XXI. En Un Sueño Mas
— ¡Mami! —grito con emoción un pequeño peli morado.
El pequeño fue corriendo hasta su madre quien lo esperaba con un tazón lleno de manzanas picadas.
—Mi manzanita —sonrió al ver a su pequeño—. Aquí están tus manzanas picadas mi pequeño —le dio un pequeño bocado de manzanas que estaban picadas al menor.
La familia estaba de viaje, unas vacaciones que los mayores eligieron en una parte de Grecia. Se encontraban por fuera del bosque cerca de la cabaña de Zaphiri, al menor le agradaba mucho estar ahí, su padre había llevado a su hermanito a explorar una parte del bosque, y su madre acariciaba su corta, pero a la vez larga melena morada y revoltosa.
—Mami ¿Por qué Papi y mi hermanito no han vuelto? —pregunto curioso.
—No lo sé manzanita, demás tú padre se perdió otra vez en el bosque.
El pequeño hizo un puchero, quería estar también con su papito y hermanito, Degel le dio un enorme beso en la frentecita del menor que chillo de la felicidad, a pesar de tener cinco años para Degel aún seguía siendo su bebito adorable y revoltoso.
Kardia se encontraba un poco cerca de las afueras del bosque, estaban mirando las flores que su abuelo Ecarlate había sembrado un poco dentro del bosque, Camus las miraba he intentaba arrancarlas más obviamente el heleno no lo dejaba, su pequeño con un añito de edad era bastante inteligente, sabía pronunciar palabras bastante bien, no era como su pequeño peli morado que a los cuatro años apenas pudo saber hablar mejor, más aun así para Kardia le parecía adorable recordar cuando su pequeña manzanita se regaba en palabras que ni los mayores entendían bien.
Era refrescante estar ahí, fue buena idea a ver ido a ese lugar con su familia. Milo estaba dispuesto a buscar a su papi y hermanito, sabía que su padre era muy despistado en algunas ocasiones y lo que menos quería Milo en el mundo era perderlo de vista, junto con Degel entraron al gran bosque, sentía un poco de miedo, pero su madre lo tomaba fuerte de la mano.
—Mami no me sueltes —dijo con miedo.
—Nunca lo haré, te lo prometo —sonrió.
El pequeño se sintió seguro con la sonrisa de su mami, camino unos cuantos minutos, volteo para ver a su madre y se dio cuenta que estaba solo, también observo que sostenía una rama en vez de la mano de su madre, el pequeño empezó a temer un poco, no sabía en dónde estaba y solo había caminado unos cuantos pasos y ya se había perdido en el extenso bosque, y lo peor, perdió a su madre. Soltó la rama con brusquedad, tenía miedo, empezó a gritar el nombre de sus padres, tenía mucho miedo, escucho voces en el bosque, todo se estaba tornando en un todo gris, tenía miedo, su corazoncito latía a mil, vio una sombra moverse y le dio aún más miedo del que tenía, miro como una sombra gigante empezaba a perseguirlo, como sus piernitas lo dejaban corrió de esa gigante bestia oscura, empezó a llorar sentía como su cuerpecito no corría demasiado como para poder escapar de esa bestia, tenía miedo, se sentía solo.
Corrió pasando un lado del bosque, donde miro que todo estaba normal, le pareció raro, pero aún tenía miedo y estaba llorando, encontró a su padre y como sus piernitas lo dejaban corrió hasta él y Camus.
— ¡PAPI! —grito llorando.
Kardia lo miro, el pequeño se había aferrado a él fuertemente, Kardia lo abrazo notando que su pequeño estaba temblando y llorando.
— ¿Que pasa manzanita?, ¿Por qué lloras mi pequeño? —pregunto preocupado.
–M–mami...Perdí a mami... Y...Y... Un monstruo me seguía... —dijo llorando.
A Kardia le pareció extraño, no sabía que había monstruos en el bosque.
—Manzanita en el bosque no hay monstruos.
—Y... Y... ¿Y mami?
—Mmm —pensó—, demás tú madre está escondiéndose de nosotros —mintió
El pequeño se tranquilizó un poco, más no sé olvidaría del horrible monstruo que habían captado sus ojitos.
