XIII. Infierno De Amor
Había llegado a su aula, el profesor lo iba a matar por llegar tarde, tocó unas cuantas veces y espero con paciencia, después de un rato un hombre alto de cabellos azulados y ojos verdes lo miro sería mente, Milo bajo la mirada, le tenía bastante miedo y odio al profesor de español.
— ¿En dónde carajos estabas, Milo? —respondió de mala manera el mayor, el menor se intimidad un poco.
—Yo... Yo... —el peli morado no sabía que decir, aún que le dijera a su maestro que estaba siendo golpeado en el baño no le creería, eso era lo malo de tener clase con ese profesor.
—No me digas, me vas a llegar con el mismo cuento de qué te estaban golpeado en los baños —hablo serio, se recostó en el marco de la puerta mirando desagradable al menor.
—Yo... —Milo no supo más que decir.
—Sabes que tienes más de diez faltas en mi clase, otras dos más y te vas a rectoría, por hoy te dejare pasar, la próxima vez esperas afuera —regaño bastante brusco, el heleno solo bajo su mirada.
El maestro lo había dejado pasar y con su mirada baja pasó entre sus compañeros, unos lo veías y otros se reían de él, muchos notaron que el menor tenía las mangas de su camisa manchadas de rojo, más no sabían con exactitud qué era. Se sentó al final de la fila de al medio, no quería estar muy adelante, saco sus cosas, aún no sabía lo que el maestro les había dictado, aún que le preguntara aun compañero estos solo se echaban a reír o ignorarle, solo prestaría la mejor atención del mundo para saber qué tema estaban estudiando.
Pasó la clase con bastante atención, más alguno de sus compañeros le tiraba papelitos, y otros a su maestro echándole la culpa a él, su grupo era del asco, todo mundo era una hipócrita, nadie se quería realmente, solo eran mentiras, muchas mentiras, no le gustaría juntarse con gente así, por eso prefería estar solo, solo podía sentirse mejor que acompañado con malas amistades. Lo habían acostumbrado a estar solo, si alguien llegaba a hablarle el los miraba raro y confuso, no era de muchas palabras en su instituto, lo que él era ahora, ellos lo habían transformado así, pero él no tenía la culpa, era un infierno que solo él podía resistir, ante todo eso.
El timbre había tocado, dando a entender que era hora del descanso, como pudo guardo sus cosas y salió rápidamente de su salón, quería encontrar un lugar para pasar el descanso sin ser visto por el trío infernal. Había corrido hasta llegar al patio, donde vio a varios estudiantes caminando o sentados en algún lugar u otro. Desde lejos pudo divisar a su hermano entre tanta gente admirándolo, tenía tanta envidia de él, si el supiera por lo que pasa todos los días, si el supiera como se siente cada maldito día, más por cosas del destino él era el más inteligente y más querido, mientras que él era una mierda que pisoteaban sin piedad, aún que sintiera algo de odio o rencor por su hermano por ser el más inteligente y ser el hijo favorito de sus padres, aun así se sentía feliz que su hermano no estuviera pasando por lo mismo que él, por más que sintiera un odio o rencor hacia él, él lo quería mucho, era su hermano, y a pesar de todo lo quería, quisiera solo una vez intentar hablar con él y tal vez hacer esas cosas que hacían de pequeños, más las cosas eran diferentes, eran adolescentes, bueno solo Milo ya que Camus aún no entraba a la etapa de la preadolescencia. Si tan solo su maldito orgullo no lo dejara hablar con él, tal vez Camus sería su apoyo incondicional.
Su razón de existir era Camus, pero poco a poco se desvanecía el querer seguir viviendo solo por él, por qué vamos joder, su hermano podía ser el grandísimo hijo de puta pero Milo aún lo quería, aún que se mintiera a el mismo que Camus había dejado de ser su razón por la cual estar de piedad, solo eran mentiras que se metía en su corazón y en su mente, aún que no hablarán tanto, aún que no fuera ni capas de mirarlo, aun así, lo quería, y eso era lo más raro.
