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LA PELEA DE NUESTRAS VIDAS PARTE 2

De vuelta con Superman, Batman y los demás todavía estaban dando todo lo que tenían para evitar que la fuerza de ataque principal de Darkseid abrumara a La Fortaleza de la Soledad. Afortunadamente, los seis fundadores de la Justice League y sus aliados estaban todos contabilizados y el ejército de la Resistencia junto a los atlanteanos y las amazonas seguía siendo fuerte, pero sus unidades habían recibido algunos golpes duros. Varios de los cañones mejorados habían sido destrozados o atacados por bolas de fuego, varias torretas y morteros de tecnología alienígena. Varios aviones de combate tanto atlanteanos como del ejercito habían sido destruidos en los combates aéreos posteriores y varios cientos de soldados ya estaban heridos o muertos. Además, el borde exterior de La Fortaleza de la Soledad había recibido un alto nivel de daño, pero la batalla por la libertad de la Tierra no estaba perdida.

El Batmóvil rugió como una bestia furiosa lista para atacar a los intrusos en su dominio.

Las ametralladoras gemelas se retrajeron del capó expansivo del Batmóvil y destrozaron a los Parademons que llegaban a la costa.

Los Parademons que sobrevivieron a la embestida inicial del Batmóvil tomaron el cielo ahora, persiguiendo al auto de asalto con forma de tanque de Batman mientras avanzaba por la playa, con las armas encendidas.

-¡Vamos, síganme malditos insectos! – gruñó Batman, manteniendo una ráfaga constante de fuego de ametralladora mientras los Parademons atacaban, arañando el casco blindado del Batmóvil –

Otros volaron por encima del Batmóvil, esperando una abertura para evitar el fuego de las ametralladoras y atacar. Un Parademon encontró una abertura de este tipo, descendiendo en picado en un arco para golpear con el hombro el lado del pasajero, del cual se quitó el asiento y se reforzó la armadura después de que Bruce regreso a Gotham ya liderando a La Liga de Asesinos. Ese refuerzo resultó vital, ya que el Parademon solo había logrado tambalear el vehículo, pero no dañarlo.

Sin embargo, el ataque del lado ciego abrió más espacios para los otros monstruos, y descendieron rápidamente desde arriba para intentar asediar la puerta del dosel del Batmóvil. Pensando rápidamente, Batman impulsó el motor del cohete y disparó mini-misiles para deshacerse de ellos, acercándose por la playa a una velocidad aún mayor.

Muy por encima del caos de la batalla en la playa, un Parademon tomó una gran torreta de cañón de plasma en lo alto de uno de los cruceros ligeros mientras sus parientes abrían fuego contra el Batmóvil con sus propios rifles de plasma de mano desde el cielo y encima de la plataforma del crucero como francotiradores.

La armadura del Batmóvil fue capaz de resistir las explosiones y contraatacó disparando con el cañón montado en el capo, derribando el crucero de un solo disparo.

Batman desvió el Batmóvil para evitar ser aplastado por la caída del crucero y se encontró manejando en reversa, descargando toda la fuerza de su arsenal contra los Parademons que pululaban en el auto como abejas enojadas del tamaño de un hombre.

El crucero que caía y los escombros que lo acompañaban lograron aplastar a la mayoría de los perseguidores de Batman, pero algunos lograron evitar los escombros y atravesar la barrera defensiva de balas y misiles de Batman para saltar sobre el capó del Batmóvil, intentando sacar a Batman del interior del dosel. de nuevo. Batman hizo girar el Batmóvil en forma de dona para quitárselos de encima. Se las arregló para sacudirse con éxito uno cuando cayó y se empaló en una viga de acero, pero los otros dos aguantaron y arrancaron una ametralladora de sus monturas, usándolas para golpear el Batmóvil como salvajes.

"Daño crítico", advirtió la computadora del Batmóvil con su monótona voz femenina.

Batman miró la advertencia solo por un instante, pero fue suficiente para que uno de los Parademons finalmente abriera la puerta del dosel.

