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๑ˊ⋅ ten.


De tal manera aquel par de enamorados pasaron los meses juntos. Ambos estaban más que felices por su relación, además de que sus seres queridos habían estado contentos y para nada sorprendidos el día en que ambos tortolitos revelaron su relación. Al igual que muchas parejas, ellos también tuvieron algunos malentendidos y pequeñas disputas, pero a pesar de su corta edad, ambos lo sobrellevaban demasiado bien.

Actualmente era septiembre, Seúl comenzaba a adentrarse en otoño, el ambiente ya se sentía refrescante y algunos días fríos, las hojas cayendo de los árboles dejaban en evidencia la estación que atravesaba aquel país. En Corea del sur, el otoño siempre traía algunos de los paisajes más impresionantes de la naturaleza de todo el mundo.

Las montañas eran cubiertas de brillantes hojas de color carmesí, en marcado contraste con el cielo azul, creando una hermosa combinación entre ambos. El hermoso frondoso otoño, junto con el clima templado, era una de las razones por la cual varias personas de todo el mundo se apresuraban en viajar a Corea, era normal ver a muchos turistas en las calles y centro históricos.

Todo era un hermoso paisaje, una maravillosa creación del mundo.



Yeonjun se encontraba frente a la estufa preparando las palomitas de maíz, ya que su pareja y él quedaron en ver una película en dicha casa. El rubio estaba atento a las palomitas, no quería que se dañaran o quemaran, volviéndose impaciente en cada segundo que pasaba. Seguro que Kai no tardaba en llegar.

Segundos después, el timbre hizo un ruido por toda la casa.

Yeonjun sonrió al ya tener las palomitas listas, apresurandose en sacarlas para dejarlas dentro de un recipiente especial. Al terminar de hacer aquello fue corriendo a abrir la puerta, sospechando ya de quién se trataba, pero al abrir la puerta, se sorprendió al ver un ramo de flores de cerezo con unas flores color púrpura frente a él; aquellas hermosas flores emanaban un delicioso olor.

Sin darse cuenta, empezó a divagar en lo profundo de sus pensamientos, y no pudo evitar que de sus ojos brotaran lágrimas de felicidad. El contrario no tardó en llevar uno de sus pulgares hacia los ojos del mayor para limpiar suavemente las pequeñas lágrimas.

ㅡBebé, ¿estás bien? ㅡpreguntó Huening suavemente, no pensó que su mayor iba a reaccionar de tal manera. Su pecho se sintió cálido al ver la reacción del pelirrubio. ㅡAmor, yo también lloraré si sigues así ㅡdijo con diversión, acariciando la suave piel de la mejilla izquierda de Yeonjun.

ㅡHuenining, t-tú me haces muy feliz ㅡsus mejillas se sonrojaron al pronunciar aquellas palabrasㅡ. Te a-amo ㅡdijo, sin rodeos. Una expresión de sorpresa se hizo presente en el rostro de Hueningkai; él quería decir aquellas palabras hace bastante tiempo, pero no quería incomodar a su pequeño. Yeonjun al ver que no respondía se asustó, recriminándose mentalmente por haber soltado aquellas palabras, entonces se apresuró a hablarㅡ. L-lo siento, fue muy apresu-

ㅡNo, no te disculpes, amor, es sólo que me sorprendiste mucho. Te amo, bebé, te amo mucho, cielo.

En cuestión de segundos, el espacio que había entre ambos se esfumó, y el mayor fue el causante. Yeonjun saltó a los brazos de su novio, envolviendo sus piernas alrededor de la cadera contraria y con sus brazos alrededor del cuello del castaño, totalmente feliz.

Sus labios se juntaron en cuestión de yoctosegundos, creando un ritmo totalmente suave y lento. De ambos pares de ojos brotaban pequeñas lágrimas de felicidad debido a la emoción que ambos sintieron en el momento.

