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LA ISLA PARAÍSO

Themyscira, la Isla de las Amazonas

En el Salón del Trono, Hippolyta acababa de terminar una reunión con Phillipa, una de sus generales, sobre una nueva técnica de entrenamiento para las amazonas. Luego, ambas pasaron a discutir sobre Diana, habían pasado 80 años desde la última vez que había visto a su hija, extrañaba tanto a su precioso sol y estrellas.

Diana había ganado el derecho a escoltar a Steve Trevor de regreso al mundo de los hombres. Ella se había enfrentado a los mejores luchadores de Themyscira y se había convertido en su campeona a pesar de que su madre le había prohibido ingresar al torneo en primer lugar, pero Diana se había colado y debido a la victoria le había sido otorgó la armadura de Wonder Woman y el lazo de la verdad, con las cuales pudo ayudar a Steve en la batallas de la Segunda Guerra Mundial.

Hippolyta esperaba que Diana pusiera fin al conflicto y volviera a vivir en Themyscira, pero lo que no esperaba era que Diana se enamorara de Steve Trevor y que empezara a creer que las amazonas debían de reunirse con el mundo de los hombres. Después de descubrir que contrajo matrimonio con Steve, sus compañeras amazonas creían que su mente había sido corrompida por sus experiencias en el mundo de los hombres y que al enamorarse de Steve Trevor lo había elegido a él sobre ellas.

El Senado luego votó que Diana debía ser exiliada porque había traicionado el código de las Amazonas al enamorarse de un hombre e Hippolyta no podía ir en contra del voto, así que la Reina tuvo que aceptarlo.

Su conversación fue interrumpida por un golpe en la puerta.

-Adelante – dijo Hippolyta –

Las puertas se abrieron cuando Artemys entró con un objeto piramidal de color rojo en sus manos y la colocó en el piso.

-Mis disculpas por cualquier inconveniente que le estoy causando a mi Reina, pero este objeto fue encontrado en la playa Norte, y por alguna razón de repente se activó y está emitiendo una especie de zumbido de alta frecuencia – dijo Artemys, casi perdiendo el aire al tratar de formular las palabras en su boca –

Los ojos de Hippolyta se tornaron temerosos cuando se acercó a la Ecuación Anti-vida ahora activada.

-¿Cómo fue que cayo esto aquí? – pregunto la reina –

-Vino de un rayo – respondió Artemys – Cayo inexplicablemente del cielo.

-No puede ser – exclamo Hippolyta – Nos ha encontrado y volverá a matarnos por esto.

-¿Quién, mi reina? – preguntó Artemys –

-Steppenwolf, él es del cosmos, sirve a un tirano llamado Darkseid cuyo objetivo principal es conquistar mundos. La última vez que vino a este planeta fue hace cinco mil años. Nosotras, las amazonas junto a los dioses, formamos una alianza con los atlantes, los magos, los guardianes de las estrellas y los humanos luchamos contra él. Debido a los esfuerzos combinados de todos, pudimos repeler a Darkseid y a su ejército. Esta es la Ecuación Anti-vida – y señalo a la pirámide que emanaba luces rojas – Darkseid la buscaba la primera vez, por eso vino a la Tierra. Ahora una guerra se aproxima.

Y justo en ese momento, un Boom Tube se abrió en medio de las calles de la ciudadela principal.

Hippolyta sabía lo que significaba... guerra.

***

Themyscira, Playa Noroeste.

Diana y Tatsu habían aterrizado en la playa. Se levantaron como pudieron y ahora parecía que su vista aproximaba a la ciudadela de Themyscira. Ambas se sorprendieron al ver los incendios que provenían de ella. También notaron que las fuerzas de Darkseid estaban convergiendo hacia la parte principal de la ciudad. Ambas guerreras caminaron por las calles de la ciudad. Diana vio que sus hermanas todavía estaban muy vivas y todavía estaban dando una pelea infernal que la hizo que Diana sonriera.

-¿Estas feliz de regresar a tu hogar? – pregunto Katana, desenvainando la Soultaker –

-Oh Themyscira, te he echado de menos – Diana desenvaino su espada, aterrizó en medio de la calle y comenzó a masacrar a los Parademons –

Usando su mano izquierda sacó su lazo, girándolo, atrapó a uno de los Parademons y arrojó a la criatura a otro conjunto de Parademons. Al ver que estaban aturdidos, la guerrera japonesa se unió a la batalla, y decapito a todos y a cada uno rápidamente. Mató al pequeño grupo instantáneamente.

