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Charlotte Verstappen
4 meses después...
He estado tan ocupada en estos días que trato de descansar y organizar demasiado en lo que debo hacer, principalmente comencemos por lo interesante y por lo que vinieron en realidad...
Charles y yo estamos de maravilla, ambos hemos estado en contacto cada que podemos mientras yo voy a la universidad, aunque me gustaría acompañarlo a los GP, la universidad está por dar fin a su semestre y necesito entregar mis tareas a tiempo.
Charles viene a Hasselt cada que puede y eso me hace de lo más feliz, siento que estamos incluso mejor que la primera vez que salíamos.
Ahora nos comunicamos más y nos decimos con más amplitud lo que no nos gusta y porque, así tenemos más soluciones en pareja y no tanto como personas individuales.
Mi padre volvió a tolerar a Charles a los tres meses desde que regresamos... Lo sé, pero es algo que tarde o temprano iba a pasar.
Max sigue siendo el campeón en todas las carreras, y eso me hace muy feliz, hoy me enteré que Victoria esta embarazada ¡Seré tía de nuevo!
Y bueno, no se si haya más que contar.
Pero lo único bueno que hay en este momento es que vamos en camino a Mónaco, mi familia y yo a pasar unos días con la familia de Charles.
Aunque me sorprendió su invitación, acepté de inmediato y mis padres igual.
Victoria tomo un vuelo después de nosotros y ella llegará una hora después que aterricemos.
Max dijo que vendría por nosotros al aeropuerto, aunque Charles insistió que fuera el quien nos recibiera en Mónaco decliné la oferta.
Al llegar al aeropuerto y entrar puedo ver a Max a unos kilómetros míos, está junto a un guardia quien platica entretenidamente con el.
Al verme habla brevemente con el guarida y camina hasta nosotros con alegría.
—¿Que tal estuvo el vuelo?— dice antes de que llegue a él.
—Aburrido.
Me abrazo con fuerza para luego dejar un beso en mi frente, pasa a abrazar a mis padres y con rapidez caminamos hasta el auto.
Max se más arregla con ayuda de mi padre a meter las maletas en la cajuela del auto mientras mi madre y yo nos subimos.
—¿Estás nerviosa?— me dice.
—¿Nerviosa? No estoy nerviosa, siempre que vengo ceno con su familia.
—Está bien.— me dice con una sonrisa.
Mi padre y Max entran al auto y con rapidez comenzamos a adentrarnos para llegar a Mónaco, el camino es corto 20 minutos y ya estamos frente al hotel.
Un señor nos ayuda a bajar las maletas del auto mientras nosotros nos adentramos en el hotel. Es igual de bello que como lo recordaba.
—Habitaciones 502 y 592.— dice la señora dándonos dos llaves.
Mi cerebro comienza a funcionar a mil por hora y... ¿502? Es donde Charles y yo... bueno ustedes saben...
—Yo pido la 502.— digo con rapidez.
—Son iguales ¿no?— dice mi padre.
—Así no caminaré tanto.— tomo la llave y todos nos subirnos al elevador.
Llegamos al quinto piso y mis padre junto a Max comienzan a caminar a la habitación de ellos.
Camino pocos pasos y encuentro mi habitación, la cual se me dificulta abrir la puerta.
Cuando por fin puedo entrar lo que veo me deja en shock.
Charles está parado en medio de la habitación con una ramo de tulipanes, mis flores favoritas.
—Me dijiste que no te recibiera en el aeropuerto, pero no dijiste nada del hotel.— dice con una sonrisa.
Mi sonrisa se hace cada vez más grande y corro hasta el para abrazarlo, abre sus brazos y me recibe con muchas ansias.
—Te extrañe mucho amor.— me susurra mientras nos abrazamos.
Nos separamos un poco y nuestros labios se unen con rapidez, si boca se abre sobre la mía y comienza un beso apasionado.
—Charlotte tu...— una voz llega a mis oídos y casi al instante se quien es.
Nos separamos del beso y volteo un poco la vista para verlo, Max.
—Hola Max.— dice Charles con una pequeña sonrisa. —¿Te importaría? Estábamos un poco... ocupados.
—Adiós.— dice Max saliendo de la habitación.
Ambos nos reímos y yo me devuelvo para encararlo.
—¿Cómo has estado?— le preguntó.
—Muy bien, aunque tengo algo para ti.— dice. Lo veo muy contento y cuando está por ir por el se devuelve y me pregunta. —¿Cómo has estado tú?
Suelto una risa y asiento.
—Estoy de maravilla.
Charles casi corre a la cama donde puedo ver que hay como 10 bolsas con diferentes marcas.
—¿Eso que es?— preguntó acercándome a las bolsas.
—¿Recuerdas que te dije que te daría una sorpresa?— dice y yo asiento—Estarás aquí 10 días son 10 regalos.
—¿Y eso es por..?
—En tu cumpleaños no te regale nada y además ¿no puedo regalarte nada?— dice mientras busca entre las bolsas algo.
Encuentra una caja parecida a la de un collar y sus ojos se iluminan al ver el exterior.
—Cierra los ojos.— me pide mientras toma la caja.
—¿Qué es?
—Cierra los ojos y lo averiguarás por ti misma.— dice con una sonrisa.
Cierro los ojos y solo siento como la respiración de Charles se acelera, esta emocionado.
—Ábrelos.
Abro los ojos con cuidado y lo que veo me deja completamente helada.
Observó la pieza que reposa sobre la caja y es espectacular... Ni siquiera tengo palabras para describirlo... Es hermoso, una pieza única.
Es un collar, pequeños diamante en forma de óvalo se unen con cuidado en medio del armazón con algunos diamantes circulares, su patrón se repite sin fin hasta llegar a la pieza central, un diamante ovalado armado delicadamente haciéndolo lucir espectacular. Con solo verlo pudo saber que es un collar con valor de millones y mi corazón se hace pequeño, no se si es por la emoción o porque yo no traje nada.
—Es hermoso.— hablo después de lo que parecen minutos.
—Era de mi madre.— me revela mientras lo saca con cuidado. —Mi abuelo se lo regalo a mi abuela y mi padre a mi madre.— revela mientras cuelga el collar en mi cuello. No se si es así de pesado o con saber la historia de fondo me hace saber cuánto valor sentimental tiene para Charles y para su familia. —Y bueno, yo te lo estoy regalando a ti.— revela dejando un beso en mi mejilla.
—Es hermoso.— digo con un nudo en la garganta.
—Espero te haya gustado.— dice abrazándome.
—Me encanto, muchas gracias.— digo separándome un poco para poder observarlo.
Su sonrisa se agranda en cuanto yo le ofrezco una y sus hoyuelos se hacen presentes, sus ojos verdes brillan como si de la luna se tratara y simplemente no se que hice para merecerlo, que hice para ser feliz con el.
Dejo un pequeño beso en sus labios antes de volver a abrazarlo, estos son los momentos que más amo, solo los dos, sin cámaras ni gente entrometida, solo nosotros dos sin necesidad de estar desnudos... Bueno aunque eso tal vez pase igualmente, pero estos momentos son los que de verdad anhelo.
*Cosas de la habitación de Charlotte*
¿Que les pareció? 🙈
Lamentablemente ya estamos llegando al final 😞
Meta: 60 votos y 30 comentarios ☺️
Navila Mikaelson
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