El sol se filtraba a través de las cortinas, llenando la habitación con una luz suave y dorada. Mina se despertó lentamente, sintiendo el calor que la envolvía. Abrió los ojos y, en un instante, se dio cuenta de que no estaba sola. A su lado, Chaeyoung dormía plácidamente, su cabello esparcido sobre la almohada como una nube oscura.

Mina sonrió al recordar la noche anterior. El calor de sus cuerpos aún se sentía en el aire, y aunque había una ligera sensación de nerviosismo, la calidez de la cercanía de Chaeyoung la llenó de felicidad. Se giró hacia ella, admirando su rostro sereno, y se permitió un momento para disfrutar de la paz que había entre ellas.

Sin embargo, el silencio no duró mucho. Chaeyoung comenzó a moverse, estirándose como un gato y abriendo lentamente los ojos. Cuando finalmente se dio cuenta de que Mina estaba a su lado, su rostro se iluminó con una sonrisa.

— Buenos días, bella durmiente — dijo Mina, tratando de sonar despreocupada, aunque su corazón latía con fuerza.

— ¿Buenos días? — repitió Chaeyoung, frotándose los ojos. — ¿Qué pasó anoche? No puedo recordar todo...

Mina se sonrojó un poco, recordando los momentos compartidos.

— Creo que hicimos algo más que hablar...
— respondió con una sonrisa coqueta, dejando que su mirada recorriera el cuerpo de Chaeyoung, que aún estaba en pijama, una camisa grande que le quedaba un poco holgada.

Chaeyoung se incorporó un poco, con una ceja levantada y una sonrisa traviesa en su rostro.

— ¿Ah sí? ¿Y qué fue exactamente lo que hicimos? —preguntó, burlona, mientras cruzaba los brazos.

Mina se sintió más segura y decidió jugar con la situación.

— Bueno, empezamos por unas cuantas palabras dulces... y luego hubo unos besos — dijo, inclinándose un poco hacia adelante, como si compartiera un secreto.

Chaeyoung la miró fijamente, sus ojos brillando con curiosidad.

— ¿Unos besos? ¿Solo unos pocos? — preguntó, su voz suave, pero cargada de insinuación.
— ¿No será que hubo un poco más de eso?

Mina soltó una risita nerviosa, sintiendo que la tensión entre ellas se intensificaba.

— Puede que sí — respondió, bajando la mirada y sintiendo cómo sus mejillas se sonrojaban.
— Pero eso no importa ahora, ¿verdad? Lo importante es cómo arreglamos lo que pasó antes.

Chaeyoung se recostó en la almohada, con una expresión juguetona en su rostro.

— ¿Arreglarlo? ¿Y cómo planeas hacerlo, Mina?
— preguntó, con una sonrisa pícara. — ¿Con más besos?

Mina sintió que su corazón se aceleraba. Chaeyoung la estaba desafiando, y ella amaba esa chispa en su mirada.

— Tal vez... o tal vez deberíamos hacer algo más divertido — sugirió Mina, inclinándose hacia Chaeyoung y bajando la voz. — ¿Qué tal si hacemos un trato? Por cada cosa que arreglemos, ganamos un beso.

Chaeyoung se quedó pensativa por un momento, claramente interesada.

— ¿Un trato? Eso suena tentador... — dijo, sonriendo de manera coqueta. — Pero, ¿y si no nos arreglamos? ¿Tendremos que cumplirlo de todos modos?

Mina se acercó un poco más, dejando que sus labios rocen suavemente la piel del cuello de Chaeyoung.

— Eso sería un desafío — susurró, disfrutando de la forma en que Chaeyoung se estremecía bajo su toque. — Pero estoy segura de que podemos lograrlo.

Chaeyoung cerró los ojos por un momento, dejando que la sensación la envolviera. Luego, miró a Mina, su rostro más serio.

— Está bien, hagamos un trato — dijo, su voz firme pero con un brillo travieso en sus ojos.
— Pero primero, necesito que me prometas que serás honesta conmigo.

Mina asintió, sintiendo cómo su corazón se llenaba de determinación.

— Lo prometo. Desde ahora, seré completamente honesta contigo.

Chaeyoung sonrió, satisfecha.

— Entonces, ¿por dónde empezamos?
— preguntó, su mirada desafiando a Mina.

— Creo que primero debemos hablar sobre cómo manejamos la situación del grupo y los rumores — sugirió Mina, con una mirada más seria.
— No podemos permitir que esto nos divida nuevamente.

Chaeyoung asintió, el ambiente entre ellas cambiando a uno más serio.

— Sí, tienes razón. Debemos enfrentar eso juntas. Y también debemos asegurarnos de que esto no afecte a nuestras compañeras.

Mina tomó una respiración profunda, sintiendo cómo la conexión entre ellas se volvía más fuerte.

— Exactamente. Lo haremos juntas, y eso incluye todo, desde enfrentar a las chicas hasta lidiar con lo que pueda surgir en las redes sociales. Pero también debemos asegurarnos de cuidar lo que tenemos aquí — dijo, tocando suavemente el corazón de Chaeyoung con su dedo. — Quiero que sepas que me importas, Chaeyoung.

Chaeyoung sonrió, sus ojos brillando con gratitud.

— Y a mí me importa lo que tenemos, Mina. Pero no quiero que lo ocultemos más. No quiero vivir en las sombras de lo que podría ser.

Mina sintió un nudo en el estómago al escuchar eso, pero también una chispa de esperanza.

— Entonces, hagamos esto de manera correcta. Comencemos por ser abiertas y honestas, y luego podemos ver a dónde nos lleva eso.

Chaeyoung asintió, pareciendo satisfecha con el plan.

— Me gusta la idea de ser abiertas, pero también necesitamos ser discretas. La industria en la que estamos es complicada. No queremos que los medios se enteren de todo, al menos no todavía — dijo, tomando la mano de Mina y sosteniéndola con suavidad.

— Tienes razón — respondió Mina, sintiendo el calor de la mano de Chaeyoung. — Pero eso no significa que debamos esconder lo que sentimos. Debemos encontrar un equilibrio.

Chaeyoung la miró a los ojos, el brillo en su mirada reflejando la profundidad de su conexión.

— Así es, un equilibrio. Pero también necesitamos un plan. ¿Qué tal si empezamos por mantener nuestra relación privada por un tiempo? Solo hasta que estemos seguras de cómo manejaremos esto.

Mina pensó en la propuesta, sintiendo un ligero alivio. La idea de ser discretas le parecía sensata. No quería que su relación se convirtiera en un espectáculo público, especialmente ahora que estaban tratando de reconstruir lo que habían perdido.

— Eso suena razonable — respondió Mina, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.
— Pero me gustaría que no tuviéramos que escondernos entre nosotras, que podamos ser libres de ser lo que somos cuando estamos solas.

Chaeyoung sonrió, sus ojos brillando con ternura.

— Por supuesto, podemos ser nosotras mismas en privado. Y cuando estemos con las demás, solo actuaremos como siempre. No quiero que eso cambie.

Mina asintió, sintiéndose más tranquila.

— Entonces es un trato. Privacidad en público y sinceridad en privado — dijo, su corazón latiendo con fuerza al pensar en lo que eso significaba.

Chaeyoung acercó su rostro al de Mina, sus labios a solo unos centímetros de distancia.

— Y, por supuesto, besos para sellar el trato
— dijo, sonriendo de manera traviesa.

Mina no pudo evitar reír, sintiéndose feliz por la conexión que compartían.

— ¡Eso es lo que más me gusta de este trato!
— respondió, inclinándose hacia adelante y capturando los labios de Chaeyoung en un beso suave y lleno de promesas.

El beso fue un suave recordatorio de lo que estaban dispuestas a luchar por mantener. Chaeyoung correspondió con la misma ternura, y el tiempo pareció detenerse mientras se perdían el uno en el otro.

Finalmente, se separaron, ambos sonriendo con una mezcla de nerviosismo y felicidad.

— Entonces, ¿qué te parece si comenzamos a planear nuestra estrategia para enfrentar a las chicas? — sugirió Chaeyoung, recostándose de nuevo en la almohada.

Mina se encogió de hombros, disfrutando del momento de relajación.

— Puede que tengamos que preparar un pequeño discurso, algo que les haga ver que todo está bien — respondió, sintiéndose más segura al pensar en ello.

Chaeyoung asintió, una sonrisa traviesa en su rostro.

— ¿Y si les decimos que nuestra relación es solo una fase pasajera? Podría ser una forma de mantener las cosas bajo control.

Mina se rió, sintiendo que la tensión se disipaba.

— Tal vez no deberíamos mentirles tanto. Es mejor que seamos honestas, pero sin dar detalles que puedan causar revuelo.

Chaeyoung pareció considerar eso.

— Entonces, ¿qué tal si les decimos que estamos explorando nuestra amistad? Algo vago, pero que al menos suene positivo.

— Eso suena bien. Y si surge algo más, lo manejaremos cuando llegue el momento
— respondió Mina, sintiéndose más aliviada al tener un plan.

Chaeyoung se estiró en la cama, con una expresión satisfecha en su rostro.

— Me gusta esto. Un nuevo comienzo, ¿verdad? — dijo, sonriendo.

— Sí, un nuevo comienzo — repitió Mina, sintiendo que todo estaba tomando forma.

Mientras el sol iluminaba la habitación, las dos chicas se miraron, sabiendo que habían dado un paso hacia adelante en su relación. El futuro era incierto, pero con cada nuevo día, su conexión se volvía más fuerte, y estaban listas para enfrentar lo que viniera, juntas.

Mina se inclinó nuevamente, dándole un pequeño beso en los labios a Chaeyoung, una promesa de lo que estaba por venir, y se sintió feliz de estar en ese momento con ella.

Chaeyoung la miró a los ojos, su expresión más suave.

— Y una cosa más, Mina — dijo, su voz baja.
— No quiero que te sientas presionada por esto. Vamos a nuestro propio ritmo.

Mina sonrió, sintiendo que cada palabra de Chaeyoung resonaba en su corazón.

— Lo prometo. Tomaremos nuestro tiempo y lo haremos bien.

Y así, en esa habitación iluminada por la luz del sol, comenzaron a construir su nuevo comienzo, una relación marcada por la discreción, la honestidad y un profundo cariño que las unía más que nunca.