-Hijo de puta – murmuró Batman –

Batman se preparó para la ira del Parademon mientras levantaban las ametralladoras como mazos para dar un golpe mortal, pero volando detrás de ellos como un ángel de la muerte estaba Wonder Woman, cortándolos por la mitad con su espada y su escudo.

Aterrizó muy por detrás del veloz Batmóvil, y entonces un hombre volador de color verde levito a la par del vehículo a su izquierda, anunciando la llegada del Detective Marciano, quien lo alcanzó sin esfuerzo y corrió a su lado y luego se le unió Hal Jordan.

Batman presionó una palanca en sus controles y el Batmóvil cambió a una forma más aerodinámica, compensando el daño de la batalla y brindando una mayor protección para las ruedas.

Luego presionó otro botón y disparó una serie de misiles a una oleada de Parademons que les bloqueaban el camino. Cuando Batman disparó su cañón montado en la parte dorsal contra las huestes de Apokolips, Wonder Woman y Aquaman se unieron a él, al igual que Green Lantern y el Detective Marciano.

El tiempo pareció congelarse cuando los cinco se prepararon para entrar en la horda de Parademons y salir por el otro lado.

Batman se cubrió la cara mientras conducía el Batmóvil hacia el infierno que creó, y cuando salió por el otro lado, descubrió que Aquaman había aterrizado en el capó y lo montaba como una tabla de surf.

-¡Sí! – gritó Aquaman – Sigo diciéndolo, Wayne... estás loco.

-Eso de loco me queda corto – le respondió Batman al mismo tiempo que Aquaman saltaba hacia un Parademon cercano y le clavaba el tridente en el pecho –

Dentro del Batmóvil convertible ahora medio destruido por los Parademons, Batman se desvió para evitar el estallido de una torreta de cañón de plasma mientras corría hacia la Fortaleza de la Soledad. Disparó un aluvión de misiles en los cielos para que los demás soldados de la Resistencia pudieran entrar al interior y cubrirse del infierno que las naves de Apokolips había desatado.

Se entregó la carga útil de los misiles y se abrió una brecha en los cielos, pero una ráfaga bien dirigida de una torreta de cañón de plasma golpeó el costado del Batmóvil, incendiándolo y enviándolo dando vueltas por los aires.

Batman pudo escapar de los restos del Batmóvil con su asiento eyector propulsado por cohetes, pero quedó vulnerable a los disparos de rifles de plasma de los Parademons de abajo, listos para eliminarlo como tiradores.

Afortunadamente para Batman, los restos que caían del Batmóvil en llamas aplastaron a los que había en su camino antes de que pudiera ser golpeado, y soltó el arnés del asiento para deslizarse sobre la estructura de la fortaleza a través de su arma de agarre.

Un Parademon se encontró con él en lo alto de la estructura de la fortaleza, pero Batman lo recibió con una patada frontal y se lanzó al suelo corriendo, esquivando el fuego del rifle de plasma de otro Parademon antes de lanzarle una bomba incendiaria y matar como a tres del impacto.

Superman les indicó a los demás que se agruparan y mantuvieran la línea. Lucharon y contrarrestaron el avance de los Parademons de Darkseid, luego retrocedieron un poco para obtener una ventaja mientras los Hell Hounds y Draco-Tanks avanzaban pesadamente por la costa. Superman, Batman y Wonder Woman estaban uno al lado del otro mientras continuaba la pelea.

-He visto las imágenes satelitales – dijo Batman a sus compañeros – Estamos diezmando al ejercito de Apokolips. Deberíamos poder mantener la posición más tiempo.

-Selina me contacto – menciono Diana – Logro ir con Papa Midnite y Zatanna, pero tuvieron que trasladarse a Inglaterra para traer a Constantine.

-¿Estás hablando de John Constantine? – pregunto Superman –

-De seguro fue idea de Zatanna el traer a ese vago – concluyo Batman – Hay que resistir hasta que lleguen.

