IV. Perdido
Había caminado por segundos, minutos, horas, días o hasta meses para la imaginación del infante. El pequeño había dejado el miedo atrás y un molesto enojo notorio empezó a notarse, el pequeño estaba furioso, ¿Cómo fue que sus padres lo habían dejado solo?, Estaba echando chispas mientras refunfuñaba, que padres tan irresponsables le habían salido.
Busco y busco, pero nada, ninguna pista de ellos se veía. Todo mundo miraba al pequeño niño con los cachetes inflados de brazos cruzados refunfuñando en murmuro, su pequeña carita estaba roja de la rabia que tenía en esos momentos apretaba sus pequeños puñitos con fuerza, cuando encontrara a sus padres juraría echarles hasta la biblia entera por a verlo dejado solito.
Camino y camino por esos largos pasillos, solo veía a gente comprando lo que llevarían, veía que algunos padres llevaban a sus hijos bien cogidos de la mano ¿Y el que?, Estaba solito, se sintió un poco triste que hizo un puchero quería llorar, pero se calmaría, juraría echarles la biblia entera a sus padres cuando los encontrara.
Miro mucho por ambos lados, se sentía un poco cansado, se sentó para descansar en el piso, abrazo sus piernitas con fuerza posando su mentón en ellas. Miraba un punto fijo en aquel piso blanco, nuevamente las lágrimas querían salir, mas resistiría él ya era un niño grande, decía, más el solo tenía unos cuatro añitos de edad, era aún un bebe como para estar solito sin sus padres.
Se paro dispuesto a seguir en la búsqueda de sus queridos papitos, no dejaría que el miedo lo inundara en esos momentos, seria valiente como un buen aventurado Hero.
[~❄️🍎❄️~]
Mientras Kardia esperaba que la cajera empacara todos los productos que se llevarían a casa, Degel comía un paquete entero de galletas de chocolate, Kardia estaba un poco cansado, más sentía que algo le faltaba, ¿Cómo podría sentir que algo le faltaba si su esposo compro hasta lo que no necesitaban?, Debería estar loco o tal vez era por el cansancio que tenía en esos momentos que lo hacía pensar en eso. Mas, aun así, sentía que algo le faltaba, que algo no cuadraba, pero intento ignorarlo, miro a su lindo cubito que seguía tragando galletas mientras la cajera terminaba de pasar el tercio de productos por la caja.
Una vez los productos ya embolsados y en más de quince carritos de compras para llevarlos al carro. Kardia había pagado una suma grande de dinero por comida, por dentro sentía unas ganas inmensas de gritar, deberás su querido Degel lo había dejado en la quiebra (no era ni tanto la verdad). Lo bueno fue que solo se gastó la mitad del dinero que tenía en esa tarjeta de débito de cinco más restantes, así que Degel no pudo cumplir su promesa de dejarlo en la quiebra, sonrió triunfante, pero aun sentía que algo le faltaba, miro para todos lados buscando algo, pero nada, que era lo que le faltaba, pensaba demasiado en eso.
—Amor, ¿Qué pasa? —pregunto el peliverde observando a su esposo que se notaba pensativo.
— ¿No crees que nos faltó algo? —respondió algo desconcentrado.
—Pues no creo, compramos muchas cosas —miro el gran mercado que tenían para llevar. —Es que no se... siento que nos falta algo... —dijo un poco irritado de estar pensando en lo mismo.
—Amor, ¿Y si mejor nos vamos a la casa?, Digo para que ya no te sientas así —tomo al peliazul de hombros haciendo un suave masaje en ellos.
—Creo que sí, vamos a casa, más nos demoraremos más mientras subo las bolsas al carro.
—No te preocupes yo pudo esperar —el peliazul asistió, tomo con ayuda de los que trabajan en el supermercado los carritos llenos de bolsas con productos de comida o de aseo.
Kardia metía con cuidado cada bolsa en la maletera de su carro con ayuda de algunos trabajadores del supermercado. Ya pasando unos minutos por fin había terminado de meter todas las bolsas al coche, que bueno que tenían espacio en los asientos de atrás, más esa presencia de que algo le faltaba no se iba, se subió al carro, pero antes ayudo a Degel a entrar en él, una vez dentro del carro Kardia da parcha hacia su casa con su querido francés que seguía tragando lo primero que se encontrara en algunas bolsas con productos de comida en el carro.
[~🍎❄️🍎~]
El pequeñín seguía avanzando por los largos pasillos de aquel supermercado, el valor se había quedó atrás y el miedo empezó a atacarlo, estaba solito, llevaba horas buscando a sus papis, tenía mucho miedo, no sabía el camino a casa y eso le frustraba. Pequeñas y cristalinas lagrimas salían de sus ojitos resbalando por sus mejillas ruborizadas. Unos minutos más y estallaría a llorar como magdalena.
No puedo más y se echó a llorar, tenía mucho miedo, sus papis lo habían abandonado, estaba solito, perdido y no sabía a donde ir, el pequeñín lloraba a mas no poder, sus ojitos empezaron a enrojecerse, temía que algo malo le pasara, caminaba y caminaba sin rumbo alguno mientras lloraba desconsoladamente, ¿Por qué a él?, ¿Por qué sus papis lo dejaron solito?
Un guardia de seguridad de estar escuchando tanto llanto busco hasta encontrarse con un muy pequeño niño solito llorando desconsoladamente, el pequeño caminaba despacio mientras tenía sus manitas en sus ojitos diciendo ''Mami.... Papi...''. El guardia enseguida entendió que estaba perdido y se acercó al pequeño para ayudarlo a encontrar a sus padres.
—Pequeño ¿Estás bien? —pregunto algo preocupado por el llanto del menor, el pequeño quito sus manitas de sus ojitos azulados para mirar aquel señor alto de cabellera azul oscura corta, de ojos del mismo color que su cabello y con un traje bastante raro para el niño.
—Snif... Snif... ¿Quién es usted?... —pregunto con miedo el pequeño.
—Soy un guardia de seguridad de este supermercado, me encargo de mantener seguridad en este sitio —hablo tranquilo para retomar nuevamente la palabra–. ¿Qué pasa pequeño?, ¿Por qué lloras? —se acercó un poco al pequeño niño, se inclinó hasta estar a su altura.
—Snif... Snif... Mi... Mi... Mis...Papis... Mis papitos... Snif... No están... —nuevamente había empezado a llorar en llantos, el guardia no le quedo de otra que cargar al pequeño que seguía llorando, suspiro para intentar calmar al menor.
—Oye tranquilo no llores ¿Sí?, Por cierto, ¿Cómo te llamas pequeño?
—Mi... Me... Snif... Me llamo... Milo... —logro decir entre el llanto.
—Oh, qué lindo nombre, un gusto conocerte Milo mi nombre es El Cid y te prometo que te ayudare a encontrar a tus padres —sonrió. El pequeño lo miro por unos segundos.
—En... ¿Serio? —miro aun con sus ojitos llorosos al guardia.
—Claro que sí, mi trabajo no es solo cuidar estos pasillos, también es ayudar a las personas y a los pequeños y lindos niños como tú —despeino aquellos cabellos morados haciendo soltar una risita del pequeño.
—Está bien... Vamos a buscarlos —absorbió sus moquitos y le brindo una sonrisita aquel hombre bondadoso que lo ayudaría a buscar a sus queridos padres.
El hombre dio marcha con el pequeño en brazos a buscar a los padres del menor quien en el camino le explico el físico de ambos.
[~❄️🍎❄️~]
Habían llegado a casa, Kardia pudo sacar todas las bolsas del carro para llevarlos dentro de la enorme casa, Degel por un lado se sentó a ver televisión mientras comía un bote grande de helado de chocolate con chantillí, para el francés era una tarde bastante tranquila y cómoda para pasarla con su pareja viendo una película o hacer algo más que eso.
Kardia aún no dejaba de pensar que algo le faltaba, pero que carajos le falto en el súper que no dejaba de pensar ni un minuto en eso, más sentía un hueco y un desespero en su corazón, respiro profundo ya no pensaría más en eso, en si tendría un poco de miedo si fuera por su enfermedad que casi lo mata en él pasado o quien sabe, solo estaría con Degel pasando el resto de la tarde viendo una película o hacer otras cosas con él.
Tomo dirección a la sala, vio a su amado sentado en el sofá viento televisión mientras comía ese bote grande de helado de chocolate, se sentó al lado de el para posar su brazo por encima de los hombros del peliverde, Degel aprovecho eso y recostó su cabeza en el hombro de Kardia para terminar cómodo en los hombros de su esposo.
— ¿Aun sigues pensado que algo nos falta?
—Ahh... Si, aun siento que algo nos falta Degel, mas no sé qué es, y eso me está empezando a irritar.
—Amor tranquilízate un poco, dudo mucho que algo nos falte —le brindo un beso en los labios que el peliazul gustosamente recibió.
Las horas habían pasado ya eran las cinco y media de la tarde, la pareja no se había dado de cuenta que su hijo no estaba con ellos, quien sabe por lo que estaría pasando el pequeño. Kardia ya con el pasar del tiempo dejo de pensar que algo le faltaba, mientras que Degel empezaba a sentir lo que su esposo hace pocas horas atrás sentía.
— ¿Pasa algo? —miro al peliverde que se veía tenso y angustiado.
—Kardia algo nos falta, tenías razón. ¡Algo nos faltó en el supermercado! —hablo Degel angustiado, se le veía que traspiraba, el peliazul se asustó mucho, ya que no quería que su esposo le pasara algo malo y más por su embarazo.
— ¿Qué?, Que nos faltó, Degel cálmate tienes a nuestro hijo en el vientre. ¡Tranquilízate!
—Kardia nuestro bebe —tomo con fuerza los hombros del peliazul.
— ¿Cual bebe si lo tienes hay en tu vientre? —estaba más que confuso por la actitud de Degel.
—No imbécil, ¡Milo!, ¡Olvidamos a Milo! —grito alterado, cosa que el peliazul quedo helado, su pequeña manzanita la habían olvidado.
No le dieron más vueltas al asunto, asustados con miedo y apresurados se subieron al carro, Kardia encendió de inmediatamente su automóvil para ir tan rápido como podía por su pequeña manzanita que por cosas de la vida lo habían olvidado en el supermercado.
[~🍎❄️🍎~]
El pequeñín lloraba a mas no poder, no pudieron encontrar a sus padres en el supermercado, el guardia había pedido apoyo más nunca pudieron encontrar dicha pareja que eran los padres del pequeño. El infante no paraba de llorar, tenía mucho miedo. ¿En serio lo habían abandonado?, No podía creerlo, El Cid con ayuda de sus compañeros Albafica y Manigoldo intentaban calmar el llanto del menor, más nada podía calmarlo excepto ver a sus padres. Albafica sabía que el pequeño tenía mucho miedo, Manigoldo estaba más que arto del lloriqueo del niño y El Cid estaba más que estresado, como es que sus padres lo habían dejado, que irresponsables padres tenía el pequeño. Sus ojitos estaban rojos al igual que sus cachetitos, lagrimas rosaban esas sonrosadas y pequeñas mejillas que el menor poseía, esas tiernas y regordotas mejillitas rojizas.
Porque tenían que, a verlo dejado solo, los descuido un minuto y ya no estaban con él, que frustrante era para un niño que tenía solo cuatro añitos de edad.
—Cálmate cariño, todo estará bien, no llores tus papis vendrán por ti en cualquier momento —intento calmar el llanto del pequeño que aún no cesaba.
—Albafica no insistas, ese mocoso no ha dejado de llorar desde que El Cid lo encontró —hablo el italiano fastidiado de la situación.
—Mani, no le digas así, el pequeño está asustado, ¿Qué más esperabas? —miro desafiante al peliazul que solo quito la mirada—. Milo, por favor cálmate cariño, todo estará bien, ¿Sí? —acariciaba tiernamente la cabecita del menor hablándole con dulces palabras como si fuera la madre de él.
-Snif... M-ma... Mami... Y... Snif... Papi.... No están... Ellos no están... —el pequeñín se sentía solo y nada podía calmar su llanto. Albafica suspiro resignado, sería difícil calmar al pequeño.
[~❄️🍎❄️~]
Kardia iba como rápido y furioso por su hijo, Degel estaba muy asustado por la velocidad que su marido iba, podrían chocarse, además de que tenía un pequeño en su vientre. Degel le había gritado que disminuyera la velocidad ya eran demasiados sustos para él y era malo para su embarazo, Kardia entendí la situación de su esposo, mas su pequeño estaba solito quien sabe en dónde y eso le preocupada demasiado al peliazul. el bicho disminuyo la velocidad, más sabía perfectamente que no estaría tranquilo hasta no encontrar a su manzanita.
[❄°🍎]
Bueno este capítulo fue dedicado a Pequebalam que en ese entonces lo hice porque no se me había olvídalo el cap del supermercado que estuvo chido la verdad.
Se supone que aquí maso menos empieza la odisea de Milo que tendrá que pasar por ella varios años.
Y perdonen por la demora en actualizar esta historia, he estado algo floja y además estoy en ultimo periodo en la school así que casi no tengo tiempo como para ponerme a pensar en editar esta historia.
Les prometo que les traeré unos 3 capítulos seguidos para que así disfruten más de esta hermosa historia con un drama muy triste y doloroso.
¿Qué le pasara a Milin?, pues descúbranlo en el próximo capitulo de violadores profundos digo digo me equivoque de libro ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Los estoy leyendo <3
—AzakaAcha
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro