03: Contacto visual
—Minji.
—¿Si?
—¿Crees que soy muy tonta?
La amiga de Haedal se giró a verla, dejando de lado el boceto en el que estaba trabajando. Su tono serio la preocupó, no pareció estar haciendo una broma ni mucho menos empezar una.
—¿Por qué dices eso, Hae?
—Verás... Me quería desahogar sobre mi tarea con el profesor Seo, pero una cosa llevó a otra y le dije a alguien que me quiero acostar con Seokjin. Estaba borracha y no medí mis palabras, pero ahora no puedo mirar a esa persona a la cara y mucho menos a Seokjin. No sé qué tenía en la cabeza. ¿Por qué soy así?
Minji dejó a un lado su lápiz, pero antes de poder hablar, se quedó callada viendo quién estaba parado detrás de su amiga. No era tonta, pero sin duda tenía muy mala suerte. Definitivamente la peor de todo mundo.
—Hey, escuché mi nombre. ¿En qué puedo ayudarlas, chicas?
Seokjin era muy famoso por ser uno de los hombres más atractivos en su carrera. Si bien era unos cuantos años mayor, no era un impedimento para su gran vida social. Además de ser guapo, también era conocido por ser una persona con una personalidad muy amable, sin embargo, Haedal quiso desaparecer en cuanto lo escuchó.
El tema con Taehyung quedó en segundo plano. Su mente solo se llenó del rostro de aquel superior guapo.
—S-sunbae.
—Háblame con confianza. Eres Haedal, ¿no? Hablamos en la fiesta de ingreso. Por cierto, ¿puedo sentarme a tu lado?
Ni siquiera fue necesaria una respuesta, pues se terminó sentando a su lado de todas formas. Haedal buscó la mirada de Minji como si la pudiera salvar de la situación, pero justo su amiga recibió una llamada y se puso de pie dejándolos a ellos dos solos. ¿Qué había hecho tan mal para tener una racha de mala suerte? Quería teletransportarse a su casa y no salir en un buen tiempo.
—Perdón, no quería decir tu nombre y que pienses que hablaba mal de ti.
Por lo visto, Seokjin no había escuchado toda su charla, o al menos eso quería creer con todas sus fuerzas.
—Nunca pensé eso, pero si me dices en qué te puedo ayudar, estaré feliz de saberlo.
Haedal pasó saliva, de repente su garganta se había quedado seca de un momento a otro y sin aviso. Agradeció tener sus manos en sus muslos, de otro modo, si las hubiera tenido sobre la mesa se habría notado el suave temblor que no podía controlar.
Nunca iba a decirle lo que había dicho en verdad, pero podía mentir un poquito por una vez.
—He oído que te fue bien en la clase del profesor Seo y t-te quería preguntar si me podrías aconsejar —generalmente no era tímida con los chicos, pero Seokjin parecía ser un ser superior, al menos eso se escuchaba por los pasillos—. Al parecer no sé dibujar muy bien anatomía, pero es una bobería, debes estar muy ocupado como para dar consejos.
—Mmm, tienes razón, pero no me molesta ayudar a una compañera de carrera. Aunque en vez de consejos, es mejor practicar. ¿Mañana tienes algo de tiempo? En mi casa tengo un pequeño estudio, podrías venir y ahí prácticas. Creo que incluso tengo algunos cuadros que le gustaron al profesor.
—No me gustaría molestar...
—¡No es molestia! Todos pasamos alguna vez por una clase compleja. Realmente estaría feliz si te puedo ayudar en algo —su teléfono vibró en su bolsillo y lo sacó para verlo—. Oh, ya me debo ir, solo estaba de pasada. Piénsalo y me confirmas.
Y tras intercambiar contactos con rapidez, Seokjin se fue dejando a Haedal todavía en un estado de shock. ¿Que había sido eso? ¿Realmente podía existir alguien que era tan buena persona? Pensó en que tal vez había escuchado su conversación y le quería hacer una broma, pero su sonrisa amable le había convencido de que era un buen hombre.
¿En verdad podía haber alguien que con ese rostro fuera malo?
Su amiga regresó minutos después, encontrando a Haedal apoyada sobre la mesa mirando hacia la nada. No había querido dejarla sola, pero justo su mamá le había llamado y no pudo no contestar.
—¿Qué pasó?
—Me ofreció ayuda con mi trabajo. Incluso me dejó su contacto y me dijo que mañana podía ir a su casa para practicar.
Minji ahogó un chillido. No podía creer lo que acababa de escuchar.
—Cielos, ¿y qué le dijiste?
—No estoy segura. Siento que solo di balbuceos. Debe pensar que soy una rarita... Mi vida universitaria está acabada. Uno de los chicos más lindos de la carrera me habló y ni siquiera pude responder de forma decente.
—Tranquila, creo que solo exageras. Además, cualquiera se pone nerviosa, si hasta yo me puse nerviosa y no habló conmigo —viendo que no reaccionaba mucho, pensó en que tendría que ganársela por el estómago—. Te invito a comer algo para que se te pasen los nervios. Cerca de la facultad abrió una cafetería muy linda y dicen que los pasteles están para morirse.
Haedal elevó la cabeza, comer algo dulce no sonaba para nada mal. Probablemente por eso minutos después ya estaban sentadas en una mesa con un par de rebanadas de pastel que lograban hacer que que a cualquiera se le derritiera la boca.
El lugar en serio era muy bonito y al no llevar mucho inaugurado, todo estaba prácticamente nuevo. La vista de Haedal se apartó un momento del apetitoso trozo de pastel para fijarse en el ventanal que daba hacia afuera. Fue así cómo sus ojos se detuvieron en una figura conocida.
Taehyung pasó junto con un grupo de chicos y, como si hubiera sido un imán, justo giró su rostro en su dirección. Sus ojos hicieron contacto visual por un par de segundos, pero él no detuvo su paso y Haedal solo regresó a su pastel.
—Hae.
—¿Sí? —respondió con los labios ligeramente manchados con un poco de crema.
—¿Ese alguien al que le dijiste sobre Seokjin fue Taehyung?
Por poco Haedal terminó ahogándose. ¿Realmente era tan fácil de leer? Bueno, en todo caso Taehyung era su mejor amigo, por su puesto que se podía asumir que eran los suficiente cercanos para hablar de cualquier tema, y en parte era así... Pero también habían límites.
Taehyung no sabía que ella nunca había tenido sexo y ella tampoco sabía si Taehyung lo había hecho. Tal vez que fueran un hombre y una mujer aportaba en que no pasaran ese límite de información. Aunque ya estaba dudando de ello, pues con lo que había dicho sobre Seokjin estando borracha, le hacía pensar en que podía hacer soltado mucho más.
Pero seguía siendo raro, se conocían prácticamente de casi toda la vida. Para empezar la madre de Taehyung había conocido al papá de Haedal en una clase de cocina. No era precisamente común ver a un hombre en ese tipo de clases, pero un papá soltero que queria aprender muchos platillos para su hija había ido sin dudar.
—Sabes que soy pésima mintiendo, así que sí. Era Tae. ¡Ni siquiera lo he podido ver a la cara! Me da mucha vergüenza... No sé qué me pasa —fue necesario tomar otro trozo de pastel solo para endulzar un poco el momento—. Fui a su casa a quejarme y terminé borracha diciendo solo boberías. Debo admitir que no lo recuerdo, pero cuando despertamos, él me dijo lo que había dicho y aunque a veces sea un pesado, le creo. Todo empezó porque estaba pensando en que necesito un hombre que me haga de modelo para mejorar... Ay, no lo sé, por eso ahora tengo hasta el contacto de Seokjin. No sé cómo una estupidez me llevó a otra y todo terminó de esta forma.
—Mira el lado bueno. De seguro no cualquiera tiene su contacto. En una de esas en verdad te puede ayudar y sales ganando.
Si algo me enseñó One Night, es que hay que mencionar, así que... https_LUISAF dayanvmin y LizbetDiaz1
***
Aprovecha Haedal, esta oportunidad capaz no se repite.
Aunque... ¿Qué debería hacer?
A) Ir a la casa de Seokjin
B) Hablar con Taehyung
C) Terminar de comer el pastel
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