ఌ | Capítulo 9
El ambiente en la sala de reuniones del hotel era tenso. Las chicas estaban sentadas alrededor de una mesa, sus rostros reflejaban la preocupación que sentían tras ver la foto que había estallado en las redes sociales. Frente a ellas, su manager caminaba de un lado a otro, hablando por teléfono con alguien de la agencia.
— Entiendo, estamos trabajando en una respuesta oficial — dijo con el ceño fruncido mientras colgaba el teléfono. — Esto no puede salirse de control, no podemos permitir que afecte la imagen del grupo.
Las chicas intercambiaron miradas nerviosas, pero nadie dijo nada hasta que Jihyo, como líder, rompió el silencio.
— ¿Qué hacemos ahora? — preguntó.
— Necesitamos una solución rápida antes de que esto se haga más grande.
El manager asintió, aún pensativo.
— La agencia está considerando varias opciones — dijo con tono serio. — Una de ellas es que hagamos una declaración diciendo que la foto fue malinterpretada, que no refleja lo que realmente pasó. Otras opciones son simplemente ignorar el asunto y dejar que el tiempo lo disipe, pero podría ser arriesgado.
Mina, que había estado en silencio hasta ese momento, levantó la vista y habló con un tono más firme de lo que las demás esperaban.
— Podríamos decir que la foto es falsa — propuso de repente. — Que fue editada por alguien buscando crear un escándalo. Hay suficiente tecnología hoy en día para que la gente crea que fue manipulada. Podríamos desmentirlo fácilmente.
La sugerencia cayó como una bomba en la sala. Todas las chicas la miraron sorprendidas, incluso el manager levantó una ceja. Por un momento, nadie supo cómo responder.
— ¿Decir que es falsa? — repitió Nayeon, confundida. — Pero... es una foto real, Mina.
— Lo sé — contestó Mina rápidamente —, pero nadie más lo sabe. Si todos creemos la misma historia y actuamos con convicción, podemos desviar la atención. La gente creerá lo que queramos que crean si lo manejamos bien.
— Es arriesgado, pero tiene sentido — dijo Jeongyeon, asintiendo lentamente. — Lo importante es que esto no dañe la reputación del grupo. Si decimos que es falsa, podríamos controlar la narrativa.
El manager cruzó los brazos, reflexionando.
— Tendríamos que asegurarnos de que no haya otras fotos o pruebas que puedan contradecir esa versión — advirtió. — Pero si todas están de acuerdo en seguir esa línea, puedo hablar con la agencia para que preparen un comunicado.
Una a una, las chicas fueron asintiendo, cada una más convencida de que aquella era la mejor salida. Sana, Dahyun, y Tzuyu estuvieron de acuerdo casi de inmediato. Jihyo, aunque parecía más cautelosa, también aceptó la idea, entendiendo la necesidad de proteger al grupo.
Sin embargo, en medio de todos esos asentimientos, había alguien que no había dicho ni una palabra: Chaeyoung. Su silencio pesaba en la habitación, y Mina lo notó de inmediato.
— ¿Chaeyoung? — preguntó el manager, notando su expresión indecisa. — ¿Estás de acuerdo?
Chaeyoung asintió, aunque de manera vacilante. No dijo nada, pero el gesto fue suficiente para dar por cerrado el asunto. El manager suspiró, aliviado.
— Bien, entonces hablaré con la agencia. Nos aseguraremos de que todo quede bajo control
— dijo antes de salir de la sala.
Poco a poco, las chicas comenzaron a levantarse y salir también, con la sensación de que habían logrado encontrar una solución. Mina fue la última en levantarse, pero justo cuando se disponía a salir, escuchó la voz de Chaeyoung a su espalda.
— Mina, espera — dijo, su tono más firme de lo habitual.
Mina se giró, y la expresión en el rostro de Chaeyoung era clara: no estaba de acuerdo, y la conversación que habían evitado hasta ahora estaba a punto de suceder.
Cuando las puertas de la sala de reuniones se cerraron y se encontraron a solas, el silencio se volvió insoportable. Chaeyoung caminó unos pasos hacia Mina, con los brazos cruzados y una mirada que combinaba decepción y rabia.
— ¿Por qué hiciste eso? — preguntó finalmente, su voz contenida pero tensa.
Mina frunció el ceño, sin entender del todo.
— ¿De qué hablas? ¿Qué hice?
— Proponer esa mentira — espetó Chaeyoung, alzando ligeramente la voz. — ¡Decir que la foto es falsa, cuando no lo es! ¿Por qué no podemos simplemente decir la verdad? ¿Por qué tienes tanto miedo de que los demás sepan lo que realmente está pasando entre nosotras?
Mina retrocedió un paso, sorprendida por la intensidad de Chaeyoung.
— ¡Chaeyoung! — exclamó Mina, tratando de mantener la calma. — No es miedo, es protección. Tenemos que proteger al grupo. Tú sabes cómo es esto, cómo reaccionan los fans, la agencia, todos. No podemos simplemente salir y decir lo que está pasando. No es tan fácil.
Chaeyoung apretó los puños, claramente frustrada.
— ¿Protección? ¿A quién estás protegiendo, Mina? — preguntó, con la voz temblorosa. — ¿Al grupo, a ti misma, o a mí? Porque, sinceramente, no parece que estés pensando en nosotras.
Mina sintió un nudo en el estómago. Sabía que Chaeyoung tenía razón en parte, pero no podía dejar de pensar en las consecuencias.
