Metrópolis, Palacio de Justicia Central

La prensa estaba allí, esperando fuera del juzgado, esperando alguna señal de algún representante de cualquiera de las partes en el caso que habían estado trabajando. Cada reportero tuvo su propia versión de la historia, y todos dieron un análisis de los eventos del día en vivo.

-"Esta es realmente una historia asombrosa, Jim. Todo comenzó cuando Lois Lane y Clark Kent, reporteros del periódico Daily Planet, famosos por los artículos de Superman, publicaron una historia en la que describían la participación de Lex Luthor en el devastador evento de hace 6 años. Cuando el general Zod, un criminal de guerra del planeta Krypton, el mundo natal de Superman, llegó a la Tierra y arrasó Metrópolis antes de que Superman lo detuviera..."

-"...Con rumores de corrupción, sobornos a jueces y manipulación del jurado, sin mencionar la desaparición de evidencia vital, la supuesta "kryptonita" y el testimonio de Superman, todo para ver a Luthor condenado. Sin embargo, el acontecimiento más impactante sucedió hace apenas unos minutos cuando el juez dictaminó que el testimonio de Superman no era suficiente, y sin ninguna evidencia que lo respaldara, el caso será desestimado, dejando a Lex Luthor como un hombre libre..."

-¿Cómo se siente ahora Lex Luthor que es un hombre libre? – pregunto uno de los reporteros –

-Siempre he dicho que era inocente de estos crímenes y no tenía ninguna duda de que sería reivindicado – Lex hablo, con aire triunfal – Hoy se demostró que tenía razón.

-¿Qué hay de Superman? – pregunto un reportero de Gotham Gazzete – ¿Tiene algún comentario sobre su testimonio?

-Estoy seguro de que Superman solo estaba haciendo lo que sintió que era correcto. A pesar de sus poderes, no es perfecto... cometió un error, pero ahora espero que todos podamos seguir adelante y olvidarnos de estos desafortunados eventos.

Luthor había ganado. Había jugado con el sistema y había salido victorioso. Pero pronto se quedó solo cuando la prensa se apresuró hacia Superman, quien también estaba saliendo del juzgado.

-Superman... ¿cómo se siente acerca de que el juez considera que su testimonio es inadmisible?

-¿Qué crees que pasó con la evidencia... crees que Luthor pagó a alguien para sabotear el caso?

-¿Su fe en el sistema judicial se ha visto afectado?

Kal-El escuchó mientras lo bombardeaban con preguntas. Lex Luthor era un hombre libre y Superman no tenía ninguna duda de que Luthor había hecho algo para alterar la evidencia y destruir el caso, pero no podía probarlo.

-Escuchen... tengo fe en la ley y en el sistema judicial. Respeto la decisión que ha tomado el juez – respondió Clark –

-¿Qué hay de Luthor?

-Lex Luthor es un hombre libre. Tiene una oportunidad que mucha gente no entiende. Independientemente de las faltas que haya cometido o no, ahora tiene la oportunidad de vivir una vida libre de delitos y engaños, y espero que alguien tan rico y poderoso como él quiera beneficiar a la humanidad.

Antes de que alguien pudiera hacer más preguntas, Superman se alejó, volando en la distancia. Había algo que tenía que hacer: ir al funeral de Alfred, el mayordomo y padre adoptivo de Bruce Wayne.

Habían pasado seis años desde que la Justice League se juntó por primera vez, y parecía que las cosas iban de mal en peor. Los lazos se rompieron y las amistades se fragmentaron. Después de luchar contra la invasión de Parallax y Star Sapphire, Hal Jordan fue apresado en Oa y Carol Ferris fue obligada a exiliarse en el planeta Zamaron debido a la exposición de su identidad civil por parte de Batman. J'onn J'onnz se decepciono de la humanidad después de tanta violencia que había visto y volvió al anonimato. Arthur Curry había subido al trono en Atlantis, apresando a su medio hermano Orm, pero estaba decepcionado con el mundo de la superficie y se aisló completamente junto con su reino. Diana Prince tenía bastante trabajo y tuvo que volver al museo de Louvre para mantener su identidad. Algunos vigilantes como Green Arrow y Cyborg se mantenían en alerta en sus respectivos hogares, y Flash había lidiado recientemente con el control de sus poderes, incluso llegando a ir al pasado a entrenar con Jay Garrick, el Flash original.

