Apokolips.

Tres años...

Tres años soportando la tortura de Desaad...

Tres años muriendo y volviendo a revivir de las peores maneras...

Tres años de ver como la Tierra era subyugada bajo el control de su antiguo rival: Lex Luthor...

Tres años de que había perdido la esperanza de salir de Apokolips y ver de nuevo a su madre y a Lois Lane...

Clark Kent ahora era un hombre muy diferente.

Darkseid miró a Superman, ahora tenia una larga barba y su cabello era largo. Tenía un collar alrededor de su cuello que generaba golpes aleatorios en su cuerpo, causándole un gran dolor. La mente de Clark estaba rota.

-Dime Kal-El... ¿conoces la Ecuación Anti-vida?

Clark no respondió. Ya no tenía la fuerza ni la voluntad.

-La he buscado durante mucho tiempo. El poder de controlar toda la vida... en todas partes. Creo que está aquí – Darkseid miró por una ventana, sus ojos viendo a las estrellas –Todos la tienen... partes. Pero los humanos... más que cualquier otra raza en el universo, el libre albedrío es evidente aquí. Enterrada profundamente, se encuentra la fórmula para convertirse en un verdadero dios y destruir el libre albedrío de toda la vida. Había otro mundo donde se podía encontrar la ecuación completa. Tu planeta natal de Krypton. Pero como sabes... se destruyeron a sí mismos.

Clark miró hacia afuera, la luz de un sol rojo brillaba a través de la ventana, recuperando lentamente sus fuerzas. Sin embargo, Clark se había ido tan lejos que ni siquiera se dio cuenta. Su cuerpo se estaba volviendo más fuerte, pero su mente se había hecho añicos.

-Tenías razón Kal-El. Los humanos tienen potencial. Podrían ser una gran raza. Pero el libre albedrío es una maldición para ellos. Son similares a los kryptonianos... su curiosidad, su necesidad de descubrir un mayor poder. Su inevitable destrucción. Como Krypton – y entonces, Darkseid le toco el hombro a Clark, queriendo mostrar una falsa compasión – La Tierra es un peligro. Los humanos se destruirán a sí mismos. Por eso estás aquí Kal-El. Por eso debes ayudarme.

Darkseid sonrió para sí mismo, la etapa final de su plan comenzaba a tomar forma. La Tierra era una zona de guerra. El planeta entero estaba enfrascado en una terrible batalla. Millones de personas murieron, muchos más heridos de gravedad. Por primera vez en la historia de la raza humana, el mundo luchaba como uno, trabajando juntos por un objetivo común. Pero simplemente no pareció ser suficiente.

En la Tierra, la lucha se detuvo por unos momentos cuando aparecieron imágenes holográficas gigantes de Darkseid en todo el planeta. La gente miraba con horror cómo el invasor entregaba su mensaje.

Entre ellos: Lois Lane, Batman, Deathstroke, Nightwing, Red Hood, Batgirl, Deadshot, Arrow y muchos otros soldados de la Resistencia.

Todos miraron con sorpresa hacia los cielos que hace instantes eran azules, y ahora se habían tornado rojo eléctrico gracias a los hologramas del tirano de Apokolips.

-Ciudadanos de la Tierra... durante demasiado tiempo la raza humana ha permanecido complaciente en su dominio de este mundo. Creí que con darle poder a Luthor se aplacarían y aceptarían la sumisión completa, pero me equivoque. Hoy marca el comienzo de un nuevo Régimen. Mi reinado comienza ahora. Todos los que se opongan a mí serán severamente castigados – La imagen se volvió borrosa y luego volvió a enfocar. Pero en lugar del rostro amenazador de Darkseid, el holograma mostraba a Superman encadenado, ensangrentado y roto – Esto es lo que le espera a cualquiera que me desafíe.

La imagen se desvaneció y se cortó. Ahora todos se dieron cuenta de la terrible realidad, de que Clark estaba vivo. Darkseid lo tenia en su poder y lo había torturado por tres años sin dejarlo en paz. Lo había roto.

Todos pasaron la noche llorando. La visión de un Superman torturado se quemó en sus cerebros. En Metropolis, Lois Lane se sentó llorando, llorando abiertamente por el hombre que amaba.

Lois había visto el mensaje, había visto a Clark encadenado. Ahora no podía contener su miedo. Ella gritó mientras las lágrimas corrían por sus mejillas, antes de sentirse abrumada por sus emociones y desmayarse.

Bruce Wayne solo creyó que el destino de Clark había sido su culpa. Él pensaba que si tan solo hubiera matado a Luthor desde un principio, nada hubiera pasado.

Pensaba que gracias a el su amigo había tenido un destino peor que la muerte.

***

Apokolips.

En la cámara de tortura, en el palacio de Darkseid, había junto a Clark una pantalla donde se proyectaban una serie de imágenes de lo que pasaba en la Tierra. Clark vio con desesperación cómo el mundo que conocía cambiaba para siempre. Darkseid sonrió por como la Tierra estaba sumida bajo una guerra total. Después se dirigió a Clark.

