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02

[Jeon Jung Kook]

Busan.

Mi ciudad, mi hogar.

Salí del aeropuerto con un nudo en la garganta y un montón de recuerdos golpeándome como olas. Todo había cambiado, la ciudad, la gente... y yo también. Tres años en Seúl, convertido en un Idol, es una vida completamente diferente.

No fue fácil, el entrenamiento era duro, las reglas eran estrictas, y la responsabilidad era una carga pesada. Pero era mi sueño, y aquí estaba, de vuelta a Busan, sintiendo la tierra bajo mis pies.

En el taxi, mirando las calles que conocía de memoria, pensé en todo lo que había dejado atrás. Mis papás, mis amigos, mis estudios... y ella, Hyori.

La culpa me carcomía el corazón. No la había contactado desde que me fui. No podía hacerlo, la agencia era muy controladora, casi no tenía tiempo para respirar.

Según Taehyung, la había visto con Hoseok hace un tiempo, y la verdad es que me sentí un poco mal, aunque no tenía derecho a celarla. Pero es que la idea de ella con ese pelirrojo me ponía furioso.

En el aeropuerto me encontré a Namjoon y me dijo que iba al Pentágono. Me dieron ganas de ir a verlo. Un concierto de rap para olvidarme de todo por un rato. Aunque, en el fondo, sabía que si Namjoon estaba allí, Hyori también lo estaría, y sinceramente aún no estaba listo para enfrentarla.

Llegué a casa, y mis papás me recibieron con los brazos abiertos. Las lágrimas de mi mamá y la mirada orgullosa de mi papá me llenaron el alma. Era tan bueno estar de vuelta en casa.

Pasé la mañana entre risitas, anécdotas y comida deliciosa. Y en la tarde, mis amigos llegaron a visitarme. Jimin, Jin y Taehyung, mis mejores amigos, mis compañeros de aventuras.

—Hey, ¿dónde está mi Idol favorito? —Jimin entró como un torbellino, me abrazó y me dio un golpe en el brazo.

—Jungkook, has crecido tanto que voy a tener que comprarme zapatos altos para verme más grande que tú —Jin dijo con su bromita de siempre, y me revolvió el pelo. —¿Aún quieres ir a ese puticlub?

—No te preocupes hyung, Jungkook no necesita de eso. Tiene a la mujer que le venga en gana —Taehyung dijo con una sonrisa pícara, agarrando mis mejillas.

—¡Suéltame, Taehyung! —grité entre risas mientras intentaba zafarme de su agarre. La alegría de ver a mis amigos me llenaba.

Después de un rato de charlas y bromas, decidimos salir a dar una vuelta por Busan. La brisa marina acariciaba mi rostro y me recordaba lo mucho que había extrañado esta ciudad. Sin embargo, el pensamiento de noona no me dejaba en paz.

—¿Y qué hay de Hyori? —preguntó Jimin luego de un rato, como si pudiera leer mis pensamientos. Su mirada era inquisitiva, y eso solo aumentó mi ansiedad.

—No sé… —respondí, encogiéndome de hombros—. Tal vez esté ocupada con Hoseok y no quiera ni verme.

El nombre de Hoseok salió de mis labios como un veneno. No podía evitarlo; la idea de que ella estuviera con él me llenaba de celos. A pesar de que sabía que no tenía derecho a sentirme así, el ardor en mi pecho era innegable.

—¿Hoseok? —repitió Jin, frunciendo el ceño—. ¿Desde cuándo están juntos?

—Desde hace un tiempo, al parecer —dije, tratando de sonar despreocupado. Pero la verdad era que cada palabra me dolía como un puñal.

—RM estará hoy en el Pentágono. Creo que Suga también, tenemos ir como en los viejos tiempos —habló Tae cambiando de tema.

—¡Oh Dios mío! ¡Mi ídolo azúcar estará allí! —Jimin exclamó emocionado, solté una risita.

—Él todavía sigue enamorado de su Agust D —Tae rueda los ojos.

—¿Tú quieres morir hoy Kim Tae Hyung? —bramó molesto. Negué divertido ante su pelea.

—Ya niños. Jimin, todos sabemos que Agust D te revuelve la vida —Jin interviene y asentimos ante su afirmación.

—En primera, no soy gay. En segunda, me encantan las mujeres. Dejen de molestar —Jimin se cruza de brazos y gira su cabeza hacia otro lado, indignado.

Reí ante la escena. De verdad los extrañaba mucho.

A medida que se acercaba la hora del espectáculo, la tensión creció en mi interior. Me vestí con cuidado, eligiendo una camiseta negra que resaltaba mi figura y unos pantalones que me hacían sentir seguro.

Miré mi reflejo en el espejo; el chico que veía era un extraño, un Jungkook diferente al que había dejado atrás. Pero era el mismo cuando se trataba de Hyori.

Cuando finalmente llegamos, las luces brillaban intensamente y el ambiente estaba cargado de expectativa. Allí estaba Namjoon, subiendo al escenario junto a Agust D, ambos con una presencia única. El público gritaba eufórico, pero mis ojos buscaban a alguien más.

Y entonces la vi.

Estaba en la primera fila, riendo junto a Hoseok, y su felicidad me atravesó como un rayo. Se veía tan hermosa como siempre había sido. Su cabello estaba más largo y ese color rojo le quedaba espectacular, a pesar de que seguro era algo entre ella y su novio, ya que ambos tenían el pelo del mismo color. Mi corazón crujió ante la imagen.

El espectáculo comenzó, pero yo apenas podía concentrarme. La actuación de Namjoon era impresionante, pero todo lo que podía pensar era en cómo había dejado atrás a noona y cómo había permitido que alguien más se metiera en su vida.

—¡Deberías disfrutar más del show y no mirar para donde está tu Hyori! ¡Te ves muy obvio! —Tae gritó en mi oído y mordí mis labios ante su sugerencia. Sé que mirarla no arreglará nada, pero no podía apartar mi vista de ella.

Finalmente, cuando la actuación terminó y la multitud empezó a dispersarse, supe que era el momento. Caminé hacia ella con el corazón latiendo con fuerza. Quería explicarle, quería decirle las cosas que pasaron, necesitaba escucharla. Pero antes de que pudiera llegar, Hoseok se interpuso entre nosotros.

—¿Qué quieres, Jungkook? —su tono era desafiante, y noté la tensión en su cuerpo. Sus ojos ardían con celos.

—Solo quiero hablar con Hyori —respondí, sintiendo cómo la ira comenzaba a burbujear dentro de mí.

—¿Hablar? ¿Después de tres años? —Hoseok no se movió, cruzando los brazos sobre su pecho —¿Crees que tienes derecho a acercarte a ella así como así?

—Jungkook —habló ella, su voz firme. Dejé de discutir al instante. Mi semblante se suavizó y mi cuerpo sintió la necesidad de abrazarla. Así que caminé hacia Hyori con una mezcla de tristeza y emoción.

—Noona, yo... —me interrumpió.

—No Jungkook. No soy tu noona. Ten más respeto —dijo con fuerza. Nuevamente mi corazón se hundió en mi pecho.

—Hyori… Lo siento. No debí dejar de hablarte —comencé, intentando mantener la calma —Pero no podía… No podía contactarte.

Ella me miró con desdén. Soltó una risa, pero una risa burlona.

—¿Y crees que eso es suficiente? ¿Crees que puedes regresar y todo estará como antes? —su voz se elevó con cada palabra, llenándose de rabia y decepción.

—No es así —intervino Hoseok, su tono defensivo —Ella ha seguido adelante, Jungkook. Tal vez deberías hacer lo mismo.

Sentí cómo el aire se volvía denso entre nosotros. La tensión era palpable; todos los recuerdos de lo que habíamos sido se arremolinaban en mi mente como fantasmas del pasado.

—No estoy aquí para arruinar lo que tienen —dije finalmente, tratando de sonar sincero—. Solo quiero hablar con ella.

Hyori me miró fijamente, su expresión era una mezcla de dolor y furia.

—No sé si quiero hablar contigo —respondió con voz temblorosa —Has estado ausente durante tres años. ¿Qué te hace pensar que ahora tengo algo que decirte?

Las palabras me golpearon con fuerza. Sabía que había cometido un error al dejarla atrás, pero el hecho de que ella estuviera tan molesta me dolía más de lo que esperaba.

Hoseok sonrió con satisfacción al ver mi incomodidad. Su actitud protectora hacia Hyori solo alimentaba mi frustración y las ganas de golpearlo.

—Tal vez deberías irte, Jungkook —sugirió Hoseok con desdén —No creo que seas bienvenido aquí.

Mi corazón latía con fuerza mientras miraba a Hyori, buscando alguna señal en sus ojos. Pero solo encontré rabia y tristeza. Era evidente que estaba herida por mi ausencia, y eso me hizo sentir aún más impotente.

—No quiero irme sin hablar contigo —dije finalmente, sintiendo cómo la desesperación comenzaba a apoderarse de mí.

Ella dio un paso atrás, cruzando los brazos sobre su pecho como si intentara protegerse de mí.

—Tal vez sea mejor así —susurró antes de girarse hacia su novio —Vamos, Hoseok.

Y mientras se alejaban juntos, sentí cómo el vacío se apoderaba de mí. Había regresado a Busan buscando inspiración y claridad, pero en su lugar solo encontré dolor y celos.

La realidad era implacable: Hyori había seguido adelante sin mí, y ahora debía enfrentar las consecuencias de mis decisiones.

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Espero que les haya gustado!

Besitos en la colita :3

learmy01

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