Sistem Down" había funcionado, y Hal Jordan había cumplido con su promesa con Batman.

Hal respiró hondo antes de voltear hacia Aquaman. Era hora de preguntarle de nuevo si se uniría a el en batalla.

-Entonces, ¿dónde nos deja esto? – pregunto Hal, haciendo hincapié a la batalla que acababan de ganar – Te hice ver lo que valgo y que el plan de Batman funciono... ¿Te nos unirás?

-Te arriesgaste por Atlantis. Tal vez se pueda confiar en ti... pero no confió en Batman – contesto Arthur – Ese enfermo vestido de murciélago...

-Sé que la historia entre ustedes dos no es la más agradable, pero si no confías en el, confía en mí. Tiene un plan para sacar a toda la armada de Apokolips, y ahora que tenemos al Régimen de lado, podemos luchar contra ellos. Pero necesitamos tu ayuda y la de Atlantis – por un momento, Hal vio la mirada dudosa en los ojos de Arthur. El creyó que lo que decía el Green Lantern podía ser verdad – Los sacaremos de Apokolips y mataremos a Darkseid... recuperaremos nuestro planeta. Por favor Arthur, tú nunca dejaste de ser de los nuestros.

-Si no voy contigo y ayudo a nuestros antiguos colegas, quedare como un tonto ante mi pueblo. Debo de luchar en esa pelea para poder ganar la guerra aquí – contesto el rey de Atlantis, muy a su pesar. No le gustaba darle la razón a Hal Jordan, pero si quería que volviera a haber paz en los mares, no le quedaba de otra –

Hal se alegró de escuchar esas palabras. Aquaman se había tragado su orgullo.

-Entonces... ¿estás dentro? – pregunto Green Lantern, un algo entusiasmado –

Aquaman odiaba a Hal, pero tenía que decirle la verdad.

-Me brindaste tu ayuda y me mostraste tu confianza – y Arthur hizo una mueca de asco. No le gustaban los cumplidos – ¿Dónde será la pelea?

-En la Fortaleza de la Soledad – contesto Hal. Entonces alzo su anillo y se dispuso a emprender su vuelo – Ahí será la fiesta. Asegúrate de traer a tus tropas y no llegar tarde.

-Maldito tonto – dijo Arthur con una mirada un algo orgullosa. Solo dejo de ver al Green Lantern cuando parecía que salía del océano. Fue ahí cuando volteo a sus tropas – ¡¿Quién tiene ganas de matar a unos cuantos Parademons?¡

Y entonces fue cuando todas sus tropas asintieron en un grito de batalla. Aunque Arthur creía que Batman estaba loco, creyó en las palabras de Hal Jordan, por lo que decidió que llegaría a apoyar a la Resistencia en la Fortaleza de la Soledad. Si había una buena pelea, Arthur no sería capaz de perdérsela, pero tampoco sería capaz de olvidar a los que alguna vez fueron sus compañeros de armas, a la Justice League.

***

Bajo el poder de su anillo, Hal Jordan se disparó hacia arriba. Después de tres años, volvía a ser Green Lantern. Estaba tan emocionado por volver a volar y sentir la absoluta libertad que esta acción le proporcionaba.

Por un momento, solo quería sentir el aire, las nubes y las estrellas en sus sentidos.

Si tan solo su padre y Carol lo pudieran ver... estarían tan orgullosos de él.

Trabajando tan duro, manteniendo su voluntad al límite, el haz de los cielos rompió los límites del sonido al cruzar los la estratosfera hacia el espacio.

Tan pronto como su vista se disipo ante el paisaje del espacio que tenía por delante, Hal contuvo su aliento.

Acelero y golpeo una burbuja de aire, obligándose a respirar nuevamente.

Lo sintió...

Después se dejó llevar por su anillo, gritándole a las estrellas.

Parecía que su arma lo quería en un lugar.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro