
Adiós...
Alicia.
El vuelo a Los ángeles había aterrizado justo antes de que cayera la noche. Nos acompañaban toditos, nawebona. Mi vida consistía en un plan vacacional con estos mmaguevos que ni dejan a uno echarse un peo solo. Mi mamá e Ian nos recogieron junto a Jorjius quien tuvo que tomar un vuelo antes debido a reuniones que tenía pendiente, verga, al fin, cualquiera dice que se la pasa ocupado pero es más lo que ladilla a uno que lo que trabaja.
Estaba con los ovarios en la garganta puesto que mi mamá se iba a hacer cargo de Riley esta noche, por una parte estaba aliviada porque se quedarían donde tía Maythe y en esa mierda están más resguardadas que en Miraflores. Pero era la primera noche que tenía sin mi bebé y verga, la vaina pega.
Por otro lado, notaba a Dylan algo distante, como si estuviera ocultando algo, lo que me hizo recordar a aquella noche en la habitación de invitados de la casa de Bourne cuando dijo que necesitaba hablar algo muy serio conmigo.
Si, me habló del aborto que tuvo Britt y lo mal que ambos la estaban pasando. Pero a parte de eso, lo había estado notando extraño. Como si no se mereciera mis caricias o mimos, algo ocultaba, Dylan era terrible diciendo mentiras.
—¿En qué tanto piensas? —me preguntó Julia acercándome un juguito de caja mientras ella tenía una copa de vino en su otra mano— siento que no puedas tener una muy alocada noche como Dios manda, nena. Pero recuerda que estás lactando.
Sonreí suavemente.
—Soy consciente. Gracias por preocuparte, cuñis.
Tomó asiento junto a mi en el mueble. Llevaba una de las camisas de béisbol de Dylan al igual que yo y un mono de pijama. Las muchachas querían hacer de mi despedida de soltera una pijamada ya que el frío de la noche no me hacía nada bien en mi estado.
—¿Dylan ya se fue? —pregunté checando la hora en mi teléfono.
—Hace media hora Froy y Ty vinieron por él y se lo llevaron con los ojos vendados —señaló hacia ningún lugar en específico— con el dinero de los Harries y con los Mexicanos comandando la noche, que no te sorprenda si te lo entregan en calzones mañana por la mañana.
Me reí aunque para mis adentros me dije que más le valía a esos coñoemadres traerme al macho mio enterito o yo misma les cortaria el webo uno por uno.
Las primeras en llegar hablan sido mis tres fantásticas, acá Holly, mi china terrorista y la vidrio.
—¡Activa en la pista, marica! —exhibió una botella de Centauro delante de nosotras.
Adivinen el personaje.
—Manten esa botella alejada de Jules —le advirtió Holland— la última vez que esa criatura probó ese tipo de licor, le bajó el ligue al hermano de Vania.
Julia la miró con diversión.
—El sazón venezolano es poderoso, pero no le gana a la labia O'Brien, mi reina —le hizo un guiño.
vERGA.
Bueno, mentira no era.
Arden se acercó a la estantería y escogió uno de los CD's de Little Mix para poner chévere el ambiente. Julia y yo habíamos comprado bastantes pasapalos a excepción de los Tequeños, esos si los tuve que hacer yo porque acá los que venden saben a cartón.
El timbre sonó a los quince minutos.
—Entren que caben cien —Bea pasó bailando y con unas bolsas encima.
—Cincuenta parado y cincuenta de pie —Vee y Vania les siguieron la vaina.
Verga, Venus venía armada hasta la madre de puras botellas nawebona. Y Vania, weno, lambucia siempre, esa venía arrastrando tremenda bolsa.
Que sean los patacones de Bárbara, señor, que sean los patacones de Bárbara...
—¡Adivinen quién se vino lista pa la guerra! —Teresa entró esmolleja' con dos botellas de Anís en las manos y casi que cayéndose porque el mono del pijama le quedaba grande— marica que beta, aún no supero que acá es súper normal ver a alguien en pijama en un supermercado. Una que se tiraba sus pintas en Venezuela hasta para esas pajas.
La realidad, mami.
—Verga y más tú —le dije— que teníamos que esperarte una hora hasta que te saliera el mmaguevo delineado para poder irnos.
—Bueno mami, primero muerta que sencilla.
Sonreí.
Dejó las botellas sobre la mesa y vino a darme un abrazo. Abrazo que duró algo más de lo debido, ¿Y cómo no? Con nuestras vainas, Teresa y yo nos hemos estado distanciando un poco, ya no estabamos tan chicles en la vida de la otra como hace un par de años. Ella estaba enfocada en su música y yo en mi carrera y mi familia.
A veces me sentía una maldita, porque Teresa ha estado pasando por vainas fuertes. Lo de The X Factor, el abuso de poder de maldito de Simon Cowell y su rompimiento con Thomas. ¿Donde estuve yo para escucharla y consolarla?
Exacto. No estuve.
—No puedo creer que esta sea tu despedida de soltera —me susurró con emoción.
—Ni yo que tu primer single sea #1 en Spotify —le susurré de vuelta. Vi cómo se sonrojó— de pana que estoy muy orgullosa, chama.
Volvió a abrazarme.
—Te extrañé mucho.
Cerré los ojos para corresponderle el abrazo.
—Yo también te extrañé.
—¿Van a quedarse ahí o ya podemos empezar a hablar paja de nuestros novios? —propuso Crystal.
—En ese caso, Julia no juega —le mamé gallo— a Missie la tienen que beatificar de lo santa que es.
—O conseguirle trabajo con Santa Claus, porque el tamaño de esos cuernos no son norm...—Julia le sentó un almohadazo por la jeta a Cho— ¡Mira, mami! ¿Acaso estás buscando que te prenda el cabello en fuego con mi encendedor?
—Yesquero, nena —la corrigió Crystal— yesquero.
Me reí durísimo al ver cómo Arden miró feo a Crystal.
—Aja, equis —Bea llamó nuestra atención dirigiéndose a la puerta— tenemos muchísimas vainas preparadas. Te aseguro que será una noche que jamás olvidarás.
Me hizo un guiño en lo que abrió la puerta.
Nopuedesernopuedeser.
Marico, ¿Qué hacía Dean en mi casa vestido como una Drag Queen?
Dylan
—Me alegra que respetaran mi decisión de hacer algo tranquilo esta noche —le sonreí a mi mejor amigo— en verdad, esperaba como mínimo el sótano de la casa de Ty, contorsionistas prostitutas y bastante cerveza irlandesa.
Ty me miró con ironía.
—Por favor, chiquistrikis —palmeó mi hombro— ¿Cerveza irlandesa? No seas mamón, que el licor más bueno de este puto mundo viene de Mexico.
—Concuerdo contigo, papi —Froy le hizo un guiño.
—¿Pero la limusina era completamente necesaria? —levanté mis manos— cada quien pudo traer su aut...
—Deja de ser antiyupi y diviértete, ¿Quieres? —me acercó una cerveza.
—Hoech tiene razón —lo secundó Daniel— no todos los días tienes una despedida de soltero, ¿O si?
Buen punto.
—Aún sigo pensando que es mucho para ir a casa de Ty —todos callaron y miraron hacia otro lado— porque sí vamos a casa de Ty, ¿Cierto?
Es que yo sabía, ¡Yo sabía! Esto era un secuestro.
—ª... Por supuesto que iremos a mi casa —Ty agudizó la voz— pero tendremos que hacer una pequeña parada en la mansión. Parece que a Finn y a Jack se les ha descompuesto el carro.
Relajé mi postura. Si, tenía sentido.
Y si, me creí la cochina mentira por veinticinco calles y colina y media.
—¿Me pueden decir qué estamos haciendo en los Hamptons si los gemelos viven en Beverly Hills? —los fulminé a todos con la mirada al ser el último en bajar del auto.
Froy me miró con gracia.
—Ty dijo que iríamos a la mansión —aclaró— pero no a la mansión Harries.
Al escuchar sus palabras fue que tomé en cuenta mi alrededor y me fijé en el enorme lugar.
Lo hicieron otra vez.
—¿En serio? —dije— ¿La mansión Playboy? ¿Acaso quieren que George Peñalver me arranque la cabeza?
