La sala de conferencias estaba a reventar, las luces de las cámaras centelleaban como estrellas, cegando a cualquiera que se atreviera a mirarlas de frente. Los periodistas, con cuadernos y micrófonos en mano, esperaban con ansias las respuestas del grupo. La foto filtrada de Mina y Chaeyoung había desatado una oleada de especulaciones, y ahora todo el mundo quería escuchar la verdad directamente de ellas.

Twice estaba sentada en una larga mesa, perfectamente alineada, con su manager a un lado, controlando la situación. Mina y Chaeyoung estaban en extremos opuestos, distanciadas físicamente por las demás chicas, pero también emocionalmente por todo lo ocurrido. La tensión entre ellas, aunque invisible para el público, se sentía como una corriente eléctrica para el resto del grupo.

Jihyo, como líder, fue la primera en hablar. La agencia había preparado una declaración para evitar más caos mediático, y su voz era firme, llena de una calma ensayada.

— Agradecemos su presencia hoy — empezó, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
— Queremos hablar sobre la imagen que ha estado circulando en las redes sociales. Sabemos que ha causado confusión y malentendidos, pero queremos aclarar que la situación ha sido malinterpretada.

Los periodistas inclinaron la cabeza, sus plumas listas para registrar cada palabra. La tensión en la sala era palpable, y las chicas sentían el peso de las miradas de los medios como una carga abrumadora.

Jihyo continuó hablando, guiando la conversación según lo planeado. Cada palabra estaba cuidadosamente medida, diseñada para apagar las llamas del escándalo sin avivar nuevas especulaciones.

Cuando Jihyo terminó, la mirada de todos se dirigió hacia Mina. La agencia había sido clara en cómo debían manejar la situación, pero eso no hacía que las palabras fueran menos difíciles de pronunciar. Mina miró el guion que tenía frente a ella, sintiendo que cada palabra era como un pequeño cuchillo que perforaba su pecho.

— Sobre la foto que se ha difundido — empezó, su voz firme aunque sus manos temblaban ligeramente. — Solo queremos decir que fue sacada de contexto. Estábamos en una reunión privada con amigos, y la imagen no refleja la realidad de la situación.

Mina evitaba mirar a Chaeyoung. Cada palabra que decía se sentía como una traición, pero no había otro camino. Las reglas del juego eran claras, y el grupo estaba por encima de todo. El silencio incómodo que siguió fue suficiente para confirmar que la narrativa oficial estaba en marcha. Nadie en la sala lo cuestionó de inmediato, aunque el peso de la mentira flotaba sobre ellas como una nube densa.

Finalmente, fue el turno de Chaeyoung.

Todo el mundo la miraba con expectación, sabiendo que, de alguna manera, sus palabras serían cruciales. Chaeyoung tomó el micrófono con manos tensas. El guion estaba delante de ella, igual que para Mina, pero cada palabra escrita parecía más distante de lo que sentía en su corazón. Sabía que tenía que mentir, que la verdad no tenía lugar en esa conferencia de prensa.

— Sobre la foto... — empezó, pero su voz se quebró apenas perceptiblemente. Cerró los ojos un segundo, intentando calmar el torbellino de emociones que se arremolinaba dentro de ella.

Cuando volvió a abrirlos, su mirada se cruzó brevemente con la de Mina. Solo un segundo, pero suficiente para hacerla tambalear.

El dolor la invadió, pero se obligó a seguir hablando.

— Quiero... quiero aclarar que no fue lo que parece. La imagen ha sido malinterpretada, y lamento mucho cualquier confusión que haya causado — las palabras sonaban vacías en sus propios oídos, pero eran las únicas que podía decir. Las lágrimas amenazaban con salir, pero apretó los labios y tragó duro, intentando mantener el control.

El silencio en la sala se hizo aún más pesado. Las cámaras enfocaban cada expresión en el rostro de Chaeyoung, buscando algún destello de verdad, alguna señal de vulnerabilidad. Pero ella se esforzó por mantener su fachada intacta, aunque sus ojos brillaban peligrosamente.

El manager intervino rápidamente, viendo que el momento se estaba volviendo demasiado emocional.

— Gracias, Chaeyoung — dijo con una sonrisa tensa, intentando retomar el control. — Ahora procederemos a las preguntas seleccionadas previamente.

Las preguntas fueron seguras y cuidadosamente seleccionadas, diseñadas para evitar que el tema de la foto se volviera a tocar de manera directa. Las demás chicas respondieron con sus mejores sonrisas, dando respuestas políticamente correctas. Sin embargo, la atmósfera se había vuelto pesada, casi irrespirable.

Chaeyoung apenas escuchaba las preguntas. Su mente estaba lejos, enfocada en lo que no podía decir, en lo que no podía expresar. Sentía que su pecho estaba a punto de explotar, pero se mantuvo en silencio, sonriendo de manera automática cuando las cámaras enfocaban hacia ella.

Mina, a su lado, también sentía el peso de cada palabra no dicha. Ambas sabían lo que realmente significaba esa foto, pero el pacto de silencio entre ellas ahora parecía ser más una prisión que una protección.

Cuando la conferencia terminó, las chicas se levantaron lentamente, sus cuerpos tensos por el esfuerzo de mantener la calma durante tanto tiempo. Mientras los periodistas se dispersaban, el manager felicitó a todas por seguir el guion, pero el ambiente entre ellas seguía siendo pesado.

Chaeyoung fue la primera en salir de la sala. Sus ojos aún brillaban por las lágrimas que no había dejado caer. Mina la vio alejarse, sintiendo una punzada de dolor en el pecho. Quería alcanzarla, quería detenerla y decirle que todo estaría bien, que encontrarían una manera... pero no lo hizo.

Una vez más, el miedo y las expectativas la habían dejado inmóvil.

Jihyo, desde el centro del grupo, las observó a ambas. Sabía que la situación no se había resuelto con esa conferencia. En todo caso, las mentiras solo habían hecho más profundo el abismo entre Chaeyoung y Mina.

Y en el fondo, todas sabían que, tarde o temprano, ese abismo las alcanzaría a todas.