-Puedes detener esto Kal-El. Hay un poder secreto que tu padre no te conto – y entonces, Darkseid sonrió – Al igual que los Lanterns del universo, los kryptonianos también canalizan su energía a través de los sentimientos. Todo el odio y la ira que tienes acumulada te harían poderoso. Se que tu fuerza esta regresado, solo que esta dormida. Úsala. Derríbame.

Fue entonces que Lex Luthor se acercó, y vio a Clark Kent encadenado y esposado.

-¿Así que estaba vivo? – pregunto Lex a Desaad - ¿Cómo lo encontraron? Se supone que exploto junto con Doomsday cuando entraron a la atmosfera...

-La explosión solo lo debilito – contesto el maestro torturador de Apokolips – Solo lo trajimos aquí y lo privamos del poder que le otorgaba el sol amarillo de tu sistema solar.

-Simplemente es impresionante – dijo Lex, tocando la cabeza del Hombre de Acero – Así que el dios se doblega ante mi...

Darkseid solo sonrió ante el comentario de Luthor. La siguiente fase de su plan estaba en marcha, y Lex Luthor era primordial para él. Solo se limitó a verlo con malicia a el y a Desaad.

De hecho, la fuerza y ​​el poder de Clark estaba regresado, pero ya no tenía la voluntad de aprovecharlos. Era un hombre destrozado. Darkseid se rió, luego asintió con la cabeza hacia Desaad, quien colocó un extraño dispositivo en la cabeza de Superman. Era un dispositivo de control mental, pues esperaba romper al kryptoniano aún más. Después, volvió a prender la pantalla a su lado.

-Te voy a mostrar lo que ha sucedido antes y lo que está por venir.

La pantalla cobró vida. Los ojos de Clark estaban entre-cerrados pero podía ver. Vio la vida del hombre primitivo, los esclavos de Egipto, las guerras greco-persas...

-Esta es la raza en la que tienes tanta fe en Kal-El... tienen un gran potencial, pero como puedes ver, su naturaleza sedienta de sangre... su ansia de poder... su codicia e instintos asesinos son demasiado poderosos para superarlos por sí mismos.

Cuando las imágenes del Imperio Romano pasaron por su mente, Clark vio a los gladiadores del Coliseo y luego avanzó hacia los sangrientos horrores de las cruzadas y a la aniquilación de las tribus nativas de las Américas.

Las lágrimas corrieron por el rostro de Superman cuando fue testigo de las atrocidades de las guerras mundiales, la persecución y el genocidio del Holocausto, los breves gritos de la gente de Hiroshima y Nagasaki cuando sus vidas fueron apagadas por la bomba atómica.

Y luego vio a Batman, a Bruce Wayne... al terrorista. Lo vio plantando bombas, asesinando gente, enviando mensajes de odio a través del mundo.

Ese estúpido justiciero, ese terrorista... ahora lo odiaba con cada pensamiento en su mente.

Superman sintió cada muerte provocada por Bruce. Cada célula de su cuerpo estaba en agonía mientras le mostraban estas imágenes.

-Estos humanos... mira lo que han hecho con libre albedrío. Ya no se les puede permitir gobernar sus propios destinos, Kal-El. Te llaman Superman... sé ese hombre Kal-El. Ayúdalos... no dejes que se destruyan a sí mismos... empieza por asesinar a Bruce Wayne, a Batman. Demuéstrales a todos lo que les pasa a los terroristas y subversivos. Quiébralo...

Clark jadeó al ver la Tierra llena de cicatrices, en llamas. Los cuerpos yacían muertos por todas partes, sus cadáveres pudriéndose y sin señales de vida en ninguna parte. El cielo oscuro, salvo breves relámpagos... tan triste.

-Este es el destino de la humanidad si no actúas. Por eso estoy aquí. Para controlar sus vidas para que no cometan los mismos errores que cometió tu pueblo kryptoniano...

Clark gritó cuando vio una imagen de sí mismo, sosteniendo a una Lois muerta en sus brazos antes de que todo comenzara a temblar. La Tierra explotó. La pantalla de imágenes se apagó cuando Clark abrió los ojos por completo.

-Conviértete en un verdadero héroe Kal-El, cumple tu destino... ¡ayúdalos! – fue cuando el dispositivo de control en su cabeza surtió efecto por completo – ¡Mata a Bruce Wayne!

El dispositivo de control se puso en marcha de nuevo. A Clark se le mostraron las mismas imágenes una y otra vez mientras Darkseid intentaba envenenar su mente.

-Verdad y justicia... lo que estás viendo es la verdad Kal-El... mi dominio de este mundo es la justicia...

Clark ya no estaba roto. Podía sentir la fuerza en su cuerpo, el poder que fluía a través de él.