— Estoy protegiéndonos a las dos — respondió finalmente. — Si esto se sale de control, no será solo nuestra relación la que estará en riesgo. El grupo entero podría verse afectado. No quiero que arruinemos lo que tenemos por un escándalo. Chaeyoung, esto es más grande que tú o yo.
Chaeyoung negó con la cabeza, sus ojos brillando de rabia contenida.
— No es solo por el grupo, Mina, ¡es por ti! Tú no quieres que la gente se entere porque no puedes soportar la idea de que te juzguen, de que vean que eres diferente. Siempre te preocupas por lo que otros piensan, pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en cómo me siento yo?
La intensidad de la discusión subía rápidamente. Mina sintió el peso de las palabras de Chaeyoung y no pudo evitar defenderse.
— ¡No es así, Chaeyoung! — gritó, alzando la voz más de lo que había planeado. — No estoy pensando solo en mí. Estoy pensando en el grupo, en nuestra carrera, en todo lo que hemos construido. ¡No podemos arriesgarlo todo solo por un error, por un mal momento!
Chaeyoung dio un paso hacia ella, su rostro lleno de emociones que no podía contener más.
— ¡Un error! ¿Es eso lo que piensas que fue? ¿Un mal momento? — gritó, sus ojos llenos de dolor. — Porque para mí no lo fue. Yo... yo quería estar contigo, Mina. Y pensé que tú también. Pero parece que para ti no significa lo mismo.
Mina sintió como su corazón se rompía un poco al escuchar esas palabras. Sabía que Chaeyoung no estaba equivocada, pero la situación era mucho más complicada de lo que cualquiera de ellas quería admitir.
— Chaeyoung, no estoy diciendo que no lo quiera — respondió Mina, su voz ahora más suave, casi suplicante. — Lo que pasó... lo quise tanto como tú. Pero tenemos que ser realistas. Esto no es solo nosotras. Tenemos que pensar en las consecuencias.
Chaeyoung soltó una risa amarga.
— Siempre pensando en las consecuencias, ¿no? — dijo, con una mezcla de tristeza y enojo. — ¿Y qué pasa con nosotras, Mina? ¿No te importa lo que siento yo? ¿Lo que siento por ti?
El silencio que siguió fue desgarrador. Mina no supo qué decir. Estaba atrapada entre lo que sentía por Chaeyoung y el miedo a perderlo todo. No era que no quisiera estar con ella, pero el peso de las expectativas, del grupo, de la industria... todo parecía demasiado.
Chaeyoung finalmente rompió el silencio, su voz baja pero cargada de frustración.
— ¿Sabes qué? Estoy cansada de todo esto. Cansada de tener que esconder lo que siento, de vivir con miedo a lo que los demás piensen. Si para ti lo más importante es el grupo y no lo que tenemos, entonces no sé qué estamos haciendo aquí.
Mina sintió el peso de las palabras de Chaeyoung como un golpe. No quería perderla, pero tampoco sabía cómo manejar todo esto.
— Chaeyoung, yo... no quiero perderte
— murmuró finalmente, su voz temblando.
— Pero tampoco quiero arruinar nuestras vidas por esto. Solo quiero que estemos seguras.
Chaeyoung la miró, sus ojos llenos de dolor, y negó con la cabeza lentamente.
— A veces, Mina, estar segura no es lo más importante. A veces, solo tienes que ser honesta contigo misma... y conmigo.
Mina observó cómo la tensión en el rostro de Chaeyoung se intensificaba con cada palabra, como si algo en su interior estuviera a punto de romperse. Chaeyoung la miró fijamente por un segundo que pareció eterno, antes de que una tristeza profunda invadiera su expresión.
— Sabes qué, Mina... — su voz se quebró ligeramente. — Tienes razón. Esto no va a funcionar, no si seguimos así, con tantas mentiras y miedo. Yo no puedo seguir ocultando lo que siento...pero está claro que tú sí puedes.
Chaeyoung dio un paso atrás, como si necesitara distanciarse, su mirada llena de determinación.
— Todo lo que hay entre nosotras... llega hasta aquí. Se acabó — dijo, con firmeza, aunque su voz temblaba por la emoción contenida. — No puedo seguir con esto si cada vez que algo sale mal, prefieres esconderte detrás de excusas en lugar de enfrentar lo que somos.
Las palabras golpearon a Mina como una bofetada. Su pecho se apretó, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar. Se sentía como si el suelo desapareciera bajo sus pies.
— Chaeyoung... no, por favor — suplicó Mina, avanzando un paso hacia ella. — No quiero perderte. Lo que pasó fue real, para las dos. No me digas que no lo sientes.
Chaeyoung la interrumpió, alzando una mano.
— Lo siento, Mina. Claro que lo siento. Pero también siento que tú no puedes ser honesta con lo que realmente quieres. Y yo no puedo seguir con alguien que no está dispuesta a luchar por nosotras.
El silencio cayó sobre la habitación, denso y abrumador. Chaeyoung, con lágrimas a punto de brotar de sus ojos, dio un último vistazo a Mina, como si quisiera grabarse su rostro antes de tomar la decisión final.
— Adiós, Mina — dijo, con una mezcla de tristeza y resignación, antes de girarse hacia la puerta.
Mina no pudo moverse. No pudo decir nada más. La vio irse, sintiendo que cada paso que Chaeyoung daba hacia la salida era una herida más profunda en su corazón. Justo antes de que la puerta se cerrara tras ella, el eco de la despedida resonó en la cabeza de Mina, como una confirmación de lo irreversible que era lo que acababa de pasar.
Se quedó sola, completamente inmóvil, escuchando el latido acelerado de su propio corazón y el silencio ensordecedor que Chaeyoung había dejado atrás.
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