Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Me enamoré de ti


Era lunes por la mañana, Hyunjin había pasado el resto del fin de semana lamentándose y pensado en qué podía hacer para recuperar a Jisung y no morir en el intento.

Primero pensó que una carta sería buena, pero lo vio como una manera cobarde de arrepentirse por sus errores.

Así que decidió hablar con él de frente, por eso esperó hasta el lunes, para poder verlo en la universidad. Fue una espera larga y dura, muy dura.

Jisung llegó antes que él al campus, encontrándose en el acto con Felix, Minho y Binnie, no los había visto desde el anterior viernes.

—Hola chicos.—dijo sonriente al verlos en la entrada.

—¡Hola Jisungie!—Binnie lo abrazó y éste se quejó un poco—Ay perdón, ¿Estás bien?—lo soltó preocupado.

—Sí, sólo que me duele todo.—sonrió leve.

—¿Todavía?, el sábado que te vi en la mañana también estabas adolorido.—Felix rió.

—Sólo te diré que nunca compres pastillas de un dólar, no sirven para nada.—Jisung siguió la risa por algunos instantes.

—¡Oh por dios Jisung, ¿qué te pasó en el cuello?!—Binnie se sorprendió al ver la marca aún muy notoria.

—¿Eh?—se cubrió rápidamente con la bufa nda que portaba, se había desacomodado—Nada nada, me pegué.

—¿Te lo hizo Hyunjin?—Jisung se sonrojó casi al mismo tono que el cabello de Lix por el comentario de Minho—¡Aprovechado!, casi te arranca la piel.

—Vamos, no es para tanto Minho...—dijo nervioso—se quitarán en algún momento.

—Parece que tuviste una pelea a muerte en lugar de otra cosa.—bromeó—hablando de, miren quienes llegaron.

Los cuatro chicos miraron discretamente detrás de ellos, pudiendo ver aquellas caras tan conocidas cruzar la reja de la escuela.

—Yo los espero en el salón ¿sí?—Jisung comenzó a caminar con la mirada baja.

Hyunjin se dio cuenta de ésto y corrió hacia el, llegando antes que sus amigos y tomándolo de la muñeca antes de que pudiera alejarse más.

—¡Espera!—dijo en cuánto lo sujetó—por favor... ¿Podemos hablar?

—No hay nada de qué hablar.—ni siquiera lo miró—se hace tarde, déjame ir a mi aula.

Los chicos presentes se sorprendieron de la escena, pareciera que habían cambiado de personalidad de un momento a otro. Los mayores nunca habían visto a Hyunjin casi rogándole a alguien, y los menores jamás habían escuchado a Jisung hablar tan fríamente.

—Por favor, dame la oportunidad—se escuchaba como si estuviera a punto de llorar.

—No puedo, esa fue la promesa ¿recuerdas?—él sí soltó pequeñas lágrimas y por fin se safó del agarre—Adiós, chicos, los veo en un rato.

Dicho ésto se fue casi corriendo hacia el edificio de su clase, dejando a cinco amigos sorprendidos y a uno más al borde del llanto.

—Soy un idiota.—gruñó con molestia.

—Lo sabemos.—Chan se acercó a él—¿Y ahora qué piensas hacer?

—Creí que no lo querías.—añadió Jeong confundido acercándose a Lix.

—Por eso aceptaste el trato ¿no?—el pelirrojo sonaba igual de confundido.

—Pero... Ahora lo amo...—no logró contener más sus lágrimas.

—Ven, se los dije, todo puede pasar en un día.—suspiró Felix—Amigos, qué piensan, ¿Ayudamos?

—Ajá, ¿cómo?, no será nada fácil convencer a Jisung sin que llore.—cuestionó Minho.

—Yo lo hago, soy su mejor amigo... Puede que lo convenza.—Lix miró a Hyunjin—pero debes decirle todo, porque sólo tendrás una oportunidad.

—Si la desperdicias, no podremos meternos más.—sentenció serio el peli-lila.

—Gracias...—suspiró pesado.

Unos segundos después de esa pláticaescucharon el timbre, indicando que estaban por cerrar la entrada y debían estar ya en sus respectivas aulas. Cada quien se fue a su clase correspondiente, con unos ánimos no tan buenos.

—Jisungie... ¿Éstas bien?—dijo Felix llegando a su pupitre.

—Nos preocupaste mucho... llegó enseguida Binnie.

—S-sí estoy bien...—se limpió rápidamente los rastros  de lágrimas—No se preocupen.

—Queremos hacer algo para ayudarte...—Minho se sentó en su pupitre, a lado de Jisung—promete que aceptarás.

—Depende de qué sea...—lo miró extrañado—si incluye a Hyunjin... Entonces no gracias...

—Déjanos tratar de ayudarlos, él nos pidió una oportunidad para hablar contigo.—Minho lo tomó del brazo ligeramente.

—Probablemente sea bueno lo que quiera decirte.—el menor lo abrazó por los hombros.

—Nosotros te metimos en estó, déjanos tratar de terminarlo.—añadio el castaño en tono desanimado.

—Vale...—suspiró pesado—Hablaré con él una sola vez... Una más, ¿de acuerdo?, y si sale mal, les tocará consolarme...

—¡Trato hecho!—sonrieron y lo abrazaron al mismo tiempo...

En eso llegó su profesor y dieron inicio sus clases. Era cuestión de esperar cuatro horas... Cuatro aburridas y estresantes horas.



****

Sonó el timbre que anunciaba el descanso, y los cuatro amigos bailarines salieron de su aula a paso rápido, con el fin de llegar antes a la cafetería y ésta ve comer bien.

Por fortuna, lo lograron y pudieron comprar buenas sodas y ensaladas para compartir entre ellos.

Luego de comer, se dirigieron al gimnasio, pues ahí habían quedado de verse con los chicos deportistas horas atrás, dándole ánimos a Jisung mientras iban en camino.

—Me arrepentí... Mejor vámonos ¿sí?...—decía con nervios.

—Ya estamos por llegar.—animó Changbin.

—No... No, no puedo.—detuvo su paso.

—Jisungie, por favor, si algo sale mal estaremos contigo, y si tú quieres no volveremos a acercarnos ninguno a ellos... Pero sólo... Escúchalo.—pidió Lix con cara de súplica.

—largó un suspiro—Okey...—entraron al gimnasio.

De nuevo vacío como era costumbre, sólo con tres presencias ahí.

—Sí vinieron.—sonrió Jeong acercándose—Eh... Deberíamos irnos...

—sí... Hay que darles espacio.—Chan miró a Hyunjin y a Jisung.

—Te veremos al final del receso ¿sí?—dijo Minho antes de irse con los demás.

Dejándolos solos en aquel gimnasio donde
comenzó todo, ambos se quedaron en silencio sin saber muy bien por dónde iniciar. Jisung con su mirada fija en el suelo, y Hyunjin observando al menor con un gesto de ternura y tristeza.

—Jisung...—dijo por fin—Mírame ¿puedes?...

Obedeció con dificultad, sentía que si lo miraba a los ojos lloraría en cualquier segundo.

—¿Qué tenías que decirme?—soltó lo más serio que pudo.

—Yo...—no sabía cómo empezar su extraña
explicación—¿Cómo te lo digo?...—pensó en voz alta.

—No sé de qué hablas.—lo miró confundido.

—Hablo de...—Hyunjin suspiró—De lo que siento.

Se acercó más a Jisung quedando frente a frente, teniendo que voltear ligeramente hacia abajo por su diferencia de altura.
Lo miró a los ojos, notando que el menor retenía sus lágrimas.

—Yo... Te amo Jisung.—admitió nervioso, pero seguro de lo que decía—Te amo enserio.

—Mientes...—bajó la mirada—Nadie ama a otra persona tan rápido.

—Entonces yo rompo la regla.—lo tomó de las mejillas suavemente para hacer que lo viera—Me enamoré de ti Jisungie... Por completo.

—Sé lo que decías de mi, decías que yo era todo lo que no querías, que no era tu tipo.—sintió como sus lágrimas empezaron a salir—¿Me lo vas a negar, Hwang Hyunjin?

Al mayor se le formó un nudo en la garganta, no sabía por qué medio se había enterado de esas palabras, pero sin duda se arrepentía de haberlas siquiera pensado.

—N-no puedo negar que lo dije... Pero confía en mi ahora, por favor... Lo siento...—también comenzó a llorar—Me cautivaste desde que fuimos a tu cafetería favorita... Cuando te besé la primera vez... Cuando me dijiste por primera vez un apodo tierno.. Simplemente me enamoraste...

Ambos desbordaban sus emociones a modo de llanto, sin contenerlas más. Jisung quería creerle, de verdad quería, pero le parecía algo dificil después de lo que escuchó antes, y del comportamiento tan indiferente que recibió en un principio.

Hyunjin sólo rogaba al cielo que confiara en él y lo dejara recuperarlo. Quería amarlo como se merecía.

—Cariño...—dijo acercando más su rostro al del contrario—¿Puedes quedarte conmigo, por favor?...

—¿Cómo puedo comprobar lo que dices sentir?—cuestionó con la voz rota.

El pelinegro limpió delicadamente sus lágrimas, bajó sus manos hasta su cintura abrazándolo contra él y luego termin con la ya poca distancia entre ambos, sellando los labios rosados de Jisung con el beso más tierno y dulce que pudo otorgarle, lleno de todo su amor.

El rubio, unos cortos instantes después, posicionó sus brazos alrededor del cuello ajeno, dando a su mayor la respuesta que esperaba. Lo había perdonado, y además recuperado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro