El concierto había terminado, pero la atmósfera seguía cargada de emoción. Las luces del estadio se habían apagado, pero el brillo en los corazones de Twice y Once aún permanecía. Mina se sentía liviana, como si un peso enorme hubiera sido levantado de sus hombros. Había dicho lo que llevaba tanto tiempo guardado en su corazón, y ahora, tras bambalinas, estaba lista para enfrentar lo que viniera.

Al cruzar la puerta del camerino, fue recibida con un estruendoso aplauso de sus compañeras. Jihyo fue la primera en abrazarla, apretándola con fuerza.

— ¡Mina, eso fue increíble! — dijo, sus ojos brillando de orgullo. — No puedo imaginar lo difícil que debió ser, pero estoy tan, tan feliz por ti.

Nayeon sonrió ampliamente, con los ojos ligeramente húmedos.

— Sabíamos que había algo especial entre ustedes, pero escucharte decirlo frente a todos... — respiró profundamente. — Eres realmente valiente, Mina.

Jeongyeon le dio una suave palmada en la espalda.

— No puedo estar más orgullosa de ti. Has demostrado que el amor verdadero merece ser vivido, sin importar lo que otros piensen.

Sana, con lágrimas cayendo por sus mejillas, la abrazó también.

— Mina, eso fue lo más hermoso que he visto. Estoy tan emocionada por ustedes. ¡Por fin!

Momo, con una gran sonrisa, añadió:
— ¡Esto definitivamente merece una celebración! Pero creo que alguien más tiene algo que decirte.

Las chicas dejaron espacio para Chaeyoung, quien había estado en silencio, todavía procesando todo lo que había pasado. Lentamente, se acercó a Mina, sus ojos llenos de lágrimas. Las demás miembros, entendiendo la importancia del momento, salieron del camerino discretamente, dejando a Mina y Chaeyoung solas.

Chaeyoung miró a Mina, y de repente, rompió en llanto. Se cubrió el rostro con las manos, incapaz de contener la emoción que la abrumaba.

— Minari... — sollozó. — No sabes cuánto significa esto para mí. Pensé que nunca podría vivir este amor abiertamente, pero tú... tú lo hiciste posible.

Mina se acercó, su corazón latiendo rápidamente. Con ternura, tomó el rostro de Chaeyoung entre sus manos y empezó a limpiar las lágrimas que corrían por sus mejillas.

— Chaeyoung, ya no tienes que llorar — su voz era suave, pero llena de amor. — Lo hice porque te amo. Porque no quiero esconder lo que siento por ti. Eres la persona más maravillosa que he conocido, y si pudiera, le gritaría al mundo entero lo afortunada que soy de tenerte a mi lado.

Chaeyoung dejó escapar una risa entre lágrimas, sus ojos brillando con amor.

— Mina, yo también te amo. No puedo creer que todo esto sea real. Gracias por ser valiente, por luchar por nosotras.

Mina sonrió, acercándose un poco más, hasta que sus frentes se tocaron.

— Chaeyoung, después de todo lo que hemos pasado... — Mina respiró hondo, sintiendo la emoción agolparse en su pecho. — Quiero preguntarte algo — agarró las manos de Chaeyoung, entrelazando sus dedos. — ¿Quieres ser mi novia? Oficialmente. Quiero que vivamos este amor plenamente, sin miedo, juntas.

Chaeyoung, con los ojos llenos de lágrimas nuevamente, asintió con una sonrisa radiante.

— Sí, Mina. Sí, quiero ser tu novia. Quiero estar contigo siempre, sin importar lo que venga.

Ambas se abrazaron con fuerza, sintiendo que finalmente habían encontrado el lugar al que pertenecían: en los brazos de la otra. En ese momento, todo el miedo, la incertidumbre y las dudas desaparecieron, dejando solo el amor puro y sincero que compartían. Sabían que, juntas, podían enfrentar cualquier cosa.