Kardia los había cargado a ambos menores, estaba un poco preocupado por saber en dónde se encontraba su esposo, el pequeño Milo cubrió si carita en el hombro de su padre, el pequeño Camus observaba todo con curiosidad, le parecía todo muy hermoso y extraño, quería tocar todo a su alrededor, pero obviamente Kardia ni le dejaría tocar ciertas cosas por seguridad. Milo aún tenía miedo, estaba triste, quería saber en dónde estaba su mami y que había sido de él. El pequeño quedo dormido en los hombros de su padre, habían pasado varios minutos y una hora. Milo había despertado después, sintió un extraño aroma en los hombros de su "Padre", también sintió que era muy suavecito su hombro y tenía algo de pelos, le pareció extraño y alzó su pequeño rostro, miro que su "Papi" tenía un chaleco peludo, le pareció aún más extraño, también sentía que sus piernitas sentían algo peludo, se preguntaba qué era eso, el pelo de su "Papi" ya no era azul si no negro, su curiosidad le ganó más intento mirar el rostro de su "Padre" que más bien parecía el rostro de un monstruo, de inmediato tuvo mucho miedo, intento zafarse del agarra pero sintió unas uñas largar presionar un poco su pequeña cintura, Milo empezó a llorar, tenía miedo, ese no era su Papi, ese era un monstruo que lo había raptado. El pequeño empezó a gritar por ayuda, tenía mucho miedo, no quería estar con ese monstruo, la bestia seguía caminando por el bosque con el pequeño echado a sus hombros que no paraba de patalear.
— ¡¡MAMII!! —grito aun llorando, estaba demasiado alterado.
La bestia gigante había parado bajando al pequeño, este lo miro y pego un tremendo grito, era una bestia que daba demasiado miedo, como sus piernitas podían se echó a correr, el monstruo había pegado un tremendo grito y empezó a perseguir al pequeño que no paraba de llorar.
Milo como podía esquivaba los árboles grandes y gruesos que había en el bosque, todo se había vuelto tan gris, el pequeño esperaba que todo eso fuera una pesadilla, no quería estar ahí, tenía mucho miedo, no soportaría mucho ver a esa monstruosa bestia. Escuchaba voces decirle cosas y reírse de él, su corazoncito latía a mil y no sabía a donde ir, solo quería salir del bosque he ir por sus padres. No quería, la gigante bestia lo seguía, veía sombras, escuchaba voces que le decían que parara, el pequeño había tropezado con una rama cayendo bruscamente, a duras penas se levantó, miro hacia atrás y la bestia venía de una manera rápida y violenta, se llevaba todo lo que se encontraba en su camino hacia adelante.
—No, por favor no... —suplico.
La bestia estaba a pocos pasos de él y cerró sus ojitos fuertemente abrazando sus piernitas ocultando su rostro, estaba temblando y sus lágrimas salían por montones, espero a que algo sucediera, tenía aún miedo, alzó un poquito su cabeza y miro que ya no estaba en el bosque si no es su habitación, le pareció muy raro, se paró aun temblando divisando todo, esa era su habitación, todo estaba a su respectivo orden, limpio sus lagrimitas y se echó a correr a buscar a sus padres, aún tenía mucho miedo y no quería estar solito.
Bajo las escaleras con cuidado de no caerse y fue corriendo a la cocina, se detuvo, miro que sus padres estaban discutiendo y quedó de pie en la entrada de la cocina escuchando todo.
—Prefiero nunca a verlo tenido, es un maldito problema, me estorba, encima que está loco, habla solo, lo que necesita es un maldito psiquiatra —grito alterado el peli verde.
—Degel, por favor, no digas esas cosas, Milo es pequeño, necesita el apoyo de su familia, no el desprecio que le estamos dando.
—No me importa Kardia, no lo quiero, nunca quise tenerlo, lo tuve por ti, por nada más, jamás quise tener a ese estorbo, me da asco verlo —grito desesperado.
Kardia suspiro, de verdad estaba cansado de recibir la misma cantaleta por su hijo.
—Solo te pido una cosa, deshazte de él, no lo quiero cerca, llévatelo lejos donde nunca pueda encontrarnos, ¿Me entendiste?
El heleno acepto, a Milo se le aguaron sus ojitos y quería ir a abrazar a su padre y decirle que no lo hiciera, no quería estar sin sus padres, como pudo corrió, lo extraño fue que la entrada de la cocina se hizo un pasillo bastante largo y oscuro, Milo corría intentando alcanzar la puerta, pero cada paso que daba más se alejaba la puerta con sus padres, el menor se echó a llorar nuevamente, quería alcanzar a sus padres, pero no podía.
—No, no se vayan...
Cerro sus ojos, lentamente los había abierto y se encontraba en la casa de su novio, además estaba grande y no pequeño, eso le parecía aún más raro, aún no se explicaba cómo había llegado ahí. Curioseo un poco en la habitación de su novio, viendo retractos y algunas cosas que le llamaban la atención.
Escucho que alguien había abierto la puerta y se sobre salto, miro que era su novio, sonrió a más no poder y fue hasta el para saludarlo.
— ¡Apolo! —dijo emocionado.
Milo noto que la mirada del mayor estaba triste y decaída.
— ¿Apolo?, ¿Hola? —le pareció confuso que el mayor no le respondiera—. ¡Apolo! ¡Amor! —grito, pero el mayor al parecer no le paraba atención, parecía perdido, aún que lo estuviese mirando parecía perdido y sus ojos se veían que había llorado.
Milo se molestó por eso y se cruzó de brazos. Apolo solo suspiro y traspaso al menor, el heleno sintió un vacío al momento que el pelirrojo lo había traspasado, se sintió confuso y no entendía que pasaba en esos momentos. Pasó minutos intentando entender, intento tomar las manos del pelirrojo las cuales termino traspasando las nuevamente. Le hablo, le gritó, pero nada, parecía como si él fuera un fantasma, se preocupó demasiado, no sabía que hacer ni mucho menos sabía que pasaba.
Apolo solo suspiros más fuerte y algunas lágrimas lo traicionaron mientras que en su soledad se moría de tristeza y depresión, Milo estaba confuso y desesperado, no sabía que más podía intentar para hacerle llamar su atención, en eso escucho que alguien había abierto la puerta, miro encontrado se con Kal quien parecía igual de triste que Apolo y estaba con un traje negro.
—Apolo, tienes que organizarte, en unos momentos tenemos que irnos —dijo triste.
—Dame tiempo, aún no —respondió frío.
El menor cerró la puerta dejan al mayor solo, Milo suspiro, no había manera de llamar la atención de su novio, si con él no podía lo intentaría con su amigo, demás y conseguía éxito.
Pasó a la cocina donde encontró al menor tomando un vaso de agua, se acercó hasta el he intento tomarlo de los hombros, pero los atravesó.
—Kal... —hablo de lo más tranquilo que pudo.
Espero una respuesta o algo por el estilo, el menor se giró y sus ojos estaban aguados y tristes, Milo no entendía nada de lo que estaba sucediendo en esos momentos.
—Kal, ¿Hola? —llamo nuevamente, pero nada.
Cada vez se estaba desesperando más y más, no sabía qué hacer, el rubio suspiro fuertemente intentado respirar con tranquilidad. Pequeñas lágrimas salían de sus zafiros y su garganta se había formado un nudo, salió de la cocina traspasando a Milo.
Ya no sabía que más hacer, salió de la casa del pelirrojo en búsqueda de sus amigos, tal vez y ellos sí lograban verlo. Cuando pudo verlos intento de todo por llamar su atención, pero todos se veían demasiado tristes.
— ¿Qué le pasa a todo el mundo hoy? —se preguntó así mismo.
Ahora tendría que ir a la casa de sus padres, no tenía en dónde más ir. Cuando llegó miro que su sala estaba llena de flores y cosas por el estilo, observo que sus padres con su hermano se fueron a la cochera del auto, él quería saber a dónde iban vestidos de negro y se sentó al lado de Camus que de verdad se veía demasiado triste como sus padres.
En la dirección en la que iba su padre le parecía muy confusa, y terminaron yendo a un cementerio, se preguntaba quien había muerto ahora, todos estaban ahí presentes, su novio estaba al lado de Kal, sus amigos al igual, estaba sus abuelos al lado de sus padres y algunos compañeros de su escuela y profesores, también el trío infernal, Death se veía bastante serio, Afrodita por un lado se veía bastante alterado y Shura se veía frío.
Todo había pasado tan rápido, quitaron el mantel que cubría la lápida, le dio curiosidad de saber quién era el entierro, quedó sorprendido al leer de quien era, veía poco a poco como la tumba bajaba lentamente, Degel se había tirado a llorar en mar de lágrimas, grito con todas sus fuerzas el nombre de esa persona mientras Kardia intentaba controlarlo, él también estaba bastante triste y Camus estaba igual. En la lápida decía el nombre.
Milo Scorpion Aquarium...
[~❄️🍎❄️~]
Despertó bruscamente, no sabía que había pasado, se dio cuenta de que todo eso era un sueño, estaba llorando dormido, tenía miedo en esos momentos su corazón latía a mil, estaba en la realidad, se echó a llorar, ese sueño fue como los otros que había tenido durante años. Y odiaba tener que soñarlos cada noche y despertar llorando. Por qué en sus sueños no podía entrar en paz. Por qué en sus sueños lo atormentaban, y eran sus pesadillas.
[❄°🍎]
Buenas buenas nuevo capítulo aquí presente como cada viernes.
Aquí vimos solamente un sueño de Milo, de los sueños que a veces le atormentan a diario o pocas veces.
Aquí se vio... pues muchas cosas mejor ni digo nada.
Solo era un sueño de él estando muerto y de cómo sería su muerte, no se preocupen el sigue vivo.
¿Qué le pasara a Milin?
Pues descúbranlo en el próximo capitulo nuevo de penetradores profundos, digo digo me equivoque de libro ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Los estoy leyendo <3
—AzakaAcha
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro