IX. Así Empezó [Parte 2]
El pequeño esperaba con ansias el día en que su escuela presentaría una obra escolar y él menor tenía que disfrazarse de manzana, eso lo tenía más que feliz, ya que le encantaban las manzanas y sus padres lo llamaban manzanita, aun con lo que había pasado con Camus y su madre, Milo pudo olvidarlo rápido y Degel lo había empezado a tratar como siempre, más en algunas ocasiones el francés no le prestaba atención a su pequeño bicho, sino que se mantenía más pendiente de Camus, eso le molestaba un poco al pequeño, ya que él también quería esa atención que su madre le brindaba a su hermanito, más acepto que el pequeño era nuevo en tener una familia y merecía su amor, aun que le costara un poco de descuido hacia el por parte de su madre. Milo les había contado a sus papis con alegría y emoción que haría el día de mañana.
—Papi, mami, mañana tendré una obra escolar para fin de año, así que me toco el papel de disfrazarme de manzanita y quiero que ustedes estén ahí con Camus para verla, le pregunte al abuelito Zaphiri, pero esta por fuera del país con el abuelito Krest y Ecarlate, así que van a ir, ¿Verdad? —miro con emoción a sus padres.
—Así que de manzanita eh, claro que iré mi pequeña manzanita, no me perdería esa obra por nada del mundo —se agacho hasta la altura del pequeño para tomarlo de ambas mejillas.
—Y tu mami, si iras a verme con Camus —lo observo.
—Claro que si mi pequeño, Camus estará encantado en ir a verte —sonrió, el pequeño se alegró mucho al saber eso.
—Bien, más espero y estén ahí presentes —sonrió y se fue corriendo. Mañana sería un gran día.
[~🍎❄️🍎~]
Había llegado el día que Milo esperaba tanto, se levantó bastante temprano para que sus padres lo llevaran a la escuela, en todo el trascurso no dejaba de cantar una canción en susurro, no quería que sus padres lo escuchasen. Camus estaba a su lado, el pequeño estaba sentado en una silla de bebes mirando para todos lados, el bicho en algunos momentos lo acariciaba y eso a veces hacia tener feliz al cubito que le encantaba estar con su hermano.
Milo les había dejado claro la hora en la que tenían que venir, estaba muy emocionado, tenía que pasar unas clases, pero al final de eso tenía que prepararse para la obra escolar, Aioria se encontraba a su lado algo triste, eso lo preocupo un poco y pregunto.
— ¿Estas bien? —pregunto algo preocupado.
—Si... Lo estoy —hablo un poco desanimado.
—Aioria vamos, ¿Dime que pasa amigo? –insistió.
—Nada Milo, en serio te digo que nada me pasa —hablo algo molesto.
—Está bien... —bajo un poco la mirada.
—No te pongas así, Milo, solo no me siento con ganas de hacer algo —dijo.
—Pero hoy es la obra escolar, deberías estar feliz, te disfrazaras de león y tu papi y tío estarán ahí para verte, también tu hermano —menciono alegre.
—Lo sé, más creo que estoy nervioso... —mintió.
—No te preocupes, yo estaré contigo para apoyarte amigo —lo tomo de ambas manos sonriendo.
—Si... —fingió una sonrisa.
El pequeño león le estaba ocultando algo a su amigo, mas no se sentía capaz de decirle, no por ahora, pero lo haría después de la obra. Si, tal vez después de la obra lo haría.
[~❄️🍎❄️~]
Los pequeños habían pasado las clases en risas y trabajos, después de eso estarían preparándose para la obra. Antes de eso tenía cada uno que practicar su papel nuevamente para no olvidar sus diálogos, faltarían tres horas por lo mínimo para empezar con dicha obra. Milo se aprendía su papel nuevamente, estaba bastante emocionado y nervioso.
—Soy una manzana... —repitió para sí mismo—. Nosotras las manzanas crecemos en los árboles y somos muy, pero muy deliciosas —sonrió.