Desvío la mirada, no quería seguir viendo como su hermano era como un rey en la escuela, camino a pasos tranquilos, quería buscar un lugar en donde estar solo sin ser humillado por nadie, se fue por la parte trasera donde había unos cuantos árboles, camino abrazando su mochila mirando en donde sentarse, paro su caminar mirando a alguien que estaba detrás de uno de esos grandes árboles, se acercó despacio sin hacer mucho ruido, había encontrado a ese chico amigo de su hermano, el joven parecía con hebras doradas como el sol, sus ojos eran azules y su piel era bronceada, lo más raro y curioso para Milo era que aquel chico se parecía tanto a él, el heleno a veces pensaba cuando se lo encontraba que era su hermano perdido, otras veces decían que si eran hermanos, más dudo si su padre le había sido infiel a su madre, dejando a un pequeño rubio.
El chico se dio cuenta de la presentía del contrario, giro su rostro hasta encontrarse con Milo, una sonrisa en sus labios se demostró, Milo sonrió de igual manera, aquel chico le caía bastante bien a excepción del resto de su escuela.
—Milo... —escucho la voz del chico llamando su nombre, esa hermosa voz que por raras razones le sonaba hermosa cada que la escuchaba—. ¿Qué haces por aquí? —pregunto el menor observándolo.
—Ah... Yo... Pues... Es que estaba encontrando un lugar en donde hacerme —hablo un poco nervioso.
—Oh, entiendo, si quieres te puedes hacer aquí conmigo, este es un lugar bastante agradable que en el patio —comento.
El mayor sonrió y acepto esa propuesta, el de hebras como el oro se corrió para darle espacio a su amigo.
— ¿Y qué haces por aquí tan solo, Kal? —pregunto curioso.
—No me gusta estar con tanta gente, no se... Me molesta en ciertos sentidos, y más cuando estoy dibujando —dijo tranquilo, Milo solo se dedica a observar aquella obra que el de hebras de oro dibujaba.
—Se ve triste el dibujo qué haces, para una persona que sonríe todo el tiempo sea cual sea el problema que este o motivo, siempre sonríes, eso es lo raro de ti —lo miro.
—No lo sé, no todos los dibujos que hago son basados a la felicidad, también algunos representan la tristeza y el sufrimiento humano.
— ¿De una persona que cada hora, minuto o segundo sonríe? —pregunto incrédulo.
—Milo... Sabes que la maestra nos dejó como tarea hacer dibujos también basados en la emoción triste que sentimos nosotros los humanos —explico.
—Pero lo haces demasiado bien, para ser de esas personas que sonríe hasta por ver una mosca —burlo.
Ambos rieron por tal comentario, por qué era verdad, el menor siempre sonreía sea cual sea en la situación en la que estuviera, ya fuera mala o buena, hasta en peores situaciones el menor llegaba a sonreír, era raro de él. Kal era aquel chico que participaba en la feria del arte con Milo, era dos años menor que el heleno, iba en el mismo curso que Camus, ya que el galo era un chico promedio que lo subieron tres grados más arriba de lo que debería estar, el joven era bastante amigable y amable con Milo, era como el hermano también perdido de el sin duda alguna del rubio.
—Y pensar que tan perdido estuviste —quejo en modo de burla.
—Milo —sonrió—. Tal vez si seamos hermanos perdidos. ¿Tú no piensas lo mismo? —lo miro curioso.
—Claro que sí, con la copia que siempre me confunden cómo no pensar que somos hermanos que fueron separados de pequeños por cosas del destino —comento.
—Tal vez sí, nuestros padres fueron bastante malos por a vernos separado desde pequeños —le siguió el juego.
Se quedaron por unos minutos en silencio, a veces el silencio los hacía sentirse cómodos. A Milo le agradaba estar con él, era como el amigo que siempre quiso tener, que estuviera ahí en el mismo lugar, pero en silencio, un silencio que a ambos no les molestaba en absoluto, al contrario, se sentía bastante bien teniéndose el uno al otro aun si sea en silencio.
— ¿Y cómo va la relación con mi primo? —pregunto sin mirarlo.
—Bien, hoy lo veré cuando salgamos de estudiar —comento emocionado.
—Me alegra mucho saber eso, es bueno que tengas una buena relación con mi primo —sonrió.
— ¿Por qué siempre sonríes por todo? —pregunto mirándolo nuevamente.
— ¿A caso no puedo?, ¿Acaso se volvió ilegal sonreír? —enarco una ceja observándolo.
—No... —suspiro, quedó en silencio por unos minutos para después hablar—. Es que sonríes por todo sea cual sea el problema en el que estés, ni te entiendo, ¿Sabes? —el menor lo miro—. Quisiera ser igual que tú y sonreírle al mundo sea cual sea en la situación que este —dijo tranquilo.
Kal solo sonrió, si el tan solo supiera.
—Sabes, nunca quisiera ver esa sonrisa tuya marchitarse, por qué si es así, mataría al quien haya sido el que te hizo daño, tu sonrisa es única, y eso me encanta... —cerro sus ojos, un silencio cómodo volvió.
El rubio se sentía bien ante esas palabras que le dedica Milo, solo se dedicó a terminar su dibujo en silencio mientras que el heleno dormía.
[~🍎❄️🍎~]
Había salido de un arduo día, lo bueno era que no se había encontrado con ese trío infernal en toda la tarde, eso le pareció extraño más no le tomo mucha importancia, salió corriendo como pudo, hoy vería a su novio en el parque y eso lo tenía más que feliz.
Había llegado al parque donde se supone que vería a su novio, llego bastante agotado, estaba un poco desarreglado, se maldecía por no a ver ido a su casa a cambiarse, quería dar la media vuelta he ir a organizarse bien, más sabia que dejaría a su novio esperando y sabia que el no le gustaba la idea de esperar tanto. Aun tenia sus mangas de su camisa manchadas de sangre, su pelo estaba un poco despeinado y estaba bastante sudoroso, recordó que su cabeza mantuvo durante una hora en un inodoro, le daba asco recordar eso, mas fue bueno que las de aseo le haya ayudado prestándole un jabón para lavarse bien su rostro, mas no evitaba que su cabello fuera un desastre, el infierno que era su escuela le era del asco.
Se sentía nervioso, hacia unos meses su novio se había ido a ''Trabajar'', no se había podido comunicar con el por que al parecer el mayor estaba bastante ocupado, le había hecho demasiada falta, ahora que había vuelto solo quería darle un enorme abrazo. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se había dado de cuenta cuando unos enormes brazos lo habían tomado de la cintura, quedo estático recibiendo besos en su cuello, ya sabia de quien se trataba y sonrió enormemente.
—Pensé que no vendrías —dijo sin mirarlo.
— ¿Desconfías de mí? —hablo una voz gruesa y ronca.
—Para nada, yo confió en ti Apolo —se giró hasta el para mirarlo, de verdad era el gran amor de su vida.
El amor de su vida era nada mas ni nada menos que un joven que le llevaba más de diez años al menor, la relación era bastante rara al respecto a eso ya que Milo apenas tenía catorce años mientras que Apolo quien se llamaba así el mayor tenía alrededor de veinticinco años de edad. En si la relación era algo ilegal por la diferencia de edad y de que se llevaban diez años de diferencia, pero aun así ellos se amaban con todo su ser. Sin duda alguna Milo estaba locamente enamorada de ese pelirrojo que al momento de conocerlo nada volvió a ser como antes. Apolo le había brindado una confianza y un cariño plenamente solo para Milo, para que el menor no se sintiera solo, el conocía el pasado del menor más que a nadie en el mundo, por eso decidió estar con él sin importar las consecuencias que se llevara, porque se amaban, pero el amor a veces solía ser ciego en ocasiones, de lo que estaba más claro era que amaba a ese hombre que le había robado el corazón al momento de a vérselo cruzado por primera vez. Era su infierno de amor y eso a Milo le encantaba.
[❄°🍎]
Aquí les traigo otra nueva edición de la historia, creo que ya algunos sabían sobre la pareja de Milo y si son apenas nuevos en leer la historia quiero decirles que este shipp fue dedicado mucho antes a AntaresLaks, que antes de a ver tenido inconvenientes con ella, le había llamado la atención este shipp y en ese entonces quise darle un gusto a ella haciendo que saliera en el libro como tal.
Este capitulo antes se lo había dedicado a ella AntaresLaks y aun lo sigue siendo.
Anterior mente antes de que el libro fuera editado solo una pudo acertar quien era la supuesta pareja misteriosa de Milo y esa fue Vaiperine, gracias por a ver participado.
¿Que pasara en el siguiente capítulo entre Apolo y Milo?
Pues no lo sabremos en el próximo capitulo de adolescentes profundos, digo digo me equivoque de libro ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Los estoy leyendo <3
—AzakaAcha
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro