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02: Cabello desordenado

Los rayos de sol comenzaron a iluminar la habitación y Haedal no encontró mejor manera de esconderse de ellos que meterse más abajo en la mantas y pegar su rostro contra una almohada mullida. El problema fue que su almohada se sintió más dura de lo normal y a ello le siguió un quejido. Por lo que la acción de restregar su rostro en busca de más oscuridad tuvo que parar.

Se mantuvo en silencio un par de segundos, analizando lo que estaba sucediendo.

—No sabía que despertabas tan amorosa por las mañanas. ¿Debería sentirme afortunado?

La voz de Taehyung llegó a sus oídos como si se hubiera tratado de un locutor de radio. Si de por sí tenía la voz grave, recién despierto era todavía peor. Con lentitud tomó distancia y regresó hasta que su cabeza volvió a tocar una almohada, esta vez real para su suerte.

—¿Por qué estamos durmiendo juntos?

—Veamos... Alguien, o sea tú, tomó hasta quedar noqueada. Llevarte a casa no era opción, pero sí traerte a la cama para que durmieras —apoyó su rostro sobre su palma, viendo a Haedal casi cayendo de la cama por estar cerca de la orilla—. Me puse a ordenar y estaba tan cansado después de eso que me recosté un rato. Pero una cosa llevó a otra y terminé durmiendo al rincón, ¿lo puedes creer?

Claro que Haedal lo podía creer, pero como no recordaba absolutamente nada, no tenía ningún recuerdo que apoyara esa versión. ¿Cuánto había tomado para llegar a eso?

—Ya veo, perdón por ser tan imprudente.

—No te preocupes, incluso le escribí a tu papá para que no se preocupara. Aunque su hija sea una universitaria, se nota a kilómetros que para él sigues siendo una bebé.

—Gracias.

Todavía seguía un poco confundida. No era como si hubiera sido la primera vez que dormía en el lugar de Taehyung, pero sí era la primera vez que lo hacía luego de ser tan consciente de que él era un hombre tan fuerte. Definitivamente la imágen de sus pectorales no se iba a ir por un buen tiempo y en nada ayudaba haberlos sentido tan bien contra su rostro.

Como pudo se puso de pie evitando que sus piernas se enredaran entre las mantas. Lo que menos necesitaba era un accidente, pero el destino parecía no estar de su lado, por algo Taehyung terminó tomándola de la cintura para que su cara no se estampara contra el piso. ¿Qué mal había hecho? ¿Acaso sin querer una maldición había caído sobre ella? Sabía que en ocasiones podía ser torpe, pero que fuera tan seguido no podía ser solo una coincidencia.

Tal vez Taehyung era el culpable. No sabía cómo, pero solo estando junto a él casi se había dado contra el piso, al menos él también había sido el encargado de que no sucediera.

Peinó un poco su cabello con los dedos mientras observaba la habitación en busca de su teléfono. Necesitaba ver qué hora era, tenía clases a las diez y no estaba segura de si iba a llegar a la hora o si ya era muy tarde. Taehyung solo la observó moverse por el lugar como un zombie, aunque se notaba que estaba despierta, sus movimientos seguían siendo los de una persona recién levantada.

—¿Qué quieres desayunar? ¿Te parecen bien unos huevos revueltos? —se sentó en la cama mientras estiró sus brazos.

Al dormir al rincón su espalda dolía un poco, pues Haedal se había encargado de acaparar casi toda la cama. Aunque no fuera una chica muy alta, pareció que en sus sueños se creía una persona de un metro noventa. Ni siquiera él había usado tanto espacio, pero al ser una invitada la había dejado. En todo caso, tampoco es que hubiera podido hacer mucho al respecto. Cuando Haedal dormía parecía volverse peso muerto, aunque probablemente con lo que había entrenado ya era capaz de moverla con más facilidad. Si hasta la había cargado hasta la cama sin problemas.

—Sí, estoy bien con eso. Por cierto, ¿viste mi teléfono?

—Está en el escritorio, lo traje porque sabía que sería lo primero que ibas a buscar.

Y efectivamente estaba ahí. Haedal pensó que tal vez necesitaba gafas viendo que estaba tan a la vista y ni así lo había anotado.

Se acercó y lo tomó para encender la pantalla. Eran las 09:30 de la mañana y no alcanzaba a ir a casa para cambiarse, aunque todavía estaba a tiempo de darse una ducha rápida y pedirle una camiseta a Taehyung. Pero antes de siquiera moverse, vio que el chat de su carrera estaba lleno de mensajes. Se metió a ver qué tanto habían hablado y, por lo visto, su clase de las diez se habia cancelado. El profesor se había enfermado y no podía asistir, por lo que luego iba a mandar material.

Haedal soltó un suspiro. Podía comer en paz sin necesidad de tragar, aunque de todas formas se iba a dar una ducha, pero eso podía ser después de comer, pues su estómago ya estaba a nada de sonar producto del hambre.

—Al parecer mi clase se canceló, pero... ¿Por qué te veo tan tranquilo? ¿Acaso no debes ir a la universidad?

—Mi profesora tenía que ir a dar una charla importante, por lo que no iba asistir. Y tengo clases en la tarde, así que no tengo apuro alguno.

Una sonrisa decoró su rostro. Por mucho que Haedal había intentado peinar su cabello, había un mechón rebelde que se veía como una especie de antena. Pronto se iba a dar cuenta, por lo que guardó silencio respecto a eso.

—Ya veo... Cambiando de tema. ¿Me prestas una toalla? Me gustaría darme una ducha, y ya que ninguno está apurado, creo que no hay problema.

—Claro, también te dejo una camiseta. Eso sí, no la que tengo puesta, mira que no soy ese tal Seokjin...

Haedal parpadeó intentando comprender a lo que se refería. ¿Qué tenía que ver su superior en la conversación?

—¿Por qué lo mencionas?

Taehyung al notar su confusión, abrió la boca para decirle lo que había sucedido. Al parecer, no recordaba ni siquiera lo que había dicho.

—Ayer estabas muy parlanchina. Demasiado diría yo. Empezaste a quejarte de uno de tus profesores y de repente hablaste de este tipo. Dijiste que te gustaría verlo sin ropa y que con su-

Haedal corrió hasta él para taparle la boca. No le importó haber ido tan rápido que lo lanzó hacia atrás en la cama. Su rostro estaba caliente, no, en realidad estaba hirviendo a no más poder. No quería saber que más había dicho, con lo que había escuchado era más que suficiente.

—Olvídalo, por favor. Haz como que eso no ocurrió.

Para Taehyung, fue una sorpresa ver el rostro de su amiga tan avergonzada. Había querido molestarla un poco, sin embargo, su reacción no había sido algo que había esperado. Pensó que había sido más probable que le lanzara un objeto, no que prácticamente se subiría sobre él para taparle la boca. Su pecho se llenó de aire, sintiéndose algo nervioso. Era muy mal momento para darse cuenta de que había despertado con una erección. ¿Cómo no se había percatado antes? Probablemente por haber estado tan enfocado en su amiga no lo había notado.

—Está bien, está bien —hizo a un lado su cara para poder librarse—. Ahora quítate de arriba que pesas mucho —como pudo juntó sus piernas y se puso de lado una vez que Haedal se levantó—. Hay toallas limpias en el mueble del baño y toma cualquier camiseta del armario. Enseguida voy a hacer el desayuno, solo descansaré cinco minutos mientras te duchas.

—Me parece. Entonces... Me iré a duchar. Cualquier cosa me avisas, ¿si?

Con torpeza, pero sin hacer ningún desastre, caminó hacia el armario y sacó una camiseta cualquiera para luego ir hacia el baño. Estaba siendo una mañana muy peculiar y ambos estaban actuando un poco raro.

Taehyung se quedó tirado en la cama y Haedal, por su parte, se miró en el espejo dándose cuenta que su cabello estaba bastante desordenado. Ambos esperaron que el desayuno no fuera muy incómodo, pero era algo difícil viendo cómo estaban las cosas.

Las invoco: dayanvmin Sageth09 NewHopeland ElizaHernandez662 LizbetDiaz1

Estos dos me dan risa, eso es lo único que les puedo decir jajaja

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