Wonder Woman pateó una lanza que estaba en el piso en su mano y la arrojó con gran fuerza a un Parademon que sostenía a una de sus hermanas en el suelo. Estaba asfixiando a su víctima. Como ella lo había previsto, lo mato al instante, Eubea, la amazona a la que había salvado, volteo la cabeza hacia la derecha y vio quién había arrojado la lanza

-¡DIANA! – grito la amazona, sorprendida de ver a la princesa de Themyscira –

Las Amazonas se quedaron allí sorprendidas. Después de ochenta años de que su Princesa se hubiera marchado de la isla, al fin había vuelto. Su amada hermana había regresado con ellas

-¡No dejen de luchar mis hermanas, debemos forzar a estas criaturas a salir de nuestra isla! – Diana gritó mientras los Parademons se reagrupaban mientras más entraban por un Boom Tube –

Las amazonas Artemys, Phillipa, Mala y Eubea se pararon junto a Diana y Tatsu mientras el resto de las Amazonas estaban detrás de ellos con los dos ejércitos ahora de pie uno frente al otro. Diana gritó. Los dos lados corrieron uno hacia el otro mientras chocaban sus armas.

Diana saltó en el aire con un gran grito de batalla, bajó su espada sobre el Parademon principal, lo cortó por la mitad y aterrizó en el suelo. La semi Diosa comenzó a girar y cortar con su espada y escudo matando a los Parademons

-¡Artemys! – gritó Diana. Se agachó sosteniendo su escudo frente a ella. Artemys asintió con la cabeza a su hermana –

-Como en los viejos tiempos - la pelirroja Artemys preparó 3 flechas en su arco y corrió hacia Diana. Saltó sobre el escudo con Diana ahora empujándola hacia arriba al mismo tiempo –

Artemys saltó del escudo y en el aire disparó las 3 flechas que aterrizaron en las cabezas de otros 3 Parademons.

Mientras tanto, Phillipa, que en ese momento estaba armada con un hacha de doble hoja, fue a espalda con espalda con Tatsu Yamashiro que empuñaba su Soultaker. Un grupo de Parademons las rodeó en un círculo.

-Vamos a enviarlos al Hades – dijo Phillipa –

-De acuerdo... ¿Quién quiere morir primero? – preguntó Tatsu –

Los Parademons rugieron y las atacaron utilizando sus habilidades combinadas. Pero el dúo de guerreras fue como una tormenta de furia vengativa mientras cortaban a sus enemigos.

Eubea estaba a punto de matar a unos cuantos Parademons más cuando notó que un gran grupo de ellos volaba ahora hacia el coliseo.

-¡Oh, no, la Reina está en peligro! – grito Eubea, mirando a través del campo de batalla con los ojos fijos en ellos – ¡Diana!

-¿Qué sucede Eubea? – Diana preguntó. Terminaba de decapitar a un par de Parademons que la atacaban –

-¡Los Parademons van hacia el coliseo! ¡Tu madre esta en peligro! –Eubea respondió. Ahora apuntaba con su espada al grupo de Parademons que había visto irse –

-Artemys, necesitaré tu ayuda para salvar a Madre – indico Diana hacia la amazona de cabello rojo –

-¿Qué necesitas que haga? – preguntó Artemys –

-Esas malditas criaturas serán tuyas. Yo me ocuparé de Steppenwolf – respondió Diana – Katana, te dejo la defensa del lugar.

-Hecho – respondió la guerrera japonesa mientras atravesaba a un Parademon –

Al terminar esto, tanto Diana como Artemys echaron a correr hacia el coliseo.