—Mira nomás —Ty me dio un zape— se dice gracias, cerda malagradecida.
Lo insólito fue que Finn y Jack aparecieron por las puertas principales tras George y un par de chicas con lencería de conejitas.
—Avisao, quién no traiga el permiso otorgado en físico y firmado por su respectiva Cuaima, no me entra a la vaina esta —advirtió— y más con vos, Posey. No quiero que la chinita venga y me explote mi rancho por haberte traído —mis amigos se rieron junto a George— no, en serio, no quiero peos con las locas de las jevas de alguno de ustedes. No hay nada que asuste más que una tipa despechada.
Para mi sorpresa cada uno sacó un papel doblado de su billetera o del bolsillo de su pantalón.
Fruncí el ceño mirando a Ty.
—Si, es cierto —respondió sin dejarme hablar— aquí cada uno recibió un regaño previo antes de venir y puedo asegurarte que todas y cada una de las chicas dentro de esa mansión están amenazadas por mi novia de que si se atreven a tocarnos, les explota el lugar con una granada.
—Amigo —le habla Daniel— tu novia a veces me asusta.
—La neta si. Pobrecito tú, los coñazos de Crystal tampoco son suavecitos.
Y razón tenía. Por estar jugando con ella, me dejó la marca de su anillo en la frente.
—Mientras ustedes organizan su papeleo, mi soltería y yo vamos a explorar el lugar —Hoech tomó un collar floreado que estaban ofreciendo las chicas y entró a la mansión como dueño por su casa.
Cruzo los dedos porque se consiga una novia.
Luego de que Finn recogiera los permisos, las chicas nos colocaron aquellos collares.
Mis ojos se abrieron de par en par en cuanto miré la mansión por dentro.
Ty me ofreció un shot.
—¿Listo para decirle adiós a la maravillosa vida de soltero? —me miró con gracia.
Una morena con un traje ajustado y ridículamente pequeño, se acercó y tiró de mi mano.
—Hola, bombón —sonrió coquetamente— prepárate para la mejor noche de tu vida.
La miré un par de segundos.
Me giré hacia Ty y de un solo trago me tomé el shot ante su cara de idiota burlón.
—Okay, hagamos esto.
. . .
Dios mio. Podría jurar que habían pasado un montón de horas antes de mirar mi teléfono.
Apenas iba a dar la medianoche y por muy divertido que se veía todo, sentía una extraña sensación en el estómago.
Dejé mi cerveza a un lado y me senté sobre un sofá de cuero rojo de la sala. Apartándome un poco del ruido y de las personas. Necesitaba un respiro.
Ty y Froy iban a reventar mi estómago de tanto alcohol y podría jurar que tenía suerte de poder sentir mis pies firmes aún.
—Chiquito, ¿Por qué tan solito acá? —Jesucristo, acá las chicas salían incluso hasta de las sombras. No me malentiendan, se han portado muy amables conmigo desde que llegué y yo he estado haciéndoles el feo— ¿No estás divirtiéndote?
La miré apenado, tratando de mantener mis ojos en los suyos sin desviarlos hacia su pequeño disfraz de policía.
—No, no es eso —sonreí tímidamente tomando mi teléfono entre mis manos— es que tenía pensado llamar a casa para saber de mi hija.
La chica tomó asiento junto a mi.
—¿Tiene una niña? —sonrió de otra forma, ese toque coqueto había cambiado a uno de completa ternura— ay, me gustan los pequeños, ¿Qué edad tiene?
Sonreí un poco cómodo.
—Tiene apenas unos meses —encendí la pantalla de bloqueo de mi celular para mostrarle la foto de Alicia cargándola— se llama Riley.
—¡Ay, cosita preciosa y abrazable! —hizo un pequeño puchero— recuerdo cuando mi Peter estaba de ese tamaño. También tengo un niño, tiene dos años —sacó su teléfono.
Por la chica de vestido floreado que salía en la fotografía cargando al niño de cabello azabache, jamás hubiese pasado por mi cabeza que fuese una stripper.
—Si, ya sé lo que piensas —habló antes de que yo pudiera hacerlo— pero solo es un trabajo de bailarina. Yo no... Yo jamas dejaría que los clientes se sobrepasaran.
Puse mis manos frente a ella pidiéndole que dejara de hablar.
—No he pensado otra cosa además de que tienes un niño muy lindo —sonreí amablemente— descuida, trabajo es trabajo.
Sonrió de forma apenada.
—Te daré espacio para que preguntes por tu bebé —se levantó— si necesitas algo avísame, ¿Si?
—Muchas gracias, señorita.
La chica se sonrojó por la forma en la que le llamé.
Si, quizás esté vestida de una manera muy llamativa y que sea una mujer preciosa. Pero eso no me daba el derecho a mi de pasarme con ella hablándole con apodos obscenos como seguramente ha de estar acostumbrada.
No era de ese tipo de personas.
—¿Aló?
—May, soy Dylan. Disculpame por la hora —pasé la mano por mi cuello— solo llamaba para saber cómo está Riley. ¿Va todo en orden?
—Nawebona, hay que ver que Alicia y tú le echan bolas, nojoda —bostezó— Riley tiene como dos horas desde que se durmió. En una hora le voy a dar tetero. Alicia me ha llamado cinco veces en las últimas dos horas ya.
Sonreí para mí mismo.
Es entendible, era nuestra primera noche sin la bebé. Éramos unos padres preocupados.
—Tú entiendes, May —dije— no estamos acostumbrados a dejarle niñera. Y mucho menos a estar fuera de casa teniendo que estar al pendiente de ella.
—Coño, pero yo la estoy cuidando bien acá con Jason. Disfruten de sus despedidas de soltero, chico —insistió.
—Hablando de ello, créeme que estoy buscando la excusa perfecta para irme —bostecé— sé que es mi despedida de soltero pero ha sido suficiente por esta noche. Ahora lo único que quiero es tener a mi bebé conmigo en casa, así estaré más tranquilo.
—¿Dices que la vienes a buscar ya?
—Si no es molestia...
—Claro que no, mi vida —rió— entiendo perfectamente y es lindo que se pongan así, ambos están aprendiendo que ser padres no es cualquier vaina. Avisame cuando estés llegando para bajar con la bebé.
—Gracias, May.
Guardé mi teléfono antes de caminar hacia la fiesta. Los chicos estaban pasándola increíble con las bailarinas y el tequila que me dio vergüenza decir que ya quería irme. Así que me acerqué a la única persona que no me reprocharia al hacerlo.
—Oye, amigo. ¿Me haces un favor?
Finn sonrió.
—¿En qué puedo ayudarte?
. . .
Alicia
—Marica, ¿Pero es que tú no ves que la maldita esa anda puro ojos y ojos con Froy en el set de Teen wolf? —Venus se zampó su trago— y el otro boca abierta Kike "illi sili quiiri sir imibli".
Aquí andábamos hablando paja de todo el mundo, chama.
—Te entiendo, nojoda —la apoyé— la misma guevonada me pasaba con la Rosita sarrapastrosa y Dylan. Gracias a Dios y a todos los santos del pesebre que Kaya le tiene siete ojos encima cuando tienen que grabar porque la bicha busca metérsele por los ojos a Dylan.
—Ay no, ustedes —Julia andaba limandose las uñas— gracias a dios que yo no sufro por ningún macho.
—No —le dijo Bea— tu sufres por todas las cucas latinas de este cuarto, chica.
—Empezando por la tuya —Julia le picó el ojo.
ERGAAAAA.
Toditas empezamos a mamarles gallo.
Extrañaba pasar tiempo con las muchachas. Entre tanto peo con los anónimos y Riley había olvidado lo que era pasar un día con mis amigas.
Íbamos bien, chama. Pero todas estaban muriendo por preguntarle a Teresa lo que ella no quería responder.
Como siempre, Crystal fue la que abrió la jeta.
—Tessa... —le habló suavecito— ¿Cómo estás tú luego de...? Bueno, tu sabes.
Todas miramos a Teresa casi que al mismo tiempo.
Estábamos en la sala del departamento, sentadas en la alfombra mullida con un poco de cojines, unos pasapalos en el medio y alcohol.