Hueningkai tenía su mano derecha bajo los muslos del mayor, sujetándolo, mientras que su mano izquierda cargaba las flores, cuidando de no dañarlas.

Los labios del menor tenían todo el control en el beso. Sus dientes mordieron suavemente el labio superior del mayor, ocasionando que Yeonjun separe un poco sus labios, dando a Huening el permiso para que pueda explorar su boca; y así es como ahora sus lenguas se encontraban en sincronizados movimientos.

ㅡV-vamos adentro, estamos dando un espectáculo a todos mis vecinos, amor ㅡdijo Yeonjun, respirando un poco agitado para hacer llegar el oxígeno a sus pulmones.

Hueningkai bajó a Yeonjun de su cuerpo, dejando un último beso sobre los belfos abultados del mayor, y en un pequeño lapso de tiempo ambos se adentraron a la casa.

Una vez dentro, ambos se dirigieron a la cocina para poder llevar lo necesario hacia el living. Lo primero que hizo Yeonjun fue buscar algún florero para luego llenarlo de agua y dejar las flores dentro para que estas no se marchitaran, mientras que Hueningkai caminaba pegado a él, abrazándolo por atrás, caminando ambos como si fueran pingüinos.

Luego de pequeñas bromas y risas ambos se dirigieron hacia el living, llevando en sus manos las palomitas de maíz y dos vasos con refresco, siendo cuidadosos para no ensuciar nada.

Eligieron una película de terror a pedido de Hueningkai, Yeonjun accedió fácilmente luego de que su novio le haya dejado un gran beso para lograr convencerlo, y claro que lo logró al instante.

Al mayor le encantaban las películas de terror, pero la película que estaban por ver era demasiado para él, tan sólo al ver la portada se asustó.

Al comenzar el filme, confirmó que sus sospechas eran ciertas: aquella película tenía bien merecido su título.

ㅡHuenining, tengo miedo, ¿podemos quitarla? ㅡpreguntó, revoloteando sus pestañas para convencer a su pareja.

ㅡBebé, falta poco para que termine ㅡhabló en tono burlónㅡ. Ven ㅡllamó, palmeando su regazo.

Yeonjun no lo pensó mucho y se dejó caer sobre los muslos de su novio. Hueningkai colocó ambos brazos alrededor del cuerpo de su pareja, mientras su diestra acariciaba suavemente la espalda del mayor. Yeonjun rápidamente se relajó ante el toque.

Luego de algunos segundos, Yeonjun se dispuso a ver la película, pero al momento de voltear su rostro presenció una escena muy sangrienta, haciendo que rápidamente gire su rostro, escondiéndose en el cuello blanquecino. Kai soltó una risita, burlándose de Yeonjun.

Yeonjun era demasiado tierno; parecía un bebé, el bebé de Huening.

ㅡAmor... ㅡllamó suavemente el castaño, a lo que Yeonjun levantó su rostro con un puchero adornando sus labios.

Puchero que Kai se encargó de mordisquear y besar por unos segundos.

ㅡSolo es una película, bebé.

ㅡNo, Huenining, tengo miedo.

ㅡSólo faltan un par de minutos para que finalice, y si me dejas verla... luego te hago todos los mimos que quieras ㅡsusurró suavemente, sus manos acariciando el cuerpo de su parejaㅡ. Incluso me quedo a dormir si así lo deseas.

Los ojos de Yeonjun se volvieron brillosos al escuchar la propuesta del menor; por culpa de sus clases y trabajos, hace una semana no dormía junto a su pareja.

Lo meditó por un momento, y terminó aceptando poco rato después. Amaba los mimos, y los amaba más si Hueningkai era quién se los hacía.

Kai sonrió ante la respuesta afirmativa de Yeonjun, para luego acercar sus belfos hacia los contrarios y así poder sentirlos entre los propios. Amaba aquel ligero sabor a fresas que tanto caracterizaba a los labios del mayor.

Besar a Yeonjun empezaba a ser su actividad favorita.

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