capítulo 1: El primer choque eléctrico.
—Voy a bloquear a Yoongi de todas las redes sociales y de mi vida. Ayer me dijo casi llorando: ¡Oh, Mimi!, no puedo hacer el trabajo grupal porque mi perro está enfermo. —explicó Jimin enojado—. Yo le creí. Pero, resultó todo falso porque vi en el Instagram de Hoseok que se estaba yendo a una fiesta, no sabes lo emputado que me puse, ¿Sabes lo peor? Me enteré por su hermano mayor que no tienen perro en su casa, es un hijo de p...
Jungkook permanecía sentado frente a Jimin, aunque en realidad, su mente estaba en otro lugar. Aunque sus oídos capturaban las palabras del pelinegro, su atención se desviaba constantemente hacia los labios de Jimin. Eran una fascinante obra de arte en movimiento: suaves y esponjosos, como dos nubecitas danzando con gracia. En ese momento, para Jungkook, el mundo se reducía a la hipnotizante coreografía de esos labios que, de alguna manera, lograban eclipsar todo lo demás.
Era tan hermoso y angelical, ¿Podía existir alguien más bello que su amado? Él era incomparable.
Jungkook estaba perdido en sus alucinaciones amorosas, ignorando que la boca de su "ángel" estaba soltando las peores groserías jamás escuchadas en el planeta tierra.
El amor es ciego...bueno, en el caso de Jungkook, su amor era sordo.
—Después vino un unicornio y un panda e hice un trío con los tres.
—Qué bueno... —contestó Jungkook embobado. El pelirrojo claramente no estaba prestando atención a la conversación, él estaba enfocado en la hermosura deslumbrante de su chico.
—¡Jeon Jungkook! ¿Acaso me estás escuchando? —exclamó irritado el pelinegro, levantándose del sillón ante la evidente falta de concentración de Jungkook—. Te acabo de decir que me cogí un panda y un unicornio.
—¿Q-qué...?
La expresión de confusión en el rostro de Jungkook era tan clara en ese momento que Jimin estalló en risas, abandonando su enfado con el pelirrojo.
—Fresita, ¿Te pasó algo? ¿Por qué no me prestas atención? —se quejó Jimin cruzando los brazos.
Jungkook evitó el contacto visual, desviando la mirada en otra dirección... si tan solo el pelinegro supiera que él le presta toda su atención las 24 horas del día.
La mente de Jungkook quedaba impregnada con cada instante compartido junto a Jimin, con cada risa que resonaba proveniente del pelinegro, y con la intensidad de esos hermosos ojos que lo miraban profundamente. Cada fibra de su ser se estremecía solo con pensar en ello; Jimin era el dueño absoluto de su alma y pensamientos.
—No me pasa nada. —pasó sus manos por su cabello—. Es solo...
—¿Acaso quieres que haga jugo de fresa con tu cabeza? —Jimin se sentó nuevamente al costado de Jungkook y agarró sus cachetes para apretarlos con fuerza—. Dime ahora mismo que te pasa.
El pelirrojo tenía su corazón a mil, sentía sus manos sudar, no sabía qué responder.
—Es que... me gusta.... mucho alguien. —respondió sin pensar.
—¿Oh? De verdad... —Jimin soltó sus cachetes con sorpresa—, ¿Quién es esta persona tan afortunada?
Tú.
Tú haces que mi corazón explote y viva al máximo cada sentimiento, haces que el amor tenga sentido para mí.
Mierda, no podía decir eso. Las palabras se quedaban atascadas en su garganta.
—¿No me vas a decir quién te gusta?, —insistió—. Ay, por favor koo, nos conocemos desde niños. Creo que tenemos la confianza para hablar de esos temas. ¿O no quieres hablar de eso conmigo?
¡Vamos cerebro de Jungkook! ¡Trabaja y da una respuesta apropiada para la situación!
[ 💌 ]
Mientras que cierto pelirrojo se quema las neuronas para hallar una solución a su problema actual, situémonos en el contexto de esta relación.
Jimin y Jungkook se conocieron en la secundaria a la edad de 13 años. Fue en un día de clases cuando Jungkook se dio cuenta de que había olvidado su mochila y no tenía nada con qué escribir.
Si la profesora de Biología no lo veía escribiendo en su clase, iba a mandarlo a detención toda la tarde.
Estaba jodido.
Para sumarle a su desgracia, ninguno de sus amigos estaba cerca para prestarle algo. Con pocas opciones, decidió recurrir al estudiante del lado, un chico transferido que apenas llevaba tres semanas en la escuela. Con un aspecto tranquilo, lentes elegantes y miembro del club de teatro, era la opción más viable.
—Pss. —susurró Jungkook captando la atención del pelinegro—, Heyy chico del teatro.
—¿Pasó algo? —el estudiante lo miró confundido, ya que, jamás habían cruzado palabras en la vida.
—Sí, oyeeeee, ¿Me puedes prestar una hoja? Por favor.
—Oh, si claro. —arrancó una hoja con cuidado y se la dio—. Si necesitas más hojas, solo avísame.
—Gracias... mmm ¿Me puedes prestar un lapicero también? —Jungkook se sentía muy avergonzado por pedir tantas cosas.
El nuevo estudiante sonrió divertido.
—Claro, no te preocupes. —sacó un bolígrafo de su estuche y se lo entregó—. ¿Te olvidaste toda tu mochila, verdad? —preguntó bromeando.
Bueno, esa broma era la cruda realidad para Jungkook.
—Sí, me olvidé mi mochila... —susurró tímidamente—, gracias por prestarme todo, ¿Cómo te llamas?
—Yo me llamo Par...
—¡Park Jimin y Jeon Jungkook! —interrumpió la profesora golpeando la pizarra—. Si tienen tantas ganas de hablar, ¡Váyanse a detención ahora mismo!, ¡Mocosos irrespetuosos!
Así pasaron toda la tarde juntos, descubriendo que sus personalidades se complementaban. A partir de ese momento, se volvieron inseparables. Jimin convenció a Jungkook de unirse al club de teatro, y Jungkook persuadió a Jimin para unirse al club de cine.
Cada fin de semana, iban a la casa de Jungkook a ver películas o obras de teatro, seguido de salir a disfrutar de un helado mientras conversaban sobre lo visto.
Tenían una película especial que amaban, "El increíble castillo vagabundo". Podían verla miles de veces sin cansarse. Incluso su primera obra teatral fue una adaptación de la misma, con Jungkook como protagonista (Sophie) y Jimin como Howl.
Aquella obra teatral, es una historia muy larga que contar.
De cualquier manera, gracias a un castigo en biología se volvieron amigos por muchas primaveras muy cálidas, llenas de risas y felicidad.
Jungkook no estaba seguro de cuándo su corazón cambió o cómo sus sentimientos evolucionaron.
Recuerda claramente la primera corriente eléctrica.
Con 15 años, después de dos largos años de amistad, estaban jugando con bolas de nieve en el patio de la casa de Jimin. En un punto, Jungkook hizo una bola gigante para vencer a su amigo.
—Koo, si me lanzas eso voy a desaparecer del planeta. —advirtió el pelinegro asombrado—, ¿Acaso quieres que quede aplastado como una moneda? —retrocedió con las manos en alto.
Jungkook sonrió con superioridad.
—Nunca retes al gran Jeon Jungkook en una guerra de bolas de nieve. —alzó la monstruosa bola—. Hasta nunca, Park Jimin, fue un gusto conocerte.
Jimin abrió la boca con miedo, pero antes de que Jungkook lanzara la bola, se le ocurrió una idea. Corrió a toda velocidad y tackleó a Jungkook, derribándolo y cayendo juntos en la fría nieve.
—Vencí al imperio Jeon. —habló Jimin con voz gruesa sobre Jungkook—. Yo gané esta guerra, maldito dictador. —alardeó, mirándolo fijamente a los ojos, para luego reírse burlonamente.
Jungkook estaba desconcertado. Tener a Jimin encima pesaba, pero eso era lo de menos, toda su atención estaba en aquellos ojos avellana transformados en dos suaves líneas por la risa, en esos cachetes ligeramente rojos por el frío y en su nariz adorable. Estaba tan cerca de su cara que podía apreciar cada detalle. ¿Su mejor amigo siempre fue tan bonito? Sintió un chispazo en todo su cuerpo, una corriente eléctrica fuerte.
El castaño se asustó tanto que empujó a Jimin para levantarse y correr a su casa.
En su habitación, no podía quitarse de la mente la risa dulce de Jimin ni la vibración en su corazón. ¿Era normal? No quiso pensarlo demasiado, solo se durmió.
Al día siguiente, se disculpó con Jimin, inventando una excusa patética sobre tener diarrea y tener que ir al baño con urgencia. Su cerebro construía respuestas jodidamente extrañas en situaciones apresuradas.
Pasaron semanas con Jungkook sintiendo esos "choques eléctricos", su reacción automática era salir corriendo. Sin embargo, llegó un punto donde Jimin se cansó de tantas huidas de su mejor amigo y le preguntó si pasaba algo.
Ni siquiera Jungkook sabía qué le ocurría; no tenía una respuesta.