Teresa jugaba con una de las tiritas de la alfombra.
—Al principio... No es fácil, o sea —lamió sus labios intentando buscar la palabra correcta— dos años, estuvimos juntos por dos años y que de un día para otro te llegue a faltar es... Al inicio es como si te quitaran el aire, literal, así se siente.
»Con el tiempo aprendes a ocuparte en otras cosas, obligarte a pensar en otras cosas para distraerte y no pensar en él... Hasta que simplemente encierras ese recuerdo en una caja y la escondes en un lugar oscuro para que nadie pueda abrirla y hacerle regresar. Así me siento. Extraño a Thomas. Pero por ahora trato de no pensar en él, por mi salud mental.
Estiré mi mano hasta tomar fuertemente la suya en un apretón.
Se me había arrugado el corazón. Escucharle hablar de esa forma y con una expresión tan neutra solo me dio a entender cuán rota debía sentirse por dentro. Porque la conocía, por dentro estaba gritando.
Pero era lo suficientemente obstinada como para admitirlo.
—Epa, tengo hambre —ella misma rompió el silencio sacando a flote su lado boleta— marica, ¿Qué tanto se tarda Holland con el deliv...?
Palabra cierta, abriendo la jeta Teresa, entrando Holland con el coñazo de cajas de pizza y dejándolas en medio de nuestro círculo.
Julia se levantó y se estiró un poco antes de caminar hacia la repisa donde estaba la televisión.
—¿Por qué tardaste tanto, pues? —le pregunté alcanzando un pedazo de pizza ya que Arden y Teresa habían empezado a arrasar— ya decía yo que te habían atracado.
—Habia demasiada fila, Lily —bufó— diosmio, me duelen los pies. Estuve esperando a que al nuevo del mostrador le explicaran cómo usar la caja registradora y atender a los clientes.
Que webo.
—Oye —Bea llama la atención de Jules al ver cómo prende el televisor y lo conecta a su computadora— ¿Le mostrarás ya la sorpresa?
Fruncí el ceño.
—¿Sorpresa? —nojoda, me encanta el chisme— ¿Cuál sorpresa?
Julia miró a Bianca y ambas sonrieron.
Ay, si me dicen que se metieron un faje las sapeo con el pobre Logan.
—Con Bea hicimos una recopilación para ti —habló Julia con mucha emoción— fue todo un rollo, pero tuvimos bastante ayuda del equipo de producción de The Maze Runner y demás.
Empecé a sentir calor en las mejillas.
—¿Recopilación? —repeti.
—Ajam —respodió Bea antes de mirar a Julia— ponle la vaina que ya quiero ver su reacción.
Julia asintió eufórica y luego de pedirle a Vania que apagara la luz, se sentó en el piso con nosotras y le dió play al vídeo.
"Hola a todos, Dylan por acá" —saludó mi bebé en un live— "estamos a punto de iniciar la última entrevista de la gira y precisamente en la comic con"
Ay chamo.
Se vio un corte de escena y ahora el vídeo se veía desde otro ángulo. Como si fuese grabado por una cámara de seguridad.
Comprobé mis sospechas en cuanto reconocí a Teresa entrando a lo bestia al escenario formandole peo al pobre guardia de seguridad por haberla empujado.
Se notó la forma en la que Dylan se me quedó mirando cuando subi al escenario con toda la pena del mundo. ¿Cómo no me había dado cuenta de eso?
"¿Podrían decir sus nombres?" –preguntó Thomas.
Noté como Teresa desvió la mirada y Vee le dió un abrazo de oso desde la espalda.
"Soy Alicia y ella es mi hermana Teresa"
La escena cambió. Eran videos de nosotros en nuestro primer viaje a Venice.
"Hola, Cuties. Dylan por acá —mi bebé sonrió— les presento a mi novia, Alicia"
"Pajuo, apaga eso y ven a comer que se te enfría la arepa"
Corrieron pequeñas escenas de mis apariciones en Teen Wolf. Momentos Stalia, nuestros besos...
—Chama, esto está precioso —apenas dije, no quería interrumpir absolutamente nada.
Bea sonrió con complicidad mandándome a callar para que siguiera viendo.
"Hola, idiotas. Holly y Ty por acá" —Holland le tiró un beso a la cámara.
"Okay, chicos. Mucha atención que lo que están por ver a continuación les dejará con la boca abierta" —Ty sonrió.
No tardé mucho en reconocer el ala este de la mansión Harries y toda la decoración navideña.
Entonces pasaron a la escena del solo de Dylan cantando What makes you beautiful junto a todo One Direction y arrodillándose frente a mí.
Se me arrugó el corazón.
La música disminuyó con los aplausos y justo cuando Dylan abrió la boca para hablar, Teresa se puso a gritar.
"¡SILENCIO TODO EL MUNDO PARA ESCUCHAR LA LABIA MÁS ARRECHISIMA DE TODA ESA RELACIÓN!"
Noté la forma en que Dylan rascaba con nerviosismo su cabello.
"Alicia Rojas Peñalver -empezó- desde que te conocí supe que estábamos destinados a llegar juntos a éste día. Me enseñaste que puedo superarme a mi mismo, te convertíste en la razón de mi felicidad, quisiera darle más horas al día o más días al año para poder así demostrarte con cada gesto cuánto significas para mí..."
La imagen fue cortándose poco a poco pero el audio seguía intacto.
Julia frunció el ceño y le metió un coñazo a la computadora a ver si reaccionaba.
Pero la escena que mostró mientras el audio seguía... Me cayó como baldazo de agua.
Al principio sólo era él, mi Dylan, tomando un baño completamente inmerso bajo la regadera. La cámara que estaba captandolo todo parecía que la hubiesen ubicado en un lugar específico como en mi repisa de lociones.
"—Me sacaste de foso de oscuridad en el que estaba hundido por problemas que ahora ya no tienen importancia"
Vimos la forma en la que la maldita de Harriet se desvestia descaradamente y se metía con él en la ducha.
—¡¿MARICA QUÉ ES ESO?! —Venus pegó el grito al cielo.
Julia y Bianca se miraron alarmadas, pues parecía que esto no estuvo en sus planes.
—Alicia... —Vania me empezó a llamar— mana mírame acá... Julia, hija e tu pepa, quita esa molleja.
Pero antes de que Julia moviera nada le quité la computadora para seguir viendo.
Ella se acercó a abrazarlo por la espalda y el sin poner resistencia alguna se dejó acariciar.
"—Me tomaste de la mano y me hiciste volver a creer en mí. Jamás me diste motivos para no quererte porque, cariño, eres la persona más increíble que he conocido en mi vida... -se le quebró la voz-"
Aún con los ojos cerrados por el agua, se volteó y se sintió... Como si me hubiesen quitado una parte del alma en cuanto lo vi tomarla y besarla.
"—No soy bueno con las palabras, pero cuando se trata de ti todo fluye con naturalidad, porque no soy yo, es mi amor hablándote por si solo"
Sentí como se me empezaban a salir solas las lágrimas.
—Alicia, dame la computadora —Teresa se paró en medio del televisor para taparme la vista exigiendome con una mano la computadora.
Le metí un empujón para que se quitara.
Él tomaba su cara, besándola y acariciándola bajo el agua... Tal y como lo ha hecho conmigo todo este tiempo.
"—Alicia, si aceptas ser mi esposa te juro... mierda, te juro que éste amor será más que extraordinario... será infinito"
La escena duró poco volviéndose al vídeo de la pedida de mano.
Sentía como todo el cuerpo me temblaba y fue entonces cuando empezaron a salir los sollozos.
"—Bonita, no llores más o harás que llore también, se supone que ésta vaina es seria -rió"
¿Por qué...?
¿Por qué precisamente él me hizo esto?
—¡Dame la computadora! —Crystal forcejeó conmigo por la computadora.
"—Sé que ésta pregunta te la hice una vez hace un par de años en México pero ahora voy a repetirtela delante de nuestra familia y los pajuos de nuestros amigos. ¿Quieres casarte conmigo?"
Se vio mi respuesta, se vio el beso y los fuegos artificiales.
Se vio como nos felicitaban...