Había terminado por décima vez memorizarse su guion, estaba muy emocionado, juraría que a sus padres les encantaría y especialmente a Camus, su pequeño y dulce hermanito, tal vez su hermanito le traía algunos problemas, más eso no impedía que lo quisiera mucho, Milo amaba demasiado a su hermanito, no soportaría perderlo, para él, Camus era como un gran tesoro, esas pequeñas sonrisas que solo él podía sacarle al menor, esos ojitos violáceos como amatistas que le encantaba ver cada segundo. Estaría con el siempre, ya que lo había prometido y sería una promesa que cumpliría, porque el sería un hombre de palabra que cumpliría sus promesas costara lo que costara.
En sus pequeños pensamientos pensaba como seria de grande, sería bonito, feo, seria aun bajito, sonrió inconscientemente, no quería ser enano como su abuelito Krest, él quería ser alto como su padre y madre, quería ser fuerte como su abuelo Zaphiri, inteligente como su abuelo Krest, divertido como su abuelito Ecarlate, porque muy por dentro quería proteger el regalo más grande que su madre y padre le habían dado y ese era Camus.
Una persona lo había sacado de sus pensamientos, miro hacia ella y era su maestra Saori que detonaba una enorme sonrisa.
—No te veo practicando. ¿En qué tanto piensas Milo? —pregunto.
—Ah... Yo... Este... —rio un poco—. Lo siento, estaba pensando en algo —dijo apenado mirando a su maestra.
— ¿Sí?, ¿Y en que estabas pensando Milo? —pregunto alegre.
—No puedo decirle —dijo algo nervioso con sus mejillas sonrojadas.
—Mmmm, está bien, cuando quieras me puedes decir —sonríe—. ¿Milo?
— ¿Sí? —la observo por breves segundos.
—Tus padres... ¿Por qué razones son así contigo? —pregunto algo seria.
— ¿De qué hablas maestra? —pregunto algo confuso.
—Digo, si tus padres siguen así de irresponsables Milo, seré capaz de que nunca te vuelvan a ver —hablo seria, el pequeño se sorprendió a mas no poder.
— ¡¡¿POR QUE?!! —grito algo alterado.
—Milo, eres muy pequeño para entender, pero tus padres están siento muy irresponsables contigo, no pueden dejarte en el colegio hasta las tres o cuatro de la tarde sin almorzar, la escuela no es una guardería, nuestro trabajo es cuidar de ustedes hasta cierto punto, hora y enseñarles, mas no de la manera en que tus padres te dejan solo esperando —miro al pequeño que tenía los ojos un poco cristalinos.
—Pero son mis papitos... —dijo con su voz quebrada.
—Lo se mi pequeño, más los padres son para cuidarte, quererte y nunca dejarte solo, pero los tuyos... Está mal lo que hacen, pero tranquilo, si te alejo de ellos prometo que estarás con tu abuelo Zaphiri —hablo serena.
—No quiero... —pequeñas lagrimitas salían por sus azulados ojos, había bajado la mirada, no quería irse del lado de sus padres, no podría dejar a Camus especialmente.
La mayor vio que el pequeño lloraba en silencio y lo abrazo con fuerza, le susurraba que todo estaría bien, sabía que el pequeño quería mucho a sus padres, ¿Pero que más podía hacer?, Lo que ellos hacían con él estaba mal y lo sabían, mas ellos eran bastante tercos para admitirlo, solo acaricio la melena morada del pequeño para después retirarse, el pequeño necesitaba ensayar ya que en unas horas tendrían una obra por presentar.
[~🍎❄️🍎~]
Había llegado la hora de la obra, los pequeños los vestían y maquillaban para quedar bien, tenían que salir bellos al escenario. Aioria estaba siendo maquillado por una señora rubia de ojos color verde, el traje le molestaba un poco y le rascaba, su carita estaba siendo terminada de pintar, unos últimos retoques mas y estaba listo para ser liberado.
