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XXIII. ¿Así Es El Acto De Amor?

Milo se encontraba en el parque, esperaba con ansias a su novio, espero sentando en la banca de aquel parque, viendo a todas las personas que se encontraban a su alrededor, viendo la felicidad de cada uno de ellos, al principio le había parecido lindo, pero tiempo después se dio cuenta que eso no podría ser la vida real, miles de pensamientos negativos invadieron su mente, sin embargo la voz de su amado lo hizo regresar a la realidad, haciendo que lo mirara.

Detonó una sonrisa y se dedicó a correr a abrazarlo con todo el amor del mundo.

—Qué bueno que hayas venido —dijo el heleno sonriendo.

—Debía hacerlo, es por ti por el cual estoy aquí —dijo relajado.

Su plática había sido tan relajada, habían hablado de cosas triviales, cosas cotidianas, haciendo que miles de cosas o situaciones surgieran, a principio Apolo denotaba cierta molestia cuando el heleno le mencionaba los sucesos, puesto trataba de ocultarlas, pero a final de cuenta logro por lo menos saber los motivos.

—Hoy es un día especial y no quiero arruinarlo con mis patéticos momentos —hablo el heleno—. Así que, ¿Qué te gustaría hacer para esta noche? —preguntó el menor.

— ¿No tendrás problema por eso? —pregunto.

—No, mis padres nunca cuidan de mí de todos modos, es como si yo no existiera y solo Camus estuviera hay presente para ellos menos yo —hablo sonriendo.

Apolo miro aquello, le parecía demasiado extraño que su pequeño dijera eso para después sonreír. Para no seguir más con ese asunto le dio una sonrisa, para pronto aproximarse al menor.

—Entonces pasaremos unos momentos grandiosos —dijo el mayor quien comenzó a susurrar en el oído.

— ¿Como? —pregunto curioso.

—Pronto lo sabrás —sonrió.


[~🍎❄️🍎~]

Apolo había llevado a su novio a un motel, este se veía elegante, Milo detonaba confusión, hasta que comenzó a sentir una especie de nervios.

—Tomo asiento —dijo Apolo quien lo guio hasta la cama.

Apolo se encontraba casi a la altura del menor, puesto Milo estaba sentando en la orilla de la cama, mientras que Apolo miraba con seriedad a su novio.

— ¿Estás seguro de esto Milo? —preguntó con cierto toque serio.

Milo simplemente se limitó a asistir, sus mejillas detonaron un sonrojo, pronto los labios del mayor se posaron en los del menor, dando pequeños besos, bajo hasta el cuello, en donde lamio y beso, más pronto Milo había alejado al mayor.

—Perdón, es solo que... esto es nuevo —logro articular.

Apolo miro como el menor tenía la mirada baja, era normal, sonrió un poco y se relajó, lo tomo del mentón y alzo la vista del heleno. Nuevamente los labios besaban a los del menor, Apolo no parecía ahora detenerse, Milo sentía un sentimiento lindo, aunque confuso.

Las manos del mayor recorrían el cuerpo por encima de su ropa, Milo sentía un poco incomodo y una vez aquello sintió como Apolo subía la camisa, un sonrojo y nervios aumentaron. Cuando finalmente había quitado la camisa, pudo notarse nervioso, temeroso sentía que muy pronto Apolo replicaría por ese cuerpo, lleno de cicatrices o cosas por el estilo, intentaba cubrirse por medio de la sabana, más Apolo parecía no impórtale.

Apolo había bajado, dando pequeños besos en el pecho, mientras que Milo sentía sus nervios a flor de piel, quería alejar aquello, su poca incomodad, dejar terminar todo eso rápidamente, mas no fue así. Las manos de Apolo parecían darle amor, cosa que Milo sentía, más aquello pronto se había desvanecido.

Con el paso de los segundos, Milo comenzaba a sentirse mejor, sentía aquel amor que tanto emanaba las caricias del mayor.

Apolo se aproximó nuevamente al rostro de su novio, su pecho y abdomen, no estaba muy marcado, pero lo excitaba. Siguió besando el cuello, sus manos habían bajado hasta el cinturón del menor, mientras los suspiros de Milo excitaban aún más al mayor.

Apolo había quitado su camisa, dejando solamente su pantalón desabrochado, Milo noto aquello y una pena lo había inundado, cubrió su mirada, no podía creer que todo lo que pensaba era diferente, puesto ver el cuerpo del mayor le hacía mejor que el suyo.

Apolo parecía mirar aquello como algo bueno, mientras el pelirrojo besaba al menor, que sostenía aquel fuerte sonrojo comenzó con acariciar el cuerpo del más majo, bajando hasta llegar al sexo, en donde bajo un poco los pantalones y comenzó con acariciar por encima de los bóxer.

Bajo los bóxer pudiendo notar la hombría del menor erecta, estaba dispuesto a saciar su sed, más Milo parecía no querer aceptar, su pena era demasiado temía que siguiera sintiéndose odiado o incomodo por lo que estaba pasando, Apolo besaba el pecho y mordía levemente, mientras masturbaba al menor, que a decir verdad parecía no hacer nada más que estremecerse un poco, los labios del mayor había posado en el sexo del muchacho, en cambio Milo se sentía avergonzado, sentía como su cuerpo se calentaba y aquellos vagos recuerdos surgieron, aquellos momentos en donde muchos decían el acto sexual.

Apolo comenzó a jugar metiendo sus dedos a la entrada del menor, mientras se encogía debido al dolor, cosa que Apolo parecía seguir disgustando, así pasaron los siguientes minutos haciendo aquello, hasta que finalmente había penetrado al muchacho.

De una sola estocada había logrado entrar al cuerpo del menor, sintiendo todo el interior cálido, Apolo lo tomo como si se tratar de un pequeño, Milo sintió como las manos del mayor recorrían su espalda, sus piernas estiradas que pronto parecía aferrarse al pelirrojo que había terminado por sentarse sobre la cama, el dolor era pésimo y seguía en aumento, puesto podía sentir como poco a poco aquel sexo iba entrando, Apolo parecía satisfecho, más aquello había sido el inicio, lo había recostado en la cama nuevamente, coloco ambas piernas, podía notar los ojos cristalinos del muchacho, aquello excitaba al mayor.

—Apolo para... —dijo.

Ignorando su petición las embestidas no se hicieron de esperar, el heleno sentía como cada embestida se adentraba más a su cuerpo de una forma violenta, el dolor era insoportable, era como si todo lo que hubiera pensando se esfumara.

—Apolo para por favor... —por el dolor solo pedía aquello que no era capaz de resistir.

Gemía levemente de dolor, quería seguir callado, más aquello era imposible, los gemidos se hicieron notorios y las embestidas se hicieron más feroces, sin contar que los labios del mayor habían marcado parte del cuerpo superior.

Las manos de Apolo jugaban con los pezones, mordía con fiereza el cuerpo del muchacho al grado de dejar agudas marcas, mientras seguía tomándolo con fuerza.

Una vez que entro por completo en el cuerpo del muchacho comenzó a hacerlo con rapidez y fuerza, con mucha violencia, mientras escuchaba los quejidos de Milo y una que otra suplica debido al dolor que sentía en esos momentos, notaba como las lágrimas recorrían las mejillas sonrojadas del menor, el cuerpo del muchacho estaba caliente, en cambio Apolo disfrutaba aquello, seguían con aquellos rudos movimientos dejando marcas por donde quiera.

Una vez que salió lo giro dejándolo boca abajo para pronto comenzar nuevamente a embestirlo ferozmente. Milo se aferraba a las sabanas, con la intención de soporta todo aquello.

Sentía como la mano del mayor acariciaba su espalda, sobre todo aquella marca que poseía, sintió una extraña sensación, más pronto siguió en silencio, sus lágrimas no cesaban y mucho menos su dolor, sentía todo aquello de manera extraordinaria. Sintió como los labios del mayor llegaron hasta su cuello, en donde mordió levemente, ya sentía todo su cuerpo lleno con marcas y moretones debido a los besos, mordidas y chupetes.

Los pensamientos del heleno habían sido borrados, más una pregunta mental surgió en su mente.

— «¿Así es el acto de amor?» —pensó mentalmente.

Sin obtener respuesta o hablar, siguió con aquello, sintiendo como algo había quedado dentro de su cuerpo, que al momento de sentirse vacío salió, su cuerpo había reaccionado y en un simple gemido todo lo que había pensando se había esfumado.

Apolo había liberado todo, sonrió cuando sintió en su mano un líquido cálido, mientras que el había liberado en su interior, salió del muchacho quien poco a poco parecía dormirse.

Apolo se acostó a su lado y abrazo al menor, este se sentía un poco confuso y a dolorido, pero muy por dentro admitía que le había gustado aquella experiencia, lentamente el heleno fue cerrando sus ojos mientras Apolo lo seguía observando, cuando el peli morado quedó completo dormido en los brazos del mayor, este sonrió con malicia, una sonrisa que Milo nunca había visto en él.


[~❄️🍎❄️~]

Horas más tarde, la mañana había llegado.

Milo había despertado, su cuerpo le dolía de sobre manera, sus caderas le hacían sentir pésimo, su trasero le ardía, todo, miro su cuerpo estaba todo marcado lleno de moretón y una que otra cosa. Quedo en silencio, recordó todo lo que había pasado en aquella noche y miro a su alrededor buscando a su amado, pero no lo encontró, al parecer este se había levantado temprano. Se sentía solo en aquella cama, pronto se limitó a sentarse, más aquello había sido imposible, puesto sus piernas se sentía como una gelatina, no podía ponerse de pie, ya que si lo hacía caería al suelo.

Se tapó con las sábanas y seguía mirando todo, quería estar con su novio, no quería estar solo en ese lugar. Anoche Apolo le había enseñado tantas cosas que estaba un poco confuso, tenía muchas preguntas en su mente, más se sonrojo al recordar todo aquello, lo amaba tanto que por el haría lo que fuera, se sentía amado al lado de ese joven. Él lo hacía feliz como el a Apolo, nunca dejaría que algo malo le pasará al mayor, se moriría si eso llegará a suceder.

Quedo ahí sentando por unos minutos, pensando que todo aquello había sido algo nuevo para él, ya que nunca había hecho algo como eso, solo escucho eso por las clases de interacción sexual que le daban en ética, pero nada más.

Así paso por unos minutos hasta que el dolor ceso y a duras penas salió de la habitación, camino un poco, con paso lento pudo llegar a casa.

Cuando llegó a su casa se aseguró de entrar por su ventana, le fue difícil ya que casi no podía caminar bien, pero pudo entrar a su habitación con éxito, se recostó en la cama y una sonrisa enorme apareció en sus labios, sin contar que un fuerte sonrojo adorno sus mejillas. Estaba feliz, ese había sido el mejor regalo que su novio le había dado, se sintió amado, querido, y no se sintió solo u odiado, todo lo contrario, él quería más de eso, pero más que viniera de ese pelirrojo que lo enamoraba cada día que lo veía. Fue un poco brusco con él, pero él sabía que Apolo era demás así en esas situaciones. Pero aun así lo amaba, de todas las formas posibles en el mundo Apolo era el amor de su vida y siempre lo sería.

Se sentía cansado y emocionado, le mandaría un mensaje para que se vieran en la tarde, quería hacerle muchas preguntas, quería saber por qué lo dejo solo ahí, ya que de verdad él quería estar hay con él, abrazarlo y decirle lo mucho que lo amaba.

Cuando se lo envío chillo como mujer adolescente, ahora solo quería dormir, y soñar todas esas cosas que Apolo había hecho con él una y otra vez sin cansarse.

Para ese entonces Milo solo buscaba a alguien que le diera amor, ese amor que le quitaron de pequeño. Busco y busco, pero nadie quería darle amor, hasta que conoció al pelirrojo. El menor solo buscaba amor de alguien más, si sus padres no le darían él lo buscaría, aún que estuviera bastante ciego para saber que de pronto podría ser una mentira, no sé sentía querido, pero no era su culpa, sus padres dieron un giro de noventa grados y se olvidaron de el de la noche a la mañana, el deseaba mucho descansar en paz, pero con esos amigos que tenía y su novio ya tenía razones para quedarse y no irse.

Solo desearía crecer tan rápido como podía he irse del lado de sus padres para vivir con aquel pelirrojo y formar la familia que siempre quiso, pero esta vez estaría consciente de que no le haría lo mismo que le hicieron sus padres con él en sus hijos. Él les daría amor y todo lo que a él nunca le dieron, y nunca le quitaría ese privilegio de ser felices.


[°🍎]

Buenas buenas, aquí les traigo otro capítulo más de esta historia.

Como vimos el capitulo pasado era el cumpleaños de Milo y solo miren, este fue el regalo de Apolo para Milo.

Les advierto que deduzcan bien este capitulo por que este no es uno cualquiera este capitulo es un punto demasiado importante de la historia que traerá el desmadre total más adelante.

Créditos quien me ayudo a hacer este capítulo con su lemon (ya que no soy experta ni se hacer uno) a AntaresLaks que me brindo su ayuda el año pasado con este hermoso lemon. Juntamos las ideas creando este hermoso capítulo. Ella hizo el lemon y yo le organice lo que era necesario poner. 

¿Qué le pasara a Milin?

Pues descúbranlo en el próximo capítulo de penetradores profundos, digo digo me equivoque de libro ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Los estoy leyendo <3


—AzakaAcha

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