Arden desconectó el televisor.
—Lily... —Julia tenía los ojos aguados— te... Te juro que esto no fue lo que Bianca y yo teníamos preparado para ti...
—¿No revisaste el video? —le reprochó Bea.
Vania y mi hermana se acercaron a abrazarme pero yo solo podía hacerme bolita en el piso.
—¡Te juro que lo hice al llegar del aeropuerto!
Esas dos empezaron a discutir.
—Lily, toma un poco de jugo —Holland intentó ofrecerme pero me negué.
—Amiga, ¿Necesitas algo? —me preguntó la china.
Pero yo no podía articular palabra alguna. Me sentía tan... Rota.
Y por si fuera poco...
Todas voltearon al escuchar la puerta abrirse.
Levanté la mirada y lo vi entrar emocionado empujando el coche con la bebé durmiendo dentro.
—Buenas buenas, damas —saludó— oigan, sé que no debería estar acá pero ya me voy a acostar —su mirada chocó con la mia— oh, mi amor —sentí una molestia en el pecho al escucharlo.
Las muchachas empezaron a poner sus caras de arrechera pero en cuanto me levanté, me miraron.
—...traje a la nena, supuse que estarías igual de preocupada que yo así que no te preocupes, dormiré con ella mientras tú y las chicas se divier... Reina, ¿Estuviste llorando?
Miré a las muchachas.
—Estoy muy apenada pero debo cancelar la fiesta —dije— Julia, necesito que por favor te lleves a mi hija a su cuarto y estés al pendiente, yo iré en un momento.
Dylan frunció el ceño.
—¿Qué? ¿Qué pasó?
Las muchachas tomaron cada una su bolso con corotos y fueron saliendo en fila india dedicándole una por una, una mirada de arrechera a Dylan. La de Teresa fue la más fea.
Dylan vio como Julia, llorando en silencio, simplemente le pasó por un lado tomando a Riley del coche y llevándosela al cuarto.
—Jules, ¿Qué...? —ella ni siquiera le respondió— okay, ya, no estoy entendiendo nada, Bonita... ¿Podrías...?
Hice lo que jamás, en estos dos años de relación con él, llegué a pensar que haría.
Dylan se llevó la mano a la cara para sostenerse la mejilla de la cachetada que le di.
—¿Pero qué...? —contuvo la respiración, en shock por mi reacción— Bonita, ¿Qué sucede?
Le estampé la derecha del otro lado de la cara.
—¡En tu vida vuelves a llamarme así, maldito cerdo mentiroso e infeliz!
Dylan abrió los ojos de la impresión ante mis palabras.
—Espera, espera —intentó tomarme de las muñecas pero no me dejé— ¿Qué mierda te sucede? ¿Te has vuelto loca?
Liberé bruscamente mis manos de su agarre y lo empujé estampandolo contra la puerta. Sabia que mi cuerpo no le movía en lo más mínimo, estaba en artes marciales mixtas, ese sopla y me tira al piso. Lo único que lo hacía ceder de esa manera eran mis palabras.
Porque jamás en mi vida le había hablado a Dylan de esa forma.
—¡Gracias al cielo y no! —me reí— loca iba a estar mañana si te decía que sí en esa mardita capilla. Dime, O'Brien, ¡DIME COMO COÑO E LA MADRE ME IBAN A PASAR POR LA PUERTA LOS MALDITOS CACHOS QUE ME PUSISTE!
Intentó tomar mis manos pero no recibía más que coñazos en el pecho de mi parte.
—¡No tengo idea de lo que me estás hablándo!
—¡Ay por favor! —ironicé— ¡Al menos ten las bolas de admitirlo, mmaguevo! ¡¿Qué necesidad había, Dylan?! ¡¿Ah?! ¡DIME, NOJODA! ¡¿QUE NECESIDAD HABIA DE PROPONERME MATRIMONIO SI TE IBAS A REVOLCAR CON ESA MALDITA PUTA?!
—¡SIGO SIN SABER DE LO QUE HABLAS, MIERDA!
Lo volví a cachetear.
—¡Te vi, asqueroso! ¡TE VI COMO LA TOCABAS EN NUESTRO BAÑO! ¡EN NUESTRA CASA!
Al escuchar la palabra "Baño" vi como su mirada cambió.
—Ay no... —murmuró— nena, créeme que todo tiene una explicación, si tan solo tú...
—No —levanté las cejas— yo vi lo que vi. De hecho, ¡Todas lo vimos! ¡Hasta Vania y Venus te vieron el webo parado!
—¡Fue un jodido malentendido!
Le di la espalda, haciendo un puño en mi mano izquierda. Dios mio, no quiero llorar, por favor no ahora y mucho menos delante de él.
—Quiero que te vayas.
—¿Qué? ¿Irme? ¡Pero Alicia!
—¡HE DICHO QUE TE LARGUES, NOJODA! ¿NO ENTIENDES QUE NO TOLERO TU PRESENCIA ACÁ? —le grité en la cara. Se me quebró la voz en cuanto vi que le estaban saliendo las lágrimas— Vos decides; o te vas tú o ahora mismo yo agarro a mi muchacha y me voy para que mi mamá, porque con la última persona en el mundo con la que quiero estar justo ahora eres tú, O'Brien.
—Amor... —se le quebró la voz.
No le presté atención girandome de nuevo, tratando de hacer el menor contacto visual posible.
Fue entonces cuando le di mi definitiva.
—Ya no quiero casarme contigo.
Sí.
¿Cómo podría dormir en la misma cama de un sujeto que se cogió a su propia prima y estuvo viéndome la cara de estúpida todo este tiempo?
El silencio cortante que invadió el lugar fue aún más horrible. Prefería mil veces los gritos de hace unos momentos, sería más fácil.
Porque hacerle lo que le hacía justo ahora me partía el alma.
—No, no no no, tu no puedes hacerme esto... —sentí como tomó mi mano y la safé con fuerza, más eso no lo detuvo, pues se aferró a mi torso— no puedes hacernos esto, Alicia ¡Tenemos una bebé! ¡Por el amor de Dios, eres el amor de mi vida!
Intenté con todas mis fuerzas quitarlo pero lo único que logré fue hacer que se aferrara a mi pierna.
—¡SUELTAME, DYLAN!
—¡NO LO HARÉ HASTA QUE ME ESCUCHES!
—¡ESCUCHARTE NO HARÁ QUE CAMBIE DE OPINIÓN! —le grité.
Pero cometí el error de mirarle a la cara.
Estaba tan rojo e hinchado por el llanto, las lágrimas no dejaban de rodarle por la cara y no se reprimia en llorar tanto como yo.
—¿Quieres que me arrodille? ¿Quieres que te suplique? Lo haré si eso es lo que quieres para que me escuches...
Intentó arrodillarse pero liberé mi pierna.
Caminé hacia nuestra habitación y abrí las puertas del armario de par en par para sacar su bolso de viaje. Lo abrí a los coñazos y empecé a lanzar ropa de él, doblada, en ganchos, ni siquiera sabía con exactitud que estaba metiendole ahí pero en cuanto estuvo lo suficientemente llena, se la di.
—Nena, por favor...
—No quiero verte —me crucé de brazos. Entonces sentí el frío metal que decoraba mi dedo anular.
—Mi amor, no hagas esto...
Me quité mi anillo de compromiso, le agarré la mano y se lo di.
—Es todo, Dylan. Cierra la puerta cuando te vayas luego de despedirte de tu hija. Podrás visitarla cuántas veces quieras. Ten una buena vida.
El silencio que se formó en la habitación tras yo decir aquello, fue espeso.
Vi como miró el anillo en su mano, aquel anillo que con tanto esmero eligió para mi. Lo guardó en el bolsillo de su pantalón, se agachó para levantar su bolso y caminó lentamente hacia la puerta.
—Te amo...
No respondí. Ni siquiera tuve fuerzas para voltearme hasta que le oí cerrar la puerta del apartamento.
Fue entonces cuando sentí que todo se me venía abajo.
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Weeeenas, vengo a desearles un felijaño nuevo y que dejen sus comentarios de arrechera acá:
*Comentarios de arrechera*
Besoooos
Mich out
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