— ¡Listo! —sonrió la rubia mientras dejaba al pequeño, Aioria había suspirado fuertemente, por fin lo habían dejado en paz.
— ¡¡Aioria!! —hablo una pequeña voz chilloncita que solo él conocía, miro entre los niños y noto a una manzana un poco grande corriendo hacia él, sonrió al saber quién era.
—Milo —saludo una vez que el pequeño estaba enfrente a él.
—Te vez bien —alago.
—Gracias, tú también te vez bien de manzana —sonrió.
—Siii, muchas gracias. ¿Crees que a Camus le gustara? —dijo algo nervioso.
—Claro que sí y en especialmente a tus padres, más a tu padre que le encanta las manzanas —respondió tranquilo.
—Tienes razón. Ay Aioria tengo tantos nervios —empezó a jugar con sus manitas, estaba bastante nervioso.
— ¿Crees que eres el único?, Yo estoy igual o peor que tú, tengo que hacer sonidos como un león y caminar como uno —hablo un poco alterado.
—Y yo tengo que decir algunas frases y bailar... Bailar Aioria, ¡¡BAILAR!! —hablo igual de alterado sacudiendo de los hombros a su amigo.
—Ah... M-Milo... Ahgg. ¡¡No me sacudas tanto!!! —hablo un poco molesto.
—Perdón... —se disculpó algo apenado.
—No importa, lo importante es que nos faltan cinco minutos para salir —hablo aún más nervioso.
—Ay no, nos falta poco para salir... —dijo temeroso.
—Tranquilo estaremos bien, confía en mi —tomo la manita del pelimorado brindándole confianza, el menor asistió, sabía que no estaba solo en eso.
Había llegado la hora de que todos los padres estaban esperando, ver a sus hijos disfrazados y cantar una canción y bailar, la maestra les había avisado a todos que guardaran silencio, poco a poco los pequeños fueron saliendo. Aioria como pudo salió en cuatro patas, le era difícil actuar como un león, después fue Milo que al ver toda esa gente sus nervios aumentaron al instante. Aioria lo miro brindándole nuevamente la confianza a su amigo, el bicho siguió caminando, quedo en el lugar que le correspondía, buscaba con la mirada a sus padres y a su pequeño hermanito, era bastante gente, demás no los alcanzaba a ver bien y siguió en su búsqueda.
Poco a poco los niños salían hacer sus papeles correspondientes, Milo solo había logrado ver el padre y tío de Aioria, también el hermano de él, más todavía no encontraba a sus padres, estaba empezando a desanimarse, pensaba que de verdad no habían venido.
Pasaron otros niños más y llego el turno de él, con desanimo camino al centro, estaba muy triste, sus papis no habían ido a verlo, tanto que se los había mencionado por varios días y semanas, pero nunca fueron a verlo. Se paró en medio del escenario con un semblante bastante serio con su miraba baja, le acercaron el micrófono para empezar con su papel, quedo unos segundos en silencio con la mirada baja para empezar a hablar.
—Soy una manzana, grande y roja, sabrosa y dulce, soy muy sana... —suspiro con fuerza, alzo su vista viendo al público, su mirada no expresaba nada, ningún sentimiento y eso algunas personas lo notaron para después el pequeño continuar—. Soy una manzana, nosotras las manzanas crecemos en los árboles y somos muy... pero muy deliciosas... —termino de hablar, pero su noto era muy frio, la maestra lo noto y se preocupó mucho por el pequeño, Aioria también había notado como el semblante de su amigo había cambiado de feliz a uno serio sin expresión alguna.
Milo regreso a su lugar con la mirada baja, los padres quedaron en silencio y aplaudieron un poco, ya que la manzanita había hablado en un tono sin expresión alguno y eso dejo al público un poco confuso.
Habían empezado con el baile y algunos a cantar, el pequeño bichito bailaba desanimadamente mientras cantaba, no quería hacer nada, se sentía bastante mal, quería llorar, pero no le gustaba la idea que lo vieran llorar en público. Así trascurrió toda la obra hasta que termino.
[~❄️🍎❄️~]
Al terminar la obra el padre de Aioria los había dejado en un parque, al darse cuenta que los padres del pequeño bicho no habían ido por el decidió llevarlo junto Aioria al parque. El padre y el tío del pequeño león se fueron a comprar helados junto con el hermano mayor de su amigo. Bueno la heladería quedaba al frente, así que el hermano mayor del pequeño pelicastaño claro los tenía atentos desde ahí.
Los pequeños estaban montando columpios, ambos estaban en silencio, Aioria miraba a su hermano que estaba pendiente de ellos desde la acera para no perderlos de vista, Milo estaba callado, después de que acabo la obra le conto lo que tenía a su amigo, más de ahí no dijo ninguna palabra más, estaba muy callado con su mirada baja, aún estaban disfrazados, Milo de manzana y Aioria de León. El pequeño león no soporto más el silencio y hablo.
—Se que es duro, pero Milo, no quiero verte así amigo —miro al bicho que aún tenía la mirada baja—. Por favor Milo no me dejes hablando solo —replico.
—Lo siento Aioria, no me siento bien y lo sabes, mis papas no fueron a verme y eso me pone triste, yo quería que ellos fueran a verme, pero no, de seguro se quedaron jugando con Camus —dijo molesto.
—Tal vez si, tal vez no, Milo, no sabemos que paso realmente con tus padres que no vinieron a verte, mas... No quiero ponerte más triste de lo que estas con lo que te diré... —dijo cabizbajo, Milo alzo su mirada y lo observo.
—De que hablas, ¡Dime!, Has estado raro todo el día —dijo, Aioria suspiro con fuerza.
—Milo, me iré a vivir a Rusia —lo miro triste, el bicho abrió los ojos asombrado.
— ¿QUE? —dijo sorprendido.
—Lo siento Milo... Pero mi padre lo decidió con mi tío, nos iremos por unos años, pero él dice que volveremos, mas no creo eso —miro hacia su hermano para volver a mirar a Milo—. Créeme que, si por mi fuera me quedaría, más sabes que no, soy muy pequeño apenas tengo cinco años Milo, tengo que estar con mi padre, lo siento... —bajo su mirada, Milo había hecho lo mismo, quedaron en un silencio bastante largo hasta que Milo rompió aquel silencio.
—Entiendo, mas no puedo hacer nada, es cosa de adultos y como siempre nuestra palabra sobra, más créeme que nunca de los nunca dejaras de ser mi mejor amigo, Aioria, fuiste, serás y eres mi mejor amigo, y eso nunca cambiara ni la distancia ni los años, me oíste, sé que algún día cuando crezcamos nos volveremos a ver, lo presiento Aioria —sonrió, esa sonrisa hizo sentir a Aioria tranquilo, su amigo estaría bien sin él, por algunos años.
—Prometo que volveré y lo cumpliré porque ni pienses que me quedare viviendo allá toda la vida, nos volveremos a encontrar algún día, querido amigo —sonrió.
—Si, algún día —le devolvió la sonrisa.
Parte 2/2.
[❄°🍎]
Buenas, este es el final de la segunda parte que le dará final al pequeño Milo.
Como ven las cosas aquí en adelante van a cambiar un poco.
Agradezco que sigan la historia y la estén (algunas) releyéndola otra vez con algunos nuevos cambios y nuevas ediciones.
Aquí les dejo un dibujo que me hizo AntaresLaks que me hizo a principios de año (2019) cuando era aun mi hermana y mi beta, créditos a ella y mil gracias por el dibujo aun te lo sigo agradeciendo mucho.
Así pueden imaginarse a Milo disfrazado de Manzana.
PD: Por favor no compartan la imagen en otras redes sin mi permiso o consentimiento este dibujo tiene un significado especial para mí.
¿Que pasara después de esto?
Descúbranlo en el próximo capítulo de penetradores profundos, digo digo, me equivoque de libro ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Los estoy leyendo <3
—AzakaAcha
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro