3
El extraño no me miraba. No me hablaba. Sólo se oía la lluvia contra el capó del viejo automóvil azul y mi respiración entrecortada.
Me llevé una mano al pecho. Y me lo froté tratando de calmar mi corazón desbocado. No sé cuántos minutos pasaron, sólo fui consciente de que el automóvil había tomado una ruta maltrecha que ya nadie usaba. Aquello me puso más nervioso.
¿ A dónde íbamos?
¿ Había sido mala idea tratar de ayudarlo?
¿ Qué haría conmigo? ¿ Me atacaría? ¿ Me robaría? ¿... Me mataría?
" Guarida..."
" No ..., no ... y no ..."
Aquellos sonidos retumbaron en mi mente. Pero por alguna razón supe que no eran mis propios pensamientos. Entonces me animé a mirarlo por primera vez. Sujetaba el volante con apenas dos dedos. Y a pesar de haber estado bajo la lluvia, lucía completamente seco. Su rostro pálido parecía no tener ni un sólo rasguño. Aunque estuve seguro que cuando lo vi tirado en el suelo de aquel callejón había notado que su nariz sangraba.
— Sanamos rápido ...— dijo el extraño.
Esa vez no escuché aquello en mi mente. El joven había hablado. Lo miré en silencio. Esperé a que dijera algo más. Pero no habló; sólo detuvo el auto y apagó el motor.
" Sanamos rápido ...", repetí en mi mente.
—¿ Quiénes ... sanan rápido?
No pude evitarlo. La pregunta se escapó de mis labios antes incluso de que me diera cuenta.
— Nosotros, ... los vampiros ... sanamos rápido ...— me dijo clavando sus hipnóticos ojos oscuros en mí.
" Otro loco festejando Halloween. ", pensé.
— Gracias, Gulf ... por tratar de ayudarme. Me salvaste la vida. — me dijo.
¿Cuándo le había dicho yo mi nombre?
¿ Acaso estaba usando un tono de voz ... seductor ... conmigo? ¿ Aquel joven que se creía vampiro me estaba ... coqueteando?
No pude evitar reírme de mis propios pensamientos.
— No te estoy coqueteando ...
Lo miré sin poder creerlo. ¿ Acaso había pensado en voz alta y no me había dado cuenta?
— No eres ... mi tipo ...— parecía sincero, como si se estuviera disculpando.
No tenía que disculparse yo nunca fui el tipo de nadie pero aquella disculpa suya sonó tan sincera y tan ... dulce que tuve que admitir que aquel extraño delirante, fanático de Halloween ya me caía bien.
— Entremos ...— dijo— la lluvia se hará más intensa dentro de poco. Pasaremos la noche en mi casa y mañana temprano te llevo a la tuya ...
" No soy su tipo para una cita ... pero sí para que me corten pedazos y me entierren el bosque ...", pensé y volví a reírme.
" Alguien tan guapo solo me podría invitar a su casa para asesinarme", pensé sin dejar de reír mientras me bajaba del automóvil.
—¿ Por qué crees que voy a ... asesinarte? Hace siglos que no asesino humanos ...
" ¿Otra vez había pensado en voz alta?"
—... Y gracias por lo de ... guapo ...— me guiñó un ojo y me hizo una seña para que lo siguiera.
Miré el cielo negro, el frío viento me hacía temblar. Tenía la ropa empapada. El extraño me hizo otra seña mientras abría la puerta.
”¿ Realmente quieres morir, Gulf ...?", me dije.
Me encogí de hombros, rendido.
Si aquel joven extraño y medio delirante iba a acabar con mi pobre y patética vida, qué más daba.
Y sin más, entré. Escuché el chirrido de la vieja puerta de madera cerrándose, tras de mí.
Y por más que me esfuerzo, no logro recordar que sucedió a continuación ...
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