Y Batman... había caído. Su archienemigo de años, el Joker, había lanzado un brutal ataque contra Gotham City, dejando a la ciudad desprotegida y a la merced de los antiguos enemigos del justiciero. De no haber sido por Catwoman, Nightwing y el nuevo justiciero al que comenzaron a nombrar como Red Hood, Batman no hubiera podido recuperar su ciudad de los maleantes. Fue una victoria amarga, ya que Alfred murió y la identidad de Bruce como Batman fue expuesta al público. Ahora era tiempo para Batman de correr y de nunca detenerse, pues sería cazado hasta el fin de los días.

Cuando Clark estuvo ante el ataúd de Alfred Pennyworth, supo que la vida del mayordomo no era la única luz en el mundo que se había apagado. Sabía que la era de los héroes estaba a punto de terminar... que la caída del murciélago solo era el principio.

Había pasado una semana desde el funeral de Alfred y la audiencia de Lex Luthor. Clark había vuelto a la granja en Smallville, y mientras trabajaba en la tierra, estaba frustrado por cómo habían dejado ir libre a Lex Luthor y por lo ocurrido en Gotham City. Él hubiera querido intervenir, pero la corte le advirtió que si quería ser testigo en el juicio de Luthor, debía de mantenerse al margen de los problemas y sus actividades como superhéroe. Por esos motivos no pudo ir a ayudar a su amigo a recuperar su ciudad. Y ni siquiera valió la pena no haberlo ayudado.

Con el paso de los días, vio como sus poderes disminuían. Su fuerza disminuyo, su súper oído ya no captaba los sonidos en el mundo, el láser en sus ojos era muy difícil de activar.

Estaba cansado y decepcionado. Ya no quería seguir con el manto de Superman. Su sueño utópico de una sociedad mejor solo había sido una mentira de su mente. Había tristeza en el mientras luchaba por aceptar la desintegración de la Justice League y sus amigos. Quería vengarse de Luthor, posiblemente era lo único que quería hacer.

***

Torre LexCorp

Lex Luthor esperaba en el laboratorio mientras sus científicos trabajaban en el Proyecto Bizarro. Usando una muestra de sangre del anillo de kryptonita de Luthor, había comenzado a trabajar en la creación de una nueva versión del Hombre de Acero, una copia, un clon. A diferencia de Superman, el clon sería invulnerable a la kryptonita, programado para obedecer a Luthor, sin la moral y la ética que Superman representaba.

La tecnología para la clonación había llegado de Darkseid. Cuando Luthor lo confrontó sobre su identidad, la inteligencia maligna no pareció inmutarse en absoluto. De hecho, felicitó a Luthor por ser un poco más inteligente que el resto de la raza humana.

-Se completa la nueva secuenciación del ADN – intervino el doctor a cargo del experimento – Comienza la regeneración de tejidos...

-¿Cuánto tiempo doctor? – pregunto Lex –

-No estoy seguro, Sr. Luthor. Es un proceso muy delicado... – parecía que el doctor se ponía nervioso – Señor, ¿quizás debería dejarnos hacer nuestro trabajo?

-No te estoy pagando para que me des órdenes... Una vez tuve un socio que cuestiono todo lo que hice. Era un incompetente, un vago y tenía el coeficiente intelectual de un pez dorado. Otis era su nombre...

-¿Que le sucedió?

-Le disparé... dos veces – Luthor amenazo al doctor – Una bala por cada célula cerebral.

-Será mejor que volvamos al trabajo.

Todo se estaba juntando. Zod había sido impredecible, imposible de controlar. Pero el clon de Superman obedecería todas las órdenes de Luthor y lo ayudaría a librar al planeta de Superman de una vez por todas.

***

Nebulosa de Lodian, Planeta Shalrex

La nave de Darkseid viajó a través de la nebulosa en busca de algo, un arma que pudiera usar para destruir a Kal-El. Lex Luthor tenía sus propios planes, pero a pesar de su inteligencia, Luthor nunca estuvo a la altura de los ojos de Darkseid, por lo que decidió que quería que destruir a Superman él mismo. Emergiendo en el lado lejano de la nebulosa, Darkseid localizó un sistema estelar cercano y estableció su curso.

Era un mundo desolado. El planeta entero estaba cubierto por una era de hielo eterna y parecía que no podía existir vida allí. Pero Darkseid sabía que había una fuerza terrible en ese planeta y tenía que encontrarla. Los escáneres de la nave se filtraron a través del hielo en busca de signos de vida.