Era cierto, porque en unos momentos, más soldados atlanteanos y de la resistencia salieron corriendo y tomaron sus posiciones antes de lanzar su contraataque. A estas alturas, las fuerzas de la Tierra en La Fortaleza de la Soledad sumaban más de dos mil personas, más los cientos de aviones de combate que se habían unido al contraataque aéreo. En el mar, habían llegado varios cientos de vehículos pesados de la Atlántida para prestar ayuda. Juntos lanzaron un ataque a gran escala hacia los Hell Hounds con sus rayos de plasma. Lograron destruir más de un tercio de los vehículos de Apokolips. Sin embargo, aún tenían mucho trabajo por delante.

La batalla por La Fortaleza de la Soledad solo se había intensificado a medida que pasaban las horas, y aun así, los fundadores de la Justice League y sus aliados no retrocedieron hasta que la lucha terminara.

Superman, Batman, Wonder Woman y sus aliados estaban en el centro de la lucha. Ya habían llenado las costas del lugar con los restos blindados de Parademons rotos, Doom Hawks derribados y Hell Hounds y Draco Tanks destrozados. Starfire, Nightwing y Katana estaban luchando contra más Parademons en los flancos de las fuerzas terrestres, mientras que Aquaman y Detective Marciano estaban frenando el avance de la artillería pesada de Darkseid. En cuanto a Green Lantern, actualmente lideraba un escuadrón de cazas, entre los que se encontraba John Stewart. Al mismo tiempo, un gran escuadrón de vehículos aéreos atlanteanos llegó y mantuvo a los Doom Hawks a raya, protegiendo a los cazas de la resistencia. A medida que avanzaba la batalla, Green Lantern se puso en contacto con Superman y los demás desde el aire.

-No estoy seguro de que estemos realmente rompiendo sus filas en "el gran plan" – dijo Hal Jordan a través de su comunicador –

-Los tenemos inmovilizados aquí – respondió Superman mientras sacaba a varios Parademons de su camino con su súper aliento. Luego, mientras destrozaba un Draco Tank con su visión laser, volvió a hablar – Siguán manteniendo la línea. Deberíamos tener un buen resultado.

Después de que los Parademons hubieran destrozado el Batmóvil, Batman salió y tomo un rifle de pulso, disparando a más escuadrones de Parademons y lanzándoles batarangs explosivos. Estaba en medio de una pelea, cuando se puso en contacto con Green Lantern una vez más.

-Quizás es hora de que uses el ataque más fuerte que puedas hacer. Eso debería ralentizar a las tropas de Darkseid por un tiempo – dijo Bruce –

-Está bien – contesto Hal Jordan – Es hora de que me conozcan...

El anillo de Hal Jordan brillo más radiantes con cada ataque que realizaba, hasta que se volvió tan brillante que parecía un pequeño sol verde. Luego, cuando las hordas de Parademon y Doom Hawks se acercaron a unos pocos metros de él, Green Lantern se preparó.

Hal Jordan desato su energía de potencia máxima de su anillo, que atravesó las filas de los invasores apokoliptianos por más de una milla. Mantuvo esa posición durante cinco minutos completos y después de ese tiempo, su anillo de poder todavía estaba en plena potencia. Y para sorpresa de Hal Jordan, un resplandecer verde se vio en el cielo. Él sabía muy bien lo que significaba, y estaba tan agradecido por ello.

Era Kilowog, quien Hal creía que había muerto durante la batalla en Oa hacia tres años. Ahora el bolovaxiano venia vestido con su fornido atuendo verde y con la cara de pocos amigos que tanto lo caracterizaba, justo como en el pasado.

-Que hay amigo... – Hal floto hacia el a través del cielo – ¿Pero cómo...?

Entonces, Kilowog le soltó un golpe en el rostro. Definitivamente eso tomo por sorpresa a Hal.

-Esa fue por haberte convertido en Parallax, poozer – y luego le soltó otro golpe en el costado, haciendo que Hal se ladeara – Y eso fue por haber faltado a tu juramento.

-La verdad no se ni que responder... – respondió Hal, casi balbuceando. Para su sorpresa, Kilowog lo tomo del hombro y lo abrazo, aun para sorpresa del humano – ¿Y eso por que fue?

-Eso fue por que me da gusto que estés de regreso – respondió Kilowog, poniendo su anillo de Green Lantern por delante en su mano – Ganthet sabía que necesitarían algo de apoyo, por eso traje a todos los que pude.

-No sabes cómo te lo agradezco – dijo Hal, uniéndose a su amigo en la delantera junto a los demás guardianes escarlata –

-Vamos a recuperar tu planeta... poozer – concluyo Kilowog volando junto a la par de Hal –

Las fuerzas de la Tierra los miraron sorprendidos. Aun no se creían que los guardianes de las estrellas hubieran ido hasta la Tierra para ayudar a la población. Los alienígenas del Green Lantern Corps se posicionaron a lado de Kilowog y de Hal, y juntos comenzaron a recitar el juramento.

"En el día más brillante, en la noche más oscura... que todos los que adoren a la oscuridad teman a mi poder... ¡La luz de Green Lantern!"

Una vez que sus anillos alcanzaron toda su fuerza, Hal Jordan y los Green Lanterns desataron un impresionante aluvión de explosiones de energía verde que hicieron explotar a cientos de Hell Hounds y Draco Tanks en pedazos; lo que obligo a Superman, Batman y el resto de la Justice League a empujar a las fuerzas de Darkseid más allá del centro de la Fortaleza. Sin embargo, los invasores seguían avanzando en una horda casi interminable y aún intentaban ganar terreno.

Pero justo cuando parecía que la marea de la batalla podría volverse contra la Justice League y sus aliados, los Green Lanterns Corps sintieron de repente que el poder de sus anillos aumentaba exponencialmente. Sus cuerpos estaban llenos de una fuerza y ​​una luz mayores y el resplandor que los rodeaba se convirtió en una llama fuerte pero pacífica.

Y luego... otro juramento se hizo presente en sus cabezas:

"En un día terrible, en una noche furiosa... ¡Con corazones fuertes llenos, nuestras almas se encienden! Cuando todo parece perdido en la Guerra de la Luz... ¡Mira a las estrellas, porque la esperanza arde con fuerza!"

De repente, desde el cielo, aparecieron más Lanterns con anillos. Pero a diferencia de los Green Lanterns, estos alienígenas tenían torsos azules en sus uniformes y sus insignias eran más elaboradas. Además, todos estaban rodeados por un aura azul oceánica que parecía ondular como el agua. Cuando salieron del cielo, estos nuevos Lanterns saludaron a la Justice League y a sus aliados.

-¿Cuántos colores de Linterna hay? Primero los Green Lanterns, y ahora... ¿qué? ¿Linternas Azules? – pregunto Dick Grayson, en forma sarcástica –

El líder de los recién llegados: un extraterrestre humanoide de piel pálida y ojos oscuros, flotó sobre su cabeza y respondió.

-Sí, humano. Eso es lo que somos. Soy Saint Walker de Astonia, líder del Blue Lantern Corps. Estamos orgullosos de defender la Tierra en su hora de necesidad.

Con eso, Saint Walker y los Blue Lanterns entraron en acción, uniéndose a la batalla en el cielo junto con los Green Lanterns, los aviones de la resistencia y los atlanteanos. Otra vez atacaron con fuerza con Hal Jordan a la cabeza de la armada de Lantern Corps de todas las partes del universo.

Con el solo hecho de que todos se hubiesen unido para ayudarle a defender su planeta, Hal ahora tenía una voluntad de acero. Ahora sentía que el solo podría contra toda la armada de Apokolips.

De vuelta en el planeta de fuego, la rabia de Darkseid ardía dentro de su corazón helado. No podía creer que a pesar de las pérdidas moderadas de personal del ejército de la Tierra y el número abrumador de su propio ejército, la Justice League y sus aliados estaban impidiendo que sus hordas de Parademons y sus máquinas de guerra perdieran la batalla.

-Granny Goodness. Debes ir y traerme personalmente la Ecuación Anti-vida. Sé que también la sientes – ordeno Darkseid – Mata a los héroes de la Tierra allí, pero déjame a Superman. Yo mismo me ocuparé de él.

-Como ordene, señor – respondió Granny Goddnes inclinando su cabeza – Salve Darkseid.

-Bien – Una sonrisa cruel cruzó el rostro de la Darkseid mientras se reía entre dientes –


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