***

Coliseo

Hippolyta se sentó contra la barrera de piedra que rodeaba la arena. Estaba golpeada y ensangrentada. De principio le había ido bien contra Steppenwolf pero el bastardo había tomado ventaja al apuntar a la herida que le había hecho en la pierna al comienzo de su pelea. Le había tomado mucha paciencia a la reina amazona, mucha paciencia, pero poco a poco la había desgastado hasta tal punto que sus movimientos eventualmente se volvieron más lentos, lo que le costó apuntar a otras áreas de su cuerpo, lo que resultó en una gran pérdida de sangre. Hippolyta trato de golpear al monstruo con sus guanteletes, pero este también se los había quitado. Steppenwolf la golpeo con la parte dura de su hacha. La sangre se derramó por la boca de la reina herida.

Hippolyta se limpió la sangre de los ojos con su visión ahora fija en Steppenwolf que ahora caminaba hacia ella, Él había recibido una gran paliza de la Reina debido a sus guanteletes mágicos. Debajo de su armadura podía sentir los moretones en su pecho. También lucía un ojo morado y un gran hematoma en la mejilla izquierda. A pesar de traer una pesada armadura de picos, la reina lo había herido.

Después, el Apokoliptiano habló en voz baja mientras se acercaba a la reina con su hacha eléctrica en alto.

-No hay protectores aquí. No hay Lanterns... no está el kryptoniano. Este mundo caerá como todos los demás – Un grupo de Parademons aterrizó justo detrás de él – Hippolyta... parece que gané esta vez. Cuando haya terminado contigo, voy a acabar con tu gente. Esta isla tuya ahora pertenece a lord Darkseid – dijo el, poniendo una sonrisa sádica en el rostro – ¿Que se siente saber que este es el día en que perecieron las Amazonas?

Hippolyta lo miró con rabia y respondió a sus palabras escupiendo una carga de sangre de su rostro.

-No ganarás, Mi gente nunca se rendirá ante tiranos como tú y tu Maestro. Puedo morir este día pero mi gente te derrotará – dijo Hippolyta, poniéndose de pie con la frente en alto –

Steppenwolf cerró los ojos y se secó la cara. De repente, tomó la espada de la Reina y la metió en su hombro mientras ella gritaba de dolor.

-Eso fue por escupirme y ahora... ha llegado el momento de tu muerte – dijo lentamente. Se puso de pie y agarró la espada con ambas manos y comenzó a levantarla. Hippolyta comenzó a llorar –

-Diana, estés donde estés, te amo y espero que algún día puedas perdonarme por mis errores... adiós hija mía – dijo para sí misma. Sus ojos se cerraron cuando Steppenwolf soltó un rugido y bajó su espada hacia la cabeza de Hippolyta. De la nada, una espada bloqueó su golpe mortal –

El general apokoliptiano miró a su izquierda y se encontró con un puñetazo en la mandíbula que lo envió a toda velocidad a través del estadio mientras aterrizaba en el piso de concreto. Hippolyta miró hacia su derecha y no podía creer lo que estaba viendo

-Diana... – susurro la reina, viendo sin poder creer a su hija. Los Parademons estaban a punto de atacar a la princesa pero Artemys reaccionó más rápido con sus flechas ahora derribando a las criaturas –

-Madre... – Diana se agachó, se le llenaron los ojos de lágrimas mientras sonreía a su madre –

-Volviste... volviste mi niña. Mi sol y estrellas, te he echado mucho de menos – dijo Hippolyta que seguía llorando, pero esta vez fueron lágrimas de alegría. Sus manos se extendieron y ahuecaron las mejillas de Diana –

-Yo también te he echado de menos madre, ahora... ¿que tal si tú y yo trabajamos juntas para sacar esta espada? – Hippolyta asintió con la cabeza en acuerdo –

-Hazlo... – la Reina le ordeno. Hippolyta apretó los dientes cuando las manos de Diana rodearon la empuñadura y comenzó a sacarla lentamente –

Con la espada ahora retirada, la princesa colocó sus manos inmediatamente sobre la herida y aplicó presión.

Artemys había terminado con todos los Parademons, por lo que corrió hacia la reina y Diana. Cuando llego con ellas se puso de rodillas y miró a la princesa.

-Ayudaré a tu madre, pero tu ve a matar a ese monstruo – indico Artemys –

Las manos de Diana dejaron la herida de su madre mientras las manos de Artemys inmediatamente tomaron el control.

-Ya estaba debilitado de su pelea conmigo. Tendrás una ventaja a la hora de vencerlo – indico la reina a su hija – Ahora mi hija, envía a ese maldito bastardo al Hades – concluyo Hippolyta –

-Puedes hacer esto hermana – dijo Artemys –

Diana recogió su espada y su escudo, se puso de pie y comenzó a caminar hacia Steppenwolf quien ahora se estaba levantando lentamente del brutal golpe que acababa de recibir.

-¿Tu quien eres? – preguntó el monstruo-

-Soy Diana, hija de la reina Hippolyta, princesa de Themyscira y la mujer que te va a enviar al Hades.

-La reina tiene una hija, muy interesante. Harías una buena adición a mi equipo de furias, pero en cambio voy a matarte frente a tu propia madre – Steppenwolf sonrió, dejó escapar un rugido y corrió hacia Wonder Woman –

Diana salto, bajó su espada y reaccionó rápidamente. Le cortó el hombro en un tajo rápido a Steppenwolf pero igualmente tuvo que levantar su escudo para bloquear su ataque con el hacha eléctrica.

El hacha de Steppenwolf golpeó el suelo donde Diana acababa de estar parada mientras lentamente se enderezaba e intentaba recuperar el equilibrio a pesar de que su cuerpo le dolía muchísimo por la pelea anterior con Hippolyta.

Wonder Woman aprovechó la oportunidad y usó su velocidad para golpear con el borde de su escudo la nariz de Steppenwolf. Se escuchó un crujido cuando su nariz se rompió por el impacto y el grito de dolor. Después con otro golpe le rompió la mandíbula.

Mientras que al mismo tiempo Diana trataba de balancear su espada hacia su rostro, el Apokoliptiano rápidamente se agachó e intentó golpear con su guantelete a la pierna derecha de Diana con su espada, pero esta bajo rápidamente su escudo para absorber el golpe. Diana aprovecho y con un rápido tajo de su espada, le corto un cuerno a Steppenwolf. El Apokoliptiano tropezó hacia atrás y trató de recuperar su compostura, pero solo le dio a Diana la oportunidad de darle una patada en el pecho haciéndolo caer al suelo sobre su espalda y ahora respiraba con dificultad.

El dolor recorrió su cuerpo, pudo ver a la amazona que venía hacia él y se arrastró lentamente hacia la barrera de piedra cuando, de repente, el lazo de la verdad se envolvió alrededor de sus tobillos. Sus ojos lo vieron, y luego vio a Diana sonreír con la espada en lo alto. Una mirada de miedo apareció en su rostro después de darse cuenta de lo que iba a hacer.

-¡No, no, no te atreves! – dijo Steppenwolf –

Diana lo atrajo hacia ella y usó su lazo para levantarlo en el aire. Steppenwolf gritó mientras Diana ahora giraba rápidamente. Ella bajó su brazo derecho, dándole a Steppenwolf un fuerte golpe en el pecho. El apokoliptiano cayó de bruces. La superficie frente a ella lanzo un fuerte estruendo.

-Perra amazona – murmuró Steppenwolf –

Al lado del coliseo, Artemys e Hippolyta veían la pelea que se desarrollaba entre Diana y el Apokoliptiano. Ellas sabían que Wonder Woman iba a ganar.

-Confía en mí cuando digo que votarán a favor para que ella vuelva a casa – dijo Artemys –

-¿Cómo lo sabes? – Hippolyta preguntó –

-Ella siempre tuvo los ingredientes de un líder – La reina gritó cuando el dolor de sus heridas la asalto de nuevo –

-Por los dioses... como duele...

En medio del coliseo, Diana tomó el hacha de Steppenwolf y se la arrojo a este en medio del suelo.

-Levántate Steppenwolf y pelea conmigo. Porque tú y yo sabemos que no puedes volver con Darkseid y decirle que perdiste otra vez contra las Amazonas – dijo Diana –

Por mucho que le molestara escuchar esas palabras, ella tenía razón a pesar de que él y los Parademons estaban ahí para recuperar la Ecuación Anti-vida. Si volvía a Apokolips y le decía a Darkseid que había perdido de nuevo ante las Amazonas, se enfrentaría a la muerte en el mejor caso. Darkseid se aseguraría de que sufriera por la pérdida y eso era algo que no quería, vio de primera mano de lo que era capaz su sobrino cuando un soldado le fallaba. Plantó su hacha en el suelo y envolvió ambas manos alrededor de la empuñadura, obligándose a volver a ponerse de pie.

Wonder Woman en ese momento golpeó sus brazaletes, lo que produjo una honda de choque. Al hacerlo, arrojó a Steppenwolf hacia atrás contra la barrera. Hippolyta y Artemys se miraron en estado de shock y asombro por lo que Diana acababa de hacer.

-Increíble, tienes la sangre de los dioses antiguos corriendo por tus venas – dijo Steppenwolf – Pero... incluso un dios tiene que morir en algún momento.

Los dos caminaron el uno hacia el otro, Steppenwolf intentó atacarla por la izquierda pero ella lo esquivó fácilmente, luego intentó atacarla por la derecha, lo que fue fácilmente esquivado por Diana. Wonder Woman rápidamente giró en círculo y cruzó su espada con su cadera derecha, hiriéndolo de gravedad. El Apokoliptiano gritó de dolor mientras la sangre comenzaba a fluir de su herida recién infligida. Intentó golpear a Diana, pero su puño impactó con su escudo.

Diana bajó su espada, lo que hizo que Steppenwolf rápidamente se desviara hacia la derecha justo a tiempo para que la espada de Diana fallara. El Apokoliptiano tomó represalias balanceando su hacha, pero Wonder Woman se agachó y rodó bajo sus piernas. La Amazona terminó detrás de él, envolviendo su cuello con el lazo de la verdad. Entonces impulso sus piernas y salto. El pie derecho de Diana impactó en su mandíbula, lo que lo envió a toda velocidad a Steppenwolf a través del estadio.

Wonder Woman voló hacia Steppenwolf que ahora estaba en el suelo tratando de orientarse. Miró a su izquierda y vio a la princesa amazona enfurecida que venía hacia él. El general sabía que con el estado actual en el que se encontraba solo seria cuestión de tiempo antes de que Diana lo matara y, francamente de ninguna manera iba a perder de nuevo ante las Amazonas. Así que se le ocurrió una idea, soltó su hacha, tomó un montón de arena en sus manos y ahuecó el pequeño montón. Todo lo que tenía que hacer era esperar a que Diana se acercara.

Wonder Woman ahora se estaba acercando a él, levantando su espada, soltó un grito de batalla y se preparó para atacar a Steppenwolf cuando en el último segundo él le arrojó arena a la cara haciéndola chocar contra él y caer al suelo de dolor. La arena acabo metiéndose en sus ojos y ahora la estaba cegando temporalmente.

La Amazona apretó los dientes de dolor y trató de ver, aunque en si todo lo que veía era un manchón borroso. Steppenwolf, se puso de pie y agarró a Wonder Woman por su cabello, la tiró hacia atrás, la golpeó contra la barrera de concreto y luego repitió ese movimiento un par de veces hasta que Diana quedó completamente aturdida.

Una vez que eso sucedió, Steppenwolf introdujo la punta fina de su hacha a través de la parte posterior del muslo izquierdo de Diana.

Diana gritó por el dolor del ataque de Steppenwolf mientras él sacaba el hacha y colocaba su pie izquierdo sobre la herida recién hecha, lo que hizo que Diana gritara aún más

Sin que nadie lo supiera, Katana ya se aproximaba a toda velocidad hacia el coliseo, pues su intuición ya le decía que Diana necesitaba su ayuda. Artemys también corrió con su arco en alto hacia Steppenwolf, que ahora se estaba preparando para asestar su golpe mortal a Wonder Woman.

El hacha Apokoliptiana descendió hacia Diana con la intención de decapitarla justo cuando un pie golpeó el pecho de Steppenwolf, dejándolo sin aliento y lo enviándolo hacia atrás

-¡No matarás a mi hermana! – Artemys gritó y luego llevó la pelea a Steppenwolf, clavándole una de sus flechas en su ojo –

Aprovechando la confusión, Tatsu Yamashiro susurro unas palabras en japonés y dio una fuerte estocada con su espada a la mano de Steppenwolf, cortándosela de tajo.