Jimin se entristeció, pensando que su amigo ya no quería ser su mejor amigo. Jungkook negó eso y le prometió contarle todo en unos días, necesitaba tiempo para responderle.
Jimin asintió desanimado.
Cuando la noche cayó y Jungkook llegó a su casa, se encontró con su hermano mayor: Seokjin.
Seokjin era el mejor hermano del mundo. Tal vez, si le contaba su situación podría ayudarlo.
—Seokjin, ¿Puedo hablar contigo? —se acomodó a su lado.
—Mi deber como hermano mayor, y futuro psicólogo, es escucharte. —dejó su libro a un lado—. Suelta todo lo que tengas.
—Desde hace unos días me siento muy raro, en especial cada vez que estoy cerca a Jimin. —puso sus manos en su cara frustrado—. Cada vez que tengo contacto físico con él, escucho su voz o simplemente estoy con él, mi cuerpo vibra por completo, siento una corriente eléctrica. —explicó con seriedad—. No entiendo por qué pasa eso. Siempre he estado con Jimin, estoy acostumbrado a ver sus ojos lindos, sus labios encantadores, su tierno lunar bajo el ojo, a escuchar atentamente sus quejas sobre las aceitunas, a su olor a kiwi en su cabello, e incluso estoy acostumbrado a sus abrazos. —detalló con la mirada perdida—. Oh, también, he sentido la necesidad de mirarlo durante mucho tiempo. Puedo pasar horas viéndolo actuar en el teatro, ¡Actúa increíble!
Al escuchar el relato de su hermano menor, Seokjin trató de contener la risa.
—Jungkook, ¿No es obvio lo que te está pasando?
—Creo que mi sistema nervioso está fallando.
—Jungkook, ¿Qué harías si Jimin consigue pareja y deja de pasar tiempo contigo?
La simple idea hizo que Jungkook sintiera un vacío en el estómago.
—Nosotros prometimos pasar toda la vida juntos. —su lengua chocó con su cachete—. Jimin preferiría pasar tiempo conmigo porque se divierte más y lo quiero más. Además, Jimin nunca ha tenido otro mejor amigo; siempre hemos estado solo los dos.
—En algún momento Jimin tendrá otros amigos y ya no pasarán tanto tiempo juntos, ¿Lo sabes? ¿Verdad?
Jungkook frunció sus cejas con enojo.
—Jin, no quiero pensar en eso. ¡Solo quiero saber por qué mi cuerpo vibra cada vez que estoy con él!
El mayor exhaló con cansancio.
—Jungkook, no consideras que después de todo lo que me has dicho... —puso una mano en el hombro del pequeño—. Puedes llegar a la conclusión de que Jimin es más importante de lo que crees.
–Obvio que Jimin es super importante para mí, lo quiero más de lo que puedas imaginar. Él es tan asombroso, puedes tener conversaciones por horas con él sin cansarte, siempre te recibe con mucho cariño, él es...
—Jungkook. —lo detuvo Seokjin—. ¿No supones que Jimin te gusta más que un simple mejor amigo?
—¿Qué? Eso es..., Oh...
Eso era.
Jungkook miró con ojos asustados a su hermano. Al fin había descubierto la respuesta de su problema, no obstante, se sentía tan aterrorizado.
—Ven aquí mocoso. Sabes que siempre estaré para ti.
—Seokjin...
Jungkook se quebró en lágrimas y abrazó a su hermano por horas.
La respuesta era clara: Estaba empezando a sentir algo más por Park Jimin, su mejor amigo.
Al día siguiente, se encontró a Jimin. Dolía verlo a la cara, pero aún quería ser su mejor amigo. No quería arruinar las cosas, tenía que esconder su amor unilateral.
No quería perder a Jimin para siempre por estos sentimientos inmaduros que tenía ahora mismo.
Le contó al pelinegro que huía a cada rato porque su hermano mayor había adoptado un hámster y él tenía la misión de alimentarlo en horarios muy estrictos.
Jimin le creyó.
Gracias a esa mentira, Seokjin tuvo que comprar un hámster.
Después de 4 primaveras más se encontraba en la casa de su "mejor amigo" pasando la tarde en su sala, hablando de trabajos grupales y tríos de pandas junto con unicornios.
Jungkook está en un grave problema: la persona que le gusta le está preguntando quién le gusta.
¿Cómo puedes responder a eso?
¿Qué respuesta dará el cerebro de Jungkook?
¿Se atreverá a decir sus verdaderos sentimientos?, o algo mejor, seguirá huyendo como siempre...
—Yo... —susurró Jungkook nervioso.
¡Primer capítulo!
★
Gracias por llegar hasta aquí.
¿Tienen algún crush con alguien? Yo sí, con Jungkook y también con Emilia Mernes.
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