No había nada. El hielo protegió todo lo que estaba oculto en el planeta. Así que Darkseid adoptó un enfoque diferente. La nave emitió un pulso de energía concentrada que envolvió los cielos y encendió la atmósfera. El mundo helado comenzó a derretirse, dando paso a mares hirvientes a medida que los microorganismos primitivos en las profundidades de la superficie fueron incinerados por el aumento de las temperaturas, poniendo fin a cualquier posibilidad de vida evolucionada en ese mundo.

Fue entonces cuando Darkseid encontró lo que buscaba. Flotando en el océano hirviente había un cuerpo, aparentemente sin vida. Había sido abandonado en ese mundo hace siglos, pero a medida que el planeta seguía calentándose, el ser comenzó a mostrar signos de vida. Darkseid creía que había encontrado los medios para destruir a Kal-El de una vez por todas.

***

Torre LexCorp

-Tenemos un latido del corazón – Luthor hablo mientras apagaba las máquinas de clonación – Es mi creación...

Había oscuridad. Podía escuchar sonidos, voces a su alrededor. Sus ojos se abrieron, ajustándose y enfocándose a medida que su visión se volvía más clara. Un hombre se paró frente a él, calvo y amenazador.

-¿Que... dónde estoy? – pregunto el homúnculo –

Lex Luthor sonrió, ignorando a sus científicos que lo felicitaban por un trabajo bien hecho. Su atención se centró en el hombre frente a él. Luthor miró su creación, su arma.

-Estás en casa... hijo.

El hombre se miró en un espejo. Se vio a sí mismo pero no reconoció el rostro que le devolvía la mirada. Todo era nuevo para él. Mientras miraba su reflejo, vio un extraño traje azul pero familiar colgando de un gancho.

-¿Quién soy...? – pregunto la criatura –

-Eres Superman. Y yo soy tu amo, soy Lex Luthor.

***

Metrópolis

"Superman" aterrizó en el suelo frente al Banco de Reserva de Metropolis, paseando con confianza por las puertas. Los clientes miraban asombrados mientras él les sonreía. Casualmente se dirigió hacia la gran puerta sellada de la bóveda y encendió su visión de calor.

Nadie podía comprender lo que estaba sucediendo cuando Superman usó los agujeros quemados como agarraderas, abriendo la puerta de la bóveda y tirándola a la calle por la ventana del banco. A regañadientes, los guardias de seguridad sacaron sus armas y dispararon, solo para encontrar que sus balas rebotaban en él cuando salió, llevándose sacos de dinero. Salió del banco cuando llegó la policía, quemó el coche de policía principal y lo hizo explotar antes de volar en la distancia.

***

En el estadio Camp Nou, el FC Barcelona se preparaba para recibir al Real Madrid en El Derby, uno de los mayores espectáculos del fútbol mundial. Cuando los equipos salieron al campo, vieron a Superman parado en el círculo central. Los fanáticos y los jugadores se sorprendieron cuando Superman usó su visión de calor para quemar el césped, convirtiendo el campo en cenizas antes de volar.

***

En las calles de la capital irlandesa, los espectadores solo podían mirar, indefensos, mientras Superman comenzaba a calentar la aguja del Milenio y luego la congelaba rápidamente. Con un suave empujón, cayó, chocando contra el suelo y rompiéndose en un millón de pedazos.

***

En todo el mundo, comenzaron a llegar informes sobre Superman volviéndose rebelde. Lois Lane se negó a creerlo, mientras Lex Luthor se sentó en su oficina y sonrió mientras participaba en una conferencia telefónica con el alcalde de Metropolis.

-Señor alcalde... odio decir que se lo dije, pero la evidencia es clara. Superman ya no está de nuestro lado.

-Él nunca estuvo de tu lado, Luthor. De hecho, no me sorprendería que todo esto sea obra tuya.

-Por favor, no me insulte. Odio a Superman, pero no tengo los medios para incriminarlo. Sin embargo, tengo una manera de detenerlo.

Luthor sonrió mientras sostenía una pequeña muestra de kryptonita. Darkseid le había encomendado la tarea de destruir a Kal-El, pero aunque Lex no se oponía a ensuciarse las manos, no tenía ningún problema en dejar que el mundo hiciera el trabajo por él.