Al ver el valor de las guerreras, el espíritu de lucha en Diana volvió a tomar fuerza y de un salto, se unió a las demás para terminar la pelea. Todas colaboraron para matar al invasor. Diana y Artemys clavaron sus espadas en los pies de Steppenwolf, mientras Tatsu le hacía tajos rápidos a través del pecho con la Soultaker, destrozándole su armadura con púas.

Diana volvió a hacerse cargo de el golpeándolo con el puño derecho en la cara. Artemys le dio una patada en la parte posterior del muslo izquierdo, lo que lo hizo caer sobre una rodilla y luego Tatsu le enterró un violento puñetazo en el estómago.

El trio de guerreras lo miró con enojo y satisfacción.

-Steppenwolf... estas derrotado – dijo Diana –

-Disfruta del inframundo, hijo de puta. Hades te esta esperando – dijo Artemys –

-Solo para que lo sepan... mi muerte no cambiara el hecho de que este planeta y cien mil pertenecerán a lord Darkseid una vez que haya conseguido la Ecuación Anti-vida. No tienen ninguna posibilidad contra él - dijo Steppenwolf –

-Ahí es donde te equivocas Steppenwolf. Nosotros nunca nos rendiremos y la Tierra nunca les pertenecerá... por que hay gente buena y valiente dispuesta a luchar por ella – respondió Diana, poniendo el filo de su espada en el cuello del apokoliptiano. Su cara se puso pálida y comenzó a tener miedo – Confía en mí cuando digo que vamos a vencer a Darkseid. Esta invasión fallará al igual que lo hizo la última vez.

Entonces, Diana lanzo un potente grito de guerra y e hizo un movimiento rápido con su mano donde tenia la espada empuñada. Con un golpe todopoderoso, decapitó a Steppenwolf.

Una vez más, había demostrado que Themyscira era una tierra libre y que las amazonas nunca se doblegarían ante una invasión.

La princesa Diana se dio la vuelta y se alejó cojeando del general Apokoliptiano muerto cuando vio a Artemys hablando con Eubea y Tatsu. Pudo ver en sus caras que algo había sucedido mientras ellas se enfrentaban a Steppenwolf.

Le explicaron que las amazonas tenían ahora en su poder la Ecuación Anti-vida. Una vez que eso sucedió, el portal hacia Apokolips se cerró y los restantes Parademons que quedaron atrás fueron asesinados.

-¿Cuántas de nuestras hermanas murieron? – Diana preguntó –

-Murieron unas 85 hermanas – Eubea respondió –

-Maldita sea, síganme – ordeno Diana con el trío que ahora abandonaba el coliseo –

Las cuatro se marcharon. En el momento en que el resto de las Amazonas vieron a Diana, empezaron a vitorearla.

-¡Alaben a nuestra salvadora, a la princesa diana de Themyscira! – gritó Phillipa. Todas se arrodillaron frente ella e inclinaron la cabeza, incluyendo a Artemys y Eubea. Tatsu solo le lanzo una sonrisa sarcástica –

-¡Levántense mis hermanas! – dijo diana. Todas se pusieron de pie – Mis hermanas... aunque Steppenwolf consiguió su muerte, no debemos de cantar victoria. El grueso del ejercito de Apokolips viene hacia la Tierra, y ahora tenemos la carnada para tenerlos justo donde queremos. Todas dieron una buena pelea y le mostraron a Darkseid y a Steppenwolf que las amazonas somos mujeres libres, que nunca seremos doblegadas. Estoy orgullosa de cada una de ustedes. Ahora levanten sus armas porque la victoria pertenece a Themyscira! – todas vitorearon. Ahora habían encontrado a su líder, a aquella que las había guiado hacia la victoria –

-¡Salve Diana! – gritó Artemys – ¡salve diana, salve diana, salve diana! – y ahí fue donde la siguieron todas –

-¿Quién quiere seguirme a cortar de tajo el mal que viene de Apokolips? – pregunto Diana, a lo que todas las presentes asintieron levantando sus armas –

Ahora tenía asegurado al ejército de Themyscira.

Batman tenía razón.

La era de los héroes estaba volviendo.

***

Palacio de curación de Themyscira

Athena y Epione trabajaron juntas para curar las heridas de Hippolyta mientras un curioso rayo morado trabajaba su magia en sus heridas más graves. Diana aterrizó en el balcón y entró lentamente en la sala.-

Hola Epione, es bueno verte después de tanto tiempo – dijo Diana, viendo a la curandera –

-Por los dioses que has vuelto con nosotras – respondió Epione. Las dos se abrazaron –

-¿Cómo estás Epione? – Diana preguntó –

-Estoy bien Diana, ¿cómo estás? – preguntó la curandera –

-Algo herida, pero solo vine aquí para ver a mi madre... ¿Cómo está por cierto? ¿Sobrevivirá? – Diana preguntó. Entonces se acercó a la Reina y entrelazó sus manos –

-El rayo curativo está funcionando, sobrevivirá pero también necesitará descansar durante los próximos días – contesto la curandera –

Epione había terminado de tratar la pierna de la reina y lentamente la ayudó a sentarse. Luego sostuvo un tazón grande lleno de agua mientras Diana se lavaba la sangre de la cara y se secaba con una toalla. Entonces ella, tuvo que dirigirse a su madre y contarle los motivos de su visita.

-Madre... es hora de volver a la guerra – dijo Diana. Miro bajo sus pies y recogió su espada. Se acercó a su madre y la besó en la mejilla -Te amo madre, pero necesito tu ayuda. Necesito que me des al grueso de nuestras tropas para enfrentar a la armada de Apokolips – la reina solo la vio de manera confusa. Gracias al lazo telepático que tenía con su hija, ella sabía de todo lo que Diana había hecho en el mundo de los hombres y era consciente de los sucesos que ocurrían. Sabía que Diana no podría defraudar a sus amigos, que ellos confiaban en ella. Ahora le tocaba a Hippolyta no decepcionar a su hija –

-Diana antes de que te vayas... solo quiero decirte que estoy muy feliz de que tú y Steve Trevor hayan encontrado la felicidad – dijo Hippolyta. Definitivamente Diana estaba sorprendida, y más después de saber que su madre no estuvo muy de acuerdo de que ella hubiese salido de la isla para ayudar a Steve –

-Creí que reprobabas la actitud de las personas del exterior – Diana menciono –

-Los he observado desde el Estanque de la Verdad. Pude ver el hermoso amor que tú y Steve tenían el uno por el otro – Parecía que las palabras de su madre hacían efecto en Diana, pues sus ojos de un momento a otro comenzaron a brillar – Así como ustedes dos, hay más personas ahí afuera que creen en el bien de la humanidad, y que hay cosas como esas que vale la pena proteger. Te ayudare a luchar contra las fuerzas de Darkseid junto a tus amigos – y entonces, Hippolyta se paró de la cama y se postro firmemente junto a su hija – Incluso yo iré contigo.

-Pero estas herida – Diana intervino – No puedes...

-Si puedo. No por nada soy la reina de las Amazonas – y entonces, Hippolyta se dirigió a Artemys que acababa de entrar a la habitación – Que todas las legiones se alisten y preparen a los Pegasos. Mi hija nos llevara a la gran batalla de nuestras vidas.

-A la orden mi reina – respondió Artemys con una sonrisa en su rostro –

-Esa chica oriental que venía contigo, parecía que era una buena guerrera – menciono Hippolyta – ¿Hay más como ella en el mundo exterior?

-Conozco a varias de hecho – Diana pensó al instante en Barbara Gordon, en Tatsu Yamashiro, Lois Lane, Zatanna y Selina Kyle. Estaba orgullosa de que hubiese mujeres así en el mundo. Y por un momento, también pensó en Shiera, en Hawkgirl. Una de las primeras guerreras que había conocido en el mundo de los hombres – Siempre ha habido mujeres como nosotras.

Wonder Woman había cumplido su objetivo.

Ahora el ejército de las amazonas se dirigiría a la Fortaleza de la Soledad y lucharían junto a los humanos.

Tenían la Ecuación, la ventaja contra Darkseid para que él se presentara y por fin lo destruyeran.

Lo que Diana no sabia, era que Aquaman y sus soldados también se unirían a la pelea, por lo que la batalla de hace cinco mil años se volvería a repetir.

Amazonas, Atlanteanos, Humanos, Magos, y un guardián de las estrellas... juntos harían que el enemigo volviera arrastrándose hacia las estrellas.


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