ఌ | Capítulo 8
El caos del día no terminó cuando las chicas llegaron al nuevo hotel. El cansancio ya empezaba a predominar en todas, y el largo viaje en autobús las había dejado agotadas. Las protestas iniciales por el cambio de hotel se habían desvanecido, reemplazadas por la simple necesidad de descansar.
Mina y Chaeyoung se mantuvieron juntas durante el trayecto, sin decir mucho, pero con la suficiente cercanía como para hacer sentir a ambas que las cosas estaban comenzando a mejorar entre ellas. Cuando el autobús se detuvo frente al nuevo hotel, todas las chicas comenzaron a bajar lentamente, arrastrando sus maletas mientras su manager se encargaba de los detalles del check-in.
— Al menos es un buen hotel — murmuró Jihyo, observando la elegante fachada y los brillantes ventanales del lugar.
— Sí, y parece tranquilo. Podemos aprovechar para descansar bien — añadió Sana, siempre buscando el lado positivo de las cosas.
Mina, por su parte, no prestaba demasiada atención a la conversación. Mientras todas empezaban a entrar, ella y Chaeyoung se quedaron atrás, caminando lentamente. Había algo en la quietud del momento que las atrajo. La luna brillaba alto en el cielo, y una ligera brisa nocturna movía suavemente sus cabellos. Todo parecía estar en calma, al menos por un momento.
— ¿Te sientes mejor ahora? — preguntó Chaeyoung, rompiendo el silencio entre ellas.
Mina la miró y asintió, aunque sabía que no podía mentirle del todo.
— Un poco, sí. Siento que, a pesar de todo, estamos encontrando nuestro ritmo de nuevo. ¿Tú?
Chaeyoung sonrió, aunque algo tímida, y sus ojos buscaron los de Mina.
— Sigo nerviosa por todo esto, pero... estoy feliz de que estemos hablando, de que no lo hayamos ignorado. No quiero perder lo que tenemos, sea lo que sea.
Ambas se quedaron en silencio de nuevo, mirando hacia la entrada del hotel donde sus compañeras ya habían desaparecido. El ambiente entre ellas se sentía ligero, pero cargado de emociones no dichas. Como si ambas esperaran un gesto que confirmara lo que sentían pero no se atrevían a decir en voz alta.
Mina, casi sin pensar, se acercó un poco más a Chaeyoung. Podía sentir la calidez de su cuerpo a través del suave aire nocturno, y antes de darse cuenta, sus manos ya estaban rozando las de Chaeyoung. Sus miradas se encontraron por un instante que pareció eterno.
— De a poco, ¿recuerdas? — murmuró Mina con una sonrisa suave, recordando las palabras de la noche anterior.
Chaeyoung asintió lentamente, pero en sus ojos había una mezcla de deseo y ternura que parecía pedir algo más. Y, en ese momento, todo lo demás dejó de importar.
Lentamente, casi con cuidado, Mina inclinó su rostro hacia el de Chaeyoung. La distancia entre ellas se fue acortando hasta que, finalmente, sus labios se encontraron en un beso suave, sencillo, pero lleno de todo lo que aún no se atrevían a decir. El beso fue breve, apenas un susurro entre ellas, pero suficiente para que sus corazones latieran al unísono.
Cuando se separaron, ambas sonrieron tímidamente, como si ese pequeño gesto les hubiera confirmado lo que ya sabían.
— Esto se siente bien — murmuró Chaeyoung, todavía con una sonrisa en los labios.
— Sí, lo es — respondió Mina, con el mismo tono de complicidad.
Lo que ninguna de las dos se dio cuenta fue que, desde un rincón algo oscuro cerca de la entrada del hotel, alguien había estado observando. Un fotógrafo que estaba allí por casualidad, quizás buscando alguna exclusiva de otro artista famoso alojado en el hotel, había captado el momento exacto en el que ambas se besaron. Sin hacer ruido, había tomado varias fotos con su cámara antes de desaparecer tan rápido como había llegado.
A la mañana siguiente, las chicas despertaron temprano para su siguiente actividad programada. El nuevo día prometía ser más relajado, pero la calma no duraría mucho.
Mientras desayunaban en el restaurante del hotel, una extraña sensación recorrió el ambiente cuando Jihyo, que estaba revisando su teléfono, de repente dejó de comer. Sus ojos se abrieron de par en par, y su expresión pasó de la sorpresa a la alarma en cuestión de segundos.
— Chicas... — dijo en un tono bajo, levantando su teléfono para mostrarles algo. — Esto es malo. Muy malo.
Todas se giraron hacia ella, curiosas y algo nerviosas. Mina y Chaeyoung, que estaban sentadas una junto a la otra, intercambiaron miradas preocupadas.
— ¿Qué sucede? — preguntó Nayeon, mientras se inclinaba hacia adelante para ver la pantalla de Jihyo.
— Miren esto — respondió Jihyo, mostrando una noticia en la pantalla de su móvil.
Era un artículo de uno de los sitios de chismes más grandes, y en la pantalla se podía ver claramente una imagen de Mina y Chaeyoung besándose frente al hotel la noche anterior. El titular era: "Romance secreto en el grupo: captan a dos miembros en un momento íntimo."
El silencio en la mesa fue inmediato. Todas miraron la pantalla sin saber exactamente qué decir o cómo reaccionar. Mina sintió como si el suelo se abriera bajo sus pies, y Chaeyoung, pálida, simplemente dejó caer el tenedor que sostenía.
— ¿Cómo... cómo pasó esto? — murmuró Sana, aún en shock.
— Alguien debió tomarles una foto anoche
— explicó Jihyo, tratando de mantenerse tranquila, aunque su propia sorpresa era evidente.
— ¡Pero no vimos a nadie! — exclamó Chaeyoung, su voz temblando. — No nos dimos cuenta de nada...
Mina se quedó en silencio, su mente trabajando a mil por hora. Sabía que lo que habían hecho no era algo malo, pero también sabía que la prensa, los fans, y sobre todo su agencia, no lo verían de la misma manera.
— ¿Qué hacemos ahora? — preguntó Jeongyeon, mirando a todas con preocupación.
— Primero, llamamos a nuestro manager — dijo Jihyo, tomando el control de la situación. — Él debe saber de esto antes que nadie más. No podemos quedarnos quietas, y debemos controlar el daño lo más rápido posible.
Mientras Jihyo sacaba su teléfono para hacer la llamada, Mina tomó la mano de Chaeyoung bajo la mesa, dándole un apretón suave. A pesar del miedo y la confusión que sentía, sabía que no podían dejar que esto las destruyera. Habían dado pasos importantes en su relación, y aunque ahora enfrentaban una tormenta, tenían que enfrentarlo juntas.
— Todo estará bien — susurró Mina, más para convencerse a sí misma que a Chaeyoung.
Pero en el fondo, ambas sabían que lo que venía sería más complicado de lo que jamás imaginaron.
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