-Pero tú Kal-El... eres esperanza... eres el único que puede salvarlos... salvarlos de sí mismos. Debes unirte a mí. Conquistaré este mundo pero tú... tú los gobernarás.

-Pero yo soy el amo de la Tierra – Luthor intervino, molesto ante la afirmación de Darkseid – A mí me prometiste el planeta. Te exijo que me ayudes a recuperarlo.

-¡Tu no estás en posición de pedirme nada! – Darkseid grito. Ahora sus ojos eran de un color rojo sangre – No olvides tu lugar Lex Luthor. Mientras estés aquí vas a cumplir todas mis órdenes – Luthor solo se limito a ver al suelo. A pesar de todo, le tenia miedo a Darkseid. Entonces el tirano le siguió hablando a Superman – Juntos tomaremos el control de toda la vida y remodelaremos el universo. Te doy la Tierra... muéstrales el camino de Kal-El.

Superman miró hacia arriba, mirando a los ojos de su captor, luego a Desaad. La ira y la rabia llenaron sus sentidos cuando rompió sus ataduras. De pie, libre ahora, Clark volteo hacia Desaad, que lo había torturado durante tanto tiempo.

Desaad intentó retroceder, pero Superman fue demasiado rápido para él. Kal-El lo agarró por el cuello, acercándolo. Los ojos de Clark ardieron cuando su visión de calor se encendió, disparando directamente a través de Desaad, quien gritó cuando Clark lo levantó y dobló su cuerpo, rompiendo su columna vertebral antes de aplastar su cráneo en sus manos, matándolo.

Cuando Superman dejó caer el cuerpo inerte de Desaad al suelo, volteo hacia Lex Luthor, que estaba horrorizado ante la escena que tenía ante él, así que el calvo intento retroceder.

-Darkseid... ordénale a Superman que deje de verme así... quiere matarme – Lex balbuceo –

-Tú mismo te lo ganaste, Alexander Luthor – Darkseid le contesto – Hiciste de su vida un infierno, hiciste que dudara de sí mismo, lo empujaste al abismo y le quitaste su vida... ¿Cómo querías que reaccionara? Un simple hombrecito como tu debería de entender que volar demasiado cerca del sol provoca una quemadura severa.

-Pero me prometiste la Tierra... me diste armas – Lex cayo al suelo y comenzó a arrastrarse por el suelo – ¡Todo lo que hice desde un principio lo hice por ti! ¡Ensucie la reputación de Superman y destruí su vida por ti! – Lex grito, furioso – ¿Así es como me pagas?

-Solo fuiste un instrumento para mi plan – Darkseid respondió, mientras ponía una sonrisa al ver como Superman levantaba del suelo a Lex y lo tomaba del cuello con una mano – ¿Recuerdas que te dije que aún tenía planes para ti? Pues es esto. Entregándote a Kal-El, él te mataría y al fin consumaría su venganza contra el terrícola que destruyo su vida. Y en cuanto a tu "Régimen", solo quería que encontraras la Ecuación Anti-vida por mí. Y ahora tu lacayo el gorila ya lo ha hecho. Ya no tengo nada que ver contigo.

-¡Noooo! – Fue lo último que Lex Luthor grito en vida –

Clark apretó el cuello de Luthor con fuerza, y entonces le arranco la cabeza de un tajo.

Y así sin más, acabo la vida de Alexander Luthor.

Toda su vida se empeñó en destruir a Superman, y sin saberlo, solo había sido el instrumento final para que este cayera en la locura y en el odio.

Su vida fue simplemente instrumental.

Después de dejar caer el cadáver de Luthor, Clark volteo a ver al sol rojo de Apokolips, luego a Darkseid. Se postro en el suelo y caminó hacia su enemigo con los puños cerrados.

Darkseid miró a los cuerpos sin vida de Desaad y de Luthor, y luego volvió a mirar a Superman.

-Bueno, hijo de Krypton... ¿me matarás ahora? ¿O ayudarás a tu gente? ¿Cuál es tu respuesta?

Estaban cara a cara, Darkseid y Superman. Los ojos de Darkseid parecían brillar mientras esperaba la respuesta de Kal-El.

-¿Y bien? ¿Qué dices...?

Superman se rió, sus músculos se tensaron mientras sus ojos ardían una vez más. Sintonizando rápidamente, atacó con su visión laser a los cuerpos sin vida de Desaad y Luthor, mirando cómo se incendiaban.

-Bueno, no volverán de entre los muertos – dijo Darkseid –

Kal-El vio como sus cuerpos se convertían en cenizas, antes de voltear hacia Darkseid, con una expresión de determinación sombría en su rostro.

Tres años dejo que madurara el odio de Clark...

Tres años dejo que sus rencores mataran su alma para volverlo una arma de carne y hueso dispuesto a hacer su voluntad...

Por tres años, Darkseid mantuvo oculta a su súper-arma, su "haz bajo la manga". Y ahora era el día en que la echaría a la Tierra, para instaurar su orden, para imponer su justicia en el mundo.